En un proceso largo y lleno de sentimientos, dónde el miedo y la desesperanza surgía, ver el color era el objetivo de todo humano, y yo estuve a punto de verlo.

—No vale la pena...ese idiota, no debería merecer tus lágrimas.

—Creí...que podría lograrlo...

—Taek deja ya de llorar, se que ahora es difícil de entender pero no vas a lograr nada si continuas así, debes empezar de nuevo, demostrar que puedes seguir adelante.

—Jul...pude ver sus ojos...pude ver un apice de color en ellos...yo...lo amé.

—Y eso es increíble porque fuiste sincera hasta el último minuto.

—¿De que color son los ojos de Kang?

—...lilas.

—¿Los tuyos?

—Rosas.

—Entonces es cierto...si te enamoras por completo sus ojos comparten un mínimo de color...

—Taek...no te desanimes, aún hay tiempo.

—Estuve cinco años tratando de enamorarme...cinco años con él.

Nadie en el planeta tierra estaba dispuesto a perder tanto tiempo y no lograr nada, era esa misma razón que dolía bastante para ella estar ahora así, sin una recompensa adecuada, pues en tan solo cinco años más, las probabilidades de encontrar a alguien serían casi nulas.

Ese era un riesgo que nadie quería conocer, todos absolutamente todos hacían su propio esfuerzo para lograr llegar a los 30 años con su pareja.

—Amor...no creo que pueda ir está noche...el imbécil de Soo engaño a Taek.

—Traela, le hará bien no pensar en eso.

—No creo que quiera ir.

—Vamos, se que puedes convencer la. Estaremos en la parte de arriba, si necesitas que vaya por ustedes hablame.

—Esta bien, haré el intento...¿Quien irá?

—Mis amigos , sus novias y otros chicos que no conozco.

—De acuerdo, no vemos después.

—Taek...¿Porque no vienes conmigo?

—No...no quiero salir.

—Vamos, te hará bien distraerte un poco.

—Tu ve, no es necesario que te quedes conmigo, se que tienes una fiesta...

—Anda vamos, se que convivir con otras personas te va ayudar además, son las mismas que ya conoces y algunos otros desconocidos pero para nosotras eso no es problema, se nos da bien hacernos de nuevos amigos.

—No se...

—Por favor, acompáñame.

—Yo...no creo...

—Por favor...no te vas a arrepentir.

Y así Taek acepto ir a una fiesta a la cual no fue invitada pero que la ayudaría a pasar ese mal trago con una sonrisa y divirtiéndose más que los cinco años que había pasado con un hombre que no dió nada por ella nunca.