Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Boston

Meses después...

Narra Regina:

La guerra entre los Smith y los Cyrus terminó cuando Josh Cyrus murió "por la mano de la justicia". Obvio que Nana se encargó de ello, esta vez lo hizo de la manera legal, asegurándose que recibiera su castigo en la silla eléctrica. Ojalá hubiera estado ahí y en el funeral de Jerry, pero mi vida de fugitiva me impide regresar a Iowa por un tiempo.

Mi tío Matt y Nana fueron investigados por la operación pavo real, pero no encontraron nada que los incriminara. De hecho, Nana se hizo tendencia por su gran actuación llorando como Magdalena, "¿cómo podría planear un plan así si sólo soy una anciana inocente?, esta situación ya es demasiado dura para mí y sus acusaciones contra mí y contra mi familia hacen que esto duela aún más". Yo le daría un premio Oscar y un Novel de la paz porque eso ayudo a que la ley los dejaran en paz. Y aunque el apellido Smith ya no tiene tan mala reputación, como dijo Nana, la sociedad siempre te juzgará. 

En cuanto a Margot y yo, bueno, hemos estado juntas y nos hemos apoyado mutuamente. Decidimos viajar por la costa este todo este tiempo. No pasábamos mucho tiempo en la misma ciudad, a excepción de Boston.

No voy a olvidar nunca esa noche. Estaba durmiendo en la habitación de hotel que habíamos conseguido días atrás, y de repente comencé a sentirme mal y se me rompió la fuente. Margot me ayudó a subir al auto y ella misma me llevó al hospital y me acompañó en todo momento del parto. Claro que tuvo que decirles que era mi hermana.

El parto fue natural y aunque fue muy duro, valió la pena porque ambos estábamos bien los dos... bueno yo estaba para el arrastre, pero no tuve hemorragia ni nada que pusiera en riesgo mi vida, además después de nueve meses conocí a mi bebé y me llevé una gran sorpresa. Todo el tiempo creí que tendría a mi Amanda porque pensaba que sería una niña, pero resultó ser un niño.

En el momento que lo tuve en mis brazos lo amé incondicionalmente, no importa si era niña o niño, era mi hijo y era lo único que importaba. Pero también tuve que tomar una decisión muy difícil. 

—¿Hola?.

—Hola, Nana. ¿Qué tal van las cosas?.

—No es lo mismo sin ti, claro está, pero estamos bien tu tío y yo.

—Me alegra oírlo —sonrío. 

Felicidades otra vez, Regina. ¿Cuándo vamos a conocer al pequeño?.

—Precisamente eso es de lo que quería hablar. Creo que es mejor que esté fuera de nuestra, Nana. Yo estoy huyendo constantemente y eso no es sano para un niño. Y si los dejo con ustedes, habrían problemas con él y su futuro, ser un Smith ya no es algo bueno, sin ofender.

Pero creí que no confiabas en los servicios sociales —está es la manera de Nana para que cambie de opinión.

—No lo hago, pero no podré darle una buena vida, y si hago esto le daré la oportunidad de tener una. Debo alejarlo de esta locura, Nana.

Escucho un prolongado suspiro del otro lado de la línea.

¿Sabes qué?, creo que tienes razón, Regina. Él merece algo mejor de lo que tú o yo le podemos dar, sin mencionar que será aún más difícil ocultárselo a Matthew. ¿Lo dejarás en Boston?.

—Sí, es una buena ciudad con muchas oportunidades.

Sí que lo es... tengo que irme, querida. Adiós.

Antes de poder responderle se corta la llamada. Hasta la siguiente llamada, supongo. Dejo el teléfono en el portavasos y miro a mi derecha, en el asiento de copiloto. Margot está cargando a mi hijo quien se encuentra profundamente dormido. Lo voy a echar de menos. Bajo del auto, abro la puerta del copiloto y Margot me entrega a mi bebé.

—No me tardo —le digo a Margot.

El orfanato está a unos pasos de distancia y no quiero dar eso pasos, pero debo hacerlo por el bien de mi hijo. Cuando entro a las instalaciones hay un pequeño jardín, bien cuidado. Se nota que este lugar tiene presupuesto. 

Las puertas automáticas se abren ante mí, permitiéndome entrar una recepción pintoresca.

—Buenos días, señorita —saluda la recepcionista amablemente—. ¿En qué puedo servirle?.

—Hola, tengo una cita a la una.

—Permítame un momento —la recepcionista revisa en una agenda bastante grande—. ¿Señorita Feldmann?.

—Así es.

—De acuerdo.

La recepcionista llama por teléfono a alguien y casi inmediatamente aparece una mujer vestida como maestra de jardín de niños. La recepcionista me indica que deje al bebé con la mujer y yo obedezco tras susurrarle un adiós.

La recepcionista me acompaña hasta una oficina donde está la directora del orfanato, una mujer afroamericana de unos cincuenta años, de cabello largo y oscuro.

—Señora Davis, aquí está su cita de la una —la recepcionista me invita a pasar y cierra la puerta dejándome a solas con la señora Davis.

Me siento en una de las sillas que se encuentran frente al escritorio de la señora Davis e intento actuar con total calma para poder convencerla que acepte a mi hijo.

—Señorita Feldmann, cuénteme, ¿por qué desea dejar a su hijo en adopción?.

Obviamente no le voy a decir que estoy huyendo de la ley y mi hijo no puede vivir a salvo con un par de fugitivas.

—Bueno, no creo poder hacerme cargo de él como es debido y no quisiera que mi hijo creciera en un ambiente no adecuado. Espero que entienda que me parte el alma hacer esto, pero es lo mejor para él, quiero darle la oportunidad de tener una vida feliz, cosa que no tendrá si se queda conmigo.

—Esto es un asunto muy serio, señorita Feldmann, espero que haya lo haya meditado como es debido.

—Ya lo he hecho, y está es la mejor opción, señora Davis.

—¿Qué hay del padre?.

Esta hecho cenizas seis pies bajo tierra junto a su amante. Posdata, yo los maté.

—Está en el auto y está de acuerdo con todo esto.

—De acuerdo —la directora comienza a sacar unos papeles.

—Con todo respeto, nada de papeles, sólo necesito saber que cuidarán a mi hijo y se asegurarán que tenga una buena vida con la familia que lo adopte. 

—Ese es nuestro trabajo, señorita Feldmann, pero entienda que debe firmar algunos papeles y rellenar algunos formularios.

—No creo que sea lo mejor, no quiero dejar indicio de mi existencia para evitar contacto con el niño. Así no verá el desastre que soy.

—¿Está dispuesta a cortar contacto con su hijo completamente y no saber nada de él?.

—Así es, de otro modo no lo estaría dando en adopción, ¿verdad? —creo que fui algo grosera con ese comentario—. Lo lamento, pero esto ya es demasiado duro.

—No dejará ni un nombre, ni un número, ni una dirección, entonces. De acuerdo, una cosa más, ¿el niño está registrado en el juzgado?.

Yo niego con la cabeza, ni siquiera le he puesto un nombre.

—No, señora, de hecho no le he puesto nombre al niño.

—Los nombres son muy importantes, nos ayudan a trabajar mejor con los niños. Si no dejará un apellido, al menos podría dejarle un nombre, o no.

¿Un nombre?, siempre me había encasillado en el nombre de Amanda, pero no es el más apropiado para el bebé. Indago en mi cabeza y me topo con un nombre que siempre me ha parecido lindo, además era el segundo nombre de Jerry.

—David.

—Bien, David, será. Le prometo que David está en buenas manos y que la dejaremos a usted y al padre al margen de todo.

—Muchas gracias.

Cuando salgo del orfanato me dieron la oportunidad de despedirme de David, pero la tuve que declinar porque sabía que al verlo cambiaría de opinión. Retengo estas ganas que tengo de llorar porque sé que hice lo mejor para David.

—¿Todo bien, Gina? —pregunta Margot dulcemente cuando entro al auto.

—Sí, Margot, ahora larguémonos de aquí, ¿quieres?.

Hell yeah —exclama mi amiga.

Enciendo el auto y empiezo a conducir dejando Boston y a mi hijo atrás.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro