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Solamente quería un poco de agua para refrescarse, ¿qué sucedió?, terminó sentado en la mesa de su pequeña cafetería por pedido de Dak-Ho, para hablarle sobre el atrevimiento que tuvo en besarlo. Pero ni siquiera se dignaba a comenzar, porque su cabeza andaba en otro lugar, pensando a profundidad sobre las situaciones en las que estaba envuelto y no llevarse consigo a Taehyung.
Eso sí no se lo perdonaría.
–Pido perdón, chico. Lo que ocurrió esa vez fue...un impulso, simplemente me recordaste a alguien.
El castaño se removió en su asiento, un tanto desconfiado sobre su actitud tranquila, más al haberlo visto discutiendo con Jungkook por razones que todavía desconoce o el echarlo de cabeza al enterarse de aquel secreto.
Sentía que algo no cuadraba. Y ese algo estaba en medio del querer arreglar las cosas y la cita para el próximo viernes.
–Por eso, quiero iniciar de cero, ¿si?. Dejar en el olvido lo que pasó. No lo hago porque Jeon me haya amenazado por si así piensas, de verdad quiero remediar las cosas.
–¿Cómo sabré si no mientes?
El lavaplatos alzó su mano derecha y la colocó en su pecho, justamente al lado izquierdo.
–Quiero conocerte y tener una buena relación como conocidos del trabajo, eso sí, la cita seguirá en pie.
Taehyung confiaría poco a poco en sus palabras, sin bajar la guardia ante cualquier desilusión. Sin embargo, no creía estar preparado para una salida en plan de ser más que amigos, si ni siquiera habían pasado veinticuatro horas de aquél martirio de ver una película con escenas subidas de tono.
Necesitaba urgentemente una salvación, sea verdadera o no, requería de una. Aunque si bien podemos hablar de ese lado amable de Taehyung, el cual no se negaría, ni porque su mayor enemigo le estuviera pidiendo un favor. Si quería tener paz, ya que pudo darse cuenta de lo mal que se lleva con sus amigos, debería de aprovechar y salir todos juntos.
Asintió – Con una condición.
–Lo que sea, bonito.
–¿Cómo mierda lo llamaste?
Y si, ahí estaba Jeon Jungkook, con cigarro en una mano, a punto de darle la primera calada, molesto por lo bien que aquel estúpido se tomaba serio el plan de enamorarlo.
–Mejor aún, ¿qué mierdas hacés con él aquí, a solas?
–Conversando.
–¿De?
–Cosas que solo nos pueden interesar a nosotros dos. Como el de ser posibles novios, o tal vez irnos más allá, ¿esposos?
–¿A qué estás jugando, eh?
Escasos centímetros entre ellos, podían sentir sus respiraciones. Cosa que para uno, era lo menos importante y para el otro, juraba en que sus piernas le darían una mala jugada y terminaría por debilitarse y sacar todo lo que lo carcomía dentro de su ser.
–Lo mismo que tú.
–Yo no quiero eso, solo haré lo posible para alejarlo de ti.
–Cuando lo veas siendo mío, no quiero que te arrepientas, cariño.
A un solo segundo de olvidar su cigarro, para impactar el puño en su rostro, de no ser que Taehyung tomó a Jungkook delicadamente del brazo, alejándolo de Dak-Ho.
–¿Ahora por qué pelean?
–No es de tu incumbencia, ¿si?
Tae rodó los ojos.
–Mejor ven, terminemos con unas estúpidas tazas.
Sin duda, debería de volverlos amigables.
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