Capitulo 15: Confesión
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Si nos ponemos a pensar, incluso el hombre más despiadado sobre la tierra tiene miedos que pueden acabar con él mentalmente, logrando un quiebre emocional en el individuo hasta dejarlo en la más profunda miseria.
Incluso para él, que era conocido hasta ese momento como el mafioso con más historial de asesinatos y temido por todos los clanes, tenía miedos que no se atrevía a afrontar.
»El miedo a sufrir era muchísimo peor que el mismo sufrimiento«
Aquella tarde parecía ser perfecta, tenía todo listo para su cita. Todo hubiera seguido así de excelente si no fuera porque al abrir la puerta del garaje se encontró con su tío apoyado sobre su auto con el celular en la mano inquieto, quien al ver a su sobrino ejemplar pudo sentirse más relajado.
— WangJi, justo a tiempo. Estaba por marcarte.
El pelinegro retrocedió un paso por la impresión, y por reflejo guardó en su bolsillo el regalo que le había comprado a Wei Ying.
Se suponía que su tío no debía estar en la casa a esa hora ni en ese lugar en específico. Él no tenía que estar ahí.
— ¿Qué… sucede?
— Reunión con el Clan Feng, vamos a arreglar unos asuntos con ellos ahora — WangJi pudo sentir como su pulso empezaba a acelerarse — Ambiciosos e irrazonables, quieren recibir parte de nuestras ganancias solo porque tenemos negocios cerca de sus terrenos.
— ¿Ahora?
— Sí — lo miró de pies a cabeza — Parece que estabas listo ya para la ocasión, aunque solo entraré yo a hablar, es un desperdicio.
— ¿Es necesaria mi presencia?
— Por supuesto. Si las cosas se salen de control, o mejor dicho que no salen a nuestro favor, deberás entrar y obligarlos a aceptar. Mientras tanto, solo te quedarás en el auto hasta esperar a que yo salga.
— ¿Y XiChen? Él podría-...
— WangJi, ¿por qué haces tantas preguntas? ¿Acaso tienes algo que hacer o decirme?
Agachó la mirada, movió los labios pero ni una respuesta digna salió de ellos.
— Yo… No…
— Bien, entonces guarda silencio. No necesito escuchar quejas en este momento — llevó su mano a su entrecejo — Ya tengo bastante dolor de cabeza con este problema... No necesito estresarme más.
— Tío…
— ¡No hay tiempo! — gritó — ¡Entra al auto ahora!
Lan QiRen abrió la puerta del asiento del copiloto para poder sentarse, y para sorpresa suya se encontró con un gran ramo de flores rojas. Se veían sumamente costosas y muy elegantes, con un aroma especial.
— WangJi, ¿por qué está esto en tu auto?
— Es… — tragó saliva — Para ambientar.
— ¿Ambientar? — levantó una ceja.
— Sí…
— Tienen buen olor — lo tomó en sus manos sutilmente y lo lanzó fuera del auto. Lan Zhan apretó el puño del coraje al ver que este se había destrozado por completo — Pero procura que nadie te vea con ese tipo de cosas, no vayan a cuestionar tu masculinidad. No queremos esos malentendidos en la familia.
— Entiendo... — se acomodó en su asiento y se colocó el cinturón de seguridad con algo de torpeza — No volverá a suceder.
— Eso espero WangJi — le dió una palmada en el hombro — Bien, vámonos.
Sus movimientos eran torpes por lo ansioso que se sentía. Quería salir del auto y decirle que no, que hoy no era buen momento e irse de ahí.
Pero no lo hizo.
Ya estaba en plena carretera desolada fuera de Gusu, en dirección al distrito de Hunan con la intención de "hacer negocios".
¿Por qué un chico de 18 años debería meterse en ese tipo de conflictos? Él no quería estar ahí.
Su tío sacó una cajetilla de cigarrillos para fumarse uno. Aspiró y dejó ir el humo por la ventana en dirección desconocida. Eso le sumaba a su apariencia más intimidación que la que normalmente tenía. Era atractivo, sí, quizás sin esos pelos que le colgaban de la barbilla y adornaban por encima de su labio. Sin mencionar el gran corte que tenía en el rostro.
— WangJi, casi olvido mencionarlo. Pero ya está confirmada la fecha.
— ¿Sobre qué?
— Ya lo sabes, te lo hemos mencionado desde hace años.
— No lo sé…
— ¿Actuarás como un ignorante? — liberó más humo de entre sus labios y lo tiró por la ventana, para después sacar otro más.
— Yo…
— Sobre tu compromiso, WangJi.
El pelinegro frenó de golpe el auto sorprendiendo al mayor. La respiración de Hanguang-Jun se agitó por el shock y pequeñas gotas de sudor bajaban por su frente al sentir cómo su mundo se iba derrumbando.
— Tío… No…
— ¿No qué?
Las palabras no salían de sus labios.
— Ahora que eres mayor de edad, deberás cumplir con el rol de líder. Tu prometida regresa del extranjero dentro de un tiempo, en unos meses, debes estar preparado.
WangJi apretaba con fuerza el volante intentando mantener la calma sin saber a dónde mirar.
— Yo no quiero…
— ¿Y eso? Antes estabas de acuerdo, no entiendo tu oposición en este momento.
Y no era mentira.
Bueno, no del todo.
Es cierto que WangJi tenía conocimiento sobre ese compromiso, y no es que estuviera de acuerdo, simplemente no dijo nada. En ese tiempo se aferraba a la idea de que él nunca experimentaría ese ardiente sentimiento que ahora invade día con día su pecho. Solo no le importaba lo que sucediera con su futuro. Pensaba que si ese era su destino, lo iba a aceptar por el bien de su clan.
Eso era antes, claro.
Antes de conocer a Wei Ying.
Su razón por la cual esforzarse más y vivir como quiere.
Tomó valor mentalizado esa hermosa sonrisa y el "¡Lan Zhan!" que salía de los labios del castaño, y habló profundamente:
— Me niego a ser líder del Clan Lan.
— WangJi, estás hablando incoherencias — se agarró el entrecejo frustrado — Te lo dije, no necesito más estrés en estos momentos. Conduce.
— No — apretó el volante — Escúchame.
— Lo hago, sobrino.
— Yo… — tragó saliva — Quiero tener una vida normal..
— La tienes, WangJi. Tienes una familia, vas a la universidad con normalidad, convives con-
— Me refiero a desertar.
Lan Qiren cambió su expresión totalmente. Le disgustaba bastante lo que su sobrino estaba diciendo.
— En este momento estás caminando por hielo muy delgado, WangJi. Piensa bien lo que dirás.
— Yo…
— Tu seguridad y la de tu futura esposa e hijos será primordial. Vivirán bajo la protección de nuestra gente.
— No..
— Es lo más seguro. Vivirán bien y no tendrás que preocuparte por-
— ¡Yo no quiero eso! — alzó la voz.
— Debe ser así, WangJi. No es negociable.
— ¿Por qué tiene que ser así?
— Yo nunca me casé ni tuve hijos para criarlos a Xichen y a ti. Ustedes son como mis hijos, y siempre lo serán — WangJi sintió su pecho dolido por ese comentario. Lan Qiren sabía en qué tema atacar para tenerlo a su merced — Y por ende, son los que siguen en el linaje de los líderes. Xichen tomó su decisión, ahora solo quedarías tú.
— …
No era justo, para nada justo.
¿XiChen pudo decidir qué hacer con su vida y él no? ¿Por qué esa decisión tan injusta?
— Tu madre… — sonrió con cierta nostalgia y regresó su mirada a WangJi — Hubiera estado orgullosa de ver qué no eres un líder igual a tu padre.
No pudo más, sintió que se quebraba.
— Tú no la conoces…
— Lo hice, por supuesto que lo hice. Mucho antes de que ustedes nacieran. Y bueno, pasara-
— Lo sé, todavía lo recuerdo — susurró con la cabeza agachada — Recuerdo todo.
Lan QiRen abrió los ojos de par en par sorprendido.
— Entonces lo recuerdas... — dijo para sí mismo.
— Mi madre no hubiera querido que siguiera aquí.
— Ella solo quería que ustedes dos fueran protegidos. Y eso hicimos, WangJi — tocó su hombro — Sigues aquí, a pesar de todo. Has tenido una vida llena de lujos, el dinero nunca te ha hecho falta ni una buena educación. No necesitas nada más fuera de aquí.
— Es absurdo.
Lan Qiren volvió a fruncir el ceño bastante furioso.
— ¿A qué te refieres?
— Las reglas.
— Mantener la ética nos hace quiénes somos. Somos distinguidos por nuestra pulcra presencia, no podemos manchar eso.
— Es irrazonable.
— ¿Qué es irrazonable según tú?
— Que-
Una sombra se presentó delante suyo, cortando abruptamente su conversación y desconcentrando a ambos.
Poco a poco fueron apareciendo más y más siluetas alrededor, rodeando por completo el automóvil y bloqueando la salida por cualquier lado mientras eran apuntados por armas.
Sí, habían sido engañados.
»Hanguang-Jun«
Escuchó una voz a lo lejos que lo llamaba. Su cabeza empezó a dar vueltas y no reconocía de quién era. Miró a todos lados pero no encontró de quién provenía.
»Lan WangJi«
La volvió a escuchar cada vez más cerca.
