Capítulo Trece
Dejó caer su mochila al costado de su asiento, antes de sentarse en este dramáticamente con cansancio.
El sueño estaba en todo su cuerpo, las ganas de faltar a la clase de su tía que enseñaba Economía lo estaba tentando, pero no lo suficiente. Si se daba el lujo de faltar a todo lo que se le daba la gana, podría salir con un promedio demasiado bajo.
Quiso sollozar, todo el alumnado hacía ruido, mucha contaminación auditiva para un salón. Quería que se callaran de una maldita vez.
— Taehyun hyung, ¿se encuentra bien?
La voz de Kai lo obligó a voltear hacia él, mirándolo con una ceja alzada.
— ¿Por qué preguntas?
— Uhm, bueno... —el menor jugó con el lapicero que se encontraba en su pupitre con notable nerviosismo, siguiendo con la conversación—. El sol está cayendo en su rostro y usted no se ha quejado.
Taehyun frunció el ceño—: Si no vas a decir nada positivo, entonces cállate, Huening.
El mencionado sonrió con timidez, asintiendo a las palabras del mayor.
— O sea, ponte a pensar —Kai devolvió la mirada, prestando atención—. ¿De qué me sirve quejarme del maldito sol cuando ya estoy siendo abrumado por todos estos cabeza hueca de compañeros que tengo? El clima podría promediar los veintiocho grados centígrados, y si me enojo solo lograré que mi temperatura aumente, yo no quiero tener fiebr-
— ¿Entonces ahora cree que no vale de nada quejarse?
Taehyun quiso chillar enojado cuando Kai lo interrumpió, pero mantuvo la postura—: Uhum, mi primo, el que enseña Biología, me contó que podría tener problemas en los pulmones, dispepsia funcional, colitis, ataque al corazón, mig-
— Ataque al corazón por su novio.
Taehyun lo miró incrédulo, como si Kai fuera un bicho raro—: Yo no tengo novio.
— ¿Y BeomGyu hyung?
— Ah, él... —Kang desvió la mirada, comenzando a sacar su cuaderno y cartuchera para no mirar al menor—. No somos nada.
— Pero lo serán.
— Ugh, cállate, claro que no.
— Pero BeomGyu hyung había dicho que sería un buen novio y-
— ¿Ah? ¿De dónde escuchaste eso?
HueningKai recibió la completa atención de Taehyun, y no supo si declarar que los escuchó de casualidad al estar en un cubículo cuando el par discutía, de paso contar que no fue su intención.
Que no fue su intención escucharlos ni encerrarse de nuevo cuando se dio cuenta que el par se estaba comiendo la boca.
— Bueno... uh, yo-
— ¿Estuviste espiando?
— N-no —un carcajada escandalosa y nerviosa salió de sus labios, retrocediendo mientras Kang acercaba más su rostro hacia él—. ¡No! Ay, en serio, yo-
— Buenos días, alumnos.
Taehyun entrecerró los ojos cuando su tía entró al salón, mirando con desconfianza al azabache que sonreía inocente y nervioso.
Todos se levantaron y, haciendo una inclinación con un perfecto "buenos días, profesora, bienvenida a cuarto A", la mujer sonrió—: Gracias alumnos, pueden sentarse.
— ¡Taehyunnie!
El mencionado detuvo su paso al escuchar la voz del mayor cerca, poniéndose de puntas para buscar sobre el alumnado a BeomGyu.
Este último lo sorprendió por detrás, pasando su brazo derecho alrededor de la cintura del menor, quien tragó duro con tal muestra de afecto amistosa frente la escuela.
— ¿Quieres salir conmigo hoy?
Taehyun frunció el ceño, removiéndose un poco para que el rubio soltara su cintura. Sentía las miradas de los alumnos encima suyo.
¿Cómo no?
Choi BeomGyu, el tipo popular y sin pareja, estaba abrazándolo cariñosamente por la cintura con uno de sus brazos, en medio de toda la manada de alumnos.
Abrazando a Taehyun, el hijo no tan reconocido del director, el tipo al que no le podías hablar más que para una ayuda de amor -y que aún así serías mal recibido por él.
— Ah... no, tengo cosas que hacer —respondió un poco alto por todo el bullicio del alrededor, logrando librarse del agarre de BeomGyu—. Tal vez otro día.
— ¿En serio estas ocupado? —el rubio preguntó decaído, siguiendo su paso hacia la salida.
— Sí, uhm... tareas, clases particulares, ya sabes, no puedo.
— Entiendo —murmuró estando ya fuera del instituto, sin verse tan alegre—. Supongo que será en otra ocasión.
— Ajá, me-
— ¡BeomGyu oppa!
Taehyun fue interrumpido por la voz de una joven, mirándola de pies a cabeza. Aquella chica venía con un grupo por detrás suyo, que se veían mayores, notablemente.
Tal vez dieciocho, diecinueve, Taehyun lo podía promediar. Y esa misma razón desató su extrema timidez.
Las personas de grado mayor llegaban a intimidarlo.
— ¿MinJu-ah? —BeomGyu sonrió amistoso, así como hizo con Taehyun la primera vez que hablaron—. ¿Pasó algo?
— ¿Qué si pasó algo? ¡Claro que sí! ¡Feliz cumpleaños! —Los delgados brazos de la muchacha envolvió el torso del mayor, dando pequeños saltos emocionados—. ¿Está desocupado ahora? ¡Para ir a un karaoke!
¿Feliz cumpleaños?
Taehyun se mantuvo quieto, viendo casi en cámara lenta toda la escena de la chica abrazándose demasiado al mayor, pidiéndole salir.
¿Era el cumpleaños de BeomGyu?
¿Por eso lo estaba invitando?
Un sentimiento de culpa recorrió su cuerpo cuando cruzó miradas con el rubio.
— Bueno, al parecer no tengo nada que-
— Hoy saldremos —interrumpió rápidamente, tomando una de sus manos para llamar la atención del mayor, y notando como la otra muchacha se deshacía del abrazo con confusión—. ¿C-cierto, BeomGyu?
El rubio desvió la mirada del grupo de personas hacia su rostro, sonriendo calmado con un pequeño asentimiento de cabeza.
— Sí, Taehyunnie.
Y este también asintió frenéticamente, casi confundido por su acción desesperada.
— Perdón, MinJu, ya hice planes con Taehyun —dijo con cierta pena—. Será en otra ocasión.
— Pero si desea él también puede venir, oppa.
El mayor sintió un leve apretamiento en su mano que sostenía la del castaño, terminando por negar—: Preferimos pasarla a solas.
Las miradas cayendo en el menor provocó que este se avergonzara, sintiendo el enrojecimiento en su rostro.
— Bueno... ¡Supongo que otro día! Nos vemos, oppa.
— Adiós, chicos.
BeomGyu sacudió su mano como despedida, antes de seguir con el camino, llevando al menor hacia donde se le estuviera dando la gana.
Taehyun no supo por segunda vez si soltarse del agarre en su mano: podría sudar y BeomGyu se lo diría, enrojecería aún más, se comportaría tan torpe que daría una mala imagen.
Una imagen jodidamente inexperta.
— ¿A dónde iremos? —preguntó en un murmuro.
— A tu casa, obviamente —le respondió Beomgyu con una pequeña risa—. Tienes que pedirle permiso a tus padres.
— No es necesario, tengo dieciséis.
— A esa edad seguía pidiendo permiso hasta para usar la televisión.
Taehyun hizo una mueca resignada.
¿Se debería sentir bien que BeomGyu reconociera que aún estaba "pequeño"?
Porque unas de las estúpidas cuestiones que se atravesaban en su cabeza era si BeomGyu se cansaría apenas le dijera no ante algún pedido.
Ya sea tomar, salir a alguna discoteca, pasar la raya de los besos.
Por Dios, Taehyun ni siquiera soportó besar por más de diez segundos: su respiración le fallaba, su corazón comenzaba a golpear demasiado fuerte, y un cosquilleo extraño lo tomaba de pies a cabeza.
Como si besar a BeomGyu fuera un maratón; lo dejaba demasiado exhausto, pero con ganas de más.
— Tu mano está sudando.
Taehyun quiso soltarse tirando de su extremidad, pero la carcajada de BeomGyu y sus brazos rodeándolo por completo en un abrazo tosco mientras caminaban no le dio la oportunidad.
— Idiota —susurró rodando los ojos, caminando torpemente mientras el mayor colgaba de él rompiendo en carcajadas.
— Te pones demasiado nervioso por cosas insignificantes, Taehyunnie —dijo BeomGyu mientras lo libraba, tomando su mano una vez más de forma fresca y siguiendo con el camino—. Si te pones así de tímido solo por tomar tu mano, imagínate como te pondrás hoy cuando mi mamá te pregunte si eres mi novio o si solo cogemos.
— ¿Q-qué? —Taehyun levantó la mirada hacia su rostro, viéndose asustado.
— ¿Crees que te pondrás pálido o rojo? —BeomGyu comenzó a hablar solo, ignorando el apretamiento en su mano.
— BeomGyu.
El mencionado sonrió divertido, bajando la mirada hacia su rostro—: ¿Qué?
Taehyun frunció el ceño, y el rubio se rió una vez más.
— Tranquilo, mi mamá no estará, le dije que quería pasarla solo contigo.
El castaño no supo si asentir aliviado o ponerse aún más nervioso, terminando por morderse el labio inferior y volver la mirada hacia el camino.
— Por cierto... perdón por no felicitarte —murmuró luego de un tiempo, sintiendo que seguía la mirada de BeomGyu en él—. No sabía que era tu cumpleaños... no tengo nada para regalarte, uhm, tal-
— En mi casa podemos hacer algo, no te preocupes.
"Ah..."
— Supongo...
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