Capítulo 6
Confiscación.
Recuperamos los bienes de la gran hacienda de Don Sebastián y recorrimos otras haciendas en la región de Puebla para recuperar tantos bienes como fuera posible.
Los granos realmente se pudren de tantos que hay.
Nos tomó cinco días regresar a Ciudad de México porque no había suficientes caballos y los soldados tuvieron que arrastrar los carros a mano.
Los carros se rompian o dañaban constantemente, fue un desastre total.
Tuvimos que cortar árboles en el lugar para reparar o fabricar nuevos carros.
Pero al menos no hubo idiotas que intentaran asaltarnos, supongo que debería agradecer por eso.
Finalmente llegamos a Ciudad de México después de todas las penurias. A las afueras de la ciudad ya había cientos de carros que habían llegado. Estos bienes fueron traídos de las haciendas confiscadas en todo México.
-También están construyendo nuevos almacenes-.
-Sí, parece que necesitaremos mucho espacio, ya que no podemos vender los bienes para convertirlos en moneda-.
Antes de la independencia, México (Nueva España) usaba naturalmente la moneda española, el real (también llamado rial o riyal) y el dólar español de 8 reales.
Después, México emitiría su propio peso basado en el sistema decimal, pero justo después de la guerra de independencia, en este periodo de transición, la moneda no circulaba bien y, naturalmente, la economia era un desastre.
El coronel Fernando, tal como había dicho antes, despojó a los soldados de sus uniformes, incluso de sus botas, y mostró una meticulosidad impresionante al inspeccionar personalmente a los oficiales.
Después de descargar los bienes en los almacenes temporales, fui a informar a mi padre.
El coronel Fernando le informó a Agustín I sobre el conflicto con el general Javier en el almacén de Sebastián.
-¿Qué? ¿Hubo alguien que intentó desviar los bienes?-.
-Si, Su Majestad-.
Agustín I frunció el ceño.
-Entiendo que si enviaron un mensajero justo después de mi discurso, eso explicaria la rapidez, pero la cuestión es quién envió esa información. Coronel Fernando, asegúrese de investigarlo a fondo-.
-Si, Su Majestad. Me aseguraré de investigar de dónde vino esa información-.
Agustin I me miró y dijo:
-Te dije que te escondieras cuando empezara la batalla, pero, ¿mataste al comandante enemigo disparando un cañón?-.
-...No fui yo quien disparó. El teniente Manuel apuntó cuidadosamente y yo solo observé-.
-tú sugeriste que, como estaban lo suficientemente cerca, debían apuntar al comandante enemigo. ¿Es cierto?-.
-...Si, Su Majestad.-
-Según el informe, el teniente Manuel iba a disparar hacia los soldados enemigos, pero... -.
-Entonces tú también tienes mèrito. Si la batalla hubiera continuado, habria durado mucho más y habríamos tenido muchas más bajas. ¿No es así, coronel Fernando?-.
-Si, es cierto, Su Majestad. Si no hubiera sido por la decisión de Su Alteza, las bajas del enemigo habrían sido devastadoras, y nuestras propias pérdidas habrían sido tan graves que apenas habriamos tenido suficientes hombres para recuperar los bienes-.
-Exacto. Entonces, también debes ser recompensado junto al teniente Manuel. Coronel Fernando, habrá condecoraciones y recompensas para los oficiales que dirigieron esta operación. Asegúrate de que lo sepan-.
-Sí, Su Majestad. ¡Gracias!-.
El coronel Fernando terminó su informe y salió. Le pregunté a Agustín I cómo planeaba usar los fondos que había asegurado.
Estaba preocupado de que fuera a destinar todo al ejército o a pagar la deuda externa de una sola vez.
-Padre. ¿Cómo planeas usar los fondos que aseguraste esta vez?-.
-Por ahora, estoy pagando los sueldos atrasados a los funcionarios y soldados. Al principio, quería esperar a que todos los bienes llegaran y los registros se organizaran, para poder pagar todo de una vez, pero ahora no tenemos suficiente espacio en los almacenes. Así que les estoy pagando los sueldos mientras los funcionarios se encargan de los registros y los soldados gestionan los bienes en los almacenes. No te preocupes, los he dejado en manos de personas leales-.
"-Parece que lo está haciendo bien-".
-Cuando se paguen todos los sueldos atrasados y se organicen los bienes, ¿en qué piensas gastar el dinero restante?-.
Agustín I me revolvió el cabello. Ya no me miraba como al hijo irresponsable de antes, sino como a un primogenito en quien podía confiar.
-¿Por qué? ¿Tienes alguna sugerencia? Yo pensaba seguir empleando a los funcionarios para normalizar la administración y gestionar los bienes recuperados. ¿Qué opinas?-.
"-Parece que he subestimado a Agustin I-".
-Me parece una buena idea. Pero creo que deberíamos ser cautelosos con el uso de la plata y comenzar a explotar de nuevo las minas de plata para acuñar moneda. He oido que la falta de dinero en circulación está impidiendo que la economia funcione adecuadamente. Si queda dinero, podríamos comprar minas de plata-.
-Hmm... Moneda, eh. Pensaba hacerlo más tarde, pero ahora que lo mencionas, como ya tenemos los fondos, podriamos ponerlo en marcha de inmediato-.
México, incluso antes de la independencia, era una sociedad donde se usaba la moneda con mucha frecuencia. Si tenían el dinero para acuñar, no seria un gran problema introducirla.
-...En reconocimiento a los méritos obtenidos en esta operación, se otorga la Orden del Águila al coronel Fernando Cortés Mendoza, y se le asciende un grado-.
Agustín I entregó medallas, ascensos y pequeñas sumas de dinero como recompensa a quienes participaron en esta operación.
Dado que esta operación fue dirigida por oficiales leales a Agustin I, los destinatarios de estas recompensas fueron los oficiales realistas.
"-Está fortaleciendo su control sobre el ejército de manera natural-".
Los ascensos masivos de los oficiales realistas resultaron en que los oficiales republicanos, ya de por si marginados dentro del ejército, se vieran aún más desplazados.
Aquellos que no tenían una fuerte convicción republicana estaban intentando acercarse a los realistas para cambiar de bando, mientras que algunos que si mantenían su postura republicana decidieron renunciar cuando vieron que sus subordinados más jóvenes obtenian el mismo rango o incluso los superaban.
Con los sueldos atrasados pagados, más las bonificaciones, el apoyo de los soldados es extremadamente alto, así que se puede decir que al menos el ejército central está completamente bajo control.
Hubo algunos que fueron ascendidos dos grados, como el ahora mayor Manuel, quienes destacaron en los combates durante la operación.
Los enemigos fueron diversos: desde comandantes de las fuerzas locales, hasta bandidos que azotaban México en este periodo, e incluso grandes terratenientes que movilizaban a sus trabajadores para defenderse.
Aunque el ejército central ganó todas las batallas, no lograron recuperar todos los bienes.
En muchas haciendas alejadas de Ciudad de México, los propietarios lograron huir rápidamente con sus pertenencias, y al llegar solo encontraron almacenes vacíos.
Los soldados no podían ir a caballo, mientras que los mensajeros que filtraban la información viajaban solos a caballo, lo que generaba una diferencia de velocidad significativa.
Aquellos que podían enviar mensajeros de inmediato tras escuchar los discursos eran, probablemente, los que ya estaban bien acomodados.
"-Malditos ladrones-".
Estaba rechinando los dientes pensando en los bienes que habían sido robados cuando llegó mi turno.
-...Se otorga la Orden del Águila y una recompensa a Agustín Jerónimo de Iturbide-.
Yo también estaba entre los que recibían esta condecoración, bajo el pretexto de haber jugado un papel importante en la mayor de las batallas durante esta operación.
Agustín I, al no ser un militar, no podía ascenderme, por lo que me otorgó una generosa suma de dinero como recompensa.
Aun así, se preocupa por mi por ser su primogénito
La ceremonia de condecoración, celebrada con gran pompa en el Zócalo, fue vista como una señal positiva de que la confiscación de los bienes de los peninsulares había concluido con éxito y que el gobierno estaba actuando. Los ciudadanos disfrutaron del evento.
Los diputados republicanos del Congreso se opusieron a la entrega de condecoraciones y recompensas, pero su opinión fue ignorada gracias al apoyo del ejército, que ya había recibido sus sueldos atrasados, y de los diputados conservadores dentro del Congreso.
-Su Alteza, gracias a usted he recibido una recompensa inmerecida. Se lo agradezco-.
Después de la ceremonia, el mayor Manuel se acercó para darme las gracias.
-No es nada, mayor. Gracias a su precisión al disparar, yo también recibí una gran recompensa, así que debería ser yo quien le agradezca-.
-No, todo fue gracias a que Su Alteza ordenó apuntar al comandante enemigo, jajaja-.
-Esto es un perfecto, tres por uno-.
En México, había otro conflicto tan importante como la rivalidad entre realistas (conservadores) y republicanos.
Se trataba del conflicto entre los federalistas, que querían la descentralización, y los centralistas, que abogaban por un poder centralizado.
Aunque había algunos centralistas entre los republicanos, eran minoría; la mayoría de los republicanos eran federalistas.
Aunque estos estaban influenciados por las ideas liberales y republicanas que surgieron en Francia, no eran de clase baja. De hecho, muchos de ellos eran poderosos líderes locales que representaban los intereses regionales, y era común que estuvieran estrechamente relacionados con los lideres militares locales.
Un diputado republicano envió a un hombre, a su yerno tan pronto como terminó el discurso y le proporcionó una lista de los terratenientes exiliados, instándoles a ocultar sus bienes lo más rápido posible.
Fue una revelación impactante.
No era lo mismo simplemente proporcionar información que ordenar directamente el desvio de los bienes.
Aunque el Congreso se había reunido una hora después del discurso, ya que se tardó en reunir a los 201 diputados, fue justo en esa hora que se utilizó para actuar.
Agustin I estaba dispuesto a castigar severamente de inmediato, pero yo vi una oportunidad en la situación.
Me acerqué al diputado señalado y le ofrecí un trato: si revelaba los nombres de otros diputados que hubieran hecho lo mismo, evitaría la cárcel.
Situaciones similares ocurrieron varias veces, y se descubrió que 29 de los 201 diputados habían estado involucrados en este tipo de actividades.
No solo fueron despojados de sus cargos, sino que se les impusieron enormes multas, casi equivalentes a todo su patrimonio, bajo el pretexto de recuperar los bienes robados. A excepción de unos pocos que lograron acuerdos judiciales, la mayoría enfrentaba prisión.
Como no hay leyes claras, esto es lo que se puede hacer.
También hay nueve diputados conservadores.
Probablemente haya más, pero no hay forma de atraparlos.
Los que fueron atrapados eran aquellos que habían conspirado entre ellos, mientras que aquellos que actuaron por su cuenta no fueron delatados por otros diputados, por lo que no había forma de que fueran expuestos. El número de haciendas en México cuyos almacenes estaban vacíos no era de solo 29 casos.
Probablemente hubo muchos más que lograron ocultarlo con éxito.
No hay remedio. Aun asi, este incidente acelerará la emisión de la moneda. Así es.
La emisión de nuevas monedas de plata estaba avanzando sin problemas. Dado que en la época colonial ya había técnicos e instalaciones para acuñar monedas de plata en México, no llevó mucho tiempo.
Con la plata confiscada de las propiedades, el mineral de las minas y la plata extraída, se estaban acuñando monedas con el rostro de Agustin I.
Normalmente, este tipo de nueva moneda carece de confianza, pero el gobierno contaba con una gran cantidad de bienes que podían intercambiarse por plata, lo que hacía que, desde el principio, se usara sin problemas.
El problema era que no habia suficiente plata, pero ahora, con las propiedades confiscadas de los grandes terratenientes involucrados en delitos, el presupuesto del gobierno aumentaria, lo que permitiría comprar más minas de plata.
"-Bien, es hora de sacar el tema principal-".
-Padre, me gustaría hablar sobre la "petición" que mencioné antes-.
-Claro. Dije que cumpliría tu petición si la confiscación de los bienes se llevaba a cabo con éxito. ¿Qué es lo que quieres?-.
-Me gustaría colonizar los territorios del noroeste-.
En ese momento, la mayor parte de la población de México vivia en el altiplano mexicano.
Territorios como Texas y California eran reconocidos nominalmente como parte de México, heredera de la Nueva España, pero no habian sido colonizados adecuadamente.
"-No puedo decir que quiero ir a buscar oro en California, así que tendré que ser discreto"-.
-¿El territorio del noroeste? ¿Te refieres a Alta California?-.
-Si. Es una gran parte de nuestro imperio mexicano, y se dice que el clima es excelente para vivir. Sin embargo, no ha sido debidamente colonizado, así que me gustaria hacerlo-.
-No digas tonterías. ¿Sabes lo lejos que está esa tierra? Solo llegar allí te llevaría de cuatro a seis meses. Como principe heredero, sería mejor que emplearas ese tiempo en algo más útil. Eres inteligente, ¿por qué no dedicas ese tiempo a estudiar? Te enviaré a cualquier escuela que desees-.
-Yo tampoco quiero ir-.
No es que quiera ir por la romántica idea de la fiebre del oro. Para una ilusión como esa, California está demasiado lejos.
La distancia en linea recta entre Ciudad de México y Sacramento, uno de los centros de la fiebre del oro, es de unos 3,000 km.
Incluso caminando 40 km al dia, tomaria 75 dias, pero como no puedes ir en linea recta, tendrías que hacer desvios, detenerte para abastecerte y descansar, lo que extenderia el viaje a cinco meses.
Aun así, habia una razón para ir.
No hay muchas opciones disponibles.
Con mis habilidades de ingeniero civil, no puedo pedir que se lleven a cabo proyectos de infraestructura cuando ni siquiera existen leyes relacionadas en el México actual. Tampoco puedo intentar convencer a mi padre de reformar el país o iniciar la industrialización; los conservadores que apoyan a Agustin I se opondrían rotundamente.
La industrialización requiere una gran cantidad de mano de obra, lo que inevitablemente llevaría a la urbanización.
El éxodo de campesinos es el detonante tradicional para los terratenientes. Los republicanos todavia están activos, y sería una locura alejar también a los conservadores."
¿Voy a quedarme sentado estudiando hasta que sea adulto mientras los malditos yanquis colonizan el oeste a toda velocidad?
Sería un suicidio. Tenía que hacer algo con ese tiempo, incluso si significaba "perder" tiempo viajando por esas tierras lejanas.
Ajusté mi lógica para convencer a mi padre.
-Si podemos asegurar nuestra soberanía sobre California, será muy valioso. Los estadounidenses han estado expandiéndose constantemente hacia el oeste desde la compra de Luisiana. Si dejamos esas tierras desocupadas, se instalarán y reclamarán que les pertenecen. Entonces, el gobiemo estadounidense utilizará ese pretexto para presionarnos. He escuchado que los estadounidenses ya están comenzando a entrar en Texas. Si no hacemos nada, habrá problemas-.
-En ese caso, el gobierno debería llevar a cabo la colonización, no tú-.
"-¡Yo también quisiera que fuera así. ¿Qué no daria por no tener que ir tan lejos y simplemente enviar a alguien a extraer el oro y traérmelo? ¿Tú crees que eso funcionará? Nadie cree que haya tanto oro alli. Y aunque lo hicieran, ¿realmente lo sacarían y me lo entregarian? Yo no lo haria si fuera empleado-".
-Si propones colonizarlo como política nacional, los diputados se opondrán. A los conservadores tampoco les gustará. Aunque puedas forzarlo, con el tiempo y esfuerzo que tomaría, seria mejor que los usaras para normalizar el pais y redactar la constitución. Como estoy usando mi propio dinero y tiempo, los diputados no tendrán razones para oponerse-.
-Haa... Jamás imaginé que esta sería tu petición... Pero prometi cumplirla, asi que lo haré. Sin embargo, no te separes de la escolta que te asignaré-.
Agustín I parecía indeciso, pero yo ya estaba imaginando un futuro dorado y brillante.
Xddddd
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