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Tomó firmemente la mano de su hermanita al momento que pasaba por aquellas grandes puertas de rejas. En la desocupada, llevaba un ramo de rosas.
Cada paso que daba, le parecía demasiado pesado, hasta llegó a pensar que era un maldito ladrillo esperando a ser utilizado, vaya, eso sonó tan absurdo en su cabeza, la cual era una bola de estambre por lo que iba y venía. Estaba muy nervioso, de todo ese tiempo, fueron como unas dos o tres veces que hizo acto de presencia, tuvo muchas, pero se sentía tan desorientado estando en extremas condiciones, en las que le parecía mejor encerrarse y solo salir a vagar, buscando un consuelo, por un mes completo.
Al estar frente a la lápida, sintió un nudo naciendo en su garganta. ¿Cómo se sentiría desde donde estuviese?, dejando de lado su gran esfuerzo con ser un simple jardinero, quizá ni siquiera quería verlo ahí.
–¡Hola papi!
La pequeña yacía sentada con las piernas flexionadas y sus manitas juntas a la altura de su nariz.
–¿Verdad que no estás enojado con nosotros por no venir?. ¿Verdad que no?, Tae oppa así lo piensa.
El nombrado suspiró a lo que copió sus acciones.
–Mamá tenía mucho trabajo hoy – hizo un puchero – Pero te mandó saludos y dijo que te ama mucho.
Taehyung también.
–Te extraña, yo te extraño.
Taehyung también.
Joder, se le estaba haciendo difícil controlar sus emociones, porque ya sentía que se ponía a gritar desconsoladamente y lo que menos deseaba era alarmar a su hermana.
–Oppa ha estado muy callado, ¿qué es lo primero que se te vendría a la mente?. ¡Yo sé!, está pensando en cómo presentarnos a su novia.
Solamente tenía diez años y sabía cómo aligerar ese ambiente y volverlo a la realidad.
–¿Qué cosas dices?,¿para qué una novia si ya tengo a quién cumplirle sus caprichos?
–Solo es helado, papi, lo ju... – se golpeó suavemente la boca – No,no, es malo jurar.
–Te recuerdo que pediste un peluche para añadirlo a las dos docenas que hay en tu habitación.
–Ah eso, no es mi culpa ser adorable.
Parpadeó repetidas veces, sacándole una risa al mayor. En medio de esa linda imagen, quitó una de las rosas del ramo para darle un beso y colocarla en frente de aquella inscripción.
–Dijiste que las princesas reciben flores de su príncipe, entonces pensé en cambiar la historia, aunque serías un rey.
–Que princesa más fea tienes, papá.
–¡Ey!,¡papi, oppa me está molestando!
Y así siguieron por unos minutos más, hasta que decidieron que sería hora de regresar a casa.
Quedó estático al reconocer a cuatro personas dirigiéndose a su dirección, tan decididos, como si supieran que estaría ahí. Sin embargo, se dió cuenta que hasta para ellos era una gran casualidad.
Jungkook tenía ganas de lanzar una maldición, a lo que atinó fue a pasar su lengua por su cavidad bucal. Se haría el desentendido, de no ser por sentir una penetrante mirada; efectivamente, era una adorable pelinegra.
–Kim, qué sorpresa.
–Lo mismo digo.
–Pensamos que algo malo te había pasado, ya sabes, no pasaste a recogernos, mucho menos llegaste al restaurante.
–¿Por qué están tan temprano fuera?
–El señor Kang estaba tan feliz que asustaba y nos dejó libres.
Asintió, observando a cada uno con una sonrisa, a excepción del pelinegro, que mejor giró su cuerpo hacia un lado, así no lidiaba con el castaño y con su copia en miniatura.
–Él parece un príncipe.
Todos quedaron sorprendidos por lo dicho, más al darse cuenta de quién hablaba.
–Oh si, y yo soy Miss Universo. Por favor, ¿no te da miedo su semblante?
–Es adorable, ¿él tiene ya a su princesa?
Taehyung le dió un empujón, viendo lo incómodo que se ponía, y juraba verlo con el ceño fruncido a punto de soltar comentarios hirientes.
-Cambiando de tema, ¿quién es esta lindura?
-Kim Hye-ri - reverenció - Hermana de Kim Taehyung, ¿usted es?
-Tanta formalidad me hace pensar que ya estoy vieja.
-Oye, ni que tuvieras quince.
Le dice Yoongi, acercándose aún sosteniendo la mano de Jimin y obvio no se le pasó desapercibido a cierta personita.
–Me llamo Yoongi, encantado de conocerte.
–Y yo...
–Hacen bonita pareja.
Ambos se sonrojaron. Podían ver adultos hacer muecas con darse sus muestras de amor, pero nunca una niña halagandolos.
–¿Sabes?, más parece ogro por la cara que se trae, ¿lo crees ahora?
–No – negó – Es y siempre será un príncipe.
–Me iré adelantando.
Jungkook pasó por en medio de otras lápidas, tragando por las palabras que se colaban cada vez más.
"Recuerda, eres un lindo príncipe".
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