Asquerosamente rica
Narra Jerry:
Fui testigo de esta historia desde el principio que se podría decir que soy el protagonista. Claro que no lo soy. La verdad es que mi hermana Regina es la verdadera protagonista de esta historia. Aunque creo que me estoy adelantando un poco.
Mi hermana y yo vivimos en Iowa y nuestra familia tiene dinero, mucho dinero. Se podría decir que nuestra familia es asquerosamente rica. Talvez se pregunten «¿dónde están mami y papi?», y a decir verdad no tengo idea, pueden estar bebiendo champaña con Jesús o por el contrario están en el séptimo infierno festejando con el mismísimo Lucifer.
Desde que nuestros padres murieron, Regina y yo vivimos bajo el cuidado de nuestra abuela Rubí, o Nana, como le decimos nosotros. Nana es la persona más divertida del mundo entero, siempre nos dejó vivir a nuestra anchas y si algo salía mal, siempre estaba para respaldarnos.
En cuanto a mí, bueno, digamos que ir de cama en cama es lo mío. Tanto Regina como Nana me han dicho que debería tener una relación estable. Supongo que siempre han querido verme casado, pero dudo mucho que eso llegue a suceder en algún momento.
No es mi culpa que manejar una empresa sea tan difícil. Al ser el mayor, a mi se me designó manejar el negocio familia, pero no se preocupen, no es nada ilegal. La compañía se encarga de diseñar, ensamblar, exportar y vender autos.
Ser una familia asquerosamente rica cuesta, no nos llueve el dinero. Los autos Smith han hecho que nuestra familia sea de las más ricas, de las más influyentes, de las más importantes y de las más famosas de Estados Unidos...¿qué estoy diciendo? del mundo entero.
Ahora sí, la historia comienza en el momento en que Regina decide voltear cuarenta y cinco grados a la derecha en aquel antro y lo vio a él. Debo admitir que así a primera vista parecía un buen tipo y todo, y la pobre Regina se dejó llevar con esas palabras bonitas y esos modales refinados.
Era veinticinco de febrero, por lo tanto era el cumpleaños número diecinueve de Regina. La llevé a un antro que en ese tiempo recién habían abierto, "El Chunga Chunga", recuerdo que se llama el lugar. Tiene muy buen ambiente y preparan las mejores margaritas de todo Iowa.
—Oh por Dios —balbuceó Regina.
—¿Qué pasa? —le pregunté.
Noté que Regina veía algo e intenté ver qué era. Era Dominic (que es como se llama el tipo) bailando. Lucía muy atractivo, además se movía muy bien. Mi hermana no le quitaba la mirada de encima y yo lo sabía así que le dije que le hablara.
Al principio se hizo la tímida, pero logré convencerla con eso de que sólo se vive una vez y todo eso. Pero ahora que sé todo lo que pasó, desearía no haber insistido. Supongo que es demasiado tarde como para cambiar algo. Regina se acercó a Dominic y charlaron un rato, era una conversación muy animada, porque no paraban de reír. Dos horas después, Regina ya tenía un ligue que fue evolucionando en algo más.
En fin, Dominic y Regina salieron por meses que luego fueron años. Mi hermana vivía en una nube de color rosado que nadie se atrevía a invadir. Nana y yo estábamos muy felices por ellos dos, creíamos que iban a tener un final feliz... que equivocados estábamos.
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