14
Ya había pasado de la mitad de una nueva semana, de la cual, el comienzo había sido sumado a los peores días de su vida.
El día lunes, se llevó la sorpresa de encontrar una gran cantidad de basura en su casillero y en parte de su escritorio. El día martes, lo habían dejado encerrado en la bodega hasta muy noche,hubiera amanecido ahí de no ser que Yoonji no creyó nada en eso de que dejó el trabajo temprano. El día miércoles, buscaba sus llaves en el lago que disponía en gran jardín. Y ahora siendo jueves, volvía a repetirse lo que obtuvo al principio.
Respiró profundo, llevando la suciedad a su respectivo lugar.
¿Qué era lo que Jungkook quería exactamente?, pero en primer lugar, ¿por qué le hizo todo eso?. Le escondió tan bien un secreto, hasta ya tenía preparado el teléfono pensando en que se detendría con esas pésimas acciones. No entendía nada.
Esta vez, salía temprano porque había pedido permiso de antemano, siendo que debía ayudar a su hermana en otra maqueta. Pasó despidiéndose de los mellizos y a Jimin, quienes alegremente le devolvieron el gesto. La gota que rebalsó el vaso,fue el observar cada llanta de su auto desinflada y todavía tuvo el descaro de dejar en el capó, unas tachuelas esparcidas. Estaba decidido, le iba a poner un alto en ese mismo instante, si no lo hizo antes, fue porque creyó que se detendría al no obtener ningún indicio de inferioridad.
Llegó con pasos firmes hasta Jungkook, quien disfrutaba de algún chiste, sentado en su escritorio y fumando, como siempre. Tomó parte de su hombro para girarlo.
–¿Qué te sucede, eh?, ¿por qué te comportas así conmigo? – Yoonji cuestionó a qué se refería, debido a que no sabía – ¿Qué te he hecho?
–Es increíble que te hagas el desentendido – chasqueó la lengua – Sabes la respuesta perfectamente, no vengas a hacerte el santo, hipócrita de mierda.
–Ey Jeon, bájale y explícame a que se refiere.
–Si no te dije, tuve mis razones, una de ellas era para que no pelearan como lo suelen hacer – desvío un poco la mirada a la chica – Pero tu lindo amiguito, me quiere hacer la vida de cuadritos.
Entonces cayó en cuenta que se trataba de decirle boca floja a Taehyung.
–¿Se lo dices tú o se lo digo yo?
–¿Qué más da, castañito?, rompiste una maldita promesa – de cierta manera le dolía – Empezaba a llevar la fiesta en paz, no me dejaste opción.
–Yo nunca haría eso.
–Pues es todo lo contrario – se acercó amenazante – Me echaste de cabeza con el idiota de Kang, y por eso, ¿qué crees?, me bajó el sueldo y a mis amigos también.
Taehyung frunció el ceño. En su cabeza nunca pasaría la idea de acusarlo, y si levantaba el dedo meñique, lo hacía honestamente. Él no rompió su palabra, no sabe porqué lo acusa.
–¿Siquiera le preguntaste quién se lo dijo?
–No quiso decirlo, quizá porque sabía de lo que era capaz, aún así, era mucho más lógico que lo hicieras.
–Vaya, vaya, a alguien no le gustará saber que los jardineros tienen una pelea en horas de trabajo. ¿Se puede saber de qué se trata?
Se callaron, el grupo de amigos porque odiaban tanto a ese lavaplatos y Taehyung simplemente porque seguiría guardándolo, aún si ya se sabía, pero era mantener firme su palabra
–¿Es debido a que no lo soportas o porque tú lindo secreto salió a la luz?
Ambos dirigieron la vista hacia la nueva presencia.
–Ups, ¡pero que despistado soy!, se suponía que no debí de decirlo,¿no?
–¿Q-qué?
–A la próxima asegúrate que sean los únicos en un lugar como lo es la bodega.
Sin más, agarró firme el depósito en el que llevaba alguna basura.
Por otro lado, se instaló un gran silencio, en esos cinco jóvenes, encontrando comentarios adecuados. Sin embargo, Tae fue más rápido en sacar el antiguo teléfono del pelinegro y lo empujó contra su pecho.
–A la próxima, procura tener la razón.
–E-espera...
¿Tanto quería ayudarlo como para reparar aquel dispositivo, gastando su dinero?.
–Ya tengo que irme, se me hace tarde
Y Yoonji ya estaba lista en hacerle entrar en razón.
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