Capitulo 11
Capitulo dedicado a gioap37 espero te guste bb🥰
Mientras Hana relataba su historia, Jungkook y Taehyung comenzaron a sentir una creciente inquietud. Había algo en su tono, en la manera en que elegía sus palabras, que no terminaba de encajar. De repente, un crujido en la maleza circundante los puso en alerta máxima.
Antes de que pudieran reaccionar, un grupo de hombres armados emergió de entre los árboles, rodeándolos rápidamente. En el centro del grupo, destacaba una figura alta y robusta, con una mirada gélida y decidida. Era Namjoon, el hermano de Jungkook, conocido por su fuerza brutal y su ambición desmedida.
-¡Namjoon! -exclamó Jungkook, su voz llena de incredulidad y rabia-. ¿Qué significa esto?
Namjoon esbozó una sonrisa cruel, sus ojos brillando con una mezcla de burla y triunfo.
-Significa que has sido un tonto, hermano. Siempre tan confiado, siempre creyendo en la bondad de los extraños. Hana ha hecho un excelente trabajo llevándolos hasta aquí.
Hana bajó la cabeza, evitando la mirada de Jungkook y Taehyung, la culpa evidente en su rostro.
-Lo siento -murmuró Hana-. No tenía elección. Él amenazó con destruir a mi pueblo si no cooperaba.
Jungkook apretó los puños con fuerza, su ira burbujeando a la superficie.
-Namjoon, esto es despreciable incluso para ti. ¿Aliarte con el Sacerdote para obtener las perlas? ¿Para qué?
Namjoon dio un paso adelante, su presencia imponente.
-Las perlas tienen un poder que tú no puedes ni imaginar. Con ellas, no solo me convertiré en el líder más poderoso, sino que también aseguraré que nadie, ni siquiera tú, pueda desafiarme jamás.
Taehyung dio un paso al frente, poniéndose al lado de Jungkook.
-Nunca te dejaremos tener las perlas, Namjoon. No importa lo que cueste -dijo, su voz firme a pesar del temor que sentía.
Namjoon soltó una carcajada profunda y siniestra.
-¿De verdad creen que pueden detenerme? -dijo, señalando a sus hombres para que se acercaran-. Ahora, entréguenme las perlas y tal vez consideré ser misericordioso.
Antes de que pudieran responder, un hombre encapuchado apareció detrás de Namjoon. Era el Sacerdote, su rostro oculto en sombras pero su presencia inconfundible. Una energía oscura parecía emanar de él, intensificando el miedo que ya sentían.
-Namjoon, tenemos poco tiempo. No juegues con ellos -dijo el Sacerdote, su voz resonando con una autoridad siniestra.
Namjoon asintió, su expresión endureciéndose.
-Entreguen las perlas ahora -ordenó, su tono mortalmente serio.
Jungkook y Taehyung se miraron, sabiendo que estaban en una situación desesperada. Lentamente, Jungkook sacó las perlas de su bolsa, pero en lugar de entregárselas, las arrojó al suelo con fuerza, creando una explosión de luz cegadora.
-¡Corre, Taehyung! -gritó Jungkook, lanzándose contra Namjoon para ganar tiempo.
Taehyung no dudó. Aprovechando la confusión, corrió hacia el bosque, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Podía escuchar el sonido de la lucha detrás de él, pero no se detuvo. Sabía que su única esperanza era encontrar un lugar seguro y planear su siguiente movimiento.
Mientras corría, su mente estaba llena de imágenes de Jungkook enfrentándose a su propio hermano, de Hana atrapada entre la culpa y la desesperación, y del Sacerdote, cuya presencia oscura parecía envolverlo todo. Sabía que la batalla por las perlas y por su libertad estaba lejos de terminar, pero también sabía que no podía rendirse.
Con cada paso que daba, se prometió a sí mismo que volvería por Jungkook, que encontraría una manera de derrotar a Namjoon y al Sacerdote, y que protegería las perlas a toda costa. La lucha acababa de comenzar, y Taehyung estaba decidido a ganar, no solo por él, sino por todos aquellos que dependían de su éxito.
La oscuridad del bosque lo envolvió, pero en su corazón brillaba una luz de esperanza y determinación que ni siquiera la traición más vil podía apagar.
Taehyung siguió corriendo, sus pies apenas tocando el suelo mientras se adentraba más en el bosque. Su respiración era rápida y entrecortada, pero no podía permitirse el lujo de detenerse. En su mente, las imágenes de Jungkook enfrentándose a Namjoon y el Sacerdote lo impulsaban a seguir adelante.
