32
Kevin
Me siento como un adolescente que se enamora por primera vez, cada vez que escucho sus palabras, siendo dichas con tanta dulzura, con tanta verdad, que pienso en ocasiones que es mentira. He aprendido a vivir con el corazón, en llamas, por su presencia o por una simple palabra.
A mi edad pensé que, luego de todo, nunca lo iba a lograr, pero no...
Encontré una chica que no solo es bella más allá de lo imposible, su corazón es un mundo lleno de bondad y calidez que, a pesar de que ella lo reprimió, siempre lo saca a relucir. Encontré a alguien tan perfecto, aun con sus imperfecciones, que su nombre en mis labios es la más hermosa de las canciones que la vida pudo crear.
Nunca pensé descubrir un universo.
Un universo en sus ojos que, a pesar de la tormenta, sigue siendo lo más hermoso que hay. Quiero dejarme ir de su mano, sentir la sensación de no poder respirar sin ella en mi vida. Saber que no puedo dejarla de amar, porque amarla es la vida para mí.
Una pequeña, que me hizo creer que la sonrisa habla demasiado, que las estrellas pueden brillar con más fuerza. Alguien que me hizo amar la lluvia, sabiendo que, si es ella la que baila a su lado, el lienzo queda en blanco al ser imposible captar su belleza. Una magia nueva y perfecta que tuve la maravillosa suerte de ser el primero en verla.
Quiero verla toda la vida...
Quiero amarla toda la vida y si así, mi aliento se va, nunca encontré una mejor manera de dejarme caer...
Aun cuando sea el infierno, me dejo caer si es en sus brazos.
Aun sintiendo cómo el mundo se ponga en nuestra contra... quiero estar a su lado.
Ni siquiera aún, cuando la policía me arrastra por el pasillo de la escuela frente a la vista de todos, nunca puedo dejar de admitir lo mucho que la amo.
Me cuesta reaccionar al principio a la razón por la que la policía vino tras de mí. Pero no necesito más que oír de su parte, que tengo en mi contra una denuncia por acoso sexual contra una estudiante. Podría haber dicho mucho, pero simplemente solicité a mi hermana como mi abogada, también le pedí que hablara con nuestros padres, todo estaba siendo demasiado rápido.
Cuando la soledad me embarga en la celda, la sensación pesada de mi pecho no puede irse con nada. Kiara me había avisado cuando venía de camino hacia aquí, que había llamado a Denise, porque por lo poco que le había dicho, era muy necesaria su presencia. Aunque no le hice saber de mi descontento, no quiero que por ninguna razón Denise esté envuelta en este problema.
Aun cuando me deshago de mi saco y corbata, abro los dos primeros botones de mi camisa, arremango mis mangas, me siento ahogado entre estas cuatro paredes. Como si en cualquier momento algo fuera a explotar en mi cara y no saber si soy lo suficientemente fuerte como para poder soportarlo. Pasos apresurados llegan como un eco por el pasillo; una parte de mí se imagina que puede ser Denise.
Averiguo al instante que no se trata de ella, cuando veo los rostros preocupados de mis padres. No me hubiera gustado que me vean en esta situación, pero tampoco puedo culparlos de que no se preocupen. Me pongo en pie para llegar más cerca de los barrotes y mi madre agarra mi mano.
—¿Cómo te encuentras, cariño?
Odio ver la preocupación surcando las facciones de mi madre. Solo una vez había perdido el sentido de mi vida, recuerdo que ver a mi madre llorando a mis pies es algo que me marcó. Aun cuando se me hubiera hecho imposible, no deseo volver a ver a la persona que quiero reducida en llanto. Ahora la incomodidad se asienta en la boca de mi estómago al ver sus lágrimas.
Por eso, con una suave sonrisa en mi boca, limpio sus lágrimas con delicadeza. —Estoy bien, mamá, no llores, por favor.
—Hijo, te están acusando de acoso sexual a una estudiante —declara mi padre con severidad, pero puedo ver la preocupación en sus ojos —Tu hermana está afuera hablando con la policía.
—Claramente, es un error—declaro con firmeza.
—¿Por qué no nos dijiste acerca de la relación de los dos? —me quedo en blanco, cuando aun con pequeñas lágrimas en su mejilla, mi madre me hace esa pregunta sin ningún tipo de vacilación—Kiara no nos quiso decir todos los detalles, pero nos contó lo importante, resaltando que la denuncia era una mentira.
Mi boca se seca al ser consciente de que mi hermana tuvo que revelar toda la verdad ante mis padres, para que ellos comprendan un poco qué es lo que había ocurrido —Mamá...
—¿Cómo no pudiste confiar en nosotros? —me acusa con sus ojos, haciéndome sentir como el niño de hace años que hacía una travesura y su madre le reprendía —Te hubiéramos apoyado sin importar qué.
—Sé eso, mamá, pero era muy complicado, no solo yo estaba implicado y tienes que saber eso.
—Sabes que la adoro y no me iba a...
—No se trata solo de eso, mamá, no entiendes —me quedo en silencio y el recuerdo del comienzo que conocí a Denise se agrupa en mi cerebro —Denise y yo... ella... —Me quedo callado, porque se siente incorrecto hablar de todo lo que hemos vivido juntos. —No fue tan fácil, era más seguro para los dos no decir nada, espero que me entiendan, por favor.
—Sigo molesta contigo... con los dos —comienza a decir ella cuando de pronto acaricia mi mejilla —Pero a pesar de que recién me entero, veo el amor en tus ojos y un brillo único, hijo, como nunca lo había visto.
—Siempre hubo algo especial entre los dos —agrega mi padre y de alguna forma me sigue impresionando que mis sentimientos sean tan claros a la vista de todos —Verás que todo se va a resolver.
Los tres alzamos la vista al sonido de los pasos que vienen por el pasillo y vemos venir a mi hermana. Mi hermana mayor siempre ha sido alguien que ha mantenido la calma en muchas ocasiones. Desde pequeña sabía lo que quería hacer en su vida, esa decisión la ha llevado a lo que es hoy en día. Siendo sincero, a pesar de que la conozco muy bien, nunca la vi desarrollarse con total libertad en su profesión. Sabía que se había convertido en una exitosa abogada y muy reconocida a pesar de lo joven que es. Pero mis años en Francia me impidieron ver eso... pero ahora, está frente a mí en todo su esplendor.
Me mira con seriedad, pero puedo ver la preocupación en sus ojos. —¿Te encuentras bien?
Asiento con una sonrisa, y antes de que pueda hablar, mi madre se adelanta. —¿Qué has podido revelar?
Ella suspira con pesadez, solo eso me dice que nada bueno puede venir—La persona que denunció aún no quiere revelarse lo que nos sigue dejando a ciegas, por el momento estamos esperando a Denise, quien es la supuesta víctima, cuando tengamos la confirmación de su relación podemos terminar rápido con esto.
—¿Qué hay de sus padres y su hermano? —Mi padre piensa lo mismo que yo.
—Intentaré llegar a un acuerdo con él.
—No—los tres me miran —soy yo quien tiene que hablar con él.
—Está bien, Kevin, en eso tienes razón —afirma mi hermana —lo importante ahora es esperar la llegada de Denise.
/////////////////////////
Denise
Las tormentosas y oscuras aguas me están ahogando...
Siento como si la realidad hubiera dejado de existir frente a mis ojos, pero de esto se trata mi mundo...
Mi vida convertida en una pesadilla es el mundo en donde vivo.
El miedo me da la bienvenida a su pozo sin fin, lista para robarme la respiración. Un suave sonido llega a lo lejos y va devolviendo mi conciencia a la oscuridad, en donde me encuentro. Mi cuerpo pesa, no siento mis brazos, intento en vano moverlos, pero solo escucho otro ruido que aumenta mi miedo. Mis ojos van enfocando el entorno a mi alrededor, a la vez que voy abriéndolos con suavidad.
