Capítulo Catorce
— ¡Sorpresa!
Taehyun se quedó estático cuando YeonJun apareció detrás del sillón tirándole pica pica en la cara a BeomGyu.
Quiso darle una mirada acusadora, ¿no que estarían solos?, pero al observar el rostro confundido del rubio se dio cuenta que este tampoco tenía idea de lo que pasaba.
— ¿Qué haces acá?
Taehyun evitó sonreír ante el rostro ofendido del mayor de todos, quien ahora se tiraba en el sillón con los brazos cruzados—: ¿No deberías sonreírme por hacerte una fiesta sorpresa?
— ¿Fiesta sorpresa? Yo aquí no veo nada.
— Es porque aún no has visto lo que te compré en la pastelería —YeonJun sonrió coqueto—, ¡SooBinnie, trae el pastel!
¿SooBin también estaba ahí?
— ¡Levanta tu trasero de ese mueble y tráelo tú! —respondió el más alto dentro de la cocina, y YeonJun sonrió inmediatamente.
— ¡Oki doki! —Taehyun vio al mayor saltar del sillón y correr hacia la cocina, aprovechando el momento para tirar una leve patada a la pierna de BeomGyu, quien gritó escandalosamente.
El mayor lo miró con un puchero resentido, deshaciéndose de este último al darse cuenta de su rostro enojado—: ¿Taehyunnie?
— YeonJun no me gusta.
— Lo sé, el que te gusta soy yo.
— Idiota —murmuró, tirando de la mano de BeomGyu para estar más cerca y que el otro par en la cocina no lo escuchara—. Te estoy diciendo que YeonJun no me agrada, él es muy-
— Sí, sí, entiendo, pero tampoco lo puedo botar.
— No te estoy diciendo que lo botes, sino que no me dejes solo con él —BeomGyu asintió inmediatamente a sus palabras, regalándole una sonrisa relajada que no logró convencerlo.
Antes de poder decir algo más, la otra pareja salió de la cocina, YeonJun cargando una grande torta y SooBin comiendo un pan con dulce de manjar.
Taehyun mentiría si dijera que no se sentía decepcionado. Claro que al principio los nervios lo habían consumido durante todo el camino, pero había logrado tranquilizarse con el pensamiento de que la tarde no tendría que ser incómoda necesariamente.
Que podrían mirar alguna película, comer, comer, y comer.
Y tal vez un beso, solo uno.
Pero ahora estaba ese par desconocido para él, YeonJun parecía llevarse toda la atención de BeomGyu que no le daba Soobin, quien estaba más enfocado en comer y mirar su celular que entrar en la conversación del par de amigos.
Esa faceta ridícula e infantil de BeomGyu relucía más con el mayor, este hacía bailes raros y bromeaba fácilmente, provocando que el rubio se riera o avergonzara. Ambos tan en su mundo que Taehyun se aburría cada vez más.
— ¿Cuántos años tienes?
La suave voz del otro chico llamó su atención, volteando inmediatamente con una mirada indiferente—: Dieciséis.
SooBin sonrió encantado, levantándose del sillón que compartía con su novio para ir a su lado, de pronto viéndose interesado—: Que ternura, tienes la misma edad que mi hermano.
— ¿Kai?
— ¡Sí! ¿Lo conoces?
— Somos amigos —murmuró, no estaba tan seguro de esa relación con el otro chico, pero lo consideraba por todos los favores que recibió de su parte—. Está en mi salón.
— ¿En serio? Espera, ni siquiera pregunté tu nombre, ¿cómo te llamas?
— Tae-
— ¡Mi SooBinnie! ¡¿Verdad que subimos a esa montaña rusa con MinGyu y este casi se orina en los pantalones?! —gritó YeonJun, tratando de comprobarle algo a BeomGyu.
Taehyun vio como el peli-rosa rodaba los ojos, contestando de mala gana a su novio—: El que casi se orina en los pantalones fuiste tú.
YeonJun mandó un beso a SooBin, y este lo ignoró dirigiendo su mirada al menor de nuevo para seguir conversando—: Perdón, ¿cómo decías?
— Taehyun.
— Oh, Kai me contó mucho de ti —SooBin sonrió, atrapando sus manos entre las suyas, emocionado—. Me dijo que eres alguien demasiado admirable para él y-
— ¡Mi SooBinnie! ¡¿Recuerdas-
— Dios, ¿no ves que estoy hablando con Taehyun? —la mirada irritada de SooBin provocó un puchero en YeonJun, este último asintiendo y siguiendo su conversación con el rubio—. Perdón, ¿Qué estaba-
— ¿Qué le viste?
SooBin lo miró confundido, sin saber a qué se refería.
— Que no entiendo por qué te gusta —repitió.
— Ah, no, no. Solo estoy con él por su dinero —Taehyun abrió su boca en una "o" provocando una risa de SooBin—. Bueno, no, te estoy bromeando.
— Ah... pero aún así no entiendo —el menor balanceó ligeramente las piernas, acomodándose mejor en el sillón—. Digo, él es muy conocido por comportarse como un idiota, y muchos aún no entienden por qué eres su pareja. O sea, tú eres demasiado atractivo, además de que estás en el primer puesto de tu clase, tienes muchos pretendientes, ¿por qué enredarte con Choi YeonJun?
— YeonJun no es malo —SooBin volvió a sonreírle—. Cuando nos conocimos él me irritaba, trataba de llamar mi atención a cada rato, no se rendía cuando le decía que no quería nada con él.
— Ugh, cuando son insistentes se vuelve patético.
— Tal vez, pero era el único que seguía conmigo aún con todos los rumores que se decían sobre mí —el peli-rosa entrecerró los ojos, como si quisiera recordar algo—. Yo soy becado, la mayoría se burlaba de mí y comenzaron a decir que todos los que iban a mi casa era para tener sexo, que yo les cobraba y uhum, algo demasiado ridículo.
— ¿Decían eso?
— Sí, no creían que fuera becado, y bueno, el director es un maldito hijo de puta con el precio que pone, entiendo que las instalaciones sean buenas pero-
— Muy caro —interrumpió quedando de acuerdo con el calificativo para su padre—. Lo entiendo, continúa.
— Ah, solo eso, se espantaron y comenzaron a llamarme como si fuera una puta, que daba sexo por dinero, pero YeonJun no creyó nada de eso, seguía como idiota detrás de mí —SooBin comenzó a bajar la voz, acercándose para que el otro par no escuchara nada—. Y aunque no lo creas, me comenzó a gustar.
— ¿De la nada?
— Tampoco fue de la nada, le costó que aceptara tener una cita con él, muchos presentes, muchas humillaciones de mi parte, creo que llegué a ser un poco cruel con él, pero aprendió a soportarme —SooBin levantó los hombros levemente, restándole importancia—. Sus momentos de idiota, su faceta de enojado, sus estados de deprimido, hay muchas cosas que me gustan de él, es raramente lindo.
Taehyun hizo una mueca asqueada, robándole una carcajada al peli-rosa.
— Quiero mucho a YeonJun, él me entiende, y sabe cuándo hablar o cuándo quedarse callado, simplemente abrazándome.
— Ya estás hablando como embobado, mejor dejemos el tema.
SooBin rió una vez más, asintiendo y alejándose para reposar su espalda en el sillón—: ¿Y tú? ¿Qué tal con BeomGyu?
— Nada.
— Uh, ¿en serio? ¿No me contarás como lo conociste?
— Lo dejé inconsciente en el suelo luego de tirarle libros en su cabeza, y cuando quise ayudarlo le metí un algodón con alcohol en el ojo —SooBin frunció el ceño—. Fue su culpa.
— Si tú lo dices... Creo que mi historia con YeonJun es más romántica.
— ¿Cómo no, mi SooBinnie?
Taehyun vio rodar los ojos al mencionado, pero con una sonrisa adornando sus labios y dejándose abrazar por el peli-azul.
— Sí, YeonJunnie hyung.
— ¿Quieres ir conmigo al cine, Soo? —el rubio caminó hacia ellos, apoyando su mano sobre el respaldo del sillón mientras que la pareja se abrazaba de forma melosa—. El idiota de BeomGyu me está botando de su casa.
— A ti, a mi no.
YeonJun jaloneó de su mano, y SooBin soltó un suspiro resignado, levantándose y volteando a ver a Taehyun por última vez—: Supongo que me voy, adiós, Taehyun.
— Adiós, SooBin hyung.
La pareja se fue de la casa, y BeomGyu cayó en el lugar donde se había sentado el peli-rosa, prendiendo inmediatamente la televisión para que el silencio no los acompañara.
Taehyun no entiende muy bien por qué ambos estaban tan callados. Tal vez los nervios, él había leído mucho sobre estos, que te hacían cometer estupideces, o que te hacía decirlas. Era bueno que ninguno dijera nada si se sentían de esa forma.
Pero aún con su cuerpo cosquilleando, quería que el mayor le hablara para decir alguna tontería típica de él y bajara la extraña tensión que sentía.
— ¿Te hiciste amigo de SooBin? —miró inmediatamente a BeomGyu, quien parecía muy interesado en cambiar los canales.
— Algo.
— Eso es bueno —BeomGyu por fin lo miró, sonriéndole emocionado—, podremos salir los cuatro, ¡cita doble!
Quiso decir algo contradictorio, BeomGyu esperaba que dijera algo contradictorio, anticipando alguna de sus palabras ocurrentes y filosas que lo llegaban a hacer reír.
Pero Taehyun solo asintió tímido para sorpresa de ambos, desviando inmediatamente la mirada hacia la televisión sin antes arrancharle el control remoto al mayor, dejando el tema finalizado.
¿Qué le estaba pasando? Su lengua de pronto no colaboraba con él, sus manos se sentían nerviosas y su pierna derecha no paraba de dar pataditas continuas sobre el suelo, como cuando estaba aburrido de la clase.
Pero la mano del mayor encima de su muslo lo detuvo, quedándose inmediatamente como piedra y respirando hondo, sintiendo su corazón acelerarse sin razón.
— Sé que me puedes comprar algo después y dármelo como regalo, pero a mi me gustaría otra cosa, Taehyunnie.
Parpadeó confundiendo, mirando luego el rostro del rubio—: ¿Qué?
— Que me puedes dar otra cosa como regalo.
— Ah... —murmuró aún más confundido, sintiéndose tímido—. ¿Un beso?
La suave risa de BeomGyu lo puso más nervioso, sin lograr entenderlo.
— Hay algo más que eso.
— Ya veo —susurró, quedándose callado unos momentos donde su cerebro comenzó a procesar las palabras del mayor—. Uhm, bueno —Taehyun frunció el ceño, decidiendo volver a la normalidad—. No, no pienso tener sexo conti-
— ¡No! No me refiero a eso —BeomGyu se apuró en decir, viéndose asombrado mientras sostenía sus manos con una risa nerviosa—. ¿Cómo te voy a pedir eso? Aún eres un niño.
— ¿Qué? Claro que no, tengo dieciséis.
— Igual, no estás preparado.
— Tú no sabes nada, eso lo decido yo.
— ¡Ya! Solo que eso no es lo que te quería pedir —Taehyun evitó burlarse del rostro rojo del mayor, asintiendo para que continuara—. Uhm, ¿cómo lo digo? Tú ya sabes qué siento por ti, creo que es muy obvio.
— Supongo.
— S-sí, bueno, eso.
— ¿Eso qué?
— Nosotros.
— ¿Nosotros qué?
— Taehyun.
— ¿Yo qué? —Una risa burlona escapó de los labios del menor al ver el rostro frustrado de BeomGyu—. Perdón... pero, ¿qué quieres?
— Que formalicemos.
— Ah... —sus dientes mordieron su labio inferior nerviosamente, quitando cualquier signo de broma al tener las palabras directas que pidió de BeomGyu—. ¿Eso es lo que quieres?
— Me gustaría que seas mi novio —El rubio tomó el control remoto de sus manos, apagando el televisor donde aparecía una música infantil y mirándolo de nuevo, casi seriamente—. Pero sé que es mucho pedir, si me dices no yo-
— Tampoco te menosprecies —Taehyun murmuró, rodando los ojos—. No es como si fueras un completo idiota, tal vez solo usas una neurona conmigo, pero sé que tienes más, dormidas, pero están ahí.
La risa de BeomGyu lo hizo sonreír, relajando el ambiente y relajándolo a él también. Estaba hablando tonterías ahora mismo, él lo sabía: estaba nervioso, y un jodido diablo cuando se encontraba así.
— Entonces... ¿no te molestaría ser novio de un chico con neuronas dormidas?
— Tu broma es pésima.
— Y tú eres pésimo evadiendo el tema.
— No lo estoy haciendo.
— Sí lo estás haciendo.
— ¿Es que qué se supone que tengo que decir?
— ¿Que "no"?
— Yo sí quiero.
— Entonces solo acepta.
— Pero me da vergüenza decírtelo directamente.
BeomGyu apretó los labios en una línea fina, notándose claramente las ganas de reírse mientras que el menor solo miraba a todas partes, sin entender qué hacer.
¿Qué deberían hacer ahora?
— Entonces somos novios formalmente.
— Supongo.
— Di algo más antes que me de una crisis nerviosa, por favor.
Taehyun soltó una pequeña carcajada, tapando su rostro con el brazo mientras se reía de la situación. ¿Había algo peor que perder su primer beso en el baño? Sí, lo que estaba pasando.
— Dios, esto es demasiado ridículo —logró decir en medio de risas, mirando ahora al mayor quien parecía una piedra, tirando un pequeño puño en su estómago para que reaccionara—. No te quedes así, me estás poniendo nervioso.
Cuando el mayor apoyó una mano en su muslo para inclinarse en él y besarlo, Taehyun no lo detuvo.
Prefería mantener los labios de ambos ocupados en besos que parlotear cosas incoherentes de novatos.
Ambos eran unos tontos novatos, y Taehyun tenía que aceptarlo.
Aunque BeomGyu parecía sí tener experiencia en besar, porque el imbécil sabía como tomar por completo sus labios, sabía tener la suficiente confianza como para apretar su cintura y poner una de sus manos en su cabellera para profundizar el beso.
Mientras que Taehyun solo podía arrugar la camisa del mayor en puños, pasando toda su inseguridad en estos y dejándose besar, tratando de llevar el ritmo duro y profundo que Beomgyu había puesto de repente. Tan seguro de sí mismo que lograba robarle pequeños jadeos al menor, abrumándolo y complicando su respiración.
Cuando el rubio se separó y lo miró a los ojos, Taehyun se sintió aturdido, jadeando por aire y siendo tomado rápidamente por la cintura, obligado a sentarse en el regazo del mayor, quien puso una de sus manos en su espalda baja para atraerlo más hacia él, la otra en su nuca, y antes de besarlo de nuevo, miró el rostro rojo de Taehyun, sonriendo enternecido.
— Respira por la nariz, pequeño.
Él solo asintió rápido, recibiendo de nuevo los labios del mayor de forma instantánea.
El calor fue inevitable, su corazón latía demasiado rápido, doliendo mientras que sus manos tiraban de la camiseta de BeomGyu por más, este último lo abrazaba por la cintura, una de sus manos en su cabeza para guiarlo en el ritmo.
El ritmo tan acelerado y placentero que provocó a Taehyun mover inconscientemente sus caderas sobre el regazo del mayor, siendo demasiado notorio por su gemido, y haciendo que el rubio tomara su cintura, deteniéndolo.
— Hey —BeomGyu sonrió burlón al rostro rojo y confundido del menor, quien parecía tener ganas de seguir besándolo—. No hagas eso —Taehyun asintió rápidamente, inclinándose hacia el mayor para besarlo, pero siendo detenido de nuevo, provocando que bufara necesitado—. Estoy hablando en serio.
— Pero-
— Si haces eso aparecerá algo llamado erección, y-
— ¡BeomGyu!
El mencionado rió ante el grito avergonzado del menor, dejando un rápido beso en sus labios, y sonriéndole encantado.
— Mejor terminemos esto por hoy, mi mamá puede llegar en cualquier momento.
Taehyun miró suplicante, dejando caer su frente en el hombro del mayor y sin tener ganas de salir del regazo de este. Se había sentido bien: una corriente extraña lo había recorrido mientras sus labios se devoraban.
Pero también se sentía jodidamente bien tener los brazos de BeomGyu alrededor de su cintura, dejándolo descansar y esconder su rostro sonrojado en su cuello.
Solo esperaba que aquella relación fuera la que buscaba desde un principio, y no una que acabara a los seis días de haber comenzado.
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