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¿Me crees loco?

Nota: Personajes de Masashi Kishimoto, historia mía.

One-shot.

Advertencia: Tengan pañuelos a mano. Se tocan temas sensibles, no para menores (nada que ver con la sexualidad)

¿Me crees loco?

¿Cuánto puedes amar a una persona?

¿Cuánto puede durar un amor?

Creía en el "para siempre" hasta que ella me mostró que no era así.

Mí amor era puro y lleno de adoración. Podría haber hecho cualquier cosa por ella. Hice cualquier cosa por ella... Pero jamás fue suficiente. Jamás pude llenar el vacío en su interior, pelee con la sensación de insuficiencia, pelee con las palabras duras que ella podría darme. Pero nada podía conformarla.

Su autoestima era como un monstruo hambriento. Nunca podría llenarlo.

Me cansé de decirle lo bonita que era, de llenarla de regalos, de caricias y mimos. Hablé e hice todo lo que había en mí alcance...

Tal vez debería empezar por el inició para que sepas a lo que me refiero.

Conocí a Sakura en la universidad. Me deslumbró su carácter fuerte, su constante seguridad. Su belleza era un plus para mí, simplemente ella me deslumbró.

Su cabello era rosa y sus ojos verdes, eran como jades brillantes y preciosos. Su piel era suave y blanca, atlética y frontal. Ella me mandó a volar en el primer acercamiento. Tendría que haber sabido que era una señal del destino. Pero por esos años yo era testarudo, no pararía hasta mostrar que podía enamorar a Sakura.

Así, mí plan comenzó.

La estudié primero, observando que era lo que le gustaba y versandome en sus cosas preferidas. A ella le gustaba el rock, le gustaba las peleas de boxeo y las motocicletas. Era una chica ruda.

Comencé a escuchar sus grupos favoritos, a seguirla en instagram y saber lo que hacía generalmente. Por lo menos, una vez por semana intentaba encontrarla en algún lugar, pasillo o evento. Ella al principio no me notaba, y me estaba desesperando cuando una de sus amigas se acercó a mí.

Hinata era una cosa pequeña, con ropa el triple de grande y nunca te miraba a los ojos. Ella fue el ángel que me mandó el destino, pero yo no lo ví en ese tiempo. Ahora sus palabras retumban en mí cabeza una y otra vez. Cómo desearía volver el tiempo y abrazarla y agradecerle.

"Sakura no es para ti"

Mí joven y estúpido yo, se había enojado con ella. La había agarrado del brazo con más fuerza de que tal vez necesitaba y la había arrastrado a un pasillo vacío.

"¿Qué mierda dices?" Había gruñido.

"Sakura... Ella no es para ti"

"¿Quién mierda eres? ¿Cupido para saber quién es para mí y quién no?"

"Yo... Ella te lastimara. Aléjate ahora que puedes" y ella había salido corriendo.

En retrospectiva, puedo notar cuánto le había costado a la pequeña y tímida Hinata decirme esas palabras. ¿Pero en ese momento? La descarte como alguien que tira un envoltorio de golosina y seguí con mí plan.

Nunca supe porqué Hinata dejó de ir a nuestra universidad al poco tiempo, pero tampoco me había importado. Yo sólo tenía ojos para Sakura.

A las pocas semanas, Sakura pareció al fin aceptar mis sentimientos. Creí que empezaría la mejor época de mí vida.

Pero había iniciado la pesadilla.

Sakura le gustaba el amor duro, ella no quería palabras cariñosas, no quería amor. Quería algo más primitivo, algo más salvaje. Se molestaba cada vez que le decía un mote, se enojaba si le compraba algo dulce. No puedo contar todas las veces que termine manchado con algún chocolate o marcado por un paquete tirado a la cara.

A los pocos días que empezamos a salir, ya habíamos empezado a tener sexo.

Había estado enamorado y había querido hacer el amor. Besarla con suavidad, acariciar su cuerpo con lentitud. Pero ella fue un tornado, salvaje y violento, quería todo rápido, sin muchos besos y muy duro.

Cuando terminamos ella me había alejado y había empezado a vestirse, dejándome algo perdido.