Finalmente, llegó a un pequeño claro donde el sol apenas comenzaba a filtrarse entre las copas de los árboles. Se detuvo un momento para recuperar el aliento, apoyándose en un tronco caído. Sabía que no podía quedarse allí mucho tiempo; los seguidores del Sacerdote y los hombres de Namjoon pronto estarían tras él.
Taehyung trató de pensar en un plan. Necesitaba encontrar aliados, alguien que pudiera ayudarlo a salvar a Jungkook y a detener a Namjoon y al Sacerdote. Recordó las historias que había escuchado sobre un grupo de rebeldes que vivían en las montañas al norte. Se decía que eran valientes y estaban dispuestos a luchar contra la tiranía y la opresión.
Con renovada determinación, Taehyung se puso en marcha hacia el norte. Sabía que era un viaje peligroso, pero no tenía otra opción. Mientras caminaba, sintió una presencia a su alrededor, como si lo estuvieran observando. Se detuvo y miró a su alrededor, pero no vio a nadie.
-¿Quién está ahí? -preguntó en voz alta, su voz resonando en el claro.
De las sombras emergió una figura encapuchada. Taehyung retrocedió, preparado para defenderse.
-Tranquilo, Taehyung. No soy tu enemigo -dijo la figura, revelando un rostro joven y amable-. Mi nombre es suga. He estado siguiendo tu rastro desde que escapaste del Sacerdote.
Taehyung lo miró con desconfianza.
-¿Cómo sé que puedo confiar en ti? -preguntó, su voz temblando ligeramente.
Suga se quitó la capucha, mostrando sus ojos sinceros y una expresión de determinación.
-Porque también estoy luchando contra el Sacerdote y Namjoon. Mi pueblo fue destruido por ellos, y he jurado vengar a mi familia. Vi cómo tú y Jungkook se enfrentaron a ellos. Sé que compartimos el mismo enemigo.
Taehyung sintió una chispa de esperanza. Quizás Suga podía ser el aliado que necesitaba.
-Entonces, ¿qué propones? -preguntó, relajando un poco su postura.
-Debemos reunir a los rebeldes en las montañas del norte. Con su ayuda, podemos planear un ataque contra el Sacerdote y Namjoon. Pero primero, tenemos que rescatar a Jungkook -respondió Suga, mirándolo con seriedad.
Taehyung asintió, sabiendo que no tenía tiempo que perder.
-Muy bien. Llévame con los rebeldes. Juntos, encontraremos una manera de detenerlos. Suga sonrió y asintió.
-Sígueme. Conozco un camino seguro hacia las montañas.
Mientras se adentraban en el bosque, Taehyung no podía evitar sentir una mezcla de miedo y esperanza. La traición de Namjoon y el poder oscuro del Sacerdote eran amenazas formidables, pero con aliados como Suga y los rebeldes, tal vez tenían una oportunidad.
El viaje hacia las montañas fue largo y arduo. Pasaron por senderos estrechos y peligrosos, siempre vigilantes ante cualquier signo de peligro. Suga demostró ser un guía hábil, llevando a Taehyung por rutas seguras y evitando las patrullas del Sacerdote.
Finalmente, llegaron a un campamento oculto en una cueva protegida por las montañas. Allí, Taehyung vio a hombres y mujeres de todas las edades, armados y listos para la batalla. Los rebeldes lo miraron con curiosidad y desconfianza, pero Suga rápidamente explicó la situación.
-Este es Taehyung. Él y su amigo Jungkook han estado luchando contra el Sacerdote y Namjoon. Necesitamos su ayuda para rescatar a Jungkook y detener a nuestros enemigos.
Un hombre robusto y de aspecto severo se adelantó, mirando a Taehyung con ojos penetrantes.
-Soy Seokjin, líder de estos rebeldes. Si lo que Suga dice es cierto, entonces estamos del mismo lado. Pero necesitamos un plan sólido -dijo, su voz firme.
Taehyung asintió, sintiendo un renovado sentido de propósito.
-Tengo un plan. Pero necesitaré la ayuda de todos ustedes. Debemos ser rápidos y precisos -dijo Taehyung, mirando a los rebeldes reunidos frente a él-. La vida de Jungkook y el futuro de todos nosotros dependen de ello.
Les dejo un nuevo capítulo
Espero les guste 💞🥰
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