Tyler fue tomando uno por uno los Post-it que contenían pequeñas flechas y sin darse cuenta comenzó a caminar hacía el patio del colegio, a ese lugar donde hacia tan solo unas semanas él y Sam habían aclarado sus sentimientos, donde hacía tan solo una semana había visto a Sam besar a Ryan y lo había golpeado.

Sonrió al ver que uno de los Post-it tenía algo escrito.

"Gracias por pedirme chicles"

Tomo el siguiente.

"Me gustaste desde ese momento"

Y luego otro, otro y así muchos mas.

"Quería que fueras mi primer beso"

"Me encanta cuando te enojas porque no entiendo historia"

"Te extraño"

"Fui una estúpida"

"¿Podrías perdonarme?"

Tomo el último Post-it y sonrió con ternura. Solo su chica chicle haría algo así.

-Tyler ¿Podrías perdonarme? -levanto la mirada para observar a Sam.

¿Perdonarla?

-Sam yo . . .

Samanatha negó rápidamente con la cabeza y tomo aire para comenzar a hablar.

-Se que fui un tonta, se que me comporte como una niña y no te creí, y se que quizás no puedas perdonarme. Pero . . . al menos déjame agradecerte por todo lo que has hecho por mi. Gracias por hacerme sonreír cuando estaba de mal humor, gracias por enseñarme y pasarme las tareas, gracias por desvelarte para hablar por teléfono conmigo. Gracias Tyler, gracias por hacerme ver que no todos los chicos populares y lindos son unos idiotas superficiales, gracias por insistir cuando te decía que me dejarás tranquila. Me sentía tan insegura a tu lado, a pesar de que siempre eras perfecto conmigo yo no me sentía lo suficientemente buena para ti, pero tú allí estabas, besándome, abrazándome y haciéndome feliz y jamás podre agradecerte lo suficiente, así que solo te diré que te . . . Te amo Tyler.