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Capítulo 11

•|30 de agosto de 2020, Stavelot, Bélgica|•

- Ese cabrón es listo - susurra sonriendo.

- ¿Quién? ¿Por qué?

- Jon, no quería arriesgarse a perder a la niña - se ríe como si fuese divertidísimo y yo la miro perpleja.

- ¿Qué es tan gracioso?

- Ese test de ADN no sirve, Allison.

Miro a la española por unos breves momentos, asimilando lo que ha dicho, y mi lado escéptico no puede evitar salir.

- ¿Y por qué no? ¿Porque tú lo dices? - Replico confusa.

- No, porque la ciencia lo dice. Si haces un test de ADN para averiguar quién es el padre pero sólo se toma la muestra del supuesto padre y del niño, dará falso positivo con total seguridad. Se necesitan tomar muestras de ambos padres - explica tranquilamente.

- ¿Y debería fiarme de ti, porque...? - Murmuro sin fiarme demasiado.

- Porque estudio veterinaria, carrera la cual necesita unos estudios básicos de medicina y estuvimos aprendiendo algo sobre el ADN y todas esas mierdas. Aparte, me gusta aprender más de lo que me enseñan y veo documentales. ¿Me crees ya o no?

Me mira resignada y yo asiento con la cabeza.

- Vale. Te creo. Pero seguimos sin saber si es de Jon o no...

- Supongo que estás de juicio con Jon - interrumpe, pensativa.

- No aún, pero sí. El test de ADN era la prueba que necesitaban para seguir adelante - respondo en voz baja.

- Dile a tu abogado lo que te he dicho, que lo investigue, que reúna pruebas y pide que se repita el test - ordena con tranquilidad.

- ¿De verdad me puedo fiar de ti?

- Hablamos de mi hermano y mi posible sobrina - se encoge de hombros. - Sí, te puedes fiar de mí.

- Está bien - suspiro finalmente. - Aún así, seguiría sin tener pruebas de que Dani es de Carlos...

- Te conseguiré una muestra de saliva - dice rápidamente.

- ¿Cómo?

- Me llaman doña Sutileza - comenta con una sonrisa fanfarrona.

- No te lo tomes a mal, pero eso no me lo creo - me burlo sonriendo.

- Tienes razón... Le abordaré, le diré que abra la boca, le meteré el palito para tomar la muestra y huiré. Sutil - asiente convencida.

- Eso es todo lo opuesto a sutil - me río y ella rueda los ojos.

- Funcionará. Sólo hay que tener... Fe - susurra la última palabra, como si le costase decirla.

- Pues confiaré en tu súper plan - suspiro y le sonrío. - Gracias, Irene...

- No, no somos amigas. Borra esa sonrisa. Sigo enfadada contigo. Lo hago por mi hermano - interrumpe y corrige rápidamente.

- Tranquila, tranquila... Vale - bufo algo confundida. - Nos vemos.

- Te mandaré la muestra a tu habitación, no te preocupes.

- ¿Y cómo sabrás donde está mi habitación? - Inquiero sonriendo burlona. Es muy lista pero no repara en todos los detalles.

- Créeme, lo averiguaré - asegura sonriendo. - Ahora, vete.

Me equivocaba, sí había reparado en todos los detalles. Simplemente me voy de ahí y regreso con Livie, que parece desesperada de tanto esperar.

- ¿Debería preocuparme por perder a mi mejor amiga? - Bromea la pelirroja cuando llego junto a ella.

- Oh, no, puedes estar tranquila por eso - respondo sonriendo. - El test de ADN no es válido - suelto como si nada, dejando atónita a mi amiga.

- ¿Qué?

°°°

Cuando veo a Carlos en la mesa con los demás pilotos, me detengo. Necesito hablar con mi hermano, pero si él está ahí... Miro a Dani, que me sonríe y juega con mi collar. Tengo una idea. Me acerco a la mesa y saludo a los pocos hombres que quedan aquí después del Gran Premio, y enseguida están todos pendientes de Daniella. Lando casi me la roba de los brazos y yo me río cuando Carlos le da una colleja y me sonríe a modo de disculpa.

Es taaaan lindo...

Allison, concentración.

Me encojo de hombros, quitándole importancia, y me dirijo a mi hermano mientras todos están distraídos con mi pequeña. Él me regala una de sus típicas sonrisas y me abraza cuando llego a su lado.

- Llevas todo el día desaparecida, Minion - me dice cuando me siento a su lado.

- Scottie me dijo que intentara no llamar la atención más de lo necesario - le soy honesta y él suspira.

- Es una mierda todo esto... No me gusta Jon, pero Dani es hija de ambos, debería ser custodia compartida y ya. Tantos dramas bobos... - veo su ceño fruncido en frustración y me siento mal por él.

- Saldremos adelante, Dan - le aseguro con una pequeña sonrisa.

Ambos miramos a Dani, que está en el regazo del español, mientras Lando y Alex hacen el imbécil para hacerla reír.

- Necesito un favor - murmuro entonces.

- Lo que sea - se apresura a responder.

Le miro de reojo y suspiro. Él no se negará, no sé qué me pone tan nerviosa.

- Necesito que me dejes vivir contigo durante un tiempo - espeto sin más, y él me mira sorprendido.

- ¿Cuánto tiempo? - Inquiere rápidamente.

- Un par de semanas, un mes... No sé, Daniel, lo que tarde en arreglar toda la mierda con la prensa y Jonathan - confieso algo agobiada. - Entenderé si no puedes o no quieres...

- Claro que quiero y por supuesto que puedo - me interrumpe y sonríe. - Quedaros el tiempo que queráis, sois mis dos niñas - besa mi frente y yo sonrío al igual que él.

- Gracias, Dan, te quiero - le abrazo y él se ríe.

- No me sueles decir eso - se burla.

- No todos los días me dejas irme a vivir contigo - contraataco y él se lleva la mano al pecho, como si le hubiese clavado un puñal.

- Me ofendes, Allison - dramatiza entre risas, y yo le imito. - ¿Cuándo os venís? - Pregunta cuando estamos más calmados.

- ¿Mañana?

- Vaya, eso es rápido... Está bien, mañana.

Nos sonreímos y entonces escucho el llanto de Daniella. Reacciono automáticamente y voy hacia ella, pero cuando quiero darme cuenta el español ya la ha calmado.

- Ya está, hermosa - susurra en su idioma materno cuando me acerco.

- ¿Qué ha pasado? - Inquiero enfadada, y Carlos señala a George con la cabeza.

- ¡Ha sido culpa de Lando! - Se defiende rápidamente.

- ¿Qué dices, hombre? Te ha visto la cara y se ha asustado. Aunque no me extraña - se burla el inglés de pelo rizado.

- Pero serás...

Los dos empiezan a pelear como niños pequeños y yo ruedo los ojos para girarme y ver a mi hija, que está casi dormida en los rudos brazos del español.

Yo también quisiera, Dani...

¡Allison! Centrémonos.

- Gracias, Carlos - susurro anonadada por la imagen, mientras él pasa a la pequeña de sus brazos a los míos.

- Es una niña muy buena y dulce - se encoge de hombros. - No ha sido difícil.

- Tienes un don - digo sin pensar.

- No creo. Normalmente los niños se me dan fatal - se ríe y se encoge de hombros. - Dani es la única que parece quererme - comenta de broma.

- Es difícil no hacerlo - murmuro sin pretender decirlo en voz alta.

Mierda.

- Gracias - responde el español, fanfarrón, sonriendo con orgullo, pero notablemente sonrojado.

¿Acabo de hacer sonrojar al imponente y atractivo Carlos Sainz? Soy bruja como mínimo.

- Debería irme - digo nerviosa, buscando los ojos del hombre frente a mí, que tiene la mirada perdida.

- Sí, claro - menea la cabeza, saliendo de su ensoñación, y regresa a su sitio.

Miro a mi hermano, que me mira con el ceño fruncido, y antes de tener que darle una explicación me voy de aquí, yendo a toda prisa hacia mí habitación. Suficientes confrontaciones serias y tensas he tenido este fin de semana. Sólo quiero descansar, olvidarme de todos los problemas.

Carlos, Jon, Daniella. Las tres personas que no abandonan mi mente por un motivo concreto. Algo en mí sabe ya la respuesta a mis dudas, pero no quiero escuchar, es más sencillo taparse los oídos y seguir adelante como si nada. Sé que es infantil e inmaduro, pero supongo que eso es lo que soy. Nunca tuve unos padres atentos y geniales, les importaba más mi hermano, la estrella, el campeón. Nunca nadie ha estado enamorado de mí, siempre he sido sólo una compañera buena, la chica linda, la que está buena, y ni siquiera Jon me ha sabido amar, ni siquiera he podido amarle a él. Por eso es tan difícil que sepa qué hacer para ser la mejor madre posible. Por eso es tan difícil afrontar lo mucho que me hace sentir a Carlos.

El vacío que me hicieron sentir mis padres no sé cómo rellenarlo, y no sé cómo debo tratar a mi propia hija, porque sé que no la quiero criar como me criaron a mí. Y la nada que sentía cuando otros hombres me tocaban me asusta cuando comparo todo lo que siento cuando Carlos simplemente me mira.

No sé cómo amar, esa es la realidad, la cruda y simple realidad. Nunca nadie me ha enseñado a cómo hacerlo. Soy una pobre mujer que por un poco de amor se quedó con un hombre que no la había sentir querida realmente. Soy una pobre idiota que no sabe cómo hacerlo bien con su hija.

Soy un puto desastre y no sé qué puede solucionar eso. O tal vez no se trate de qué, sino de quién. Y me da tanto miedo, soy tan cobarde, que no sé qué esperan de mí. Nunca seré la que dé el primer paso, y ese tal vez sea mi mayor error.

A veces me pregunto si Carlos será tan perfecto como parece. El vínculo que tiene con su familia es fuerte. Seguro que ha amado otras veces, y le han amado de vuelta. Tiene muchos amigos. Su carrera va mejorando año a año. No le falta amor, ¿acaso se necesita algo más para ser feliz?

•|2 de septiembre de 2020, Mónaco|•

Termino de acomodar las cosas de la última caja y sonrío orgullosa. Al fin he acabado con este suplicio. Estoy oficialmente viviendo con mi hermano.

- ¡Adivina quiénes han llegado! - Anuncia alegremente mi hermano desde la entrada de la casa.

Cuando salgo al pasillo para verle, le veo con Daniella en un brazo y un montón de bolsas en el otro.

- ¿Qué es todo eso? - Pregunto divertida.

- Cosas - evade el tema y se mete en el salón.

Yo, curiosa y desconfiada, le sigo, y veo cómo deja a Daniella en su parque-cuna.

- Dan... ¿Qué hay en esas bolsas? - Insisto.

- Objetos que Dani, claramente, necesita en su nueva casa - responde con obviedad.

- Claro. ¿Qué objetos son esos? - Inquiero acercándome a las bolsas, las cuales acaba de dejar en la mesa que hay en el salón.

- Nada, tranquila - miente nervioso e interponiéndose entre la mesa y yo.

- Daniel Joseph Ricciardo, como vea merchandising tuyo tamaño bebé ahí te juro que te mato - digo entre risas forcejeando con él, tratando de alcanzar las bolsas.

- Oh, mierda - se queja, entre risas también.

Cuando agarro una de las bolsas y veo un montón de chupetes y baberos personalizados me quedo mirándolo, conmovida.

- Dan...

- Alli...

Muerdo mi labio para no llorar y abrazo a mi hermano mayor. Él es probablemente el único en mi familia que jamás me ha tratado como si fuese menos, él es el único que me ha hecho sentir una más de la familia. Nuestra relación no es la más fuerte del mundo, pero me basta, gracias a él sigo integrada en nuestra familia y no huí hace mucho.

- Eres el mejor hermano del mundo - digo con mi mejilla apoyada en su pecho. - Gracias por todo, Daniel.

- No es nada, Minion... Vamos, llora, no te lo guardes - añade riendo un poco, y yo dejo escapar una lágrima seguida de una risita.

- Tonto - bufo separándome de él.

- Cuando veas lo de las demás bolsas retirarás eso - advierte, sonriendo ampliamente.

Ruedo los ojos y miro el contenido de otra bolsa, encontrándome con ropa para bebés normal y corriente.

- Al menos no es de tu merchandising - bromeo mirando la ropa bien. - No hacía falta, Daniel - digo sonriéndole.

- Es mi sobrina, déjame consentirla - se excusa con tranquilidad.

- La vas a mimar - me quejo, y ambos reímos.

Nuestro momento lindo se ve interrumpido por mi teléfono, que suena en la mesa del salón, anunciando que tengo una llamada. Mi hermano asiente con la cabeza, para que responda, y yo voy y respondo. Como siempre, no miro antes quién era.

- Tengo una buena y una mala noticia - informa Scottie hablando deprisa.

- Adelante - suspiro.

- Tienes la custodia total de Daniella, pero ha dado negativo en el test de paternidad de Jon, así que...

- Es de Carlos - susurro, acabando la frase por ella.

- Sí - asiente. - Ha dado positivo en el test de paternidad de Carlos. ¿Qué harás? ¿Quieres que se lo comunique yo?

- No, por Dios, eso es jodidamente frío y cruel - niego rápidamente. - Yo me encargaré. Tú asegúrate de que Jonathan cierre el pico y no regrese jamás a mi vida, es lo único que quiero...

- Travis y yo lo conseguiremos, tú tranquila - responde antes de colgar.

En la pantalla resplandecen algunos mensajes de Irene. No sé cómo consiguió mi número y eso en vez de preocuparme, me da exactamente igual.

Irene: Tienes los resultados?
Irene: Seguro que Ruby recibió la muestra?
Yo: Me pasas el número de tu hermano?
Yo: Ya te lo pedí una vez pero lo borré

Dejo el teléfono. Creo que ese mensaje lo indica todo. Me siento en el sofá y escondo la cabeza entre los brazos, haciéndome una bola. A pesar de que lo tenía casi claro, se siente como una bofetada en toda la cara. ¿Qué haré ahora? Tengo una niña con un piloto que apenas conozco.

- Hermanita, ¿hay algo que debas contarme? - Dice mi hermano sentándose a mi lado, poniendo su mano en mi espalda.

- La he cagado, Dan, he sido una idiota irresponsable - rompo a llorar y me abrazo a mi hermano.

- ¿Qué has hecho? - Pregunta con suavidad.

- Daniella no es de Jon - sollozo cuando me envuelve en sus brazos cariñosamente.

- No lo entiendo, entonces... ¿De quién es?

- De Carlos - susurro sorbiendo los mocos.

- ¿Qué? - Exclama. - Quiero decir - suaviza el tono, - ¿cómo es eso?

- Es una larga historia - murmuro.

- Soy todo oídos - replica, y cuando me aparto para verle él sonríe. - No llores, Minion... Vamos, cuéntamelo. Sabes que estoy aquí para ti.

Asiento con la cabeza y se lo cuento todo. No sé cuánto tiempo me paso hablando, diciéndole todo lo que debería haberle dicho antes porque él me habría ayudado. Y él no me juzga, sólo escucha atento a mis palabras en silencio, haciendo más preguntas para poder estar al tanto de todo. Y se siente bien. Se siente bien liberarlo todo.

- No sé qué es lo que hay entre nosotros y no sé cómo haré para contarle esto... - finalizo, totalmente abatida pero sintiendo que el peso en mi espalda ahora es menor.

- Cuando te dije que le gustabas, lo decía de verdad, Alli... Si de verdad le gustas todo esto lo demostrará. Puede que se sorprenda un poco al principio, pero él es un buen hombre, estoy seguro de que se hará cargo - asegura con tranquilidad.

- Ya, pero... Es demasiado, Dan. Estamos hablando de una niña, no de un perro - le recuerdo con frustración. - Además, él vive en Inglaterra, nos vemos sólo los fines de semana. ¡No nos conocemos casi! Si acepta formar parte de la vida de Dani, ¿cómo lo haremos? Es todo tan jodido... - Cierro los ojos, suspiro y los vuelvo a abrir. - En el fondo quería que fuese de Jon, simplemente ganaríamos el juicio y yo me haría cargo de ella sola, sin nadie más involucrado.

- Livie te dijo algo muy cierto, hermana - susurra mi hermano, rememorando lo que hace rato le he contado. - Siempre vas a lo fácil. Es hora de que las cosas se compliquen un poco - opina sonriendo. - Sea como sea... Tenéis química y algo en común - señala el parque-cuna donde Dani duerme con la cabeza, - creo que no sería tan descabellado que pudieseis tener una familia feliz y normal.

- Pero me da miedo, Dan, me da mucho miedo - confieso mirándolo a los ojos. - Carlos me hace sentir tanto que no sé cómo gestionarlo. Me convierto en una puberta cuando estoy cerca de él...

- No necesito esos detalles - bromea haciéndome sonreír. - En serio, Allison, tienes que arriesgar por una vez. Tuviste el valor de irte a vivir a Sydney tú sola, de empezar una carrera musical con sólo 17 años. Puedes con esto, puedes con mucho más, y yo confío en ti - toma mi mano y la aprieta cariñosamente. - El que no arriesga no gana.

- Y tampoco pierde - murmuro en réplica, y él rueda los ojos.

- Te pondré el ejemplo más cercano que tengo - propone. - Irene y Lando. Esos dos han vivido un drama digno de un libro o una novela turca como mínimo. Y aún así, ¡míralos! Novios. Se quieren y no han dejado que nada se interponga. ¿Qué te detiene a ti con Carlos? ¿El miedo? Vamos, eres más valiente que eso, Alli.

Sus palabras me dejan reflexionando un momento, y cuando suspiro, sé qué responder.

- Se lo diré en el próximo Gran Premio en cuanto le vea, lo prometo. Si Carlos no huye despavorido, lo intentaré - sentencio con una sonrisa ladeada.

- ¡Esa es Allison Rachel Ricciardo, damas y caballeros! - Anuncia felizmente a un público imaginario, despertando a Dani, quién se pone a llorar. - Tranquila, mini Carlos, que tu tío va a tu rescate - bromea yendo a cargarla en brazos para calmarla.

Yo me río y ruedo los ojos, divertida por su actitud infantil. Así es mi hermano. Mi teléfono suena en señal de que tiene un mensaje y veo que Irene me ha pasado un número de teléfono, acompañado de un mensaje.

Irene: Te lo dije

Ruedo los ojos y me río otra vez. Pequeña excéntrica... Podría acostumbrarme a la idea de que es la tía de mi hija. Podría acostumbrarme a ella y Lando. Podría acostumbrarme a Carlos. Pero no me debo emocionar antes de tiempo. Tal vez Carlos no quiera saber nada del tema. Y si lo hace, mejor, así sabré que nunca mereció la pena.

Recuerdo que Liv me pidió que le avisara, y le escribo, recibiendo su respuesta muy rápido.

Yo: Es de Carlos...
Liv: Yyy tenemos un ganador!
Liv: Ding, ding ding!
Liv: El sexy español es el padre!
Yo: Loca
Liv: Orgullosa de que tus óvulos sean más inteligentes que tú
Yo: Gracias?
Liv: De nada, hermosa

Me río sin poder evitarlo y miro a mi hermano, que ya ha conseguido que Dani se duerma otra vez.

Pensándolo mejor, mi vida no es tan mala. Tengo algunos complejos, algunos problemas, algunas personas que tal vez sobran, pero... Al completo tengo gente que me quiere. Tal vez no que me amen como deseo, pero, eh, podría ser peor, ¿o no?

Sonrío orgullosa y camino hacia mi hermano, que mira a mi hija dormir plácidamente. Apoyo la cabeza en su hombro y suspiro.

- Creo que me cae mejor ahora que sé que es de Carlos... - bromea mi hermano ganándose un codazo. - ¡Auch! Lo siento, pero los Sainz son mi familia favorita de la parrilla.

- ¿De veras? - Digo sorprendida.

- De veritas - asiente orgulloso. - Sé que si Carlos no acepta a la niña sus padres, o incluso Irene, que no le gustan los niños, querrán formar parte. Son personas muy familiares y nobles - explica su punto de vista y asiento.

- Entonces me alegro, así sé que ellos me apoyarán.

Nota de la autora:

¡Hola a todas mis personitas hermosas! He conseguido sacar un poco de tiempo entre mis vacaciones para escribir hoy y aquí tenéis un nuevo capítulo.

Espero que os guste, por fin queda claro lo que todos pensaban JAJAJAJAJ.

Gracias por todo el apoyo, los comentarios y los votos, no os merezco.

Os ama,

A💛.

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