17
Al momento que supo que el lugar estaba ya sin su dueño y personal, Yoonji caminó tranquila con una gran bolsa llena de globos.
El plan era ese, esperar a estar desierto, con la ayuda de su cuñado, Taehyung y su amigo con una actitud pesada a veces, iba a decorar aquél espacio, especificando donde siempre se encontraba aquel heno y daba una hermosa vista. Colgaría unas luces, un extenso cartel con una gran felicitación, amarraría los globos en cualquier cosa pesada y finalmente en una mesa pondría el gran pastel...
Claro que lo único a lo que se dedicaba, era a darle una mirada fulminante a Jeon Jungkook por no ser para nada serio al acatar las indicaciones y por unos segundos, encontrar más fascinante el fumar. Vamos, el pelinegro pensaba que se ofuscaba mucho en querer darle una sorpresa a su hermano, cuando lo mínimo que este último quería era estar juntos.
–Dime las posibilidades de que meter esta tijera en tu lindo culo.
Dió otra calada – Las mismas cuando Yoongi se queje por gastar en algo innecesario.
–Pues siendo así, con más razón voy a incrustarlas hasta tu punto dulce, querido Jeon.
–Dejando este perturbador tema para mí, ¿dónde están?
–Se supone que mamá tendría ocupado con sus compras de señora a Yoon, entonces Jimin iba a ayudarme, se coló. Tu castañito anda buscando una escalera en la bodega.
El ceño del pelinegro, estaba tan fruncido, que parecía y sus cejas se unirían exitosamente. Dejó por un momento el cigarrillo en el aire, terminando de digerir el pronombre que utilizó, cosa que la chica no pasó desapercibido y soltó una risa.
–Por cierto, se ha tardado más de la cuenta.
Jungkook no quería entrar en pánico, ni asustarla, pero no parecía estar todo en orden. Por lo que con actitud desinteresada, acompañada con una rodada de ojos, le comentó que iría a ver.
Las dos grandes puertas, dejaban un pequeño espacio entre sí, por el cual pudo observar como el castaño estaba siendo acorralado en la pared, no le bastó ni dos segundos en reconocer la espalda de la otra persona. Así como sus manos, se cerraron puños listos para dirigirse en el rostro de aquél idiota.
Tenía dos opciones. La primera era entrar como si no supiera lo que estaba a punto de suceder. Y la segunda, soltar una pregunta con insultos y pedirle a Taehyung que se fuera, con ese tono duro característico suyo.
Obvio que amaba una más que la otra.
–¿Qué mierda crees que haces, imbécil?
El susodicho al que le iba dirigido eso, se separó con una sonrisa, tanto de malicia como de sarcasmo.
–Y-yo.
–Kim, largo.
Llevó consigo la escalera.
Con tan solo cerciorarse que se encontraba metros demasiados lejos de ahí, apagó su cigarro para tomar del cuello de la camiseta al odioso lavaplatos.
–¿Por qué no me invitan a la fiesta, eh?, así me ahorro tener que esconderme en esta fea bodega.
–Pues es perfecto que no hubiera sido así, porque puedo darte la paliza que tenía pendiente.
Alzó su izquierda, que sin ningún problema, llegó a la misma mejilla del contrario. Para ser la que no tenía tanta fuerza, le había logrado sangrar parte de su labio y dejar un rasguño en la piel.
–Vamos, lleguemos a un acuerdo, compartimos a la putita.
Sintió su sangre hervir y volvió a golpearlo, ahora provocando que perdiera su equilibrio, hizo lo mismo de nuevo al verlo reírse. Le causaba tanto asco.
–Si lo vuelves a tocar, será peor que hoy.
–¿Entonces no niegas que te interesa?
–Tanto tú como el idiota de Kang, están advertidos.
–¿Qué harás, querido Kookie?, ¿te lo follarás para proclamarlo tuyo?, ni eso, ni que lo beses, será impedimento para obtener lo que quiero.
Jungkook solo podía preguntarse, cómo pudo ser su amigo, además de su actitud, siendo tan diferente a la del primer día que lo conoció. Podrán haber pasado algunos años, pero seguía desconociendo sus razones para ser así.
–Lo que sea para que nunca se fije en ti, Dak-Ho.
–¿Enamorarlo? - pausó un par de segundos - Si lo piensas bien, suena perfecto, el primero en hacerlo, gana.
El agarre poco a poco perdió firmeza, su cuerpo se estremeció ante aquella loca idea, sin embargo, parecía tener algo de coherencia.
–Veo que te encanta tanto como a mí el reciente plan.
–Es estar jugando con lo sentimientos.
–¿Tienes miedo de que me elija?
Eso sin duda, es lo que menos quiere.
–Como quieras, es un trato.
Se levantó.
Saliendo, se reprochó internamente por aceptar algo como eso, aunque en serio, necesitaba muy lejos a Taehyung de él.
Tal vez debería de utilizar otra manera de tenerlo a su lado junto a sus amigos sin involucrar emociones fuertes. ¿Cómo que tal vez?, eso será lo que hará y desde ya podía ver su victoria.
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