Un sollozo de dolor se escapa de mis labios, cuando algo quema mi piel, sin saber de qué se trata. De forma inconsciente, busco una luz por donde guiarme, pero nada, el olor a humedad y a algo podrido me da náuseas. Cuando me muevo, vuelvo a sentir ese sonido, como si fuera un ligero tintineo, alzo la cabeza siguiendo el sonido. Mi respiración se corta del terror cuando deslumbro mis muñecas envueltas con cadenas, tan fuertes que puedo ver la sangre manchando el hierro.
Es cuando noto que estoy colgada a unos centímetros del suelo, en medio de una habitación... como si fuera un animal.
Es demasiado, no quiero estar aquí. Pero ni siquiera tengo fuerzas para gritar, todo lo que me queda por hacer es llorar en silencio, es lo único para lo que soy buena.
La gota que cae con fuerza del techo es la que me despertó. Los ladrillos de las paredes sobresalen de la pared dándole un aspecto más tenebroso. Asegurándome que donde sea el lugar en donde me encuentro, está en posible peligro de derrumbe. Las cadenas vuelven a rozarme, hasta el dolor se burla de mí, porque este me sigue reafirmando que estoy viviendo esta pesadilla.
"... Yo te sostengo, mi amor, nunca me iré..."
Caigo presa de los recuerdos, con las lágrimas bañando mis mejillas, anhelando caer nuevamente en la inconsciencia, porque solo de esa forma puedo recordar las palabras y los brazos del hombre que amo.
//////////////////////
Tzuyu
—¡No me sueltes, David! —mi grito hace eco en las paredes, mientras mis brazos rodean con fuerza el cuello del aludido, mientras sentía cómo uno de sus brazos se aferra a mi cintura, manteniéndonos a flote en el agua con el libre.
—Confía en mí —me dice él sin soltarme, con una sonrisa divertida en sus labios.
Me echo un poco hacia atrás solo para fulminarlo con la mirada—Eso me dijiste hace dos semanas cuando fuimos al parque acuático, soltaste mi mano cuando no deslizábamos por el tobogán.
—Pero en ningún momento te solté la cintura, estaba justo a tu lado—asegura él, pero de igual forma golpeo su hombro.
—Pero yo quería sentir tu mano.
—¿Entonces te suelto la cintura y solo sostengo tu mano? —tiene la intención de soltar mi cintura, pero me adelanto a sus acciones.
—Puede que me ahogue cuando sueltes mi cintura, pero te juro que antes de eso te ahogo.
Él suelta unas fuertes carcajadas que llenan la estancia, yo tampoco puedo esconder mucho mi sonrisa, aunque me guardo la risa. Desde hace semanas me he hecho amiga de David, por mucho que los dos supiéramos que una amistad entre los dos es casi inútil, creo que de alguna forma estamos dando pequeños pasos juntos para conocernos.
Y lo disfruto.
Siempre me imaginé momentos como estos en los años en que aún era una niña. En donde el chico que me gustaba se tomaba el tiempo para conocerme, o incluso para enamorarme. Bromear conmigo, mandarme flores o cartas escondidas que solo los dos conocemos su significado. Tener citas, compartir secretos y compartir una mirada que diga todo.
Con David ha sido eso y mucho más. Desde el principio no me era ningún secreto que me gustaba, pero ahora, ahora puedo asegurar que este niño de 19 años me ha enamorado por completo. Kiyoko asegura de que tiene que conocer al chico. ¿Él? Le dije que ella es mi amiga, casi como mi hermana y lo que dijo luego a continuación casi me hace llorar.
"Tengo que conocer a la familia de la chica que me gusta y pedir por su permiso antes de pedirle ser novios"
Han sido semanas mágicas a su lado, mi corazón se siente ansioso como un pequeño por contemplar una primera vez la belleza del arcoíris por el día en que él me pida ser novios. ¿Qué pensaría él tal vez de que sea yo quien haga la pregunta?
Una de las cosas que he hecho a su lado es intentas aprender a nadar. Ha sido bastante en vano porque en ningún momento me suelto de él, así que no... al parecer me volveré vieja sin saber nadar.
—No sabías que eras tan violenta—su risa divertida me gusta, aunque tengo que esforzarme en hacerme la ofendida.
—Hablo en serio David.
—Yo también—me da un beso en la mejilla y me quedo mirándolo con seriedad.
Pero ninguno de los dos soportamos mucho para echarnos a reír. A pesar de todo lo que dice, su brazo se afianza con más fuerza en mi cintura y yo no puedo dejar de sentirme más segura con él a cada día que pasa. Aunque también sobresalen los nervios por sobre todas las cosas. No puedo no admitir que también las clases se han convertido en una clase de tortura para mí.
Mientras yo visto con una sencilla trusa verde con la mitad de la espalda descubierta, él... su torso desnudo es como una burla de los indecorosos que son mis pensamientos para con este chico.
Un sonido rompe el momento, los dos reconocemos el tono de llamada de su teléfono. David primero me ayuda a salir para luego hacerlo él. Cojo mi toalla a la vez que él responde.
—Dime papá—me quedo quieta cuando su cuerpo se tensiona, a la vez que su ceño se frunce con fuerza—¿Cómo dijiste? Debe ser una broma, ¿acoso sexual? —mi mirada se queda sobre él, viendo como pasa sus manos por su cabello con frustración—¿Y Denise? —Sus ojos se abren con asombro, su voz sale con tanta fuerza que me hace saltar ligeramente—¿Cómo que no aparece? —a pesar de lo fuera de sí que parece en estos instantes, puedo notar la preocupación de su voz—Está bien papá, iré para allá.
Cuando cuelga, suelta un suspiro pesado que interpreto lleno de frustración. Aun sin saber si estoy haciendo bien o no me atrevo a preguntas, siendo consciente que no me gusta verlo de esa manera.
—¿Ocurre algo?
David alza la mirada, me mira con una sonrisa que parece más una mueca. —No sé decirte —él toma asiento en la cancha y yo, con la toalla envuelta en mí, me siento a su lado.
—¿Tu hermana está bien?
Suelta un suspiro, algo me dice que detrás de esa pregunta recién hecha hay una respuesta bastante complicada que le preocupa—Llamaron a mi papá porque mi hermana es víctima de acoso sexual—abro la boca llena de sorpresa, pero él, en cambio, me da una suave sonrisa—aún no sé mucho acerca de ese tema, pero algo me dice que es más de lo que parece—su expresión se ensombrece—lo preocupante ahora es que mi hermana lleva dos días sin aparecer.
—¿No han tenido noticias de ella?
—Al parecer la policía la estaba buscando, pero nadie la ha visto, ni sus amigos, ni mi padre, nadie... es como si se hubiera esfumado.
///////////////////////
Denise
El tiempo se ha vuelto efímero como un reloj de arena para mí...
No sé si han pasado unos minutos, simples horas, algunos días o muchas décadas. Solo puedo ser consciente de la oscuridad y de mi propia respiración, incluso el dolor dejó de existir, aun cuando sigo consciente de que mis muñecas no dejan de sangrar, eso ha quedado en segundo plano.
Ni siquiera el lienzo negro que es mi vida me da un respiro para estar en paz... no. Se queda ahí, mirándome con una mota de luz a los lejos, solo para alimentar mi esperanza. Solo para que el dolor sea mayor cuando caiga presa de la desesperación.
Lo más gracioso de todo, es lo cuerda que me mantengo, ante todo, siendo consciente de cada hora que pasa, aun cuando estas se hayan desvanecido y hubiera perdido la cuenta. Esos buenos recuerdos vienen como una tortura, y yo, entre llantos, pido clemencia a los cielos de que termine con todo. Prefiero la muerte a tener que respirar solo con el leve recuerdo de sus brazos.
La puerta de metal hace un ruido molesto cuando se abre; no puedo evitar fijarme, al ser la primera vez que alguien ingresa en mi prisión. Un hombre con capucha y mascarilla me recibe; sus prendas en negro me asustan, junto con su presencia peligrosa. Pero no es eso lo que me congela, no es eso lo que hace que mi voz se quede muda en mi garganta, es a quien veo tras de él.
Aun con el dolor persistente, me río porque no sé cómo reaccionar...
No tengo idea de cómo se reacciona al ver a tu madre frente a ti como tu posible secuestradora.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro