Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

•|20 de agosto de 2020, Sydney, Australia|•

Mi mejor amiga juega con mi hija, y la pequeña ríe a carcajadas, haciéndome sonreír genuinamente. Ella es literalmente el único motivo que tengo para sonreír estos días.

Mi teléfono suena y respondo sin mirar siquiera.

- Tengo buenas y malas noticias - anuncia Scott al otro lado.

- Las buenas primero - suspiro y me froto los ojos con cansancio. He dormido fatal estos últimos días.

- He conseguido apaciguar a la prensa y no tendrás que prestar declaración ni nada. Por suerte, en la foto no se aprecia quién es el hombre, así que tampoco hay problemas con Carlos. La gente tiene claro quién es pero tampoco es nada seguro así que nadie puede confirmar nada. Una tal Irene me llamó bastante enojada y realmente no lo comprendo - me explica, haciéndome sonreír.

- Ella es hermana de Carlos y me dio la información que necesitaba para protegerle - le cuento. - Estoy en deuda con ella - suspiro.

- Oh... Ya no me cae tan mal - dice riendo un poco.

- Dime las malas noticias - pido con desánimo.

Mi amiga, que me mira desde la alfombra en donde juega con Dani, frunce el ceño, preguntándome silenciosamente si todo está bien. Le hago un gesto de que luego le contaré todo y ella asiente con la cabeza.

- Jonathan te demanda para obtener la custodia completa de la niña. No estáis casados por lo que el procedimiento es complejo, pero él, al ser el padre, tiene derecho a pedir eso - me cuenta dejándome anonadada.

Ni siquiera ha pasado una puta semana y ya está queriendo meterse a juicio.

- No me jodas - susurro sin poder creerlo.

- Estoy poniéndome en contacto con el mejor abogado cerrando tratos de Sydney y, aunque sea caro, sus servicios nos vendrían genial. He estado consultando el caso con otra amiga abogada y dice que para que todo sea válido en un juicio primero se debe hacer una prueba de paternidad. Como es obvio que dará positivo, luego trataremos de cerrar un trato, algo que se acomode a ambos, y así no tener que pagar los gastos del juicio. También es probable que el juicio se hiciese público de modo que espero que podamos llegar a un acuerdo para que eso no pase.

Respiro hondo, agobiada y jodidamente asustada. No he tenido tiempo ni de superar nuestra ruptura y él ya quiere que vayamos a juicio a pelear por nuestra bebé. Además, ni ha intentado negociar la custodia, simplemente se la quiere quedar para siempre. Y por la mierda que no se lo voy a permitir. Le quiero, pero quiero infinitamente más a mi hija.

- Gracias por todo lo que estás haciendo por mí, Scottie - susurro realmente agradecida. - Todo esto es mi culpa, y...

- Ey, no, no vayas por ahí. Tomaste una decisión, y sólo el tiempo nos dirá si acertaste o no. Tal vez sí era lo correcto. Lo que importa es que vamos a solucionarlo todo, ¿de acuerdo?

Como ya sé que no admitirá una réplica, asiento con la cabeza aunque no me vea y suspiro.

- De acuerdo. Mantenme al tanto de todo, por favor - murmuro mirando a mi hija, que ríe con su madrina.

- Lo haré - responde antes de colgarme.

Inhalo, exhalo, y así varias veces, respirando hondo, hasta que me calmo por completo y las ganas de llorar desaparecen del todo. Mi mejor amiga me mira, diciéndome con la mirada que le cuente qué ha pasado.

- Jon quiere su custodia completa - digo en apenas un hilo de voz, y enseguida veo su rostro de sorpresa. - No quiero perder a mi pequeña, Liv...

Rompo a llorar y ella me mira con apuro, sin saber cómo actuar. Dejando a la niña en la alfombra jugando con su cochecito que le regaló Dan, mi amiga se sienta en el sofá junto a mí y me abraza, dejándome un hombro en el que llorar. Me abrazo a su cuerpo y lloro, lloro sacándolo todo, y ella soba mi espalda de forma reconfortante, haciéndome sentir segura y un poco en calma. Al cabo de un rato respiro bien nuevamente y agradezco muchísimo tenerla aquí conmigo. No sé qué haría sin mi Livie.

- Ese cabronazo no nos quitará a nuestra niña, ¿entiendes? - Susurra a mi oído. - Esa niña es tanto tuya como suya, así que no merece quedársela para él sólo.

- En realidad, me merezco todo esto, ¿no? Soy una zorra - sollozo inevitablemente.

- No, mi amor, cometiste un error, y algunos errores son más graves que otros. La habrás cagado y merecerás que él te odie, pero meter a Daniella en medio no es justo, no te mereces eso, y ella tampoco - me dice tomando mi rostro entre sus manos y hablándome con seguridad.

Asiento con la cabeza y ella me limpia las lágrimas, sonriéndome.

- ¿Qué sería de mí sin ti? - Pregunto mordiendo mi labio para no llorar más.

- Seguirías siendo una gran mujer, Alli. Seguirías siendo la hermosa, talentosa e increíble mujer que eres. Seguirías siendo la mejor madre que existe - responde con convicción. - Seguirías siendo perfecta - suspira abrazándome con fuerza, y yo no rechazo el abrazo.

Miro a mi bebé, que juega en el suelo, alegre, y sonrío por su inocencia, tan linda y tan conveniente. Si ella supiese lo que está pasando...

•|23 de agosto de 2020, Sydney, Australia|•

Mientras espero junto con Scottie, miro en mi teléfono todas las absurdas pero hirientes noticias sobre lo ocurrido. En una página incluso dicen que todo estaba planeado: todo es una mera atracción de público. Conspiran sobre que si no fui al GP de España y justo ese día salieron las fotos es por algo, y me hace gracia (irónicamente) que crean eso, cuando yo simplemente falté a ese Gran Premio porque tenía un asunto pendiente con mi discográfica.

- Señorita Ricciardo, señorita Scott - nos llama una mujer rubia y guapa de piernas largas.

Cómo no, el típico abogado con billetes y su secretaria que parece modelo. ¿Por qué no me sorprende.

- El señor Travis ya las puede atender - nos sonríe y empieza a caminar para que la sigamos.

Lo cierto es que nunca había estado en un bufete de abogados, y es tan impresionante como me imaginaba. Tal vez las películas y las series no mientan siempre.

La impresionante rubia abre una puerta completamente trasparente que deja ver un hermoso y amplio despacho, decorado con objetos de lujo y de valor incalculable. Un hombre de unos cuarenta años, bien acicalado y bastante guapo, nos espera sentado en uno de los sillones que decoran la habitación. Su traje debe de valer más que lo que llevo ganado el último año.

- Siempre es un placer encontrarme contigo, Ruby - dice el hombre nada más que entramos, levantándose y acercándose a mi manager para tomar su mano y besarla.

- Estamos aquí por algo, Travis - casi gruñe mi acompañante.

No sabía que se conocían; de hecho, cuando Scottie lo mencionó, se refirió a él como un abogado más, a secas.

- Cierto - carraspea y me mira, mostrando una sonrisa llena de dientes. - ¿Puedo ayudarla en algo, Allison?

- Ya conoces el caso - bufa Ruby.

Su comportamiento me deja totalmente fuera de lugar, y tengo el sentimiento de que no pinto nada aquí.

- No seas arisca, querida - responde él. - Bueno, he revisado el caso - murmura acercándose a su mesa y sacando un documento de un cajón, - y he de decir que es bastante sencillo. Ni siquiera hará falta ir a juicio, en cuanto vean la de contrademandas que podemos hacer se mearán encima como niños de preescolar.

- ¿Contrademandas? - Digo confusa. - Espera, espera, espera... Yo sólo quiero una custodia compartida - murmuro abrumada.

- En vuestra situación eso es lo peor que podrías hacer. Habéis acabado de mala manera, así que, ¿qué te hace pensar que conforme la niña crezca él no le vaya metiendo ideas erróneas en su cabeza? La pondrá en tu contra, te lo aseguro.

- Jon no es así - susurro mirando mis pies.

- Todos somos así cuando nos hacen daño - replica Ruby en cierto tono de reproche. - ¿Aceptas el reto o no, James?

- Claro que sí, será moco de pavo - sonríe ampliamente y me guiña un ojo. - Nadie te quitará esa niña, ¿oído?

Sonrío y asiento. A pesar de su comportamiento altanero y excéntrico, confío en él, se ve que es bueno en lo que hace y mientras esté de mi lado lo consideraré mi amigo.

- Bien, pues mañana es el primer encuentro. Presentarán la demanda formalmente frente al fiscal - le dice Scottie, devolviéndonos a la realidad.

- Pediremos una prueba de ADN y eso nos dará el tiempo necesario para preparar la contrademanda, no te preocupes - responde él metiendo las manos en los bolsillos.

- ¿"Nos"? Creía que trabajabas sólo - dice una sorprendida Scottie.

- Mi asociado, Luke, y yo. Es el mejor de su generación, no te preocupes. Por lo demás, ya podéis iros - hace un movimiento con la mano para que nos marchemos y yo miro a mi manager, que, resignada, toma mi mano y me saca de ahí. - ¡Le diré a Erika que te pase la factura por email! - Grita a lo lejos, consiguiendo que mi amiga se ponga roja de ira.

No hago preguntas y sólo la sigo, procesando todo lo ocurrido. Dejando a un lado el hecho de que Ruby y Travis casi se matan ahí dentro, ahora mismo me siento mucho más segura que antes. Ese hombre sabe lo que hace e independientemente de cómo sea se nota que es el mejor.

Mi manager me arrastra hacia su auto, y una vez dentro suspira y cierra los ojos, como si el encuentro de antes le hubiese consumido.

- ¿Qué ha pasado allí arriba, Scottie? - Inquiero mirándola con el ceño fruncido.

- James... Travis - se corrige - es mi ex. Y es exactamente igual a como te lo imaginas. Las apariencias no engañan con él - bufa rodando los ojos. - Lo que ves, es lo que hay.

- Podemos buscar otro abogado si no vas a estar cómoda con él, ¿sabes?

- No. No le soporto, pero es el mejor, y no dejaré que alguien que no sea el mejor lleve tu caso. Puedo soportarle un par de semanas - murmura mirando a la nada.

- Está bien - suspiro y me pongo el cinturón de seguridad. - Liv cuida de Daniella, ¿te apetece un café?

- Claro, ¿por qué no? - Me da una sonrisa torcida y arranca el motor del coche. - ¿A dónde siempre?

- Donde siempre - afirmo sonriendo un poco.

°°°

El llanto de Dani resuena por todo el apartamento y yo me levanto rápidamente para ir a calmar a mi hija. Patalea y llora en su cuna y yo la cojo en brazos para apaciguarla, y poco a poco lo consigo. Le canto una nana que muy bien sé que le gusta y en media hora o así está dormida en mis brazos. Suspiro de forma sonora y la dejo de nuevo en su cuna para que descanse mejor.

Cuando me giro, veo a mi mejor amiga apoyada en el marco de la puerta, mirándome en silencio.

- ¿Pasa algo? - Susurro acercándome.

- No - sonríe y simplemente me abraza. - Os quiero mucho, ¿lo sabes?

- Sí - murmuro preocupada y abrazándola igualmente. - Livie, ¿qué ocurre?

Mi amiga suspira y se separa del abrazo tomándome por los hombros.

- Sé que esto no está siendo fácil para ti, sé que... Sé que me necesitas. Y quiero que sepas que estoy aquí para ti, para vosotras. Quiero ayudarte en todo lo que pueda y sobretodo quiero que sepas que os quiero a las dos como si fueseis mi familia.

- Lo sé, cariño, créeme que lo sé... ¿Por qué me dices todo esto ahora? - Digo confusa.

Ella cierra los ojos y suspira, dándose por vencida con no sé qué. Saca su teléfono del bolsillo y me lo entrega, con la pantalla mostrando una noticia.

Allison Ricciardo luchará por la custodia de su hija: su propio ex novio nos lo cuenta

Gruño enfadada al ver el titular y niego con la cabeza.

- ¿En serio? ¿Metiendo a nuestra hija de por medio? Puto desgraciado - digo bajando más para seguir leyendo.

- Eso no es lo peor... Ha dado mi dirección. Alli, sabe dónde estás y ahora la gente también - me explica finalmente, haciéndome comprender el motivo de sus palabras de antes.

- ¿Por qué haría eso? - Digo incrédula.

- Para joderte, Allison. Te quiere destruir, ¿acaso no lo ves? - Pregunta Liv totalmente frustrada. - Jon nunca fue el santo que creías, todos lo veíamos, menos tú...

- Nunca hizo un mal gesto, Liv, ¿por qué debería haber dudado de él? - Replico frunciendo el ceño.

- Porque todos nos dimos cuenta que sólo os unía Dani. Rompisteis, no funcionó, y aún así volviste con él.

- No tenía otra opción - murmuro entendiendo por dónde quiere ir la conversación. - No podía quedarme sola.

- ¡Nunca has estado sola! - Grita Livie exasperada. - Joder, Allison, tenías a tu hermano, a tus padres, a Ruby, a mí... Lo elegiste porque era lo sencillo, lo fácil, lo barato - su rostro refleja toda la decepción y el dolor retenidos, y en este momento me siento la persona más inútil y estúpida del mundo. - Lo barato acaba saliendo caro - susurra haciendo referencia a todo lo que está ocurriendo.

- No tenía otra opción - repito, insistente en mis ideas.

- No, sí tenías otra opción - replica frunciendo el ceño. - Tu problema es que siempre te ha dado miedo todo. Siempre has sido una cobarde, siempre has ido a lo fácil. Y ahora, todo eso, te está pagando factura. Te acostaste con Carlos y huiste, porque era más fácil eso que enfrentar tus sentimientos y enfrentarlo a él. Volviste con Jonathan porque era más fácil que enfrentar el embarazo como madre soltera. Joder, incluso en el instituto era igual: le gustabas al chico que te gustaba, pero era más sencillo quedarte a un lado, ignorando lo que sentías. Madura de una vez, Allison.

Sus palabras son duras y directas, y por mucho que intento replicar, no puedo. Sé que no tengo forma de defenderme de eso.

- Piensa en lo que te he dicho, Allison, porque si no empiezas a madurar acabarás jodiendo a todos los que te rodean - dicho eso desaparece por el pasillo para entrar a su cuarto, cerrando con un portazo.

Siento que el mundo se me cae encima y necesito apoyarme en la pared para no caerme de bruces al suelo. ¿Qué mierda estoy haciendo con mi vida? ¿Cuándo dejaré de cagarla una y otra y otra vez?

•|24 de agosto de 2020, Sydney, Australia|•

Camino junto con Scottie y Travis, que hoy no han cruzado palabra, y entramos al despacho del fiscal, donde Jonathan y una abogada más esperan.

- Llegan tarde - señala la mujer.

- Lo bueno se hace esperar - replica Travis sonriendo con ese aire de suficiencia suyo.

- Un poco de orden, por favor - dice el fiscal, que está sentado cómodamente en su silla de despacho.

Mientras los dos abogados exponen el caso y hablan con el fiscal, yo me entretengo en mirar a Jonathan. Un sentimiento extraño se remueve en mi interior; una mezcla de culpa, dolor e indiferencia. Su mirada, fría y distante, no se para en mí en ningún momento, y eso me hace sentir... Extrañamente tranquila. Muchas cosas acuden a mi mente, muchos recuerdos y muchas emociones que no logro ordenar o agrupar. Hace un mes podría haber jurado que él sería la persona con la que compartiría toda mi vida, pero ahora, veo a un hombre que no reconozco, uno lleno de odio y de desprecio que, aunque comprendo, no evita que duela.

- Si no hay evidencia científica de que la niña es de él no podemos seguir con el caso, su señoría - escucho decir a Travis.

- ¿De quién más podría ser sino? - Replica la otra abogada, mirándome. Y entonces veo que todos me miran a mí.

- Señorita Ricciardo - me llama el fiscal. - ¿Cabe la posibilidad de que la niña no sea del señor Anderson?

Miro a Scottie en busca de ayuda, y ella asiente con la cabeza. Sus palabras antes de llegar aquí acuden a mi mente.

- No importa que no hubieses follado con otra persona, esa niña es de Jon y todos lo sabemos, pero necesitamos tiempo. Tampoco es que puedan demostrar si mantuviste relaciones o no hace ya más de un año.

Suspiro y miro al fiscal con toda la seguridad que logro ostentar y hablo:

- Cabe esa posibilidad - asiento, viendo de reojo la expresión de sorpresa de Jon.

- ¿Cómo? - Casi exclama él, y me giro para enfrentarle.

- Rompimos, no te creas que soy una momia - ataco frunciendo el ceño.

- Eres una...

- Suficiente - interrumpe el fiscal. - Muy bien, en ese caso, traigan una prueba de paternidad y seguiremos adelante con esto - hace un gesto para que abandonemos el lugar y todos salimos.

Travis se va a hablar con la otra abogada, probablemente para intentar hacerla entrar en razón, y Jon se acerca a mí con los ojos llenos de rabia.

- ¿Es en serio? - Gruñe cuando lo tengo frente a mí.

- Déjala en paz - me defiende Scottie.

Por un segundo pienso en dejar que ella se enfrente a él, pero las palabras de mi mejor amiga retumban en mi cabeza.

- No necesito que me defiendas - le digo a Ruby, y doy un paso adelante hacia Jon. - Pudiste controlarme y tenerme, la cagaste y yo follé con otros hombres - miento descaradamente en eso último, pero no tiene importancia. - Volví contigo con la certeza de que el bebé era tuyo, y de nuevo me tuviste bajo tu control. Esto podría ser mucho más fácil, Jon, pero tú lo has querido así, has querido jugar con fuego y ahora vas a arder.

Sus ojos reflejan pura sorpresa y enojo, y aunque abre la boca para replicar no le salen las palabras. Simplemente gruñe y se aleja de mí con los puños cerrados y la mandíbula tensa.

- ¿Quién eres y qué has hecho con Allison? - Bromea Scottie calmando los ánimos.

Yo me permito reír un poco y me giro para ver a mi manager, que me sonríe con orgullo.

- Ya era hora de ponerlo en su sitio - susurro. - Aunque es difícil de darte cuenta que nunca has amado a alguien con quien has compartido tanto.

Ella frunce los labios y me da un breve abrazo.

- Más vale tarde que nunca, Alli... Lo importante es que te has dado cuenta - me dice al separarse. - Ahora peleemos por nuestra pequeña.

•|27 de agosto de 2020, Sydney, Australia|•

Mi niña me sonríe y chilla de felicidad, sin tener ni idea de lo que ocurre, y en el fondo lo agradezco. Le van a tomar una muestra de ADN para compararla con la de Jon, y estamos esperando a poder entrar a la consulta del doctor.

- Es una niña tan dulce - murmura Livie a mi lado. - Igual que su madrina - dice con sarcasmo.

Yo me río y ruedo los ojos.

- Dios nos libre de que se parezca a ti - bromeo entre risas.

- ¡Oye! - Dice fingiendo que la he ofendido. - En realidad, me recuerda a alguien, aunque no caigo en quién - reflexiona con seriedad. - Sus ojos, su nariz... Creo que los he visto en otra persona.

Me tenso al saber perfectamente a quién se refiere, y aparto los pensamientos de mi mente.

Nos cuidamos, es imposible.

- ¿Sabes quién podría ser? - Inquiere mi amiga.

- Nop, ni idea. Creo que es más parecida a la familia de Jon. Él es idiota pero sus padres son encantadores - evado el tema y miro fijamente a mi hija, que me mira con adoración.

Me fijo en los detalles de su pequeño rostro, y un escalofrío me recorre el cuerpo al ver que su labio inferior es un poco más gordito y sobresale más, como el de cierta persona que conozco.

Basta.

Respiro hondo y miro la consulta con ansiedad. Quiero acabar con esto rápido, tengo un vuelo a Bélgica mañana.

Nota de la autora:

Hola, gente, ¿qué tal? Espero que bien.

Sé que este capítulo tal vez sea un poquito aburrido pero era necesario poner todo en contexto. Prometo que lo que se viene os va a encantar.

Postdata: un millón de gracias por todo el apoyo que está recibiendo está historia, me alegrais la vida.

Os quiere,

A💛.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro