Capítulo Doce
— Taehyun, si no te interesa mi clase, puedes salir del aula.
El menor soltó un bufido ante el regaño de su tía, quien era la maestra de Química.
Si a Kang Taehyun le pegaba la gana irse del salón, él lo podía hacer: de todas formas, era hijo del director. No habría ningún regaño, ni expulsión, ni nada relacionado a algo que lo logre dañar de manera educativa.
Y claro que lo hizo.
Las miradas envidiosas de sus compañeros no se hicieron esperar, viéndolo como un jodido diablo que eres cuando Taehyun tomó su mochila y salió del salón, en dirección al patio, sin antes entrar al baño y echarle un ojo a su rostro.
Claro que su idea no era que BeomGyu también entrara.
La sonrisa emocionada e infantil del mayor que vio por el reflejo del espejo lo hicieron rodar los ojos, volteando hacia él y apoyando su cadera sobre los lavados, cruzándose de brazos apenas BeomGyu dio un paso cerca suyo.
— ¿Por qué tienes tu mochila?
— Porque salí de clases.
— Pero aún no terminan.
— Puedo terminarlas cuando me da la gana.
BeomGyu le sonrió pícaro—: El hijo del director, claro, ¿puedo tener esas preferencias?
— No —Taehyun contestó cortante—. ¿Por qué me seguiste?
— No te seguí.
— Crucé por tu salón y al toque levantaste la mano para ir al baño, no me creas tonto.
— Bueno, en realidad quería hablar contigo —le respondió avergonzado—. No me contestaste los mensajes luego de anteayer, ¿estás bien?
Taehyun tragó duro.
Él no quería comportarse de forma arrogante y antipática con el mayor, pero se ponía demasiado a la defensiva sin pensarlo, sentía que luego del beso toda la imagen ruda que había intentado hacer se había destruido.
Y BeomGyu tenía que creer que Kang no se derritió por él, porque ese idiota seguro terminaría creyendo que ya lo tenía en la palma de su mano y jugaría con el menor.
" Pero BeomGyu no es así"
— Taehyunnie, ¿te molestó lo que hicimos? —el mayor dio unos pasos hacia él hasta posar sus manos sobre los hombros de Kang, y así mirarlo directamente a los ojos—. ¿Fui muy rápido?
El menor tragó duro: claro que no. BeomGyu hasta ahora había sido alguien demasiado comprensivo, hasta un cierto punto.
Pero era inevitable no sentirse como un colegial reviviendo sus sentimientos hacia la persona que fue alguna vez su crush. Él había leído sobre esto en uno de sus libros, y el pobre e ingenuo chico terminaba siendo utilizado por el descarado bravucón.
Claro que terminaban juntos al final de la historia por algún milagro típico de drama.
Pero esto no lo era, o podía tener una relación y terminar olvidado, o de igual forma terminar con su noviazgo a la semana por no soportar tanto esos sentimientos.
Porque no los soportaba. Taehyun aún se sentía extraño con todo ese abrumador mareo cada que BeomGyu se acercaba demasiado a él, también por las explosiones que sentía su pecho cuando el rubio lo besaba, incluso esa presión atmosférica cuando se encontraban a solas, justo como ahora.
— N-no —terminó murmurando.
— ¿Entonces? ¿O acaso...? —A BeomGyu se le pareció prender el foco, Taehyun lo supo con tan solo ver esa mueca de alivio que había expresado el rostro del mayor—. ¡Ya sé! Ah, Taehyun, no te preocupes por eso, me esforzaré.
— ¿A qué te refieres?
— A lo que te preocupa —BeomGyu subió una de sus manos que se encontraban en el hombro del menor, llevándola hacia la nuca del último y dejando caricias distraídas—. Me esforzaré para ser tan experto como tú, ¡leeré más libros!, me aburre eso, pero si me ayudará a ser tan inteligente como tú, entonces utilizaré las madrugadas para leerlos, ¿está bien?
Taehyun abrió la boca para hablar, pero BeomGyu lo interrumpió.
— Me esforzaré para poder ser un buen novio.
Kang cerró los ojos, perdiendo por completo las esperanzas de que el mayor supiera usar sus neuronas -si es que tenía.
Parece que Beomgyu se sintió inquieto con esa acción, porque la frente del mayor se juntó con la suya, buscando que los ojos bonitos del castaño le explicaran lo que tenía que hacer, que le dijeran qué estaba haciendo mal ahora.
— ¿Qué te pasa? —preguntó Taehyun en un bufido, sin mirarlo: si lo hacía de seguro caería.
— ¿Te enoja que haya sido conmigo?
Kang se permitió abrir los ojos y encontrar los de BeomGyu, quienes se veían levemente inquietos.
Una corriente de cosquillas recorrió su cuerpo cuando la respiración del mayor chocó contra sus labios, y eso solo significa una cosa:
Peligro.
En todas las malditas novelas, ese choque de aliento terminaba en un beso, en un beso que cambiaba la vida de los protagonistas, sea para bien o para mal.
Y aunque sabía perfectamente que eso solo estaba pasando porque BeomGyu había juntado sus cabezas por pura inquietud, Taehyun no pudo evitar el pánico domarlo por completo, tomando en puños la camisa de BeomGyu tal como la vez que se besaron en el baño para así empujarlo e irse corriendo.
Pero sus traicioneras manos no hicieron lo que pidió, o puede que ni siquiera lo haya pedido.
Tomó la tela de la camisa del rubio para acercarlo por completo, juntando sus labios casi desesperadamente. No entendía si era alguna reacción por tenerlo cerca o por las estúpidas palabras que le dijo el mayor segundos antes, pero se sintió jodidamente bien ser correspondido.
Las manos de BeomGyu bajaron a su cintura, acariciándolo antes de apoyarse sobre los lavados y acorralar el cuerpo del menor por completo, asegurándose de que no escapara apenas su cerebro se lo dijera.
Y Taehyun no se quejó, jalando más de la tela para tener profundidad en el beso, para sentir esas cosquillas y calor placenteros.
Los labios de BeomGyu de pronto fueron dominantes, llevando un ritmo más duro y acelerado, sin dejarlo respirar y logrando sacarle pequeños sonidos no permitidos.
Sus labios fueron obligados a abrirse por la lengua del mayor, quien se metió en su boca sin dudarlo, en el mismo instante donde lo tomaba por la cintura y lo cargaba lo suficiente para que terminara sentado en los lavados, con cada pierna a cada lado de BeomGyu y acercando su cuerpo con ellas, pero siendo obligado a alejar su rostro para respirar.
El rubio le dio unos segundos donde Taehyun jadeó por aire, contemplando el rostro rojo y notablemente avergonzado del pequeño, pero antes de poder atacar esos labios hinchados y rojos de nuevo, el sonido de una pelota rebotando contra el suelo del pasillo los obligó a detenerse.
— Déjame lavarme el rostro, tengo calor.
— Claro, mi SooBinnie.
BeomGyu se alejó de su cuerpo, tirando de su mano y llevándolo a esconderse en uno de los cubículos. Lo cual fue muy mala idea -tendrían que haber estado en cubículos diferentes- porque los futbolistas se hicieron escuchar, como una manada, yendo hacia el baño.
El lugar estrecho hizo que conectaran miradas y las bajaran instantáneamente hacia sus pies, donde se veía el problema de ser descubiertos al tener cuatro piernas en un solo cubículo.
— Súbete al water para que no vean tus pies.
— ¿Estás loco? —susurró Taehyun cuando SooBin abrió la puerta del lugar, bajando más la voz, lo cual no era tan necesario: los futbolistas hacían demasiada bulla—. Mi tío se esfuerza mucho para que los cubículos-
El mayor movió el cuerpo de Taehyun hacia un lado para sentarse en el baño, jalando luego las caderas del castaño hacia su cuerpo y el menor siendo obligado a sentarse a ahorcadas sobre el regazo de BeomGyu.
Sus piernas rodearon la cintura del rubio por inercia, y sus pies se apoyaron contra el tanque del baño. Su cuerpo completamente incómodo y sin saber si el de BeomGyu también lo estaba, ya que no podía mirarlo al tener el mentón sobre su hombro, casi en un abrazo.
No sabe cuánto tiempo pasó en esa posición, tampoco por qué los futbolistas se la pasaron casi toda la hora de descanso en los baños hablando de lo lindas que eran las porristas. Pero algo que sí sabía es que no era necesario estar en esa posición con el mayor.
También se descubrió a sí mismo sintiéndose cómodo, lo suficiente como para no haberse quejado ni pedido que se alejaran.
Se estaba volviendo débil contra BeomGyu, definitivamente.
— Esa posición fue ridícula —le dijo al rubio cuando todos ya se habían ido, viendo como se mojaba la cara y el cabello.
— Esa posición te gustó.
Y aunque no le gustara aceptarlo, le encantaba esa sensación.
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