"Por lo menos me diste un orgasmo" fue lo único que dijo antes de salir.

Yo me quedé con la boca abierta y congelado hasta que escuche la puerta de mí departamento cerrarse. Decidí que la próxima vez sería lo más duro que pudiera, dejaría las cursilerías para más adelante, tal vez ella se enamoraría de mí con eso. Después de todo, las mujeres querían amor ¿no es así?...

Ahora me río de lo ingenuo que fui.

Nuestro noviazgo no duro mucho.

Pero ella me arruinó para otras mujeres. Ahora siento que no puedo ser nada para cualquiera. Las palabras duras, sus críticas por todo, se repiten en mí cabeza todo el tiempo.

A ella le molestando hasta que respirara cerca suyo.

Las constante burlas me rompieron por dentro. Ella se reía de mí con sus amigos, rebajandome a nada con ellos. Criticando cada comentario, riéndose de cada error, quejándose de cada acción, burlándose de mí hombría.

No me dí cuenta al principio, pero ella me destruyó...

Cómo lo dijo Hinata, ella me lastimó por dentro. Me volvió frío y roto. Una cáscara vacía, un hombre que camina sin un propósito en la vida. Me volvió un fracasado cuando rompí con ella y Sakura se rió de mí, diciendo que nadie podría estar conmigo. Dejé la universidad a los pocos días cuando la ví besándose con Sasuke en uno de los pasillos.

Ella ni siquiera le importó verme allí, congelado al verla casi follar con él. En todo caso lo hizo más obvio y terminé huyendo al recordar que a ella le excitaba esas cosas.

Me mudé de nuevo con mis padres con una fuerte depresión, sin querer salir de la casa ni de la cama. Sin querer comer, sintiéndome una carga para el mundo. Muchas veces estuve tentando a dejar de existir. A dejar de molestar, como había dicho Sakura. No importaba lo que hiciera, siempre sería una carga.

Me dejé estar, me olvidé de mí.

Ella comió cada lugar con luz que había en mí interior, sólo dejando oscuridad y vacío. Se siente frío y solitario.

¿Crees que es lo peor?

Al poco tiempo salieron fotos mías al desnudo, ella los había publicado en algún lugar y comenzaron a llegarme mensajes. No contenta con eso, ella había grabado cuando habíamos tenido sexo y lo había subido a uno de esos canales porno. Todo el mundo sabía ahora que ella me había golpeado, que me había ahorcado en nuestra intimidad. En cada una de esas acciones, yo había perdido mí erección, pero ella se había corrido.

Cada comentario que me criticaba en la página me rompían más.

Ella me arruinó. ¿Qué mujer quiere estar con un hombre que tiene un ataque de pánico cada vez que se le pone encima?

En algún momento los videos fueron borrados, pero nadie me quita la vergüenza. Siento que cualquiera que me mira en la calle, vió alguno de mis videos o fotos. Tengo miedo a salir y ya no pude con mí depresión.

Por eso estoy aquí.

-¿Me crees loco por cortar mis venas?

-Creo que eres humano, Naruto.

Levanté la mirada y sonreí a mí psicólogo.

No había sido fácil, las señales están en mis muñecas, de como una mujer me redujo a la nada, pero después de años, me doy cuenta de la verdad.

Aún estoy sanando y alimentando mí interior, ese que ella consumió.

Pero yo no fui el malo, Sakura lo fue.

Ella murió el año pasado, después de dos años de mí intento de suicidio. Eso no ayuda a mí interior a sanar, pero me da algo de paz saber qué otro hombre no está pasando por eso.

-Creo que se nos ha terminado el tiempo, Naruto-, dice mí psicólogo sacándome de mis pensamientos-. Te espero la semana que viene.

Asentí mientras agarraba mis cosas y salía del consultorio. Las sesiones habían bajado, antes había estado internado, luego con salidas ambulatorias y al fin me habían dado el alta antes de que Sakura muriera. Decir cada uno de mis secretos no había sido fácil, me sentí avergonzado por dejar que una mujer me rompiera, ese hombre feliz y divertido había muerto hacia casi cuatro años, y uno nuevo había surgido de las cenizas.

Mí estómago rugió cuando pasaba por un bar y me detuve. Antes de cortar mis venas, había intentado sacarme el dolor con alcohol, pero lo único que había hecho era hacerme más vulnerable. Creo que eso me dió el valor de cortarme las muñecas en primer lugar. Seguí caminando hasta llegar a un restaurante de paso y me metí, comería algo y luego iría a casa.

Me senté en una de las mesas mas lejanas y mire afuera mientras pasaba mis dedos por las cicatrices de mis venas, esperando que la camarera me atendiera. Hace calor, pero siempre llevo una chamarra para ocultarlas, avergonzado de mí decisión estúpida... No, mí decisión desesperada.

-Hola, bienvenido. ¿Que puedo.. ¿Naruto?

Levanté la mirada asombrado y mis ojos se abrieron de par en par al ver a quién menos esperaba.

-¿Hinata?- tartamudeé.

Ella sonrió, no había cambiado mucho de la última vez que la recordaba. Sus ojos perlas eran grandes y algo alzados en la comisura, su nariz pequeña y su boca fina. Seguía tan blanca como el papel, pero ella me miraba a los ojos ahora.

- Que bueno es verte- sonríe más alegré y por un momento le devuelvo la sonrisa, sintiéndome algo contagiado con su energía pura y feliz.

-Lo mismo digo. Oye, con respecto a la última vez...

La sonrisa de Hinata desaparece y mira hacia otro lado. Eso me hace detenerme y tragar saliva.

-Lo siento- murmuró mientras agarro mí mochila y hago el intento de huir de allí

Ella fue la única que me advirtió, fue la única que me dijo la verdad y yo lo trate tan mal.

Tal vez merecía...

-¿A dónde vas?- me detiene Hinata a medio camino de la puerta agarrando mí brazo.

Yo me vuelvo para notar que sus ojos bajan a mí muñeca y abre la boca con asombró al ver las cicatrices. Me apartó de su toque y las ocultó, aunque de nada sirve, ella ya vio que estoy roto. No puedo sostener su mirada, no puedo dejar que está preciosa y tierna chica me mire. Yo...

Mis ojos se abren de par en par cuando Hinata me muertas sus muñecas descubiertas. Ella también tiene marcas. Cuando levantó mis ojos a su rostro, una sonrisa triste tira de sus labios, sus ojos llenos de lágrimas.

-Ella también te lastimó-, dice en voz baja.

Mí visión se vuelve borrosa y no puedo avitarlo. Alargó mí mano y tomó a Hinata para encerrarla en un abrazo.

Ambos lloramos, ambos rotos por la misma persona...

Todo cambio desde allí.

Hinata me contó su historia, de como había sido amiga de Sakura desde la niñez y cómo ella había empezado a cambiar con las malas compañías. Cómo Hinata nunca había tenido el valor de alejarse de ella, pero también no quería dejarla sola.

Todos se había roto una noche, la noche anterior de que ella haya dejado la universidad.

Sakura había llevado chicos al departamento que compartían y habían obligado a Hinata a tomar algo con pastillas. Ella no se acordaba mucho de lo que había pasado, pero había terminado violada por los amigos de Sakura mientras ella había filmado toda la escena. Hinata se había roto demasiado y había huido, como él. Ella no había aguantado mucho, intento quitarse la vida a las pocas semanas y había terminado en el mismo sicriatico dónde había estado yo. Ella había estado mucho tiempo para curarse, pero lo estaba haciendo, día a día.

Ella dejó de culparse. Dejó de decir que era cobarde. Dejó de temer a los hombres.

Ella se volvió mí amiga más íntima y me ayudó a sanar también. ¿Cómo no enamorarme de ella? ¿Cómo no admirar su fuerza y entereza?

Hinata sabe lo que se siente, ella me entiende y no cree que soy estúpido. Ella me alienta a seguir mis sueños y gracias a ella estoy estudiando de nuevo.

Gracias a ella vuelvo a creer en el amor.

Gracias a ella vuelvo a amarme cada día y por consiguiente, también la amo.

-¿Me crees loco por amarla?

-Creo que eres humano, Naruto...

Fin

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