Capítulo 10
•|28 de agosto de 2020, Stavelot, Bélgica|•
Suspiro nerviosa, esperando la llamada de Scottie con las respuestas del examen de ADN. Aparte, ver a Carlos pululando por aquí, recordándome una y otra vez todo lo ocurrido, y que además le veo más parecido con mi hija por momentos, no me esta ayudando en nada.
Livie hace gestos tontos para hacer reír a Dani, que chilla feliz y risueña, pero cómo no, no me dejan ni un segundo de paz.
- Supongo que debo darte las gracias - dice una voz a mi espalda.
- No lo he hecho por ti - murmuro sin girarme; sé perfectamente quién es.
- De todos modos, gracias - insiste sentándose a mi lado sin pedir permiso.
Livie nos mira y me sonríe de forma pícara. Cuando la fulmino con la mirada hace como si no se enterara de nada y sigue haciendo el tonto con Daniella.
- Carlos, han salido fotos nuestras besándonos, ¿crees que es buena idea acercarte a mí? - Replico girando mi cabeza para encontrarme frente a frente con el imponente y atractivo español.
Mierda.
- Ya no tenemos nada que perder, Ricciardo - me sonríe y mira a Dani. - ¿Le va a afectar mucho? - Pregunta en un hilo de voz.
- No creo. Seguramente me quedaré con su custodia completa, y con suerte Jon nos dejará en paz. Ni siquiera le recordará probablemente - suspiro y miro también a mi hija. - ¿Por qué preguntas?
- No soy tan cabrón como quise aparentar el otro día, Al... En realidad sí me preocupa la pequeñina - confiesa suspirando.
Una sonrisa genuina aparece en mi rostro y vuelvo a girar mi cabeza para verle. Su pelo castaño oscuro está revuelto, dándome a entender que probablemente se pase el día revolviéndose el cabello. Por experiencia sé que eso es un tic nervioso, y me resulta realmente adorable. Sus ojos color café, que a veces parecen más oscuros, miran atentos a mi hija, con un brillo extraño en ellos. No paso por alto tampoco cómo su labio inferior sobresale un poco más que el otro, haciéndome desear poder morderlo.
Relaja las hormonas.
Aparto los pensamientos inapropiados de mi mente y sigo estudiando su rostro con detenimiento. Líneas bien definidas marcan su mandíbula y una barba de varios días hace mella en su rostro. Luego, bajo mi mirada por su cuello, grueso y musculoso, como el de prácticamente todos los pilotos. Bajo mis ojos a sus brazos, que, oh, virgen de los hombres calientes, apiádate de mí. Brazos musculados y bien trabajados se aprietan contra la tela de su camisa de McLaren, que le queda exquisitamente ajustada.
Una patada por debajo de la mesa me saca de mi observación exhaustiva, y miro a Livie, la que me ha propinado el golpe con discreción. Ella me señala disimuladamente a Carlos de nuevo y cuando le miro veo que me mira con una sonrisa socarrona.
- ¿Ves algo interesante, Al? - Inquiere el español en cierto tono de burla.
- No realmente - miento apartando la mirada, avergonzada.
Livie se muerde el labio con fuerza para no reírse de la situación y finge que está muy entretenida con mi hija. Miro una vez más al español, que me mira con una mueca que no logro descifrar, como si fuese de piedra. ¿Tal vez le haya ofendido? ¿O está pensando su próximo movimiento? Una frase elocuente seguramente.
- Entonces, ¿ahora estás soltera? - Espeta, haciendo que tanto mi mejor amiga como yo le miremos con los ojos abiertos como platos.
Se ha tomado muy en serio la frase de "nunca dejes que sepan tu próximo movimiento".
- ¿Tú no estabas enojado conmigo o algo así? - Pregunto en cambio.
- No soy rencoroso... Aunque mi hermana diría que soy masoquista - me sonríe como niño que jamás ha roto un plato y yo miro a Liv, que ve la escena tan incrédula como yo.
Le pido ayuda con la situación, que me pone nerviosa a más no poder, pero ella sólo se encoge de hombros y me sonríe coqueta.
- Lo que eres es idiota - bufa una voz a nuestra espalda. Ambos nos giramos sobresaltados. - ¿Creíais que podríais evitarme todo el finde semana? - Gruñe cruzándose de brazos.
- Debería irme - dice Carlos intentando levantarse, pero mi hermano le pone la mano en el hombro obligándole a quedarse en su sitio.
- No vas a huir, Sainz. Y tú tampoco, Minion.
Oh, no, sacadme de aquí.
°°°
Asesino a Liv con la mirada, que parece muy divertida con la situación que acabo de vivir. Literalmente mi hermano nos ha dado un sermón a Carlos y a mí sobre lo idiotas que somos, y luego, le ha amenazado con que si vuelve a tocarme un pelo, a hablarme o a mirarme, se encargará de que nunca tenga descendencia.
- Ha sido cómico, no puedes negármelo - dice sin parar de reír.
Yo bufo y sigo en mi tarea de cambiarle el pañal a Daniella. Tengo una mejor amiga insoportable y que además es una hija de puta. Pero la amo, la amo muchísimo.
- Ha sido humillante - replico suspirando. - ¿Cómo le voy a pedir ahora que me deje ir a vivir con él? - Digo algo más en serio. - En Australia ya me han tachado de zorra, necesito ir a otro lugar y tal vez Mónaco sea la mejor opción, allí tengo a mi hermano.
- Lo sé, ya lo hemos hablado - suspira Liv. - No te va a decir que no, está enfadado pero es tu hermano y te quiere, y quiere aún más a Daniella. Aparte, si no acoge a mi ahijada le cortaré las pelotas yo misma - añade más de broma, relajando el ambiente.
- Como sea, todo es un desastre - me quejo acomodando la ropita de mi hija. - Aún estoy asimilando el comportamiento de Carlos de hoy - murmuro cambiando de tema, tomando a mi hija en brazos y mirando a mi mejor amiga.
- Es un poco bipolar... Primero sí, luego no, luego otra vez sí. Le tienes muy mal como para que ande así de confundido - dice riendo.
- ¿Tú crees?
- Sí. Y también creo que te gusta mucho - dice en voz baja y haciendo énfasis en la última palabra. - Digo, es normal, sólo hay que mirarlo - sonríe y me guiña un ojo.
- Eres una mejor amiga horrible - bufo rodando los ojos.
- Si no lo quieres tú me lo quedo yo - bromea.
- Todo tuyo - digo haciendo como si no me importase.
Pero maldita sea, claro que me molesta. El español y yo no somos nada pero cuando se trata de él siento una necesidad de posesión que nunca he sentido y que me avergüenza sentir.
- Entonces no te molestará si bailo con él, si le beso, si sus manos se pasean por mi cuerpo...
- ¡Cállate Livie! - Me giro para verla y entonces Dani empieza a llorar. - Mierda - gruño tratando de calmarla.
- No me puedo creer que te hayas puesto celosa - se ríe Liv. - ¡La adorable y sumisa Allison Ricciardo siendo posesiva! ¿Qué tiene ese hombre, Alli?
- Joder, no lo sé. Tal vez es porque es tierno, gracioso, atento, comprensivo y además me ablanda que se preocupe por Dani. O tal vez sea porque es el hombre más jodidamente caliente, sensual, atractivo, sexy y hermoso que jamás he conocido. Tal vez sea su forma de cuidarme aunque esté enojado conmigo, tal vez sea su forma de hacerme desear su toque con sólo mirarme. No lo sé, Liv, no sé qué tiene que hace que todo lo que soy o creía ser se vaya por la borda.
Respiro agitadamente después de mi intensa confesión y cierro los ojos, arrepentida por mis palabras. Ya lo he dicho y no hay marcha atrás.
- Y si es así contigo, ¿por qué te empeñas en mantenerlo alejado?
- Porque estaba con Jon y hemos roto por su culpa... Quiero decir, es mi culpa, pero también suya. Él me hace volverme loca - murmuro mirando a mi hija, que se duerme contra mi pecho.
- Haz que merezca la pena, Alli. No hayas roto con Jonathan sólo por un beso - me dice en apenas un susurro.
- Tengo problemas más grandes que mi vida amorosa ahora mismo. Aparte, Carlos no ha dicho en ningún momento que quiera algo conmigo. Lo nuestro sólo fue una noche de pasión...
- Admitió en tus narices que le gustas.
- ¿Quién dice que no le guste? Sé que sí, pero en mi situación necesito que no sólo le importe yo, ¿entiendes? - Señalo con la cabeza a mi pequeña y hermosa bebé.
- Eres tan cabezota cuando te lo propones - se queja mi amiga con frustración.
- Sólo déjame arreglar toda la mierda con Jon y después me ocuparé del resto - digo cansada.
- Vale, pero por favor, no seas cobarde, Alli.
Miro a mi hija, que suspira medio dormida.
- No te puedo prometer nada - suspiro finalmente.
•|29 de agosto de 2020, Stavelot, Bélgica|•
Me despierto por culpa del ruido proveniente de mi celular, y respondo antes de que este despierte a Dani. Apenas son las 5 AM, ¿quién demonios llama?
- Allison - me habla Scottie con voz de estar cansada.
- ¿Qué pasa, Ruby? - Inquiero frotándome los ojos.
- Jonathan es el padre de Dani - anuncia con tranquilidad.
Y aunque la noticia debería ser una obviedad para mí, algo dentro de mí se remueve con inconformidad. De algún modo, no esperaba esa noticia, y menos aún con los pensamientos y similitudes que he tenido y visto estos últimos días.
Que Dani es de Jonathan ya es una realidad, y cae como un balde de agua fría sobre mi cabeza, aunque debería ser más que obvio.
- Oh... Está bien, entonces... ¿Cuándo hablaremos con su abogada de nuevo? - Murmuro suspirando.
- Travis se está encargando de todo, dice que tiene el borrador del trato y ahora me lo va a mandar para ver si estamos de acuerdo. Si aceptamos los presentará a los demandantes y si no le ponen pegas estará todo cerrado.
- ¿Y si no me gusta el trato? - Replico.
- Tú solo aportarás dinero, que es lo más probable, y eso no te falta. Además, Travis es muy inteligente, no hará ninguna estupidez - aclara con seguridad.
- Okei, ¿y si ellos no aceptan el trato? - Digo por otra parte.
- Travis les dará una paliza en el juicio - explica con tranquilidad. - No te preocupes, cielo, sólo podemos salir victoriosos de esta.
- Confías bastante en él - observo sorprendida. Scottie no es del tipo de mujer confiada.
- No, hace mucho dejé de confiar en él - replica rápidamente. - Confío en su trabajo, en lo que hace en su despacho y en el tribunal, pero lo que haga fuera de eso es otra historia - dice con cierta resignación en la voz.
- Entiendo - asiento levemente, no queriendo llevarle la contraria. - Si no me necesitas para nada más, quisiera seguir durmiendo...
- Sólo tengo que decir una cosa antes - me detiene hablando deprisa.
- Dime.
- Aléjate de Sainz y de todos los que tengan un vínculo cercano a él, al menos durante estas mediaciones legales, tu imagen es algo que tendremos que cuidar si queremos ganar un juicio.
- Vale, lo que sea por Dani - murmuro algo disconforme pero sin ser capaz de negarme. - Nada de Sainz ni nada de su alrededor.
- Exactamente. Ahora, descansa - dice antes de colgarme.
Expiro exasperada y resignada. ¿Por qué me molesta tanto que me haya mandado estar lejos de Carlos?
"¿Tal vez porque estás loquita por él?" Se burla una voz en mi cabeza. Raramente esa voz sonaba como la de Liv.
Suspiro una vez más y dejo mi cabeza caer de nuevo en la almohada, tratando de ahogar mis problemas con el sueño.
°°°
- Allison, así no - me dice frustrada Livie, acomodando mi postura. - La barbilla apuntando arriba, se supone que esta canción refleja orgullo y poder, no sumisión - dice por milésima vez.
- Yo escribí esa canción, no necesito que me expliques de qué va - me quejo.
- No entiendo por qué escribes letras que no te representan para nada - murmura. - Ponerlo en el papel y cantarlo al piano en tu habitación es fácil, Alli, pero interpretarla con la fuerza y la confianza que merece es otra cosa que no logras tan fácilmente.
- ¿Por qué siento que últimamente no haces más que criticarme?
- ¿Por qué últimamente sólo haces el imbécil? - Contraataca haciéndome fruncir el ceño.
- La tienes tomada conmigo, en serio lo creo - bufo abandonando la pista de entrenamiento definitivamente.
- Estás desperdiciando todo, Alli... Un hombre que te quiere, una familia que te ama, unas amigas que matarían por ti. Y te da miedo vivir, vives en la sombra - murmura derrotada, y su voz se quiebra. - ¿Sabes lo que daría yo por estar en tu situación?
- No tienes ni idea de lo que es estar en mi situación - replico apretando los dientes. - No tienes ni idea de lo que se siente cuando tus padres siempre priorizaron los sueños de tu hermano a los tuyos, haciéndote sentir insuficiente porque los logros de él siempre serían mayores. No sabes lo que es que todos los chicos te miren sólo por ser linda y nada importa lo que haya en tu cabeza. No te imaginas siquiera lo que es embarazarte de un hombre al que no amas y regresar a él por compromiso. Y no sabes lo duro que es tener que cuidar de una niña que no tiene un lugar fijo en el mundo.
Una lágrima traicionera rueda por mi mejilla y mi amiga me mira con los ojos cristalizados.
- Todos deseamos la vida de alguien más porque no somos capaces de ver la mierda que llevan dentro.
Y tras decir eso salgo del gimnasio con todas mis cosas y voy hasta donde están los chicos, que (tonta de mí) dejé que cuidaran a Daniella. Al llegar al hall del hotel, un sitio bastante cómodo y lindo, me río al ver el panorama: todos en un círculo y Dani en medio, y todos llamándola para ver hacia quién gatea.
- La vais a volver loca - me río y me meto en el círculo para cargarla.
Miro a los cinco hombres, que sonríen con inocencia. Mi hermano, Esteban, Alex, Charles, Lando y George competían, y todos han perdido.
- ¡Obviamente vendría conmigo! - Dice Lando poniéndose en pié.
- ¿Pero qué dices? Yo soy su padrino, vendría conmigo - replica mi hermano con indignación.
- Vendría por mí - bufa Alex con orgullo.
- No, por mí - dice George.
- Sois idiotas - comento entre risas.
- Auch - dramatiza Charles. - Eso dolió, Allison.
- Eso, eres cruel - corrobora Esteban.
Me río y ruedo los ojos, alejándome con mi hija en brazos. Suficiente idioteces habrá tenido que soportar ya. Espero que el retraso mental no sea contagioso, esa pandilla junta mucho de eso. Oigo pasos detrás de mí y, aunque esperaba que fuese mi hermano, me sorprende ver que es Lando el que camina a mi lado.
- Hola, chico papaya - saludo tranquila.
- Hola, persona con la que no debería hablar porque está en la lista negra de Irene - responde haciéndome reír.
- ¿De verdad? - Pregunto sin parar de reír.
Él se encoge de hombros y sonríe.
- A veces creo que quiere más a su hermano que a mí - murmura mirando sus pies. - Pero lo entiendo, él es muy importante para ella... Y también para mí - añade en voz baja.
- Lando... ¿Adónde quieres llegar? - Inquiero al ver su ceño fruncido.
- Yo... - suspira y me mira. - Por favor, no le hagas daño a Carlos. Es mi mejor amigo y... Bueno, Irene le adora, literalmente no sé qué pasaría si tuviésemos que verle sufrir - se encoge de hombros y suspira otra vez. - Está colgado por ti, Allison, y se nota que últimamente no está centrado en nada. Tiene la cabeza en otro sitio y se porta raro. Es obvio que tienes algo que ver...
- Yo no puedo resolverle los problemas, Lan - susurro apenada.
- Sois la solución a todos sus problemas, Alli - replica mirando a Dani. - Necesita a alguien a quien amar y que lo amen, y sé que es mucho pedirte, pero no le dejes caer...
- ¿Por qué te preocupas tanto? - Quiero saber, por curiosidad y admiración.
- Carlos, cuando conocí a su hermana, vio que había un obvio interés, y me habló de ella, me advirtió, me aconsejó... Si estoy con Irene en parte es gracias a él y creo que puedo devolverle el favor. Además, está claro que Irene no se rebajará a tu nivel para pedirte un favor ni nada por el estilo - se ríe y yo sonrío. - Es orgullosa.
- La amas - deduzco, y su sonrisa se amplía y sus ojos se iluman.
- Lo hago, lo hago como no te imaginas - asiente.
- Está bien, Lando, prometo no... No romperle el corazón a tu amigo - respondo finalmente.
- No te pido que lo prometas, sólo intenta no hacerlo. Tarde o temprano romperás esa promesa - dice antes de darme un apretón en el hombro e irse en dirección opuesta por la que vino inicialmente.
Miro al chico alejarse y luego miro a mi niña, que me mira con interés. Sus ojos grises me recuerdan una vez más a la dichosa Irene y suspiro frustrada. No puede ser de Jon, realmente no puede serlo...
- ¿Tú qué opinas? ¿Jon o Carlos? - Murmuro acariciando su mejilla.
- Papá - responde dejándome de piedra.
Su primera palabra. Acaba de decir su primera palabra en mis narices. Ni siquiera sabemos quién es el padre (se supone que sí, pero cada vez dudo más) y va y dice "papá".
- Eliges a papá - asiento sonriendo irónica. - Eso podría ser un problema - bromeo, y aunque sé que no me entiende, me siento mejor tras romper el sentimiento desagradable con un poco de humor. - Me voy a volver loca, Dani...
No responde (como es obvio) y camino de regreso a nuestra habitación, con la esperanza de poder descansar un par de horas.
Sólo necesito un poco de paz, nada más.
•|30 de agosto de 2020, Stavelot, Bélgica|•
Liv y yo ni siquiera hemos cruzado palabra en el entrenamiento de hoy. No solemos pelear, y cuando lo hacemos nos arreglamos rápido, pero supongo que eso era cuando éramos niñas y teníamos problemas tontos. Esto va mucho más allá de que ella haya manchado algo que le presté o que yo haya mentido sobre alguna tontería.
Cuando me doy cuenta que no tengo con quien dejar a Dani y apenas quedan dos minutos para iniciar el espectáculo, entro en pánico. Los pilotos se están preparando y Liv baila conmigo. ¿Con quién puedo dejar a Daniella? Por un momento pienso en Irene, pero ella está en Woking, eso dijo Lando el otro día.
Por eso mismo me quedo en shock en el momento en que la veo caminando cerca de donde estoy yo. Voy tras ella y casi la mato de un infarto (según ella).
- ¿Qué demonios te pasa? - Casi chilla sobresaltada.
- Necesito que me hagas un favor - hablo deprisa y ella se ríe.
- Estás loca si crees que te ayudaré con algo. Traidora - acusa infantilmente.
- ¿Tú no estabas en Woking? - Digo enarcando una ceja?
Ella rueda los ojos.
- He venido esta mañana, veo la carrera y me voy. Me gusta estar cerca de Lando cuando corre, pero no puedo permitirme pasar todo el fin de semana con él. ¿Feliz?
- Como sea, estás aquí, te necesito.
- Vete a la mierda - gruñe con intención de irse.
- Por favor, tengo que dar el espectáculo y nadie puede quedarse con Dani...
- ¿Me quieres dejar a mí a cargo de tu bebé? ¿Tú te escuchas?
- Irene...
Ella mira a la niña y luego a mí, con una mueca de desagrado.
- Lo haré, pero ya me debes dos favores - dice tomando a la niña en brazos. - Estaré en el box de McLaren - se despide desapareciendo entre la multitud.
Cuando veo la hora en mi teléfono me doy cuenta de que ya no hay marcha atrás. Deberé fiarme de la española a ciegas porque sino el espectáculo no dará a lugar. Me intento tranquilizar con el pensamiento de que Lando es encantador y adora a Dani, así que Irene no podrá ser tan mala...
°°°
- ¡Has estado brillante! - Me felicita Liv, emocionada por la adrenalina del momento.
- Gracias - suspiro y sonrío, con el sudor cayendo por mi frente. - Perdón por lo de ayer...
- Perdóname tú. Soy una entrometida y una bocazas, lo sé y lo siento - me regala una sonrisa torcida y yo le abrazo.
- Tú también has estado genial hoy...
- Lo sé - replica orgullosa. Yo me río y niego con la cabeza. - ¿Con quién has dejado a mi ahijada?
- Con Irene...
- Estás de broma - me mira seria y yo me encojo de hombros. - ¿Pero cómo se te ocurre? - Chilla exaltada. - ¿Quieres quedarte sin hija?
- No es tan mala, quiso ayudarme...
- ¡Está loca!
- Puede ser, pero me fío de ella - confieso finalmente.
Admitir que confío en la española es algo realmente complicado. A pesar de su amenaza, a pesar de su comportamiento excéntrico, a pesar de su odio a los niños, confío en ella. Puede que en parte sea porque considero a Lando una gran persona y, si él la ama como vi ayer que lo hacía, por algo debe ser.
- Creo que te ha llegado la purpurina del maquillaje al cerebro - bromea mi mejor amiga.
- Eres una dramática - me río y me bebo un trago de mi botella de agua. - ¿Vamos a por la pequeña y así compruebas que Irene no es tan horrible?
- Vale, pero ve tú primero, si hay alguna trampa tú caerás primero - se burla dándome un leve empujón.
Me río y caminamos por el concurrido paddock hasta el box de McLaren, donde Irene me indicó que estaría, y no tardo en verla sentada en una silla con Daniella en brazos. Sorprendentemente, mi hija ríe y juega con la española, que... ¿Sonríe? Si lo cuento no me creen. Ambas juegan y tanto Liv como yo nos quedamos paralizadas, sin creernos lo que vemos.
- ¿Quién es esa? - Susurra mi amiga. - Porque Irene Sainz no es...
- No lo sé - murmuro igual de impactada. - Bueno, quédate aquí, iré yo por ella.
Livie asiente y yo voy en dirección al dúo de ojos grises. Algunas de las personas presentes me miran con recelo, y no me extraña siendo honestos. La calidez que aporta la escudería a Carlos es tan grande que probablemente estén todos enfadados conmigo por manchar el nombre de su piloto. Sea como sea, llego hasta donde está Irene y ella al verme se pone seria, obligándose a dejar de jugar con la niña.
- Parecía que te divertías - observo sonriendo.
- Bueno, tampoco tanto - le quita importancia y mira a la niña fijamente. - Allison...
- Dime.
- Esta niña es de mi hermano - espeta con seguridad y tranquilidad.
Mi corazón se encoge en el pecho al oír sus palabras.
- Ya hicimos las pruebas, es de Jon - le intento convencer, pero en realidad debo convencerme a mí misma.
- Es... Imposible - se niega en rotundo. - Esta niña es una Sainz. Mira sus ojos, sus labios, su nariz, su pelo - insiste sin apartar los ojos de la niña.
- Las pruebas están hechas, yo no puedo hacer nada ahí.
- Pues es un falso positivo porque no hay forma de que esta pequeña no sea mi sobrina - bufa alzando la voz, y algunos de los presentes nos miran.
- Baja la voz, Irene... - susurro tomando a mi hija en brazos. - Ya olvídalo, no es tu familia.
- ¿Qué prueba hicieron? - Exige saber.
- Pues Jon se encargó... Pero creo que fue por sangre - murmuro insegura. - ¿Por qué preguntas?
Ella frunce el ceño.
- Os sacaron sangre a los tres, ¿cierto? A Jon, a ti y a ella. ¿Verdad, Allison? - Dice en un tono sombrío.
- No, a mí no... ¿Por qué debería...? - Me callo al ver como su mirada refleja que ya lo ha entendido todo, como si algo muy obvio acabase de aparecer ante sus narices.
- Ese cabrón es listo - susurra sonriendo.
- ¿Quién? ¿Por qué?
- Jon, no quería arriesgarse a perder a la niña - se ríe como si fuese divertidísimo y yo la miro perpleja.
- ¿Qué es tan gracioso?
- Ese test de ADN no sirve, Allison.
♤
Nota de la autora:
Muy buenas mañanas/tardes/noches mi personitas preciosas. Espero que todo os vaya bien.
Aquí tenéis el nuevo cap, que espero que os guste, y estoy deseando ver vuestros comentarios AJAJAJAJA.
Postdata: os amo por todo el apoyo que le estáis dando a la historia y muchas gracias, de verdad.
Os adora,
A💛.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro