Diez años antes...

Narra Rubí:

He notado últimamente a Michelle muy desanimada, me pregunto porqué será. Debo aprovechar que no están los niños cerca y que no está tampoco el bastardo de mi yerno.

—Hija, ¿qué tienes?

—¿A qué te refieres, mamá? —por favor, no soy senil.

—Te he estado observando y sigues leyendo la misma página del mismo libro, es Orgullo y Prejuicio, tu favorito. Así que dime de una vez que te preocupa.

—Es Deryck —por supuesto, ese bastardo—, últimamente no hemos estado bien y es que... me fue infiel —oh, Jesús, aquí vienen las lágrimas.

—¿Cómo lo sabes?

—Él mismo lo confesó, no podía con la culpa.

Sí, sí, sí, sí, la culpa. PATRAÑAS. Eso de la culpa no existe es el escudo de los culpables, no merece llevar el apellido Smith. Ahora tendrá que pagar las consecuencias.

—Traté de perdonarlo pero no puedo, mamá.

—¿Cómo podrías? él te engañó y deshonró el apellido Smith.

—Quiero que sufra —parece que Michelle se ha sorprendido de lo que ha dicho y la verdad estoy tan orgullosa de ella, ese es el primer paso.

—Eso fue exactamente lo que dije cuando encontré a tu padre violando a una mujer —aún recuerdo esa horrible imagen, esa pobre mujer luchaba por zafarse pero él no la soltaba.

—¡Por Dios, mamá!, ¿cómo pudiste ocultarnos algo así? —no me sorprende su reacción y aún no le cuento la peor parte, pero creo que es bueno que lo sepa todo, que entienda su naturaleza.

—Porque yo lo asesiné después.

—Pero papá murió de un paro cardiaco, eso no puede ser provocado.

—Siempre hay una manera, hija. Ahora que sabes la verdad, quiero decirte que esa ira que sientes jamás se detendrá, no hasta que tengas tu venganza. No pude mirar a tu padre de la misma manera después de eso.

—Pero...¿matarlo?

—En aquella época no podía divorciarme ni aunque quisiera, el matrimonio era una atadura inquebrantable. Las mujeres no podíamos hacer nada, pero si un hombre iba y hacía y deshacía, todos hacían que no veían ni oían nada. 

—No quiero matar a Deryck ni quiero divorciarme de él, a pesar de todo, aún lo amo —está loca.

—Tú misma dijiste que quieres hacerlo sufrir, ¿acaso quieres que se salga con la suya, darle la oportunidad de que vuelva a hacerte lo mismo? —estoy consciente que el tono que estoy usando es muy duro, pero no puedo quedarme de brazos cruzados viendo como mi hija es engañada.

—¡No!... pero existen otras formas de hacerlo sufrir y que siga a mi lado —una sonrisa comienza a dibujarse en el rostro de Michelle, lo que sea que haya pensado será interesante—. La venganza me sienta bien.

—Es de familia, querida. ¿Sabes cómo se llama la otra?.

—Sí, se llama Danielle Cyrus.

* * *

Diez años después...

Narra Regina:

Bendita sea la persona que inventó las gafas de sol, con esta resaca no podría ser la fabulosa Regina Smith. Gracias al potaje de Nana, ya me siento un poco mejor, físicamente al menos. Aún estoy sobresaltada debido al sueño violento que tuvo.

Estoy en el comedor con Jerry y Nana, la mesa está llena de platos con comida que luce deliciosa (gracias al dinero que nos permite tener cocineros y personal que hace de todo), comúnmente saquearía el tocino, pero entre la resaca y mis preocupaciones no tengo mucho apetito. 

Me pregunto si es normal soñar con que matas personas, supongo que sí, ¿no?, de lo contrario significaría que estoy loca cegada por la ira y los celos. No me imagino a mí misma en un psiquiátrico, usan ropa súper fuera de moda.

—Regina —me llama Nana—, ¿hay algo que te preocupa? —había olvidado sus poderes psíquicos, no le puedo decir que sueño con matar a Dominic, literalmente—, ¿sigues llorando por ese maldito?.

—Bueno, Nana, estuvieron años juntos, es difícil de superar una relación —ojalá Jerry tuviera razón.

—¡No digas tonterías, Jerry!, a un patán no se le extraña —exacto, ayer me di cuenta de eso, pero creo que debería decir algo antes de que Nana se altere más.

—Es que soñé que asesiné a Dominic, muy violentamente.

—Vaya, no me esperaba que dijeras eso —la reacción de Jerry es algo bastante normal, en cambio la de Nana es un tanto... inesperada.

—Es de familia, querida. Sinceramente pensaba que con ustedes sería una excepción pero tal parece que no —¿de qué carajos está hablando Nana?.

—Nana, ¿de qué hablas? —Jerry está tan confundido como yo.

—Digamos que es una constante, cuando un Smith es engañado, ese Smith se venga.

Estoy a favor de la venganza y por lo visto Nana también.

—Quiero vengarme de Dominic por todo lo que me hizo.

Las miradas que me lanzan Jerry y Nana son muy diferentes.

—Excelente —la sonrisa de Nana no tiene precio.