17. Secretos Develados
"La manzana nunca cae lejos del árbol."
El día de hoy me había despertado con una citación por parte de mi amado padre, hacía unas cuantas semanas que no tenía contacto con él de manera física solo intercambio de mensajes o llamadas y debía admitir que lo extrañaba era la única persona que sabía entenderme bueno ahora tenía a Dennis pero era diferente.
Me encontraba frente al espejo acomodando los últimos botones de mi abrigo ya que el día de hoy estaba algo frío y Dennis había estado preocupado por que según él iba a enfermar por lo que decidí complacerlo.
Mi móvil sonó haciendo que mi atención fuera hacia este, note que era mi padre y rápidamente respondí el llamado, era extraño que el llamase ya habiendo acordado vernos en algún sitio.
- Padre ¿Ha sucedido algo?
- Abre la puerta, estoy esperando afuera Kimberly.
Y con esas palabras el corto la llamada me tomó unos cuantos segundos saber que iba a conocer a Dennis y Dios esto podía salir muy mal, no sabía si Dennis se había marchado, sabía que hoy se iba a ver con unos amigos o amigo Alec creo que era el nombre que había mencionado.
Baje con rapidez las escaleras tratando de no caer y de evitar un desastre pero había llegado tarde, cuando llegue a la sala Dennis estaba abriendo la puerta dejando ver a mi padre lo cual me hizo morder mi labio y podía ver la cara de Dennis con una sonrisa creo que no estaba enterado de lo que podía suceder o de quien tenía frente a él.
- Kimberly. - Su voz era sería y fría como siempre, miró a Dennis por unos cuantos segundos cuando cerró la puerta, antes de posar sus ojos verdes en mi.
- Padre - Me acerque a él y rápidamente sus brazos rodeando mi cuerpo y sus labios cálidos tocaron mi frente.
- ¿Hay algo que desees decirme? O más bien, ¿No me vas a presentar al joven?
- Si... Dennis, él es mi padre Adam. Padre el es Dennis.
- Un gusto señor, es un placer conocer al padre de Kim. - Dennis extendió su mano hacia mi padre pero está decidido a pasar de él.
- Si, el placer es tuyo.
Me trague una de mis risa y mire a Dennis con diversión, ambos sabíamos por qué. El día que nos habíamos conocido yo había mencionado aquellas mismas palabras. Ví como el ojiazul bajaba su mano y se alejaba lo suficiente para tomar su mochila.
- Nos vemos más tarde preciosa ¿Si? Te quiero. - Sus labios tocaron mi mejilla lo cual agradecí no necesitaba más demostraciones frente a mi padre. - Nuevamente un gusto conocerlo señor. - Dicho eso salió por la puerta dejándome sola con Adam.
- Andando, vamos a llegar tarde y sabes que odio la impuntualidad. Aparte tengo a Marisa esperando en el auto.
Acomode mi bolso y ambos salimos de mi casa, no quería decir mucho sabía que íbamos a tener una conversación que no me apetecía ya había sido difícil hablarlo conmigo misma por lo que no iba hacer más fácil especialmente con el.
Mi padre abrió la puerta de atrás y subí antes que él lo hiciera viendo a Marisa lo cual me hizo rodar los ojos, solo esperaba que se aburriera pronto de ella porque estaba siendo una gran molestia.
- Kim preciosa, tiempo sin verte. Estás cada vez más bella ¿Cómo has estado?
- Kimberly. Y bien.
En el camino nadie más dijo nada por suerte, no me apetecía hablar con Marisa y escuchar su odiosa voz pero si había estado intercambiando mensajes con Dennis quien me enviaba una foto graciosa de el comiendo quién sabía que pero me había hecho reír lo cual captó la atención de mi padre quien me miraba con seriedad, conocía sus gestos él no necesitaba hablar para dar órdenes por lo que guarde el móvil rápidamente.
Llegamos a un restaurante bastante hermoso, recordaba haber venido antes con él. Baje con su ayuda y luego ayudó a Marisa la cual estaba emocionada por este lugar, solía hacerlo por varias cosas que no entendía.
- Marisa ve a buscar nuestra mesa.
- Pero cariño ¿No vamos a iir todos juntos?
- Marisa.
Rápidamente agachó su cabeza y fue a caminar deprisa hacia el lugar dejándome sola con él. Cuando iba a comenzar a caminar tomó mi muñeca haciendo que lo miré.
- Kimberly, el amor es debilidad, nunca olvides eso. Eres Kimberly Ivanok y espero recapacites con esta amistad, no rompí tu compromiso con William para que sigas los pasos de tus hermanos, no le decepciones hija.
- ¿Qué hay de Marisa? Es más que tu amiga y no veo que tengas problema con ello padre.
- Soy tu padre Kimberly, nadie puede contradecir mis decisiones Marisa es solo un pasatiempo, es atractiva e ingenua solo está deslumbrada por la riqueza de la cual codea, yo no me enamoro y lo sabes espero que tú tampoco caigas en ese juego tan sucio y banal como lo es enamorarse. No me molesta que te diviertas con él como yo lo hago con Marisa siempre y cuando no te enamores.
- Dennis no es así. No lo conoces.
- Kimberly cariño, si aún quieres mantener todo mi apoyo como hasta ahora cállate y ve a entrar al restaurante.
Asentí antes de que mis pies comenzarán a moverse. Al entrar al lugar ví donde estaba Marisa por lo cual ambos nos dirigimos hacia ella donde nos sentamos.
- Cuando fuimos por ti ví salir un joven muy guapo de tu casa Kimberly, ¿es tu novio?
- Si. - Dije mirando a ambos, especialmente a mi padre, que no quería verlo directamente a los ojos.
- Es un amigo nada más. - Corto el mirando a Marisa la cual solamente asintió.
- No, es mi novio le guste a quien le guste. Tú me has enseñado que no debo recibir un no por parte de nadie.
- Hablaremos de eso luego, ahora disfrutemos de un almuerzo en paz por favor.
- Yo creo que es un joven muy guapo.
- Marisa.
- ¿Qué? Solo digo lo que ví me parece muy guapo y...
- Dije que hablamos de eso luego Marisa, eso iba para Kimberly y para ti también. ¿Entendieron?
- Si cariño.
- Sí padre.
Uno de los camareros se acercó a nuestra mesa donde dejó la carta esperando por nuestra elección. Mi padre y yo pedimos un trozo de filete con patatas y ensalada mientras que Marisa cómo primera opción pidió pizza lo cual fue desaprobado por mi padre con su mirada y acabó pidiendo una ensalada césar con un poco de salmón.
Mientras esperábamos el silencio en nuestra mesa éramos las únicas personas que no emitían palabra alguna, en el resto se podía sentir sus conversaciones. Sentí mi móvil sonar y miré este con disimulo viendo que era Dennis.
- Padre, Marisa con permiso debo ir al tocador unos segundos. - Me coloque de pie llevando conmigo mi bolso. Al entrar al baño saque mi celular para poder llamar a Dennis y hablar cómodamente con él.
- Hola preciosa, ¿Como va la comida con tu padre?
- Hola guapo. Todo bien, hemos dejado algunas cosas claras pero creo que no hemos terminado de hablar ¿Que tal va tu trabajo?
- Pues... llegue y aún no hay nadie, vienen como media hora tarde y ya me estoy cansando de esperar.
- Vuelve a casa, eso es ser descortés con tu trabajo realmente no lo necesitas sabes que ...
- Lo necesito, tengo que pagar algunas cosas pero si estoy de acuerdo que es algo descortés de su parte, aún así pagaron por adelantado
- Vale, está bien. Sabes que te quiero mucho ¿verdad?
- Lo se preciosa, yo te amo demasiado. Debo colgar creo que han llegado y quiero acabar con todo esto rápido para volver a tu casa para besarte, abrazarte y ver esos hermosos ojos verdes que me tienen a tus pies. No importa que digan o hagan mi amor por ti siempre será real y profundo, no olvides que eres preciosa y perfecta tanto por dentro como por fuera, aunque te niegues a ver ese hermoso lado tuyo.
- Gracias, sabes que te amo también y enserio me gusta estar contigo por eso tengo miedo de arruinarlo y que te canses de mi.
- Jamás nena, no podría porque ahora te necesito hasta para respirar eres adicta y ya no puedo alejarme aún que quiera pero quiero aclarar que no quiero.
- Esperemos sea verdad. Nos vemos, no quiero que se pongan groseros por mi culpa aparte a mi padre no le gusta esperar tampoco.
- Nos vemos en casa hermosa.
Cuando la llamada finalizó guardé el móvil en mi bolso y lave mis manos para poder salir del baño dirigiendome nuevamente a la mesa donde estábamos. Cuando me senté llegaron dos meseros a traer muestrario órdenes las cuales acomodaron en sus respectivos lugares.
En silencio comenzamos a comer hasta que Marisa fue la que rompió el mismo. - Es un buen lugar, hace unos días tu padre me trajo hasta aquí, vinimos a festejar nuestro aniversario de pareja. Tal vez podamos venir con tu novio la próxima vez.
Una de mis cejas se levantó mirando a mi padre era irónico que cuestionara mi relación con Dennis cuando él era igual con Marisa. Mi padre noto mi mirada sobre él por lo que limpió sus labios aclarando su garganta.
- Son cuestiones que hablaremos luego. Kimberly ¿Cómo va la universidad?
- Bien, mis calificaciones son excelentes como siempre.
- Me alegra escuchar eso, cuando volvamos te dejaré el cheque para tu universidad.
- No hay problema.
- He escuchado algunas cosas de tu hermana que no me tienen muy contento ¿Sabes algo al respecto?
- He escuchado lo mismo pero no sé nada realmente, sabes que no compartimos pensamiento.
En momentos así es cuando no entendí como todos podíamos ser una familia y provenir de los mismos árboles, bueno siempre había sabido que mis padres eran polos opuestos y sus hijos habían crecido como un fruto de un árbol distinto. Nunca había crecido en un lugar familiar, desde niña siempre había compartido más tiempo con mi padre y no me molestaba porque era el único que me entendía realmente.
Mi madre siempre había intentado que pasará más tiempo con ella pero había algo que no lograba conectarme con ella, podía decir que en mi infancia no nos llevábamos mal pero tampoco era la mejor relación. Alina era su niña preferida siempre había sido así nunca había sido secreto y jamás me molestó porque yo era la niña de los ojos de mi papá, era mi héroe y mi ejemplo de persona que deseaba conseguir alguien valiente, inteligente, fuerte, y sensible conmigo.
- Kimberly me gustaría llevarte a un sitio luego de comer, Marisa ¿crees que puedas volver sola?
- Si, no tengo problema cariño.
El ambiente se había calmado y ya no se sentía tenso, Marisa y yo habíamos pedido un postre para cada una y mi padre solo nos miraba. Momentos así eran cuando me sentía feliz claro que esos momentos no se comparaban cuando estaba con Dennis el mundo se detenía.
En el viaje hacia el lugar desconocido ni mi padre ni yo dijimos nada, no había mucho que decir realmente tampoco era un momento incómodo, era solo un viaje padre e hija sin más.
El auto se detuvo y miré a mi padre en busca de alguna respuesta de donde estábamos ya que no reconocía el lugar. Bajamos ambos cada uno por su lado y al salir y observar con atención reconocí donde estábamos, era algo alejado de la ciudad realmente.
- Aquí fue cuando sentí miedo por primera vez, hasta tu madre se dió cuenta que estaba preocupado.
Sabía a qué se refería. Tenía unos tres o cuatro años tal vez no podía recordarlo bien, habíamos venido todos a una casa de la cabaña que estaba por aquí cerca mis hermanos y mi madre quieren sentir la naturaleza o algo por el estilo, había salido a caminar cuando ví una mariposa blanca y la seguí por andar distraída caí al lago y claro no sabía nadar, mi padre se preocupó cuando no me vio y salió a buscarme. Dicen que mi padre tenía sus ojos llorosos, claro que no me había sucedido nada ya que me sacó a tiempo solo había cogido un resfrío.
- Lo sé, mamá me dijo varias veces que la única vez te ha visto afectado por algo fue aquel día no recuerdo mucho, solo se que ese día me regalaste un brazalete de Pandora con unos dijes del sol y la luna.
- Si, pero nunca has escuchado mi versión más de una que otras cosas que te he comentado o a tu madre. Ven, vamos a hacer algo desagradable pero es necesario para esto. - Su mano pasó por mis hombros y me guío hasta la orilla del lago donde se sentó en el césped e hizo que me uniera a su lado, nunca lo había visto hacer eso.
- Nunca te había visto sentado en el suelo, pensé que no te gustaba.
- No, pero lo necesitamos para decirte lo que sucedió realmente ese día. Lo que me sorprende es que no hicieras una mueca al sentarte.
- Oh, es que con Dennis ya nos hemos sentado en el césped, también en la arena.
- ¿Así que ese joven hizo que mi princesa se sentará en el suelo?
- Si, pero dijiste que íbamos a hablar de otra cosa.
- Tienes razón. Fue hace ya varios años pero siempre recuerdo aquel suceso, ese día tu madre y yo estábamos con diferencias pero ya les había prometido un paseo así para calmar las aguas, recuerdo que tú lloraste porque no querías convivir con los insectos. Cuando llegamos acomodamos las cosas de toda la familia y cuando te pregunté por dónde dejar tu manta no te ví, estabas detrás mío al entrar y luego ya no.
Lo mire a los ojos y note que sus ojos comenzamos a cristalizarse lo había visto llorar dos veces, una fue aquella vez y la otra fue cuando cumplí 16 fuera de esos ámbitos jamás lo había visto vulnerable.
- Le pregunté a tu madre y tus hermanos todos dijeron que no fue cuando sentí mi corazón detenerse, salí a buscarte y gritar tu nombre, nunca fui muy creyente de Dios pero aquel día miré al cielo y le pedí por ti, que si había pecado alguno que pagar no fuera contigo, que fuera por mí o cualquier otra persona pero no tú, fue cuando sentí un pequeño sonido que me hizo llegar a ti. Al verte allí en ese lugar del lago. - Dijo señalando aquel lago frente a ambos. - Corrí y no dude en meterme para sacar ese pequeño cuerpo todo mojado, tenía miedo porque pensé que había perdido a la luz de mis ojos, cuando te sentí toser y escupir agua sonreí y te lleve adentro donde te deje en la cama y llamé a un médico te habías desmayado fueron los 20 minutos más aterradores hasta que el médico llegó y tu despertarte, ver esos ojos verdes hicieron que creyera en Dios y en el universo mismo.
Lo mire y a esta altura ya estaba llorando no era un llanto descontrolado pero varias lágrimas caían por sus mejillas y sus ojos estaban rojos.
- Tu madre y tus hermanos se quedaron aquí pero yo te llevé a un hotel para poder cuídarte mejor y eso me aseguraba que nada malo te sucediera. Fue cuando te regale el brazalete.
- Lo recuerdo, bueno no todo es demasiado claro pero recuerdo caer al agua, recuerdo que me abrazas te cuando desperté y luego el hotel y claro el brazalete, siempre lo llevo conmigo no puedo pero lo tengo en mi llavero.
- Si, siempre te dije mi sol y mi luna y sentía que ese brazalete era para recordarte el inmenso amor que tengo por ti. El día que naciste fue mi mejor día, todo cobró sentido.
- Papá, fui tu última hija, has tenido dos hijos más.
- Si, pero sabes que no es igual mi relación con tus hermanos que contigo. Te seré sincero cuando tú mamá me dijo que estaba embarazada nuevamente no me hizo mucha gracia porque solía ponerse histérica con sus embarazos y no me apetecía ello pero aquella noche tuve un sueño algo extraño, soñé que te veía a ti en mis brazos y tenías un collar de un sol y una luna. Luego tu madre me pidió que la acompañará a hacerse los chequeos médicos y lo hice cuando te ví en esa pequeña ecografía supe que serías la luz de mis ojos le dije a tu madre que eras niña y me dijo que lo sabríamos en unos cuantos meses.
Solté una risa por aquello, nunca había escuchado aquella versión ni la historia sobre la noticia de mi creación. No sabía que para él había sido revelador un sueño y de allí provenía su amor hacia mi, sonaba algo extraño ahora que lo pensaba ya que el era un hombre crítico que no se dejaba llevar por algo tan vanal como un sueño.
- No sabía que te dejabas guiar por un sueño papá.
- Ni yo, pero fue al único que he obedecido y créeme no me arrepiento de hacerlo. Cuando salía de viaje llamaba a tu madre cada noche pero no para hablar como ella sino contigo, desearte buenas noches y que supieras que tenías a este hombre a tus pies y por ende al mundo entero. Por eso tu madre decidió que yo debía escoger tu nombre "La mujer que tiene gran fortaleza"
- Eso es bastante tierno y se que lo puedo tener todo siempre me lo has dicho.
- Cuando la fecha de parto estaba cerca hice todo desde casa, no quería perderme tu nacimiento, debo admitir que con tus hermanos no sucedió así estaba allí pero no me importaba llegar unos minutos tardes o algo así. Realmente solo llegue tarde con Alina, con Viktor no porque era el primero y tú madre me hacía estar pegado a ella.
- ¿Nunca pensaste en que te podrían odiar?
- No, sabes que tu abuelo no es muy amoroso tampoco por lo que solo quería niños obedientes. Cuando tú madre comenzó con contracciones la lleve de inmediato al hospital, también entre a la sala de parto debo admitir que fue algo asqueroso pero escuchar ese pequeño llanto hizo que mi mundo tuviera sentido y cuando te cargue por primera vez sentí un dejavu con mi sueño.
- Es todo muy tierno, pero ¿A que se debe todo esto? No entiendo porque ahora lo dices.
- Porque nuevamente siento miedo, miedo a perder a mi niña. Yo no sé qué intenciones tiene ese joven contigo pero te está cambiando y no quiero que nadie te cambie porque eres perfecta así, me da miedo que te alejes de mi y perderte que esos ojos verdes dejen de verme como lo hacen.
- ¿Porque te iba a odiar? Aparte nunca tuviste problema con William, planeaste nuestro compromiso.
- Es diferente, el es como nosotros tu amigo no y...
- Novio, Dennis es mi novio papá.
- Como sea, el te puede alejar ya te está cambiando.
- Podrías conocerlo, y ver que si es diferente a nosotros pero no es mala persona. Podrías hacerlo por mi.
Senti un suspiro pesado a mi lado el cual provenía de los labios de mi padre. Podía ver que toda una batalla se libraba en su interior, no debía ser fácil para el lo que le pedía iba contra sus principios, los míos, los nuestros.
- No prometo una relación normal con tu novio, menos que me agrade pero intentaré conocerlo puedes organizar una cena más adelante pero no quiero que si él no es de mi agrado insistas más. Si ese joven te hace feliz espero que sigas así con esa sonrisa y siempre seas feliz por qué es lo único que me importa. Derribaría el mundo entero por una de tus lágrimas. Eso no implica que desee que te desvies del camino, no olvides todos los valores que te he enseñado no me decepciones princesa.
- Claro que no.
Lo mire a los ojos y le mentí por primera vez en toda mi vida le había mentido a mi padre, pero sabía que si le decía lo que había sucedido en Dubái y posterior sería para un gran problema, no solo iba a enfadarse sino se iba a decepcionar de mi y dejaría de ser la niña de sus ojos y no quería que eso sucediera más luego de lo que había confesado. Sus brazos pasaron por mi cuerpo abrazándome y me sentí aún más culpable.
Habia crecido toda mi vida con un hombre maravilloso, lo idólatraba y era mi ejemplo a seguir en la vida, mentirle no era algo que me gustará mucho porque me sentía bastante mal por ello.
- Cuídate princesa, quiero que me avises cuando concordamos la fecha y hora para la cena con tu amig... novio.
- Si, nos veremos en unos días padre no te preocupes seguiré siendo la niña de tus ojos siempre.
- Lo se, eres mi tesoro.
Me despedí de el y antes que pudiera abrir la puerta está se abrió dejando ver a Dennis quien me sonreía. Entre a mi casa y luego bese sus labios suavemente.
- Si te vas a poner así de cariñosa siempre que vayas con tu padre debes ir más seguido.
- Eres un bobo, no fue por eso. Por cierto mi padre quiere conocerte.
- No, me va a matar hoy casi lo hace con la mirada imagina si me tiene en una cena me va a lanzar un cuchillo que miedo.
Me tomó de la mano llevándome al sofá y luego me sentó sobre su regazo embriagando me con su aroma. Era agradable estar con él, me traía paz.
- Entonces ¿Qué tal tu día con tu padre?
- Fue lindo, me confesó algunas cosas que jamás supe o imaginé, también prometido que él me iba hacer feliz y como tú eres el que me da felicidad quiere conocerte no prometido ser amable solo quiere descubrir qué es lo que ví en ti y todo eso. También confesó que tiene miedo que me cambies y que lo odie.
- Nena, te amo tal como eres. Y está bien conoceré a tu padre si eso te hace feliz.
- Si, y tú me haces feliz también.
- Lo sé, soy fabuloso.
- Engreído. - Musité antes de verlo a los ojos y besar sus labios suavemente. - Le he mentido a mi padre hoy, sabe fatal.
- ¿Con que? - Su ceja se elevó pareciendo bastante intrigado y eso lo confirmo cuando se acomodó y me acomodo a mi a su lado mirándome con atención.
- Me ha hecho jurar que no sucedería nada entre ambos, ya sabes físico y le he dicho que no, que no rompería los valores que me ha enseñado pero de que si lo digo se volverá loco y se va a decepcionar de mi.
- Princesa, he descubierto que tu padre te ama más que a nada, capaz se enfade pero jamás lo vas a decepcionar. Pero entiendo que aún no es momento, aparte no creo que sean cosas que ellos deberían saber, deja de pensar en eso haces trabajar a tu bella cabecita en cosas que no son necesarias, solo la preocupas
- Vale... está bien
- ¿Por qué no vemos una película? Así descansamos bueno por lo menos yo, esto de trabajar es agotador. Por suerte hago lo que amo.
- Si, está bien. Me iré a cambiar en lo que escoges película, podríamos verla en la habitación si te duermes como siempre por lo menos será en la cama.
- Yo no me duermo nena, a veces pero estoy cansada esa es mi excusa. Tratarte todo el día me deja agotado.
Un almohadón salió volando directamente a su cara, era un bobo cuando quería a veces no sabía si todo eso lo decía en broma o solo lo escondía detrás de la verdad.
- Solo juego, sabes que me traes loquito Kim. Ya vamos antes que te enojes y cambies de idea.
Rodé mis ojos tomando mis cosas para subir por las escaleras, yo acomode todo mientras Dennis se quitaba los zapatos y se lanzaba en la cama, por mi parte tomé una de mis batas y me metí a dar una ducha siendo sincera me había tomado más tiempo pensando en todo lo que mi padre me había dicho el día de hoy, no sabía todo eso que él había contado ya que jamás se había mencionado aquel tema por parte de nadie, me sentía afortunada de tenerlo.
Tenía todo lo que siempre había querido y más y ahora le sumaba el amor de Dennis nada podía salir mal en mi vida tan perfecta, estaba agradecida con Dios por todas las bendiciones que me había dado. Esperaba que mi padre se llevará bien con Dennis y lo quisiera tanto como yo, son los hombres de mi vida y no existiría nada mejor que su relación sea buena.
Al salir de la ducha me cambie con ropa cómoda y me acosté al lado del ojiazul mientras esté bostezaba, lo mire con diversión ya que sabía que se iba a dormir en cualquier momento, una siesta no vendría mal tal vez.
- Veremos Titanic, no encontré nada más y me siento identificado ahora. - Me dijo mientras reía dejando un beso en la punta de mi nariz antes de ver la película.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro