Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

•|30 de agosto de 2020, Stavelot, Bélgica|•

Carlos

Cuando al fin he acabado las entrevistas, me dejan ir a mi cabina para recoger mis cosas e irme. Cuando llego me permito dejarme caer en la cama y cerrar los ojos durante algunos minutos, relajando mi cuerpo y mi mente. Las carreras, sean buenas o malas, siempre me dejan pensando durante mínimo una hora, y aún no he tenido mi rato de pensar en ello.

A pesar de mis deseos de tener paz y calma, la puerta se abre con brusquedad y me asusto, levantándome de forma instintiva para encontrarme a mi hermana con aspecto nervioso y las manos tras la espalda. Algo le pasa, eso ya lo tengo claro.

- Gracias a Dios que no te he pillado haciéndote una paja - bromea riendo, y yo me sonrojo.

- ¡Sólo fue una vez! - Replico y ella se ríe a carcajadas.

- Dos, fueron dos - corrige rodando los ojos. - Dos traumáticas veces - dramatiza.

- ¿Cuándo aprenderás que debes tocar la puerta antes de entrar?

- Cuando encuentres a alguien que te haga las pajas y no tengas que hacértelas tú - se burla acercándose. - Abre la boca.

- ¿Qué? - Frunzo el ceño y ella suspira.

- Vamos, Carletes, es para hoy.

- ¿Pero para qué quieres que abra la boca? - Insisto confundido.

- Aish, no te aguanto. ¡Ábrela! - Insiste ella por su parte.

- Dime para qué y lo hago - me cruzo de brazos y ella me fulmina con la mirada.

Una muy mala idea se está cociendo en su cabeza. Lo sé. La conozco.

- Peque... Sea lo que sea no tienes por qué hacerlo, la violencia no es siempre la solución - medio bromeo retrocediendo un paso.

- No te haré daño, Carletes, pero no te muevas... - Y dicho eso salta sobre mí, haciéndome caer de espaldas a la cama.

Ella se encarama encima de mí y me agarra la mandíbula.

- ¡Abre la boca! - Exige apretando. Yo cierro fuerte y niego con la cabeza. - ¡Ábrela o haré puré con tus huevos! - Amenaza seria y apretando más mi mandíbula, al punto en que me duele. - Carlos Sainz Vázquez de Castro Cenamor Rincón Rebollo Birto Moreno de Aranda de Antarruriaga Tiapera Deltún, ¡ABRE LA JODIDA BOCA!

Finalmente cedo y abro la boca, rindiéndome. Si se ha tomado el tiempo de decir mi nombre completo es porque es importante. Mete en mi boca un bastoncillo como los que usan en las pruebas covid y lo frota con la parte interior de mi mejilla. Lo saca y lo mete en un plástico de esos que impiden que las muestras de ese tipo se intoxiquen. Mi rara y psicópata hermana se quita de encima de mí y sonríe orgullosa.

- Sutil, sí señor - y tras decir eso me guiña el ojo y se va.

Vale, sé que mi hermana es... Peculiar. Pero esto que acaba de pasar literalmente no tiene ninguna lógica. ¿Qué ha sido eso? Me asomo por la puerta para ver adónde se dirige, pero ya ha desaparecido entre la multitud. Veo a Lando acercarse y le saludo, llamándolo disimuladamente. Cuando llega hasta donde yo chocamos los puños y él me sonríe.

- Tienes una cara rara - observa él frunciendo el ceño.

- Tu novia sí que es rara - replico rodando los ojos.

- Cuando tengas que contarme algo nuevo, me avisas - bufa riendo, haciendo el amago de irse.

- Espérate aquí - tiro de la capucha de su sudadera y él me mira atento.

- ¿Qué ha hecho esta vez? - Inquiere con cansancio.

- Me ha tomado una muestra de saliva - murmuro, aún confuso.

- Eso sí que no lo esperaba - susurra obviamente confundido. - ¿Para qué?

- ¿Te crees que yo lo sé? Te pregunto por si tú sabes algo.

- No... Últimamente está más decaída y agobiada, pero nada más - se encoge de hombros. - Sí es cierto que en su tiempo aquí no ha parado quieta, y eso que no lleva ni 12 horas aquí - vuelve a fruncir el ceño. - No sé qué le pasa, pero lo averiguaré.

- Está bien... Pero en serio, si sabes algo, avísame - ruego, y él asiente y sonríe.

- Te mantendré informado, chili - dice solemne antes de desaparecer por el pasillo.

Yo suspiro y me dejo caer en la cama. Irene es un caso perdido, lo sé, puede mejorar, puede estar mejor, pero lo rara y lo friki que es, es literalmente imposible cambiarlo. Aún así, con todo eso, es mi peque.

Y luego está Lando... Creo que siempre le deberé una por soportarla. Desde el primer momento vi que había algo entre ellos, y aunque al principio no confiaba totalmente en Lando, sólo tuve que pasar un rato con él para ver que merecía la pena. En el fondo, aunque no lo diga porque se burlarían de mí por cursi, él es mi peque.

Ellos son mis peques...

°°°

Veo a Allison casi huir del lugar con su hija en brazos y me río. Ha dicho que es difícil no quererme. En otras palabras, pero lo ha dicho.

Mierda, esa mujer me tiene a sus pies, lo sé, y estoy mandando a la mierda la poca dignidad que me queda después de todo lo que ha pasado, pero no me importa. Ya no se trata sólo de ella, ya se trata de esa niña... Joder, un hombre normal de mi edad huiría si viese que la chica que le gusta tiene un bebé, y, como siempre, yo soy el idiota al que no le importa. Quiero a esa niña, si Allison quisiera yo estaría ahí con ellas, de verdad que no me importa. Pero dudo que ella esté buscando un padre postizo tan pronto, y tampoco quiero darle a entender que sólo busco sexo de ella. Si ella simplemente supiera todo lo que siento y desde hace cuánto lo siento... Podría cambiar muchas cosas, pero yo y la suerte nunca hemos sido muy buenos amigos.

- ¿En qué piensas? - Me saca Lando de mi ensoñación.

- En Allison - admito pasándome la mano por el pelo. - Y en Daniella...

- Vaya, eso sí que ha sido sincero - se ríe. - Bueno, estás en esa etapa de idiota enamorado que va a rastras tras la mujer que quiere, y como yo tengo experiencia con eso - bromea y rueda los ojos, - sólo te puedo decir que ocultar lo que sientes no servirá de nada. Una charla honesta salva muchas situaciones - asegura dando una palmada en mi espalda.

- ¿En qué momento acepto consejos de un puberto? - Me quejo en broma.

- Llámame como quieras, pero yo tengo al amor de mi vida y tú no - dice orgulloso y burlón.

- En eso tienes razón - reconozco pellizcándome el puente de la nariz. - Si un tonto como tú lo ha conseguido, no debe ser tan difícil - sigo bromeando.

- Eso, ha dolido - dice sonriendo divertido y señalándome con el dedo. - Y, créeme, no es fácil, pero tampoco imposible. Hay que tener paciencia. Además, Allison no es Irene...

- Desde luego que no - me río. - Diría que son totalmente opuestas.

- Y Allison viene con regalo incluido - bromea riendo, refiriéndose a Daniella.

- Extrañamente eso no me molesta - digo en voz baja. - No sé, muppet, simplemente no tengo ni idea de qué hacer. He tenido muchas novias pero con ninguna he sentido algo parecido a lo que siento por Allison. Con las otras era como un juego, como cuando estaba en el instituto. No importaba el final, sólo que nos lo pasáramos bien en el camino - me encojo de hombros. - Con ella es distinto, la quiero.

- Esa es una palabra muy grande, chili - murmura mi compañero de equipo. - No te diré que es imposible que sientas eso, pero para mí se necesita un poco más para poder decir que realmente quieres a alguien...

- Tal vez tengas razón, o tal vez no. De todos modos, no importa - decido levantándome, dispuesto a irme.

- Carlos, espera - me llama Lando. - Dicen que más vale intentarlo y fallar que jamás haber intentado.

La esperanza en sus ojos verdes me medio convence, así que sonrío y asiento con la cabeza.

- Y otra cosa - llama mi atención de nuevo. - Aunque adviertan al soldado, si está enamorado, en guerra morirá - me sonríe y se encoge de hombros. - Ve con todo y que sea lo que tenga que ser.

- Gracias, Lando, en serio - sonrío de nuevo y él me devuelve el gesto.

Me voy del sitio, pensando si realmente estoy dispuesto a intentarlo, y lo cierto es que mi mente está dividida ahora mismo.

•|2 de septiembre de 2020, Woking, Inglaterra|•

Miro el techo, aburrido, sin saber qué hacer. Ya he entrenado, he comido, y ya no tengo nada que hacer. Pienso en llamar a Lando y salir, por lo que sé mi hermana está trabajando así que así me aseguro de que está libre.

Cuando agarro el teléfono, veo unos mensajes que me sorprenden notoriamente.

Al🎶: Hola
Al🎶: Cuando nos veamos en Italia tengo algo muy importante que contarte
Al🎶: Yo llegaré mañana, nos vemos en la cafetería de McLaren?
Yo: Yo igual llego mañana
Yo: Nos podemos ver ahí a las 18:00
Yo: No me puedes decir nada por aquí?
Al🎶: Mejor hablarlo en persona
Al🎶: Nos vemos

Frunzo el ceño y decido que lo mejor será no darle vueltas a la cabeza. Le marco a Lando y enseguida responde.

- Hola, chili - saluda con tono de estar aburrido.

- Ey, ¿qué haces?

- Acabo de armarle un drama a Irene porque no quería que se fuera a trabajar, pero no ha funcionado y ahora está enojada conmigo - se queja infantilmente, y casi puedo imaginarme cómo hace un puchero, cosa que me hace reír. - Así que ahora no sé qué hacer. ¿Tú qué haces?

- Aburrirme... Aparte, Allison me ha escrito, dice que quiere hablar conmigo de algo importante. ¿Tú sabes algo?

- Ehm... ¿Yo? ¿Por qué debería saber yo algo? - Inquiere nervioso.

- Sólo preguntaba. Aunque creo que sí sabes algo - murmuro desconfiado.

- Te juro que no - insiste. - ¿Quieres ir a la bolera? - Cambia de tema rápidamente, y aunque eso me hace sospechar, olvido el tema y me rindo finalmente.

- Vale. ¿Paso por ti?

- Sí, porfi - asiente.

- Estoy allí en 20 minutos - suspiro y me levanto del sofá. - Más te vale estar listo.

- Que sí, tú trancuilo Carlous - intenta calmarme él, y yo me río.

- Hasta ahora - me despido.

- Hasta ahora - y me cuelga.

El inglesito definitivamente necesita más clases de español.

°°°

Ruedo los ojos cuando vuelve a hacer pleno y empieza a burlarse. Vamos empatados e insiste en que estoy mayor y debería dejar de jugar. Es insoportable, de verdad.

- Cuando te gane, ya veremos - replico agarrando una bola.

- Lo que tú digas - rueda los ojos y escucho su risita cuando lanzo y se queda un bolo en pie. - Ah, por cierto, averigüé lo que le pasaba a Irene - comenta mientras hago mi segundo tiro. Semipleno.

- ¿Algo grave? - Le miro mientras agarra una bola.

- Está echa mierda por el tema de haber tenido que irse de España, agobiada por lo de los perros y todo eso. Ya sabes cómo es, piensa demasiado - se queja lanzando y derribando sólo la mitad de los bolos. - No la culpo, su situación es jodida, pero aquí tiene cosas buenas - se encoge de hombros y vuelve a lanzar. Semipleno también.

- Si me dices que como te tiene a ti, debería ser feliz, te pego - amenazo cogiendo una bola y tirando. Pleno.

- No diré eso porque ella no funciona así. Su principal motivo de estar aquí soy yo, pero la vida va mucho más allá de tener alguien que te diga te quiero cada mañana - se encoge de hombros, - o de tener sexo - añade en voz baja, y yo le miro mal. - No me mires así - bufa tirando. - No somos momias... ¡Pleno! Ja, en tu cara - se mofa perdiendo toda la madurez de hacía unos momentos.

- Parece que os va bien, sobretodo después de lo de Barcelona... - Comente tirando y haciendo pleno de nuevo. Le miro con una sonrisa fanfarrona y él rueda los ojos.

- Hay detalles por pulir, pero... Sí, nos va bien. La quiero, me quiere, hay confianza - sonríe orgulloso y tira. - ¿Y tú cómo llevas la misión "Enamorar a la Ricciardo"? - Se ríe y yo le vuelvo a mirar mal. Justo hace pleno y me saca la lengua.

- Ya te he dicho que mañana quiere verme - murmuro lanzando. - Tiene que decirme algo importante... - Hago pleno y escucho el gruñido de Lando. - Me preocupa haberla cagado.

- Si ni siquiera has hablado con ella. Además, la que ha estado usándote como a una muñeca de trapo, es ella a ti - cuestiona lanzando. - Tal vez quiera pedir perdón - murmura cuando ve que quedan dos bolos en pie.

- ¿Otra vez? - Inquiero mientras lanza de nuevo. Semipleno.

- Quién sabe - se hace el tonto y yo le miro durante unos segundos. - ¿Vas a tirar o no? - Me presiona, claramente nervioso.

- Tú sabes algo, Norris...

- No. Tira.

- Lando - le digo en tono de advertencia.

- Carlos - responde en el mismo tono.

- Algo escondes - insisto.

- Los Sainz sois demasiados perspicaces - se queja mientras yo lanzo. Tres bolos quedan en pie. - ¿Quieres saber qué escondo? - Susurra cuando vuelvo a lanzar.

- Por algo te pregunto - le miro y él hace una mueca al ver que de nuevo hago semipleno.

- Le quiero pedir matrimonio a tu hermana - espeta dejándome congelado. Lanza, tira dos bolos y me mira. - Di algo, por favor.

- Estás loco - es lo único que me sale decir. - Sois muy jóvenes...

- Joder, ya lo sé - gruñe tirando de nuevo, derribando un total de cuatro bolos. - Pero la amo, Carlos - añade dándome una mirada significativa.

- ¿Y no puedes esperar? - Pregunto lanzando. Pleno.

- No. No puedo dejarle margen para irse de nuevo - dice en voz baja, tirando y haciendo pleno también.

- No se irá otra vez...

- No lo sabemos - replica mientras yo vuelvo a hacer pleno.

- Creía que confiabas en ella - le reprocho.

- Y lo hago, pero la vida es una mierda y quién sabe lo que pueda pasar. Por eso deberías arriesgarte con Allison. No sabes qué pasará - me señala con el dedo y seguido de eso lanza. Pleno. Fin de la partida.

- Gané - murmuro, evadiendo sus últimas palabras.

- Ganaste en los bolos, pero no en el amor - me recuerda con orgullo.

- ¿Qué has comido hoy? ¿Un libro de filosofía? Aparte, no tapes el hecho de que te he reventado a los bolos - me burlo yo, y él rueda los ojos.

- Si te interesa, me he comido a tu hermana - replica con una mueca de derrocha arrogancia.

- Te castraré, en serio te lo advierto, Lando...

- Eso no le gustaría a la princesa.

- Lo que quiera la peque no es mi problema - respondo acercándome para abrazarlo por los hombros y revolverle el cabello. - Aunque pensándolo mejor no te haré nada, o sino pronto habrá una lápida con mi nombre - bromeo, y ambos reímos.

- Allison lloraría en ese funeral - opina él, burlón.

- ¿Tú crees? - Murmuro, algo más en serio.

- Está loquita por ti, así que sí - dice con seguridad.

- No lo creo...

- Claro que sí. ¡Es obvio! Pero te entiendo, yo tampoco pensaba que yo le gustaba a Irene al principio. Todos lo veían tan claro y yo ni cuenta - se ríe por el recuerdo y sonríe. - Le gustas y se nota. Te gusta y se nota. Todos lo vemos.

- Menos nosotros - reflexiono frunciendo el ceño.

- Pues sí. Si no, ¿qué gracia tendría? Un buen amor viene acompañado de un buen drama - opina riendo.

- Entonces es una mierda - bufo.

- No, por eso es maravilloso.

- Creo fervientemente que Platón te ha poseído hoy - me burlo, y ambos reímos.

- Eres realmente tonto cuando te lo propones - se queja sonriendo.

- Es algo que tenemos en común - replico, para después recibir un leve empujón.

Sí, él es mi mejor amigo, y a mucha honra. Irme a Ferrari no significa que eso cambie. Nada podría cambiarlo.

•|3 de septiembre de 2020, Monza, Italia|•

Doy golpes en la mesa con nerviosismo. Las 18:01 y Allison no ha llegado. ¿Me dejará plantado? No creo, ella me invitó, ¿o eso da igual? No sé.

Cuando la veo entrar por la puerta de la cafetería de McLaren todas mis dudas se despejan. Se ve nerviosa, y me busca con la mirada, con rostro preocupado. Me ve y medio sonrío, y ella me imita y se acerca a mi mesa.

- Hola - murmura sentándose frente a mí.

- Hola - respondo, sonriendo nervioso.

- Bueno... - Suspira y aparta la mirada. - No sé cómo decir esto.

- Sólo dilo, no puede ser tan malo - la intento tranquilizar, a pesar de que yo estoy casi temblando y ni siquiera sé por qué.

- Depende de cómo te lo tomes es bueno o malo - replica haciendo una mueca que se me hace tierna.

- Allison, me estás asustando - admito, y ella medio sonríe.

- Pues espera a que te diga esto... - susurra con sarcasmo. - No te desmayes ni nada, por favor - me ruega, y yo me río.

- Creo que podré con ello - respondo con un poco de arrogancia.

Ella suspira otra vez y toma mis manos, que estaban sobre la mesa. Una descarga eléctrica va de mis dedos a mi brazo y luego a mi espalda, estremeciéndome.

- Carlos, eh... Yo... Dani... - Tartamudea con incoherencia. - Aquella noche en Australia - rememora cerrando los ojos, - me temo que esos condones no funcionaron - murmura mordiéndose el labio.

- ¿Qué? - Frunzo el ceño, sin entender qué quiere decir.

- A veces eres terriblemente estúpido - gruñe apretando mis manos. - Daniella es tuya, Carlos. Daniella es hija tuya. Es... Es nuestra hija.

El aire abandona mis pulmones y la sangre se hiela en mis venas. Tengo la certeza de que si no hubiese estado sentado, me habría caído. ¿Qué Daniella qué? Debe ser una broma. Una de muy mal gusto. Es imposible. No. Mentira. Tiene que estar mintiendo. Esa niña... No.

- ¿Carlos? - Me llama estrechando mis manos, y yo salgo de mis pensamientos y la miro confundido. - ¿Estás bien? Te has quedado pálido...

- Y-yo... Me cago en la puta - maldigo en español. - Me debes de estar jodiendo - susurro, incrédulo.

- Te juro por mi vida que no, Carlos... Dani es tan mía como tuya - vuelve a decir, y yo me aparto de su toque rápidamente.

- No, es una broma. ¿Dónde está la cámara oculta? - Inquiero mirando a mi alrededor con frenesí.

- Maldito seas, Carlos, esto es serio - dice indignada.

- ¡Lo digo en serio! - Replico.

- ¡Yo también!

- No, es una broma pesada.

- Por Dios santísimo, Carlos, créeme - me pide desesperada. - Sé que es duro de asimilar, pero... Es así. Tenemos una hija.

- Mierda, no digas eso o te juro que lloraré. ¿En serio? - Repito.

- ¡Que sí, joder! - Chilla enfadada, y algunas personas nos miran.

- Mi padre me va a matar - espeto en cuanto la idea cruza mi mente.

- ¿En serio esa es tu principal preocupación? - Dice ella totalmente sorprendida.

- No, pero... Joder. ¿No estás de broma?

- Como lo vuelvas a preguntar te golpearé - amenaza seria.

- Vale, vale... ¿De verd...? - Dejo la frase ahí al ver su mirada asesina. - Tengo una hija. Hostia puta. ¿Y ahora qué hago? ¿Tú qué quieres?

- ¿Qué quieres tú? - Replica.

- Quiero... Quiero hacerme cargo. Es mi hija, ¿no? Soy su padre.

La veo sonreír y aguantar las lágrimas y me siento mal por ella. Tampoco ha debido ser fácil para Allison. Esto le complica mucho las cosas...

- Gracias, Carlos - susurra mordiendo su labio para no llorar.

- ¿Por? - Pregunto confuso.

- Por darme a la persona que más amo en el mundo y por ser el hombre noble que esperaba que fueras - responde sonriendo y levantándose.

Yo hago lo mismo y siento la necesidad de abrazarla, y sin más me acerco y la estrecho entre mis brazos. Ella no se resiste y acepta el abrazo, rodeando mi cintura con sus brazos. Yo apoyo la cabeza sobre la suya y suspiro.

- ¿Qué haremos? - Inquiero en un susurro.

- Salir adelante, Carlos. ¿Qué más podemos hacer? - Susurra en respuesta.

Joder, esto será difícil. Pero tengo un buen presentimiento. Tal vez esto era lo que faltaba en mi vida...

Nota de la autora:

Holiwis. Me alegra informaros que ya sí se viene lo cool. Espero que os haya gustado mucho. También gracias por el apoyo, en serio que no os merezco <3.

Postdata: sé que esta historia es de Carlos y Allison, pero Irene (a.k.a. Doña Sutileza) siempre será la niña de mis ojos JAJAJAJ.

Os ama,

A💛.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro