Capítulo #7
Allecra
Ya llegamos a casa, caminamos muy juntas hasta su habitación y me despido de ella, para luego irme a descansar al mío, apenas cierro la puerta me empiezo a quitar la ropa quiero darme una larga ducha y descansar, me siento exhausta de todo lo que ha pasado hoy, así que eso es lo que hago, veinte minutos después estoy ya secándome el cabello y quitándome los restos de maquillaje, siempre me ha gustado mucho mirarme al espejo, pero lo que veo reflejado ahora ahí me deja muy sorprendida, ahora tengo mucho más feo el moretón que está cerca del labio y en la mejilla la marca roja producto de las bofetadas de padre sigue igual, solo quiero que se borren ya, verlas ahí me deprimen.
Tomo una larga respiración y camino hacia mi armario sacó una bata para dormir, elijo una sencilla y muy cómoda de algodón, me llega arriba de las rodillas me pongo unas bragas de encaje, sí, tengo debilidad por el encaje no lo puedo evitar, me subo a mi cama para acostarme de lado y cierro mis ojos con una tranquilidad que por primera vez en mucho tiempo no he sentido y eso me hace sonreír, mientras me dejo llevar por el sueño.
Los días transcurren con normalidad, ayer me llego un vestido como un regalo de compromiso de parte de mi futuro esposo cuando lo abrí no me gusto para nada, era más como para una prostituta tenía mucho escote, sé que me gustan los escotes y a veces hasta las cosas algo cortas, pero eso, eso si que era muy vulgar, lo guarde en el fondo de mi armario no creo que lo vaya a usar alguna vez es la verdad, Bellarosa siguió insistiendo con lo mismo, que me tocó ceder y aceptar que me dé como regalo el dichoso vestido de bodas, así que fuimos a una diseñadora muy reconocida me aseguro ella, yo no sé nada de eso, porque no es como que vaya con frecuencia a usar sus servicios, compro lo que me gusta en línea y ya, no me complico ni me estreso con esas tonterías.
Como lo estoy haciendo ahora.
Honestamente no tengo idea de quién pueda ser está diseñadora, ya estamos en su boutique “Fashion Caro Boutique”, debo reconocer que es algo elegante y sencilla a la vez, si me preguntan, me imagine algo más ostentoso no sé cómo a algunos diseñadores les gusta hacer con sus locales, aunque tiene las paredes de un color blanco hueso perlado, los muebles son de un beige arena de terciopelo, el suelo es de madera me atrevería a decir que es parquet no soy experta en diseños y decoraciones, pero sí sé unas pocas cosas, unas lámparas colgantes hermosas de cristal en tonos dorados, le dan una iluminación perfecta al lugar, el espejo de cuerpo entero y el probador me gustan, junto al sofá está una mesa con pequeños aperitivos y champán para ser más precisa es un Louis Roederer Brut, pero nada de esto me causa felicidad alguna, accedí porque mi amiga no sabe lo que tendré que hacer todos los días hasta que pueda escapar de él.
La diseñadora una mujer guapa de unos 45 años de estatura alta, de apariencia muy elegante, su cabello es de color rojo intenso, tiene el maquuilaje perfecto y uñas ni se diga, se acerca a mi amiga y le da una gran abrazo, por lo visto parece que son muy cercanas, luego se gira hacia mí y me mira de pies a cabeza, me ofrece su mano a modo de saludo la cual tomo para no ser una mal educada y después de eso ella me da una sonrisa apretada.
—Hola, mi nombre es Carlota, es un gusto tenerte aquí, nunca pensé que llegara el día en que vería en mi boutique a la hija de Giulia Castagna, tu madre es amada por los tabloides. Pero eso debes de saberlo muy bien, ¿Verdad?, también es un gran icono de la moda en está ciudad, todos la aman, ¡Oh lo hice otra vez!, discúlpame nuevamente estoy diciendo cosas que tú debes saber muy bien, eres su hija, pero no puedo evitar preguntarme. ¿Por qué no te acompaña en este momento tan importante?—trata de sonar casual, pero fracasa se puede notar a leguas que muere por saber la razón de que mi perfecta madre no esté hoy aquí conmigo.
¿Será por qué debe de estar revolcándose con algún amante suyo o dejándose besar los pies por los aduladores que la rodean?, respondo en mi mente irónicamente.
Pero en su lugar pongo una sonrisa falsa en mi rostro, antes de responder.
—Ella es una persona muy solicitada como tú mismo acabas de señalar, pero quiero que sepas que aunque le rompa el corazón no poder estar aquí hoy conmigo, ella sabe que yo lo entiendo perfectamente, no quiero ser grosera contigo. ¿Pero crees que podemos empezar con las muestras de los vestidos?, estamos muy atrasadas aún tenemos mucho por hacer y solo quedan 3 días para mi boda, te agradecería de todo corazón que hagas tu trabajo en lugar de preguntar cosas que no te incumben, Carlota —le digo todo esto con una falsa voz azucarada, pero hablando muy en serio., no debe preguntar cosas que no le competen.
Gracias al cielo se da cuenta de su gran error, el de haber hablado demás así que rápidamente se pone manos a la obra, mostrándome una variedad de vestidos desde el más sencillo hasta el más elegante, ninguno parece el adecuado para usar el día que voy a unir mi vida con ese arrogante que voy a tener por marido.
Juro que si pudiera me presentaría con un vestido negro, así sabrá que no tengo intenciones de lucirme para él, ni tengo planes de seducirlo como aseguraba aquel día.¡Ugh!
Hasta que lo veo…es perfecto, me gusta el color blanco marfil de la tela, su cuello redondo, los apliques de encaje que le dan un aire tan delicado y elegante, manga larga con manchas en forma de flores, tiene el escote bajo, con una malla transparente en la mayor parte del abdomen, no tiene cola pero si es bien amplio en la parte baja, esto me da libertad para moverme.
¡Este es el indicado lo sé!, parece salido de un cuento, es precioso.
Resalta mis curvas, con el no necesito llevar sujetador, en lo que respecta sobre la ropa interior en la parte de abajo usaré una tanga a juego con medias a medio muslo, de un material que no se marque en mi vestido, sugerencia de Bellarosa.
Casi pensaría que quiere que seduzca a este tipo, ella cree que cualquiera es mejor que Rafaelo, no sé si deba discutir eso, pero creo quizás ella al final si tenga algo de razón al pensar que cualquiera es mejor que Rafelo.
No debo olvidar que el vestido es solo por las apariencias, ya me imagino si los tabloides llegan a enterarse que la hija mayor de los Cavour se casa por debajo de lo esperado, que no rumores empezarían a circular.
Qué estoy embarazada y mi familia no quiere que nadie vea mi abdomen abultado.
Qué mi familia está en quiebra.
Mi esposo es un anciano con mucho dinero y pagó una buena suma por mí.
Y muchas otras cosas sin sentido.
Pagamos y nos dirigimos a realizar lo demás que está pendiente, como la ropa de mi hermana, mis zapatos, mi maquillaje y peinado.
El sábado es la boda aunque preferiría estar en otro lado y no con él, como en otro país y aún sintiera que no es suficiente.
Tres horas después...
Estoy en mi cama muy agotada, mis piernas están muy doloridas de tanto caminar.
Las bolsas de compras están apiladas en el suelo cerca de mi armario, el vestido de bodas si está colgado dentro en mi armario, eso me hace recordar que casi todas mis cosas ya fueron empaquetadas, algunas de mis cosas y las de Isabella ya han sido enviadas a la casa de los Riina sin que mi padre sospeche algo, como nada de lo que tenga que ver conmigo es de su interés ahora, es más creo que está contando los días para que ya me vaya de su casa por fin.
Las que voy a llevar a Casa de mi esposo son sencillas y sin importancia las puedo dejar atrás sí es necesario, aunque creo que haré que ese cerdo gaste en comprarme ropa para después dejarla toda el día que me vaya de su casa.
Me regocijo con ese pensamiento y muchos otros más, en donde tienen el mismo final.
Sigo meditando en qué más puedo hacer para hacerle pasar un mal rato a Dante, cuando escucho que llaman a mi puerta, con todo el agotamiento del mundo me levanto y camino hacia ella para ver quién está del otro lado para que se vaya y me dejé seguir descansando lo necesito tanto.
Abro la puerta y me sorprendo mucho, no es nada más y nada menos que el mismo Rafaelo muy guapo como siempre, está casual apoyado en el marco de mi puerta.
Le sonrió preguntándole —¿Te perdiste por si acaso?, porque nunca antes te he visto por acá. ¿Que deseas?—Se queda callado mirándome un rato de pies a cabeza, no se puede decir que estoy vestida mal, pero opte por ponerme un vestido largo abierto a ambos lados desde los tobillos hasta la altura de los muslos, zapatillas deportivas que combinan muy bien, mi cabello está suelto y no me moleste en usar maquillaje porque iba a sudar un montón y eso sería un verdadero desastre, pero lo que sí hice fue ponerme unas gafas de diseñador que puedan disimular muy bien la falta de el mismo.
Cierra la brecha que hay entre nosotros y me hace retroceder poco a poco sin decir palabra alguna, nunca antes había hecho esto, venir a mi habitación a buscarme.
¿Por qué ahora?, Estoy muy sorprendida y sin palabras, creo que después de todo me he quedado dormida y esto es un sueño, sí debe de ser eso, esto no es real.
Levanta su mano suavemente y mete un mechón de cabello detrás de mí oreja, bueno mi tonta teoría acaba de irse por la ventana, esto sí está pasando.
Me da una mirada fría y calculadora, no estoy muy segura de que es lo que está pensando exactamente, para que me vea de esa manera.
¿Quién es esté Rafaelo que estoy viendo?, me da mala espina toda está situación, me hace ser cautelosa y querer mantener un poco la distancia de él, me alejo un poco sin saber exactamente que puedo hacer para que salga de aquí, no me gusta nada estar a solas con él.
Pero el cierra suavemente la puerta y pone seguro, escuchar ese pequeño click, hace que se encienda una alarma en mi cabeza, esto de seguro no va a terminar nada bien, si alguien nos descubre aquí, solos.
No quiero ni imaginar de que es capaz de hacerme mi padre, porque de seguro no va a pensar que él vino a verme por voluntad propia, sino que yo lo he traído hasta aquí.
—¿Rafaelo qué es lo qué haces?, ¿Por qué pones seguro a la puerta?, no deben verte aquí, te imaginas si padre llega a malinterpretar esto, te aseguro que no terminara nada bien para mí, ahora imagina si llega a oídos del propio Dante— le digo con una seguridad que no tengo cuando en realidad, estoy tan muerta de miedo.
—Sabes Allecra, siempre me has gustado desde la primera ves que te vi cuando eramos niños, yo fui tan tonto porque no solo esperé a que seas adulta, yo pensé que tu padre me iba a dar tu mano en matrimonio, no tenía idea que aquel día que fuimos donde Morello, era para hablar del compromiso de ambos, ¿Qué tonto verdad?, yo pensé que me quedaría con todo el territorio de ustedes para mí, pero no, el muy tonto quiso joder a Dante, ¡Tan stupido! — dice con tanta rabia, que me cuesta creer que quien está frente a mí es Rafelo, el chico que he amado toda mi vida esté es su verdadero rostro, nunca lo había escuchado hablar así, mucho menos verlo tan enojado, está más enojado que aquella vez que fuimos a la mansión Morello.
—Bueno es...este sí, pues yo también, pero ya sabes cómo es mi padre si no se hace lo que él dice, terminas enterrado en una fosa común o en cualquier lugar alejado en el bosque, no es como que pueda llevarle la contraria—le digo algo bromista para hacer que se relaje un poco y abandone cualquier idea tonta que tenga en su cabeza, una donde ambos vamos a terminar mal.
Ahora tengo un trato con Dante, uno que me asegura el futuro de Isabella y su bienestar, no puedo perderlo, por nada del mundo, así sea que el hombre que he amado por tantos años haya decidido confesar que me quería para él, ya es muy tarde para poder hacer algo por nosotros.
—Sí, es así, pero es por eso que debo tener una probada de ti antes que seas de ese completo imbécil, ¡Ahora, podemos hacer esto por las buenas o por las malas tú decides Allecra, Amore mío!—mientras lo dice se va desabrochando botón por botón de su camisa.
Quizás en otras circunstancias, está sería mi fantasía hecha realidad, pero ahora solo me causa un completo terror que nunca antes había experimentado en mi vida, ¿Qué quiere decir con probar?
No creo que se refiera a obligarme a tener relaciones. ¿Verdad?
Camino muy decidida con dirección a la puerta y tratando de evitarlo al pasar, pero me lo impide agarrando fuerte mis brazos con ambas manos y me acerca a la cama para lanzarme de mala manera a la cama.
Me recupero rápido de lo que acaba de hacerme y trato de levantarme para no quedar a su merced, pero creo que fui demasiado lenta, porque él ya está sobre mí, aprisionando mis muñecas juntas sobre mi cabeza.
Forcejeo con todo lo que tengo pero es inútil, tiene un agarre fuerte en mí y su cuerpo es muy pesado, no puedo moverlo ni una pulgada., por más que luche con todo lo que tengo.
Trato de razonar con él— ¡Rafaelo no hagas esto!, por favor no soportaría que padre te mate o que Dante te haga algo mucho peor, ¡Escúchame, suéltame no diré nada de esto a nadie, lo juro!— trato de sonar calmada aunque lo más seguro es que haya fracasado.
—¡No, si él te quiere te tendrá así!, probada antes por mí, así ese imbécil no me amenazará nunca más, yo siempre he estado junto a ti, fui muy paciente, luego llega él diciéndome que debo mantenerme alejado de ti, no me importa que sea uno de los más peligrosos de Londres, nadie me dice que hacer—está tan cegado por la ira, que prefiero guardar silencio para no hacerlo enojar más, él me agarra las muñecas con una mano y la otra la usa para explorar bajo mi vestido.
Me retuerzo tratando de alejarme de su toque lo más que puedo, pero es inevitable.
—¡Quédate quieta Allecra o tendré que golpearte como lo hace tú padre cuando quiere darte una lección!— lo dice tan calmado que me da escalofríos, observo que mete la mano en su bolsillo y saca una cuerda muy fina, con eso me amarra las manos a la cabecera de la cama.
Aquí es cuando decido gritar y arriesgarme que alguien nos encuentre, que soportar en silencio lo que él me quiere hacer, pero parece que lo anticipa, porque me tapa muy fuerte la boca.
Saca un pañuelo, lo ata muy fuerte tapando mi boca y lastimándome, por lo visto ha venido preparado para todo.
Rompe mi vestido usando las aberturas a los lados de los muslos, lo deja hecho jirones, explora mi cuerpo a su antojo.
No es nada gentil, es muy tosco, me aprieta duro los senos al punto de lastimarme, lanzo un gemido de dolor que parece excitarlo más, cuando en realidad a mí me causa todo lo contrario.
Observo impotente como desabrocha su cinturón y baja el cierre de su pantalón, liberándose para mostrarme cuánto está excitado.
¡Oh querido Jesús!, que alguien llegue a rescatarme, algún hombre de parte de padre, prefiero sus golpes a esto, no quiero esto, intento patearlo pero fracaso, eso hace que me gane una bofetada de su parte.
—¡No soy tan tonto sabes!, no planeo follarte el coño pero lo que si haré es que te follare el culo. ¿Sabes por qué Amor?, sé que te va a gustar tanto, que regresarás a mí cuando yo lo diga, solo por está ocasión le dejaré esa tarea desagradable a ese imbécil de Morello que sea el te quite la virginidad, no me interesa eso. ¿Quieres saber por qué vendrás cuando te llamé?, te va a gustar la respuesta, porque si no lo haces siempre puedo usar a Isabella como tu reemplazo—me dice con una voz tan siniestra, que ni a padre jamás he escuchado que me hable así.
No puedo evitar llorar y gritar de impotencia, aunque mis gritos estén amortiguados por el pañuelo, no dejo de hacerlo, grito hasta que mi garganta se siente que está en carne viva pero nadie viene, apuesto que lo ha planeado tan bien que le salió a la perfección.
Me gira de malos modos para que mi cuerpo esté ahora boca abajo y arranca mi ropa interior, me obliga a ponerme de rodillas, dándome una fuerte nalgada y un golpe en mis costillas, ya que me rehúse a obedecer cuando él me dio la orden.
Simplemente me follo a su antojo, no puede evitar gritar y gemir de dolor todo el tiempo, es algo indescriptible, sentía que me partía en dos, sumándole que me agarró del cabello tan fuerte mientras me penetraba de una forma brutal, yo solo podía rezar para que todo acabe pronto, fue muy astuto no dejo marca alguna en mi cuerpo, por lo menos no una visible pero sí ha dejado una que nunca podré borrar de mí, a pesar de todo es muy cobarde para enfrentar las consecuencias de sus actos.
Aquí mientras lloró y me lamento, juro por Dios que lo mataré, muy lenta y dolorosamente.
El muy cabrón antes de dar su último aliento sabrá que fui yo quién lo envía al más allá.
Una vez que termino de hacer conmigo lo que quiso, ya que fueron algunas veces, me desata y me besa, prometiéndome que me llamara y que ya sé lo que me espera si no quiero obedecer.
El tiempo pasa pero para mí es como si se hubiera congelado, ya hace una hora que se fue dejándome rota y entumecida en mi cama, mis lágrimas no se detienen, es como si solo puedo estar aquí acostada esperando a que la muerte venga por mí, para ser libre de este sufrimiento.
Después de lo que me pareció una eternidad sigo aún viva nada ni nadie vino a liberarme de esté dolor, es por eso que obligue a mi cuerpo a levantarse, fui y me metí en la ducha para terminar acurrucada en el suelo, parece que después de estar unas horas aquí acostada ya no tengo más lágrimas que derramar, ahora solo un frío se instaló en todo mi cuerpo, si sigo así todos tomarán lo que quieren de mí, no puedo permitirlo más.
¿Cómo protegeré a Isabella si ni siquiera puedo protegerme yo?, No más, hoy fue el último día que me usan y pisotean, ¡Lo juro!
Me levanto del suelo, me seco y me lanzó en mi cama así como estoy, no me molesto en vestirme, solo espero que Isabella nunca tenga que verme así, no sabría qué decirle.
Cierro mis ojos y me pierdo en el cansancio, en el dolor de mi cuerpo, hasta que me duermo, solo espero que está vez tenga la suerte de nunca despertar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro