Nunca creí que el hecho de escribir un libro dependería totalmente de mi imaginación, por eso nació este apartado.

Todo a mi alrededor aportó un granito de arena para que este sueño sea posible: Dios, mis amigos y sobre todo mis seres queridos.

Agradecida al 1000% de Dios que a pesar de mis berrinches, me corrige con todo el amor de un padre celestial a su hija.

Gracias al Maestro quien es en realidad el protagonista de esta historia, desde el día de su muerte en la cruz del calvario.

Gracias al Espíritu Santo por soportarme, guiarme por el sendero real y tenerme toda la paciencia del mundo.

Dedicaciones:

Para mis Padres, en especial a Mami por soportar mi parte parlanchina, narrar una y otra vez cada parte de mis historias.

También para mis hermanos, por dejar que escriba sin parar en las noches manteniendo la bombilla de mi habitación encendida.

Para los adictos, suicidas y demás personas consideradas las escorias de la sociedad ¡Ustedes son importantes para Dios!

Para los ateos, los no creyentes, agnósticos, las feministas, la comunidad LGBTQ y demás ¡El amor de Dios les va a alcanzar!

Y naturalmente para todos los lectores actuales y futuros por dedicar por lo menos un minuto y dejarme entrar en sus mentes, gracias por leerme ¡Les aprecio muchísimo!

Ahora sí, me despido, sin nada más que agregar por el momento.

Muchas gracias por llegar hasta aquí.

Nina Ramírez