19
- Que bueno que llegan. - Dijo Jisoo al ver que su padre y Jimin entraron. - ¿Qué pasó? ¿Pudieron averiguar algo?
- Nos dieron permiso de revisar las cámaras de vigilancia del supermercado, ellas estaban ahí, después al salir, en el estacionamiento se observa que unos hombres armados se las llevan, a Hayul la llevan en un auto y a Rosé en una camioneta. - Dijo Seokjin, pues Jimin estaba muy mal, se encontraba llorando, destrozado por lo que había visto. - Están tratando de localizar a esos tipos, pero será muy difícil
- Hija. - Habló Seulgi. - Si se trata de un secuestro, estoy segura de que no tardan en hablar, haremos todo lo que nos digan, les daremos el dinero que pidan, todo sea por qué estén bien Rosé y mi nieta
- Te prometo que las vamos a encontrar. - Jin se acercó a su hija. - Esperamos tener novedades mañana
Jisoo no pudo dormir durante la noche, estaba demasiado preocupada por Rosé y por su hija. Si se trataba de un secuestro, las personas que las tenían ya habían tardado en llamar. Todo esto era muy extraño.
- Hija ¿A dónde vas? - Preguntó Seulgi al ver que Jisoo salía de la casa
- Más tarde vuelvo. - Subió a su auto
Llegó al departamento de Lisa, comenzó a tocar muy fuerte, nadie estaba ahí, no se escuchaba nada.
- Disculpe señorita ¿La puedo ayudar? - Preguntó una mujer
- Sabe algo de la mujer que vive aquí ¿Salió?
- Ella dejó el departamento ayer por la mañana, ya no va a volver
- ¿Esta segura?
- Sí, yo soy la dueña del edificio, ella dejó las llaves de este departamento
- ¿Sabe a dónde fue?
- No, eso no lo sé
- Está bien, muchas gracias
Bangkok, Tailandia
- Hemos llegado. - Dijo Lisa bajando del auto. - Este será nuestro hogar
- Yo solo tengo un hogar, está en Corea, con mi único amor, Jisoo, que seguramente esta desesperada buscándonos
- Pues tendrás que olvidarte de todo eso, porque ahora eres mia, serás mi esposa, somos una feliz familia con nuestra pequeña hija. - Tomó la mano de Rosé y entraron a la casa. - Siempre soñé con esto, tú y yo, juntas, quiero dártelo todo, que olvides a esa estúpida y te quedes conmigo. - Tomó su equipaje. - Iré a nuestra habitación, conoce nuestra casa mi amor. - Subió las escaleras
De inmediato, Rosé dejó a Hayul en el sofá y se puso a buscar en la sala un teléfono. Lo encontró, tenía que llamar a casa de su padre, decirle donde estaba y que le ayudara. Lo tomó y marcó.
- ¡¿Qué mierda estás haciendo!? - Lisa le arrebató el teléfono, lo lanzó fuerte hacia la pared quebrando el dispositivo. - ¡Tienes prohibido utilizar el teléfono!
- ¡Déjame ir Lisa yo no quiero estar contigo! - Lisa le dió un golpe en la cara
- ¡Ya cállate! Tú estarás conmigo, quieras o no maldita sea. - Siguió destrozando el teléfono, quitó todos los cables. - La única que usará celular aquí soy yo, no podrás salir de la casa a menos que sea conmigo, le diré a mi amigo BamBam para que mande a uno de sus hombres y te mantenga vigilada en lo que yo no estoy en casa
- Te has convertido en un monstruo Lisa. - Sollozaba mientras limpiaba pequeñas gotas de sangre que salieron de su labio
- Si tu te portas bien, yo no tengo porque comportarme de esa manera mi amor. - Se acercó a ella y la abrazó. - Te amo, Rosie, olvidemos esto ¿Si? - Tomó su mano. - Ven conmigo, vamos a conocer nuestra casa, nuestra habitación y la de Hayul, quiero que vayamos al centro comercial para comprarte ropa, zapatos, a ti y a nuestra hija, por favor ya no llores
Más tarde por la noche, llegaron del centro comercial con bolsas y bolsas de ropa, zapatos y demás cosas que Lisa había comprado para Rosé y Hayul.
- Hayul tiene sueño, iré a dejarla a su habitación. - Rosé subió las escaleras. Al llegar acostó a su pequeña y se sentó a su lado, la acariciaba mientras la niña se quedaba dormida. - Mi amor, te prometo que saldremos de aquí, se que extrañas a tu mami Jisoo, haré hasta lo imposible para ir con ella, te lo juro mi niña
- ¿Ya se quedó dormida? - Preguntó Lisa entrando a la habitación
- Sí, me quedaré con ella
- No, tu te vienes a dormir conmigo a nuestra habitación, deja que tu hija descanse. - Rosé no quería que Lisa le gritara o volviera a pegarle como hace apenas unas horas, así que mejor dejó un beso sobre la mejilla de su hija y salió de la habitación para ir a la que compartiría con Lisa
Rosé se acostó sobre la cama, Lisa salió del baño, se acostó también y se fue acercando a ella y la abrazó por detrás.
- Te amo. - Besó su mejilla. - Buenas noches mi amor, descansa
Por la mañana al despertar, Rosé observó que Lisa no estaba en la habitación, salió de ahí para ir a ver a su hija, la cual aún estaba profundamente dormida. Regresó a su habitación, un par de segundos después, Lisa apareció.
- Mira Rosie, te preparé el desayuno. - Le entregó la bandeja. - Espero que te guste
- No tengo hambre Lisa, lo único que quiero, es que me dejes salir de aquí, entiende que no quiero estar contigo
- ¿No tienes hambre? - Tomó la bandeja y la aventó con furia hacia el suelo. - Pues entonces no vas a comer nada
- ¡Entiende que no te amo! Quiero ir con Jisoo. - Eso la hizo enojar aún más
- ¡Ya cállate! - Gritó fuerte. - Quiero que recojas eso. - Señaló el desayuno. - Quiero que limpies toda la casa, que prepares la comida
- ¡No soy tu sirvienta! - Lisa le dió una cachetada
- Deja de contestarme, o para la próxima te irá peor. - Salió hecha una furia de la habitación
Lisa se había ido al trabajo y no regresaba hasta la hora de comida. Era imposible salir de la casa, pues como lo había dicho Lisa ayer, un tipo estaba afuera vigilando la casa, era imposible salir de ahí. Tenía que hacer otra cosa, pero necesitaba pensar, no podía fallar.
Más tarde, Lisa regresó a casa, Rosé estaba en la sala junto con Hayul, quién miraba la televisión. Lisa caminó y se sentó a lado de ella.
- Rosie, quiero pedirte perdón por lo que pasó hoy en la mañana, no debí reaccionar de esa forma. - Tomó su rostro e hizo que la mirara. - Por favor, perdóname, para compensar mi error, me gustaría que fuéramos a comer a un restaurante, la comida ahí es deliciosa, se que amas comer, creo que te va a encantar
Al llegar al restaurante, todo transcurrió bien durante la comida, Lisa se comportó bien con las dos.
- ¿Quieres más Rosie? - Preguntó Lisa
- No Lisa, gracias, la comida estuvo deliciosa. - Se levantó de su asiento. - Iré al baño, vuelvo pronto
Caminó hacia el baño de mujeres, el entrar lavó sus manos, después una mujer salió de uno de los cubículos y se puso a su lado.
- Señora tiene que ayudarme. - Le dijo Rosé. - Me tienen secuestrada, por favor ayúdeme
- ¿En qué puedo ayudarle? Dígame. - Dijo muy amable la mujer
- Necesito que me preste su celular, déjeme marcarle a mí padre, el podrá ayudarme. - La mujer tomó su celular y se lo entregó, pero justo Lisa entró al baño
- Mi amor ¿Por qué tardas tanto? - Rosé escondió el teléfono detrás suyo y se lo entregó a la mujer
- Ya terminé, ya iba para allá. - Salieron del baño
- ¿Qué hacías con esa tipa? ¿Qué intentabas hacer? - Susurraba Lisa en su oído mientras apretaba su brazo. - Más te vale que no hayas hecho alguna estupidez, porque tu hija podría correr mucho peligro
- ¿Está todo bien señoritas? - Preguntó un oficial de policía, seguramente la mujer que le había ayudado en el baño lo había mandado
- Sí señor oficial, todo bien ¿Por qué? - Respondió Lisa sonriendo
- ¿Qué son ustedes dos?
- Somos esposas, mire, ella en nuestra hija, se llama Hayul
- ¿Segura que está todo bien? - Ahora se dirigió a Rosé. - Señorita
- Sí oficial, todo bien. - Mintió pues Lisa la tenía amenazada
- Está bien, con permiso, pasen excelente tarde. - Se retiró
- No debiste hacer eso Rosie, no debiste. - Le dijo, para después salir del restaurante e ir a casa, que más que ser un hogar, para ella era un infierno, el cual apenas comenzaba
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