Capítulo Veintisiete
— Anda a decorar el muro del salón quinto B.
Taehyun enarcó las cejas, cruzándose de brazos y negándose a eso con la cabeza porque "No, ese es el trabajo de la tía Young".
— Pasa que ella está ocupada con quinto A, Taehyun —HyunJin parecía apurado mientras rebuscaba entre las hojas de su escritorio, pero Taehyun no cambiaba su pose desinteresada en el umbral de la oficina—. Ayuda en eso que justo ahora hay libre.
— Pero que lo haga algún alumno de ese salón —musitó en un quejido—. ¿Por qué yo?
— Porque eres mi hijo, y deberías apoyar, no confío en esos muchachos. —Su padre lo miró por encima de los anteojos, notablemente irritado al no recibir respuesta del menor—. Además, tu tienes mejor gusto para decorar. Vamos, niño, que no te pagué esas clases virtuales de lettering por nada.
El rubor en sus mejillas pintó con furor su rostro antes de arranchar la caja de materiales. Esperaba que el portazo que tiró haya hecho notar a su padre que se sentía usado, demasiado.
No se quería cruzar con BeomGyu, por lo menos hasta que las cosas mejoraran, pero a su padre parecía no importarle sus decisiones, mandándolo a la boca del lobo
"Vamos, levántate y ayúdame"
"Pero hyung, tengo mucho sue-"
"¿Que me vas a ayudar, dices? Gracias, toma esta caja y sígueme"
Tal vez en un futuro le pagaría a Kai por la paciencia que le tenía, pero ahora no se podía pensar en dormir, tenía que entender eso. Estaría en el salón de BeomGyu, seguramente siendo observado por todas las personas del aula que no tenían nada más que hacer.
También podía pasar desapercibido, pero conociendo a aquellos alumnos dignos de los dolores de cabeza de su primo quien era el presidente de la clase, ChanHee, no esperaba eso.
— ¿Y qué haremos?
— Déjamelo a mí, tú solo mantente al lado y ayúdame a pegar los trabajos cuando termine.
— ¿Y puedo hablar con SooBin hyung?
— Cuando termine.
Kai sonrió mientras la euforia le hacía dar saltitos: le parecía demasiado emocionante estar en el mismo salón que su hermano.
— Bien, entremos.
— ¿Y eso para qué es?
Taehyun rodó los ojos por la décima pregunta en los dos minutos que llevaba en el salón.
— ¿Le puedes poner brillantina?
Kai parecía retorcerse a su lado, seguramente reprimiendo su risa para no llamar la atención en el aula.
Algunas chicas y chicos rodearon el área de trabajo de Taehyun, que en realidad era la carpeta del tutor del salón, demasiado curiosos y admirando la letra y trazos del menor.
¿BeomGyu? Taehyun no lo sabía realmente, ni siquiera pudo darle una chequeada al lugar cuando entró: Uno, por vergüenza. Dos, porque demasiadas personas habían comenzado a decir bromas respecto a lo alto y guapo que era el hermano de Soobin.
O lo lindo que era el ex-novio de Choi BeomGyu.
— ¿Dónde aprendiste a hacer esa letra?
— Estoy ocupado.
La muchacha formó un puchero que fue rápidamente besado por su novio, sonriéndole y alejándose para seguramente comerse las bocas sin que los demás los vean, tal como hacía YeonJun con SooBin, aunque este último se negaba rotundamente a devolver los piquitos que eran depositados en sus labios.
El tiempo comenzó a pasar, media hora. Los trabajos improvisados se iban terminando, ¿muy rápido? Eso se lograba cuando te concentrabas los suficiente en hacer tu deber.
Y cuando te reprimías de distraerte, sabiendo que podías encontrar a tu ex charlando con alguien y terminar volviéndote un animal posesivo, o como decía MinHyuk, un gatito enojado.
— ¿Te gusta cómo quedó?
Aparte de que Kai era muy alto para su edad, también servía como juez, un juez demasiado crítico, pero que se suavizaba al ver la mirada anticipante de su crush.
— Está demasiado bonito —dijo, antes de sonreír sincero—. Me sorprende que lo haya hecho en menos de diez minutos.
Taehyun soltó un suspiro aliviado, dejando por terminado el trabajo y tomando todo para llevarlo al mural. — Bien, ayúdame a pegar esto.
Si hubiera venido solo, seguramente no aguantaría las miradas de todos, ni la humillación interna al no poder ser tan alto como los chicos del salón y tener que usar una silla. Pero tenía dieciséis, próximamente diecisiete, y de seguro en un tiempo llegaría a sus muy 1.83 metros deseados.
— ¿Cuántos años tienes? —preguntó una muchacha mientras Kai ubicaba uno de los trabajos en el mural. Muchos alumnos miraban con admiración el trabajo de Taehyun—. Eres muy alto, ¿es genética, cierto? Tu hermano es un poste.
—Eh, respeta a mi SooBinnie.
La chica soltó una carcajada, mirando cómo YeonJun acariciaba la cabeza que estaba recostada en su hombro, SooBin no se inmutaba en lo absoluto.
— Es solo curiosidad —respondió rodando los ojos y mirando de nuevo al menor— ¿Y? ¿Entonces es genética? ¿En serio tienes dieciséis añ-
— ¿Puedes dejar de hablarle? —Taehyun interrumpió ya exasperado, sus manos le estaban doliendo al haber hecho todo de corrido, y aquella mirada cansada se podría confundir por una furiosa fácilmente—. Lo vas a distraer.
Eso fue suficiente para que todos los alumnos del salón volvieran a sus lugares, con una pizca de miedo al ver a un pequeño de voz linda con mirada de asesino.
Kai ahora sí se rió, claro que hacía lo posible para que no resonaran sus carcajadas, pero ver el rostro enojado y rojo de su hyung era demasiado divertido para él.
— Los asustó.
— Ridículos.
El menor soltó una leve carcajada, respirando hondo al ver la sonrisa divertida en Kang.
— Usted es muy tierno cuando se enoja.
Ah...
Era demasiado normal ruborizarse para Taehyun, no era necesario que un cumplido tuviera que venir de alguien que le guste para que pasara.
Pero aún así llegaba a sacarlo de onda que los cumplidos vinieran de HueningKai, sabiendo de sus sentimientos.
— Cállate —susurró en quejido, mirando las manos del menor sobre las hojas del mural, esperando a que se pegaran—. ¿Puedes moverlo un poco a la derecha?
— Okay —Kai cumplió su pedido, observándolo para ver si estaba haciéndolo bien.
— Un poco más abajo... no, no, mejor arriba, no, espera, espera... a la derecha... No, a tu derecha, a mi derecha, a nuestra derecha, Kai, ¿por qué diablos lo mueves a la izquierda?, ugh, ¿no sabes cuál es tu izquierda? Le diré a mi papá que te baje de grad- ¡Ahí!
Kai suspiró cansado y dejó caer sus brazos a los lados, era cansado y prefería dormirse en vez de hacer eso, pero Taehyun se veía satisfecho con su trabajo, lo cual valía la pena.
— Gracias.
El menor pareció un cachorro asintiendo.
— Cuando quiera mi lindo hyung.
Taehyun rodó los ojos por doceava vez en el día, sacándole una carcajada más a Kai.
Kang Taehyun parecía no darse cuenta de esos detalles en sus muecas, porque cualquiera aseguraría que hacía gestos tiernos apropósito, pero era mentira, a él le salían tan al natural sonrojarse o quedarse en blanco. No era sorpresa.
Era demasiado irresistible, o eso pensaba Kai mientras lo contemplaba.
— Deja de mirarme y ubica el otro trabajo.
— Pero es que usted es muy tierno —se quejó el menor con un poco de aegyo en su voz.
Kai se acercó a él con la intención de abrazarlo y avergonzarlo aún más, pero Taehyun estaba preparado para ese tipo de muestras de afecto, por lo que apenas lo tocara, Kamal tendría inmediatamente un puño en su estómago.
Aunque eso no pasaría: el cuerpo de Beomgyu ya estaba interponiéndose entre ambos, con notable curiosidad fingida sobre el mural, tan solo para disimular aquel gesto de celos desesperado.
Cualquiera notaría el rostro afligido de BeomGyu o la rapidez con la que había interrumpido la escena, y se burlaría, pero Taehyun no.
Tal vez porque su nerviosismo al tenerlo demasiado cerca podía más con él. Tal vez sí estaba enamorado de su antiguo crush, tal vez sí había caído en el juego de los romances adolescentes.
Esos romances en los que sentías que se te iba la respiración con tan solo estar cerca suyo, donde la lengua se te trababa torpemente, o donde intentabas reprimir sonrisas al escuchar su voz.
— La carta azul está chueca —avisó, sacando de su burbuja a Taehyun, pero metiéndolo a esa misma de nuevo al mirarlo a los ojos.
Mirar a los ojos a tu crush es el peor error, no lo hagan en casa, ni en ningún lado, tampoco bajo la supervisión de un adulto, mejor cuando ustedes lo sean y sus corazones no se comporten como tontos novatos emocionados.
— Es mejor que le dejes ese trabajo al tutor —BeomGyu siguió luego de no recibir respuesta del castaño, provocando que este desviara la mirada al mural y asintiera torpemente. El rubor pintó el rostro de Kang, pero este hizo lo posible para que nadie se de cuenta.
Kai reprimió la risa que burbujeaba en su garganta, solo para no romper aquella atmósfera donde su hyung se ponía tímido por una simple mirada del que le gustaba encima suyo. A veces es mejor reírte de tus tragedias que ponerte a llorar como un bebé perdedor.
Cuando BeomGyu los dejó y Taehyun decidió que ya era hora de irse, Kamal no tuvo tiempo de sobarle la pancita a su hermano, ni de burlarse del rostro de su crush.
— Oye... —Kang lo llamó, y Kai volteó a mirarlo, viendo como el más bajo seguía con el rostro enrojecido mientras caminaban por los pasillos—. ¿En serio crees que es una buena idea?
— Es la mejor, créame.
— Siento que luego me arrepentiré.
— Hyung, confíe en mí —Kai dijo con una sonrisa engreída—. ¿Cómo se va a arrepentir de algo así? Luego andará diciéndome gracias.
Taehyun formó una mueca con los labios. Salir de su zona de confort era algo que lo hacía sentirse nervioso, pero si existía la posibilidad de arreglarse con BeomGyu, entonces...
— Está bien...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro