¡Hola, querido lector!

Me contaron una vez una historia, o dos, o tres...

O muchas. Yo, aquí, quiero contarte algunas.

Con el paso del tiempo, bastantes historias han llegado hasta mí provocando a su llegada un sinfín de pensamientos, sensaciones o sentimientos. Y, claro, tengo necesidad de compartirlas. 

Por supuesto, puede que al contarlo yo haya detalles que no sean exactamente como me los contaron en su momento. De ser así, no tendría gracia. Y es que, al ir de boca en boca, esas historietas y leyendas que se cuentan van sufriendo cambios y estos no siempre son acertados. A veces se les resta inocencia, intriga, oscuridad... No todo el mundo tiene la misma capacidad de transmitir al contar algo (por ejemplo: chistes que son graciosos, te los puede contar un soso y que no tengan gracia ninguna). Hay que saber tomar pausas cuando toca, enfatizar, recalcar, hacer incisos; todo esto, entonando y expresando lo que siente el personaje del que hablas. Perdiendo la vergüenza también; si hay que hacer sonidos extraños o modular voces distintas para los personajes, se hace. Por esto es que las historias van perdiendo su esencia en el camino, porque no se le da la importancia a esas cosas y al final llega a ti siendo monótono y sin nada que transmitir.

Antes de seguir, quiero aclarar un par de aspectos:

* Cada historieta ocupará un único capítulo en esta sección. Serán historias con inicio y final, no se quedarán a medias, así que se puede leer una sin necesidad de otra.

* Marco esta obra como +18, pues es posible que alguno de los relatos tenga ese contenido, pero no implica que todos lo tengan. Si eres menor de edad no creo que te escandalices tanto al leer estos textos, pero prefiero ahorrarme el riesgo de posibles consecuencias.

* Al final de cada relato, es posible que deje una pequeña nota en la que explique cómo llegó esa historia a mí, o si es basado en algún echo real (que hay alguna que sí).

* Todos los derechos sobre esta obra están reservados, por lo que no se permiten adaptaciones, derivaciones, copias ni la divulgación en ningún medio o plataforma sin mi expreso consentimiento. Encontrarme con eso me haría enfadar, y tú no quieres que te convierta en una historia con final trágico, ¿verdad? ¡Entonces nada de copias! 

Aspectos aclarados, sigamos.

Yo nunca escribo sobre historias de otros autores y, normalmente, no redacto cosas que no surgen de mi propia imaginación o se basan en una experiencia propia. Por ello, tengo costumbre de enfocarlo siempre todo como yo creo que queda bien; siempre, todos mis textos, llevan mi sello invisible. En esta ocasión, no va a ser menos. Serán historias que se me han contado, pero narradas a mi manera, con ese sello invisible mío que grita: ¡Patricia estuvo aquí!

No todas tendrán el mismo género, ni el mismo tipo de narrativa. No todas serán igual de largas.

Eso sí, todas serán extrañas en algún aspecto. Creedme, ¡hay historias muy locas por ahí!

Por cierto, me contaron una vez...