Capítulo Dieciséis
— ¿Por qué tan temprano, Taehyunnie?
Su madrastra preguntó sonriente cuando le entregó su desayuno, sentándose en frente suyo.
— Por nada.
— ¿Seguro? —EunHan entrecerró los ojos, echándole una mirada a su aspecto—. ¿Hoy no es un día especial?
— ¿Por qué lo sería? —increíblemente, su voz se estaba manifestando tranquila y pacífica.
— No lo sé, no siempre te pones bálsamo de fresa en los labios, por eso te pregunto.
Sintió sus mejillas calentarse por la sonrisa insinuante de la mujer, que parecía querer provocarlo, pero no lo lograría—: Últimamente los siento resecos —mintió—. ¿Se nota que lo tengo?
— Tus labios ya son rojizos, pero ese bálsamo le da un olor a fresas —SunHan se encogió de hombros—. Afortunado el alumno Choi de poder probarle los labios a mi bebé.
— Ugh, ya estás comenzando a hablar idioteces, me voy —Taehyun se levantó nervioso, dejando el desayuno sin haberlo tocado en lo absoluto.
— ¿Tan temprano? ¿Quieres que te lleve en el auto? —EunHan siguió con la mirada al menor que parecía apresurado—. ¿Taehyunnie?
— Quiero caminar —musitó luego verse en el espejo de la entrada, sacudiendo su mano como despedida a su madrastra—. Adiós.
— Adiós...
Sus ojos se desplazaron por aquella esquina, viendo a todos los alumnos parados que temblaban exagerados hacia el clima gélido de aquella mañana, ¿acaso no les gustaba? El sol no estaba molestando.
Era un buen día para Taehyun.
Aunque seguía preocupado de que ninguna cabellera rubia estuviera entre todo el alumnado. ¿Lo habría dejado plantado de nuevo? Un jodido diablo si era así, porque sería capaz de ir a la escuela y tirarle un puñete a su linda cara frente a todos.
— ¿A quién buscas?
La voz de su lado provocó que se asustara, volteando inmediatamente y viendo a BeomGyu con una capucha roja. El mayor le sonrió amplio, sacudiendo su mano en el aire para saludarlo.
— Idiota —masculló, tratando de regular el bombeo rápido de su corazón provocado por el susto—. Eres un impuntual.
— No dijiste hora.
— Es muy obvio a qué hora nos tenemos que encontrar —Taehyun rodó los ojos, dejando de mirar al mayor—. ¿Pero qué esperaba?, estoy hablando con BeomGyu, el tipo con las neuronas dormidas.
Sintió la mirada intensa del mayor encima suyo, y evitó a toda costa devolvérsela; sus mejillas ya estaban tomando color por tan solo sentir el perfume de BeomGyu combinarse con la brisa, y si tenían un encuentro más cálido de seguro se volvería un mar de nervios.
— Como sea—respondió el mayor, sin recibir una respuesta recíproca de Taehyun.
BeomGyu se encogió de hombros, mirando en ese instante como todo el alumnado se subía al bus que llevaba directo a la escuela. Una vez que aquel transporte se marchó y se quedaron solos, bajó la mirada hacia el menor—: ¿A dónde quieres ir?
— Tengo hambre —musitó, distraído.
— ¿Está bien una cafetería? —Taehyun asintió a la propuesta y entonces BeomGyu decidió caminar—. Hay una con un estilo rústico, podemos pedir una malteada para ti.
— De fresa.
— Con galletas.
— ¡Sí! —Taehyun asintió emocionado, una sonrisa adornando sus labios mientras miraba feliz al chico de capucha roja, el cual se enfocaba en el camino—. ¡Después vamos a la playa!
— ¿A la playa? —BeomGyu sonrió de lado, viéndose incrédulo—. Hace frío, ¿quién va a la playa cuando hace frío?
— Yo —Taehyun lo miró indignado, pero BeomGyu parecía no tener intención de prestarle atención—. Oye.
— ¿Qué?
— Me compras desayuno.
— Está bien.
— Y vamos a comprar fresas también.
— Ajá.
Taehyun frunció el ceño con la última respuesta, el mayor no estaba mirándolo y parecía solo responder por responder—: BeomGyu.
— ¿Qué?
— Mírame.
Su novio bajó la mirada hacia él, confundido—: ¿Qué pasó?
Taehyun entrecerró los ojos, había algo extraño. Viajó su mirada por el rostro pacífico de BeomGyu, notando los mechones negros caer sobre la frente del mayor.
¡Se había pintado el cabello! Eso era lo extraño, "bingo".
— Te pintaste el cabello —musitó asombrado, deteniendo su paso y posicionándose en frente de BeomGyu para quitarle la capucha rápidamente—. ¡Hey, te pintaste el cabello!
— Uh, sí.
— Eso es lo extraño en ti, con razón —Taehyun afirmó seguro, sintiéndose tontamente aliviado—. Se te ve... nuevo.
BeomGyu soltó una carcajada sin gracia, negando a sus palabras y esquivándolo para seguir con el camino—: Mi papá me dijo que se me veía maduro.
— ¡Sí! Eso también, te ves más grande.
— Uhum.
— Intimidante también.
— ¿Intimidante?
— Sí, me estás dando un poco de miedo —BeomGyu frunció el ceño, mirándolo—. No sé, es extraño —murmuró bajo el menor, desviando la mirada hacia el frente—, pareces molesto.
— Taehyun, el color de cabello no le da cambio a las emociones.
— Pero en ti sí, pareces molesto, no lo sé.
— ¿No te has puesto a pensar que tal vez sí lo esté?
Taehyun se detuvo inmediatamente, mirándolo con el ceño fruncido como si no le creyera. "Era BeomGyu, BeomGyu no se enojaba".
— Tú no te puedes enojar.
— Creí que eras más inteligente.
— Oye —el menor tiró un suave golpe en su hombro con molestia ante la "broma" del de cabellera azabache, mientras que ambos retomaban la caminata.
¿BeomGyu enojado? Pero si BeomGyu era un cachorro feliz todo el tiempo.
Su mirada vaciló por el camino, sin saber cómo sentirse realmente, y escuchando los engranajes en su cabeza tratando de buscar la razón de aquella faceta de BeomGyu, rindiéndose apenas llegaron a la parada del autobús que los llevaría a la plaza.
— ¿Estás enojado? —musitó con timidez, buscando alguna reacción en el mayor, quien solo negó suave.
— No, pequeño.
Taehyun siempre odiaba aquel apodo cuando provenía de su hermano, quien parecía no saber que crecería pronto, y llegaría a su muy metro ochenta deseado. Que medir un metro con setenta ya era algo de lo cual sentirse orgulloso a su edad.
Pero con BeomGyu era diferente, Taehyun se sentía feliz de levantar la mirada hacia él.
— ¿Lo juras? —vacilante, una de sus manos fueron a tomar la de BeomGyu, ignorando cómo su tono de voz ahora se volvía dulce.
El alivio lo recorrió apenas la mano de BeomGyu aceptó la suya, tomándola y acariciando suave el dorso de la mano del menor, quien mordía su labio inferior esperando una respuesta.
— Estos días pienso que no soy lo que buscas en una relación —BeomGyu murmuró desconfiado, sin mirarlo—. Pero trataré de serlo, tampoco me gustaría que terminemos tan fácilmente.
— ¿Por qué piensas cosas tontas?
— Pareces avergonzado de nosotros, cuando trato de abrazarte en la escuela te alejas, y siempre respondes mal cuando te hablo —la voz de BeomGyu fue más baja de lo normal, y Taehyun descartó la idea de bromear con esa declaración—. Pero sé que aún te tienes que acostumbrar, creo que es cosa de darte tiempo para que confíes en mí —El mayor se encogió de hombros, restándole importancia al asunto—. No estoy molesto, solo me sentí un poco dolido, no me tomes en serio...
Taehyun frunció los labios.
¿Era ahora cuando tenía que decirle algo lindo?
Su lengua lamió su labio inferior con nervios, era bueno que BeomGyu no lo estuviera mirando, porque su rostro era muy fácil de leer en este tipo de ocasiones.
"Eres tonto, pero es agradable"
"Tengo las suficientes neuronas para poder pensar por los dos"
"Tranquilo, me gusta tu idiotez"
— Te quiero.
BeomGyu lo miró de reojo, y Taehyun agradeció eso, no podría seguir hablando de forma libre si el mayor lo viera directamente.
— Solo que soy un idiota —murmuró, balanceando la mano que tenía unida con la de su novio distraídamente—. ¿Es necesario decirte que me pongo nervioso contigo? Me siento torpe... —musitó sintiendo como sus mejillas comenzaban a ruborizarse, pero ignorándolas—. Sobre las muestras de afecto en público, muero cada vez que me besas y abrazas, pero me siento incómodo cuando alguien nos puede ver: pienso que eso solo debe ser para los dos, disfrutarlo nosotros. ¿Entiendes por donde voy? Si me voy a sonrojar o a ponerme tímido, solo quiero que lo veas tú, Gyu.
La mano de BeomGyu apretó suavemente la suya, y Taehyun evitó mirar esa sonrisa linda que se formaba en los labios del más alto, quien evitaba de la misma forma verlo a él.
— No dudes de mi gusto por ti —su voz se hizo un poco más baja, tratando de tomar fuerza con la caricia delicada en su mano—. No quería confesarte esto, pero soy capaz de entregarme completamente a ti si así lo deseas, porque sí confío en ti, y a veces tengo miedo de que te aproveches, pero sé que no lo harás... El problema aquí soy yo, prometo evitar ser tan tonto contigo... —Taehyun sintió su pulso acelerarse, su respiración fallando por el calor intenso en su pecho—, porque no me gustaría perderte, BeomGyu.
Sus dientes atraparon su labio inferior luego de soltar todo, sintiendo como un peso caía de sus hombros por fin. Ya estaba, ya lo había soltado, ahora solo esperaba que el mayor lo haya escuchado y que su voz no haya flaqueado en lo absoluto.
Luego de unos segundos en silencio, sintió su cuerpo ser levemente movido hacia el del mayor, y este lo atrapó entre sus brazos, escondiendo el rostro contra su cuello. La humedad le dio un escalofrío, frunciendo el ceño antes de susurrar con una sonrisa nerviosa—: ¿Estás llorando?
La respiración irregular de BeomGyu chocó contra su cuello, y Taehyun evitó reírse nervioso—: ¿Por qué lloras? Deberías besarme y decir que soy lindo, tonto.
La cabeza del mayor negó escondida, acurrucándose más contra él, y Taehyun decidió corresponder.
Estaban solos en aquel paradero, con una brisa fría que no lograba molestarlos gracias al calor que formaban juntos.
Al calor que formaron sus labios unidos, en un beso que cerraría uno de los muchos problemas que se cruzarían entre ellos.
Uno de los muchos problemas que vencerían, siempre y cuando estén juntos.
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