Sam se separo de los brazos de Ryan y él secó sus lágrimas mirándola tiernamente.

En realidad le gustaba esa chica, y no sabía por que.

Recordaba como si hubiera sido ayer el día que la vio por primera vez, ella llevaba un gran moño en su cabello castaño y muchos chicos se burlaron de ella, pero ella siguió allí, con la frente en alto y sin darle importancia a lo que dijeran los demás.

¿Cuando esa niña despreocupada se había transformado en alguien tan triste?

Ella le gustaba tanto, y por eso había aceptado el "trato" con Megan, pero estaba arrepentido y el corazón de esa niña jamás sería de él.

Ryan secó las lágrimas de Sam con sus pulgares y cerro los ojos un momento tomando valentía.

-Sam, debo decirte algo. -dijo mirándola profundamente y con el corazón descontrolado.

Sam lo miro curiosa y asintió.

Quizás con mucha suerte, Sam no lo odiaría luego de saber toda la verdad. Pero si eso ocurría al menos había podido compartir estos últimos días con ella.