»¡Lan Zhan!«
»¡¿Lan Zhan, me escuchas?!«
»¡¡Lan Zhan, por favor!!«
»¡¡¡CARAJO AMO, DESPIERTA QUE ME ESTÁS ASFIXIANDO Y NO DE LA MANERA ERÓTICA!!!«
Sus ojos se abrieron de golpe. Su rostro estaba sobre el pecho del menor que lo estaba jalando de los cabellos para poder quitárselo de encima ya cómo último recurso antes de morir. Rápidamente se levantó, aún confundido de si lo que había soñado había ocurrido en verdad o no, y Wei Ying al fin pudo respirar.
— ¡¡¡Eres muy pesado!!! — tosió intentando recuperar el aire — ¡¿Qué carajos comes?! ¡¿Metal?!
WangJi agachó la mirada como si estuviera arrepentido.
— Lan Zhan, perdón por alzar la voz. Me alteré, no estoy enojado contigo... — respiró hondo y sonrió — ¿Cómo es que terminé debajo tuyo? Si estaba fríamente calculado para que fuera al revés~
— Bueno…
Todo había sido planeado por Wei Wuxian. Cómo había comentado antes, él sí conocía ese lugar. Antes de que tomara prestada la moto de su hermano para ir a hacer sus apuestas, recorría las montañas para encontrar el punto justo de dónde saltar y caer encima del techo del tren que recorría todos los distritos. Cada quién tiene su manera de ahorrar unos céntimos.
Era su momento para encontrar paz mental, además que lo acompañaban bellos paisajes y el cielo despejado con un clima cálido. Se tiraba ahí por horas hasta que cayera la noche.
Ahora estaban en su lugar especial con el hombre que más anhelaba.
Pueeeeede ser que no fuera buena idea ese plan de escape tan peligroso, un mal cálculo y caían a las vías del tren. Aún así, con la intención de protegerse mutuamente, saltaron.
Wei Wuxian, aún tomado de la mano de su amo, se giró en el aire sólo para sacarle el dedo medio a los oficiales mientras gritaba eufórico y triunfante.
— ¡¡¡BÉSENME EL CULO, PUTOS!!! ¡¡¡WUUUUU!!!
Todos estaban estupefactos ante este pequeño show de descaro absoluto. Y no, no era porque estaba desafiando descaradamente a las autoridades y sudándole por completo las consecuencias de lo que estaba haciendo. Sino, que... Él había olvidado un pequeñísimo detalle…
Qué traía puesto una falda y no tenía ropa interior.
Hanguang-Jun salió del trance por unos segundos y abrazó a Wei Wuxian para cubrirlo con su cuerpo. Miró hacía arriba solo para lanzarles una mirada asesina a los oficiales que claramente decía "Borren de su memoria lo que acaban de ver, por su propio bien" antes de caer contra la fría plancha de metal.
Sus cuerpos dolían, más que todo la del menor al tener a alguien tan grande como un oso sobre él. Aunque ya estaba acostumbrado a sentir todo tipo de dolores, está vez esperaba que no se le hubiera reventado un pulmón por la aplastada que le dieron.
Era el karma, sin duda.
Lan Zhan lo levantó con cuidado y verificó que no tuviera ninguna herida, además de confirmar que su respiración era normal. Aliviado de que no había sufrido lesiones mayores, acarició su cabeza con ternura.
— Fuiste muy astuto. Muy bien hecho.
¡Lo estaba elogiando!
La primera vez que se encontraron literalmente lo miró de arriba a abajo, y le dijo: "Eres ridículo, no sirves para esto. Dedícate a otra cosa"
¿Cómo las cosas podían cambiar tan radicalmente? Ay, el amor.
Wei Ying apoyó su cabeza contra el pecho de Hanguang-Jun mientras reía. Estaba demasiado feliz. También quería llorar, si hablaba en ese momento no podría parar.
— Perdón por arruinar la cita — susurró sin quitar su cabeza de su pecho mientras soltaba unas risas lamentables — Pero es lo más jodidamente divertido que he hecho en mucho tiempo~
— Está bien, es... Interesante.
— Lo es~
— Mientras te diviertas…
— Conmigo nunca te vas a aburrir~ — levantó la cabeza para toparse con los ojos de su amo — Aunque debo admitir de que fue pura suerte de que el tren pasara~
— ¿Qué? — preguntó confundido.
— ¡Sí!
— Entonces…
— ¡Oh, mira Lan Zhan, la playa!
Dirigió su mirada a esa agua cristalina que brillaba iluminando de luces azules todo el lugar.
— Estamos en Gusu…
Era un paisaje realmente increíble… A medida que el agua se extendió ante sus ojos, se sentían muy asombrados y cautivados por la inmensidad del mar. ¡Había tanta colorida vida y criatura en el agua, y todas las olas se vieron tan imponentes y poderosas! Fue un momento realmente asombroso para ambos, ver la belleza del mar, y experimentar el vasto universo marino... Era bellísimo.
— Sí~ — se puso de pie gritando a los cuatro vientos con los brazos extendidos — ¡Bestia ha secuestrado a Bella para llevarlo a su castillo helado en Gusu y tenerlo cautivo hasta convertirlo en su esposo! ¡Alguien que lo ayude!
— Tú me secuestraste a mí…
— ¡Lan Zhan! — se hizo el indignado — Cómo crees que yo, Wei Wuxian el licenciado en la carrera de joder a los demás, sería capaz de algo así..
Lan Zhan río y se puso de pie junto al castaño. Era un sentimiento bastante agradable y nuevo. Podían ver cómo se movían a través de las nubes, y sentíamos como si pudiéramos tocar el cielo con las manos. Wei Ying siempre lo hacía sentir tan libre y feliz cuando estaban juntos...Era como si fuera tan fácil estar con él, como si no tuviera que pensar en lo que estaba haciendo o lo que estaba diciendo, y solo pudiera vivir en el momento.
De su bolsillo sacó una pequeña cajita que había logrado salvar esa noche, era un regalo que le había comprado a Wei Ying. Un lindo y lujoso anillo, aunque no eran de compromiso ni nada en especial, le quería dar un significado especial.
Pensó mucho en sí debía dárselo o no en ese momento, ya que antes de caer ahí Wei Ying había bromeado sobre estar casados y no estaba seguro si ese acto se vería como "seguirle a la broma". Miró a todos lados buscando una respuesta y las palabras correctas para dárselo. Ya que sí, le estaría confesando su amor.
— Lan Zhan, ¿sucede algo?
— No.. — guardó rápidamente la cajita en su bolsillo y volteó la mirada — Todo bien.
— ¿Seguro que todo está bien? — su voz sonaba con preocupación — Te escuché susurrar algo mientras estabas inconsciente. Sonabas.. angustiado. ¿Qué pasó antes de venir conmigo?
WangJi se asustó y fue incapaz de poder hablar claro, sólo teniendo ese maldito compromiso en la mente.
— No es nada, no te preocupes — suspiró — Todo esta bien.
— Te creeré, amo~ — dirigió su atención a la bella vista que tenía al frente y bajó la voz con algo de pena — Te quiero creer..
Su expresión le hizo saltar el corazón a WangJi ¿Quizás Wei Ying había escuchado demás? ¿Ya lo sabía? La duda lo estaba matando, y lo peor de todo es que no podía preguntarle sino aumentaría las sospechas.
— Wei Ying..
El castaño empezó a tararear una melodía mientras se balanceaba de un lado a otro para despejar su mente. Era una canción que se le hizo familiar al mafioso.. aunque no recordaba de dónde la había escuchado. Su voz, ante sus oídos, era melodiosa.
— Así que~ estos son los recuerdos impregnados del primer amor~ — entonaba con sentimiento cada letra — ¿Cómo me acercó a tí sin perder mi corazón en ello~?
Hanguang-Jun lo escuchaba atento, observando lo hermoso que se veía bajo la luz de la luna.
— Contigo~ toco está canción entre lágrimas y risas.. — pauso dudoso, pensando en su siguiente oración — A pesar.. mmm… a pesar..
— A pesar de las mil tormentas, aún conservas un corazón puro — agregó WangJi.
A Wei Ying le brillaron los ojos por lo cautivado que se encontraba. Si tan sólo escucharlo hablar lo derretía, el escucharlo cantar lo hacía tocar el cielo. ¿Es que así te reciben en el paraíso?
— ¡Queda perfecto! — exclamó emocionado — Nunca supe cómo terminar esa parte~ ¿Te gusta componer?
— No, sólo pensé que quedaría bien.
— ¡Pues me encanta! — le estiró la mano con una gran sonrisa — ¡Vamos a bailarla!
— Yo no sé bailar..
— Sólo sígueme, yo te guío~
— Mmh.
Entrelazaron sus dedos y le indicó que pusiera su mano en su cintura. Con un movimiento suave, Wei Ying movió su pie izquierdo hacia atrás y rozó el suelo resbaladizo. Dio un paso adelante con su pierna derecha y siguió su otra pierna. Inclinándose hacia adelante y mirándolo a los ojos, sus dedos del mafioso apretaron sus cintura, dando giros por sobre esa extensa plancha de metal que se había convertido en su pista de baile.
Amenazando con tocar sus labios con los suyos, miró a la izquierda, luego a la derecha para no ser atrapado y provocarlo a la vez. Wei Ying lo apartó como si fuera demasiado aterrador y demasiado hermoso para estar allí, pero Hanguang-Jun sostuvo su mano. Por esta acción y la sorpresa que le dió su pie resbaló por el borde del techo y su cuerpo quiso caerse hacia las vías del tren, pero los fuertes brazos de su amo la envolvieron con fuerza por la cintura, protegiéndolo.
Era una noche tan preciosa. El brillo de la luna se reflejaba en el agua cristalina, ¡haciendo que el mar y el cielo se mezclaran juntos como un lienzo de la mejor pintura! Bailar bajo la luz de la luna con Lan Wangji fue una experiencia tan hermosa y tan poderosa para Wei Wuxian ¡Se sentía tan feliz, tan en paz y tan en la cima del mundo en esos momentos!
«Tener la oportunidad de que Lan Zhan baile conmigo la canción que compuse… ¿Qué más podría pedir?»
Wei Ying empezó a reírse por lo divertido que era, hasta que el tren dió un cambio de carril y cayeron hacia atrás. El castaño cayó encima de su mafioso, y volvió a reír por la situación. Se acomodó mejor y se sentó encima de la entrepierna de él. Acarició su pecho apreciando a su amo.
Lan Wangji era muy guapo.
Tenía el cabello negro como la noche, y sus ojos eran tan brillantes como la luna, su voz era muy suave y tranquila, y su piel era tan suave como el agua. Sin duda era la persona más hermosa que Wei Ying había conocido. Él era como una estatua viviente, era la viva personificación de la lujuria. ¡Su todo le hacía sentir tan feliz y tan completo!
Se inclinó y le dió un beso.
Y luego otro.
Y otro más hasta llenarlo de besos por lo apasionante que lograba ser esa situación.
Acarició su mejilla y le dió un último beso.
Se sentía en las nubes, sentado en un mundo de sueño y felicidad. Nada más tenía importancia además de estar a su lado, como si solo Lan Zhan y él fueran los únicos seres vivos del mundo, aislados en un mundo lleno de paz y caricias.
Sentía en su corazón un inmenso amor y una determinación sin igual. Estaba totalmente dedicado y consumido por Lan Wangji.
Él es su amor, su amuleto, su fuerza motriz que lo impulsaba hacia adelante...
Él era su todo.
Su corazón ya no podía aguantarlo más.
— Me gustas — confesó con una tierna mirada y sonrisa — Me gustas demasiado, Lan Zhan.
— Wei Ying.. — tragó saliva con dificultad.
— Ese soy yo, amo. El hombre que más te anhela — sonrió.
— ¿Por qué..?
Lan Zhan no lo podía creer.
¿Acaso estaba alucinando o Wei Ying acababa de decir que le gustaba? Quizás el golpe en la cabeza lo estaba haciendo escuchar cosas que no son.
Aún intentando procesar aquellas dulces palabras esperando que su corazón no se saliera de su pecho, Wei Ying continúo hablando.
— Sólo escúchame, ¿sí?
— Mmh..
— Nunca imaginé que alguien se atrevería a desafiarme y a ponerme en mi lugar cómo tú lo hiciste. ¿Cómo es posible que me hagas estar más baboso de lo que ya estoy con sólo tu presencia? Con escuchar una palabra o orden tuya, mi corazón se acelera y se siente más cálido por saber que ahí estás. Tienes una mirada aterradora, pero cuando eres lindo conmigo.. amo como cambian atrapándome por completo. Me has dado más felicidad de la que nunca conocí en este corto tiempo a pesar de los conflictos que tuvimos.
Tomó sus manos con delicadeza para juntarlas y depositar un beso en ellas.
— Lan Zhan... estoy muy enamorado de tí, desde el primer día en que te conocí. Deseo estar a tu lado, seguir a tus órdenes y ayudarte en todo lo que pueda. Te quiero entregar mi afecto y devoción, seré incondicionalmente leal a ti. Te entregaré todo lo que tengo en este idiota corazón — golpeó su pecho varias veces — Aunque no lo parezca, cuando estoy contigo me pongo muy nervioso. Estoy intentando aplicar todo lo que aprendí en primaria para hablar bien y que se me entienda~ No puedo describir con palabras todo lo que siento exactamente, solo te pido que me lo creas.
No era el único. Lan Zhan también tenía su corazón palpitando con fuerza e incontrolablemente. Era como si le hubieran golpeado con un rayo. Fue como si el cielo se abriese ante él y todos los dioses le hubieran bendecido.
— Quisiera que nos hubiéramos conocido de una mejor manera, pero creo que nadie en el mundo podrá repetir nuestra historia~ — río tiernamente — Digo, ¿quién te asalta y termina siendo asaltado después? Somos los únicos idiotas~
— …
Hanguang-Jun aún no agarraba señal. Wei Ying al ver su reacción le dió otro tierno beso en los labios, mordiéndolo antes de separarse como si no quisiera dejarlo ir.
— Lan Zhan, quiero gustarte yo también.
¿Qué debo hacer para que mi amo se enamore de mí? ¿Será que algún día podremos ser más que un "una deuda"? — empezó a rozar su trasero desnudo contra la entrepierna de Hanguang-Jun de adelante hacia atrás, sintiendo como algo empezaba a crecer ahí abajo — Aunque parece que tu "pequeño" tú ya se enamoró de mí, ¿no?
El movimiento hizo reaccionar a Hanguang-Jun, quién aún no tenía las palabras correctas para poder decir lo que sentía.
Empezó a sentirse frustrado, y esto Wei Ying lo notó. Conociendo cómo era el mafioso, el castaño no iba a presionarlo en responder. Estaba dispuesto a esperar por una respuesta más adelante. Si fuera positiva o negativa, lo esperaría. Así que, sin más, desvío la conversación como mejor sabía hacerlo.
Colocó sus manos sobre el pecho de su amo para empezar a mover sus caderas sensualmente, sintiendo como el bulto debajo suyo se hacía más y más grande cada vez. Estaba tentado, necesitaba que eso estuviera dentro suyo en ese momento.
— Hanguang-Jun, quiero pagar una parte de la deuda ahora mismo. Sólo una pequeñísima parte de ella — su voz dejaba en claro lo excitado que se estaba poniendo mientras se despojaba de sus prendas de arriba — ¿Acaso no te pone la idea de hacerlo al aire libre con altas probabilidades de ser atrapados? Así todo el mundo se va a enterar que soy sólo tuyo~
El pelinegro en respuesta mordió el cuello de Wuxian, dejando una gran marca en él. Dolía, ya que de esta empezó a brotar un poco de sangre, pero al pequeño delincuente le encantaba sentir cómo era marcado por su amo.
— Eres sólo mío — susurró al oído del menor.
— Hasta que la deuda se acabe, ¿verdad..?
— No.
— ¿Me cobrarás intereses entonces?
— Estarás endeudado por el resto de tu vida.
— Nunca pensé que me alegraría tanto escuchar algo así — lanzó su top y pasó su mano por su pecho desnudo. Empezó a jugar con sus pezones para provocar a su amo quién no quitaba la vista de esa hermosa presentación — Vas a joderme cuánto quieras, ¿eh?
— No te pienso dejar ir.
— Sabes, es curioso que para algunas cosas sueltes la lengua.. — se mordió el labio inferior aún tocando con la yema de sus dedos sus pezones rosados — ¿Qué tal si ahora mejor lo usas para algo más?
Entendiendo el mensaje, se acercó hasta el pecho de Wei Ying y mordió con desesperación aquellos hermosos y jugosos pezones que rápidamente se hincharon. Lamía y absorbía cada vez más fuerte, logrando que Wei Ying soltará unos pequeños gemidos acompañado de lágrimas por lo violento que estaba siendo su amo con él.
— Lan Zhan, amo.. un poco más suave.. me duele..
— ¿Más suave..? — susurró sin despegarse. Bajó su mano y pasó su mano por el trasero de Wei Ying. Y sin previo aviso introdujo cuatro dedos dentro suyo hasta chocar con sus nudillos. Metiendo y sacando más rápido cada vez — ¿Quieres que sea más suave cuándo te comportas así?
— ¿Así.. ahh.. cómo…? — sus palabras no salían de su garganta por completo al sentir los largos dedos de su amo jugando con él.
— Provocándome.
— La-Lan Zhan.. — aún si parecía un hombre miserable y casi ido, movió sus caderas al ritmo de su amo y lamió sus labios en un acto de valentía — ¿Quién.. te está provocando? ¿Yo o.. mi culo?
Ya irritado, se desabrochó los pantalones dejando escapar su colosal pene que estaba ansioso de castigar a ese chico rebelde y ponerlo en su lugar. No le dió ni tiempo de reaccionar a Wei Ying cuando Lan Zhan lo tomó de las caderas y lo sentó de un golpe sobre su gran polla. Haciendo que el menor soltara un gemido lamentable de placer combinado con dolor. No pudo evitar que las lágrimas cayeran por su mejilla, de todas formas, lo disfrutaba tanto. Quería que siguiera ese ritmo y lo destrozara por completo.
Sus cuerpos ardían. Sus miradas estaban completamente perdidas, segadas por el deseo que sentían el uno por el otro. Las embestidas eran cada vez más rápidas y violentas por cada provocación que realizaba el menor con la intención de ser penetrado hasta lo más profundo.
— ¡Mng~! ¡Eres.. una bestia~! — se mordía el labio inferior apoyándose sobre su amo — Mierda~... ¡Amo tu pene!
Él no se quedaba atrás, movía sus caderas de arriba a abajo rebotando su carnoso trasero sobre la pelvis de Hanguang-Jun cómo si de un deporte se tratase. Creando sonidos obscenos de dónde se unían, y que gracias al ruido del tren nadie más que ellos podían escucharlos.
— Ahh~ ¡Así~! ¡Fóllame más duro Daddy~! — gemía en voz alta moviendo el culo como mejor sabía hacerlo — ¡Cógeme como tu puta y lléname de tu semen hasta ensuciarme por completo~! ¡Ahh~!
— Baja la voz.. o nos descubrirán.. — gruñó apretando una de sus nalgas del menor.
— No me importa que se enteren cómo me estás partiendo el culo — apartó su cabello de su rostro que se movía frenéticamente por el aire y el movimiento del tren — Es un show, deberíamos cobrar por ello~
Hanguang-Jun en respuesta le dió un palmazo en su nalga derecha, haciéndolo callar y sonrojar por lo avergonzado que se sentía.
— Recuerda lo que sucedió la última vez.
— No me importa porque no estamos en Yunmeng y a cualquiera de aquí no la volveré a ver en la vida.. — hizo un puchero evitando mirarlo — No me tienes que regañar cómo a un niño chiquito..
— Wei Ying-
El menor cerró los ojos y se cubrió los oídos frunciendo el ceño.
— ¡A-Xian no te escucha~!
— Wei Ying..
— ¡A-Xian tiene 3 años y no habla con desconocidos! — le sacó la lengua juguetonamente — ¡Soy sordo y el mundo también lo es!
— Wei Ying..
— Sé que estás hablando porque siento que te mueves ahí abajo~ pero no te estoy escuchando~ ¡Puedes hablar todo lo que quieras pero A-Xian no te hará caso!
Hanguang-Jun se rindió, así que se quedó observando al bello hombre que tenía encima suyo.
El mero pensamiento de tener a Wei Ying sobre él le hacía sentir abrumado de felicidad. La sola idea de estar con Wei Ying le hacía sentir increíblemente afortunado. Estaba muy agradecido de tenerlo. ¡Su amor por Wei Ying se había convertido en la cosa más importante en su vida!
Y como tal, tenía que ser sincero con él.
— Wei Ying, gracias por enseñarme que alguien como yo también puede amar y ser feliz — su mirada no se apartaba de aquella bella figura y sintió sus labios temblar — Agradezco el haberte conocido... Te amo y te amaré como nadie te amó.
El castaño al ver que Lan Zhan puso una expresión de angustia quiso apartar sus manos de sus oídos con el pensamiento de haberlo ofendido con su broma, pero rápidamente él las volvió a cubrir porque ya no se podía detener.
— Te amaré mientras viva — su voz se escuchaba que se iba a quebrar. El castaño podía verlo hablar, más no escucharlo, lo que lo aturdía e intentaba apartar sus manos de las de él pero le ganaba en fuerza — Y porque te amo no quiero lastimarte.
— Lan Zhan suéltame…
— Perdóname.
— ¡Lan Zhan suéltame!
— Haré lo mejor que pueda.
— ¡Hanguang-Jun ya suéltame! ¡La broma ya terminó!
Finalmente logró zafarse de su agarre. Ambos se quedaron mirando fijamente por unos segundos que se volvían eternos. Estaban agitados y confundidos por lo que acababa de suceder. ¡Había una gran cantidad de emoción y de sentimiento entre ambos! Pero por causa del agarre tan fuerte Wei Ying lo miraba con una cara de susto. Sentían que el tiempo se ralentizaba y que los dos eran incapaces de moverse.
— Wei Ying..
La falta de control de sus emociones hizo que el menor pusiera esa expresión, por lo que sintió culpa. Tenía que disculparse o confesarle la verdad de su accionar. Aún si este no lo perdonaba por "haberle mentido" sería lo mejor.
El castaño inclinó la cabeza aún confundido e hizo un puchero decepcionado.
— Se puso aguado.
— ¿Eh? — preguntó desconcertado.
— Tu polla se derritió — se salió de su encima desconectandose por completo de Hanguang-Jun y empezó a observar fijamente mientras le daba toquecitos dónde estaba sentado — ¿Se puso triste acaso?
Las orejas del mafioso se tornaron de un rojo intenso y el sentimiento de vergüenza lo invadió. Su fierro había sido fundido.
— Ya es momento de bajarnos. Ponte tu ropa.
— ¿Ya nos vamos~? Pero todavía puedo caminar~ — protestó — Además, siento que me acabo de perder de algo importante..
— No era nada — se abrochó el pantalón y se puso de pie — Vístete, te llevaré a tu casa.
— ¿Y no me puedo quedar a dormir en la tuya? Ya que estamos en Gusu~ — miró a su alrededor, el lugar ya no tenía ese brillo características azul del distrito dónde vivía su amado, sino que era un tono color rojizo — Mierda, estamos en Hunan.
— ¿Cómo lo sabes? — preguntó algo asustado. Aún si había estado ahí ese mismo día, no se había fijado en sus alrededores — ¿Ya habías venido antes?
— Sí, era mi lugar favorito para hacer apuestas. El día que pasaba por Gusu y te conocí justo venía de ahí.
— ¿Apuestas?
— Más bien estafas. Eran unos idiotas que sólo me invitaban por mi apariencia y la verdad es que no me podía negar ya que era mucho dinero lo que se ofrecía ahí~
— …
— Tranquilo Lan Zhan, ya no lo hago más. Tampoco hice algo con ellos que no quería hacer, sólo jugábamos unos jueguitos sucios.
— ¿...?
— Ay mierda eso sonó mal.. — se cubrió el rostro y miró hacía otro lado mientras se vestía con rapidez — Apuestas con dinero sucio, juegos con armas, esas cosas. ¡Pero ahora estoy yendo por mejor camino!
— Me parece bien..
— Cambio por ti — le dió un beso en la mejilla dejando estupefacto al mayor — Y también por mí. Me esforzaré por ser una mejor versión de mí mismo. Ya verás, caerás rendido a mis pies~
Le guiñó el ojo mientras pasaba su dedo por debajo de su mentón coquetamente, haciendo que al pelinegro se le cortara la respiración. Después, se alejó de él en busca de cómo bajar de ahí. A lo lejos pudo ver cómo se aproximaba una gran pila de basura que había sido abandonada cerca del carril. No necesitó usar palabras para que Hanguang-Jun supiera cuál era su plan, y esta vez se encargaría de que saliera como su sumiso quería. Lo abrazó por detrás y le dió la espalda al vacío, confiando su seguridad a la suerte. Entonces calculando los segundos y la distancia, saltaron nuevamente.
Para alegría del menor, está vez cayó encima del fuerte pecho de su amo y las suaves bolsas que parecían estar llenas de algodón o de sobras de tela.
— Lan Zhan.. — se acurrucó sobre él — Sabes, podríamos haber esperado hasta llegar a la estación y saltar en vez de en medio de la nada~
— …
No lo había pensado.
— Aunque hubiera sido una molestia tener que huir de la policía de nuevo.. — río — Prefiero mil veces estar así contigo en algún lugar desconocido que podría ser nuestra tumba~
— Mmh..
El viento corría, así que lo cubrió con sus brazos. Frente suyo pudo contemplar las estrellas, aún si eran brillantes nada brillaba más que el hombre que tenía con él.
— Por cierto, Lan Zhan, tenemos que ir a buscar tu auto. No quiero terminar debiendo más de la cuenta a tu familia. Por suerte conozco ese lugar como la palma de mi mano~ Sólo espero que no se lo hayan llevado.
— Tardaremos en volver caminando..
— Es cierto~ y no traigo nada de dinero encima. Normalmente me guardo el dinero en la ropa interior, ya sabes, por seguridad de que no me roben. Pero dejé hasta mi tanga allá.
— Y yo también dejé la billetera en el auto..
— ¡Estamos perdidos! ¡Perdidoooooosss! — su voz sonaba burlesca — ¡Tengo una idea! Podemos "tomar prestado" algún auto que se nos cruce primero. Seguro serán tan amables de no oponer resistencia~
Lan Zhan soltó una pequeña risilla.
— ¿No que "por buen camino"?
Wei Ying sonrió maliciosamente. Se levantó y tomó entre sus manos el único faro delgado que los iluminaba débilmente. Dió un pequeño giro sin quitar su vista del mafioso que lo había seguido poniéndose también de pie. Se lamió los labios y agitó su cabello.
— Siempre tendremos una jodida razón para pecar — se agarró con fuerza y abrió las piernas con la intención de brindarle un show privado sólo para su amo entre la oscura noche — Soy adicto al peligro y a ti.
Se quitó sus zapatos y movió de lado a lado su pequeña falda, dando un giro hábilmente y terminando por detrás del tubo.
¡Se sentía tan libre, tan alegre!
¡Sentía que el mundo estaba a su favor, y se sentía como si nada ni nadie lo pudiese parar en ese mundo, excepto la persona que lo estaba mirando y que estaba esperando su siguiente movimiento!
Y también excepto por esas manos que apretaron su cuello y cubrieron su boca por detrás suyo, jalándolo violentamente hacia la oscuridad absoluta.
— Creo que tu show de puta barata tendrá que esperar hasta que ajustemos cuentas con Hanguang-Jun, pequeña zorra — dijo una voz que provenía de entre las malezas. Sus ojos dorados buscaban desesperadamente a su amado que no hacía sonido alguno — Y sí te resistes, te cortaré tu maldita garganta y haré rodar tu puta cabeza frente a él. Y no queremos eso, ¿verdad cariño?
— ¡¡¡Wei Ying!!!
El show había terminado.
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