Capítulo#30
Allecra
Hace 2 días que Dante no viene a dormir a casa.
No es que me importe, estoy bien con eso, pero. ¿Y si le pasó algo? ¿Y si sus enemigos vienen para hacerse con su casa o su familia?
Hubiera aprovechado para irme, pero dejó la estúpida orden que si no es una emergencia real no podía salir.
Sigo comunicándome con Gabriel, le muestro mi barriga cómo está creciendo, Bella pues es Bella sigue comprando cosas.
Vanna, gracias al cielo no se cruza en mí camino, estoy por salir de la habitación cuando mi teléfono suena.
*Llamada entrante número desconocido*
Respondo y casi me arrepiento de haberlo hecho, es la voz de Luciano.
- Ciao, hermana, ¿Cómo estás?- dice con su habitual voz desprovista de emoción alguna.
- ¿Lu...Luciano eres tú? pero, cómo es posible. ¿Cómo puede ser posible?, que aún estés vivo -no puedo evitar preguntar.
- ¿Soy yo o imagino que no contabas con que quedará con vida verdad?, Bueno si yo fuera tú, me cuidaría las espaldas, uno nunca sabe hasta qué punto una mujer celosa puede ser peligrosa, sabes y tú no eres la más lista que digamos Allecra, ese siempre fui yo- con esto cierra la llamada dejándome sin habla.
¿Qué diablos significa eso?
¿Qué mujer está celosa?
¿Se refiere a Vanna?
Llamo a Gabriel rápido y le cuento lo que pasa, trato de calmar mi corazón, pero no lo consigo.
-Principessa cálmate, respira eso no es bueno para los bebés, ya sabes cómo es Luciano, le gusta jugar con la mente de los demás, pero averiguaré por ahí si te sirve de algo, si alguien sabe o lo ha visto, pero yo creo que no debe ser nada de qué preocuparse. ¿Está bien?-Cierro la llamada un poco más calmada diciéndole que nos veamos en la clínica, le dije que entre antes, para así no levantar sospechas, debía de haberme hecho ya este control, pero mi esposo decidió desaparecer, así que decidí no esperar a que él aparezca para yo poder salir de casa.
Llamo a Isabella y le digo que cuando esté lista venga a verme, me puse unos zapatos bajos muy cómodos negros tipo vans pero de otro material, unos leggins cómodos de color negro, una blusa blanca alicrada, una chaqueta café claro encima para protegerme del frío aunque no hace mucho pero es mejor tenerla por si acaso.
Me hago una cola de caballo alta, no me maquillo, agarró unas gafas de diseñador, no me aplicó loción ni perfume me marea mucho últimamente, entre menos use encima mucho mejor, así mi estomago no pasa revuelto.
Mi bolso y mi billetera son las cosas esenciales que siempre llevo conmigo, espero hasta que Isabella me venga a ver.
10 minutos después llega y tomo su mano, bajamos las escaleras preparándome para lo que se viene.
-¡No puedes salir, órdenes del jefe!- repite el guardia de la puerta.
- Me duele mucho, no sé qué es, debo ir al doctor, si le pasa algo a los bebés diré que no me tomaste asunto y va a ser tu culpa- suelto un gemido falso de dolor.
Sigo sobándome como si mi dolor fuera de verdad y el tonto se lo traga, me deja salir y trato de caminar como si de verdad me doliera.
Se ofrecen a llevarme pero les digo que no, que si puedo conducir por mi cuenta, me subo a mi coche y manejo despacio, pero una vez que estoy fuera de las puertas eléctricas manejo como siempre, a velocidad.
Llegamos a la Clínica, estoy muy ansiosa no solo por los bebés, sino porque también voy a ver a Gabriel.
¡Cálmate Allecra! pareces una colegiala enamorada, que va al encuentro con su novio.
Escribo un mensaje de texto haciéndole saber a Gabriel que voy a los baños, pero antes me acerco y pago la cita con la doctora, le digo a Isabella que se siente y esté pendiente si me llaman.
Ingreso al baño me mojo las manos y me estoy mirando en el espejo, arreglando mi cabello cuando siento que alguien entra, me volteo rápido para ver quién puede ser y mi corazón brinca de emoción es Gabriel.
Estoy congelada en mi sitio, él se saca las gafas y me sonríe, se acerca a mí y me encierra en un gran abrazo de oso.
Me aferró a él como si mi vida dependiera de ello, pero pensándolo bien mi vida si depende de él, respiro su olor y hace que se me salga un suspiro de placer.
Me alejo un poco para hablarle, cuando él cierra la distancia entre nosotros y sella sus labios con los míos.
¡Qué diablos está pasando!, al principio no le devuelvo el beso, pero cuando va alejarse, reaccionó y agarró su rostro con mis manos, me pega más a su cuerpo y yo me apoyo en él poniéndome de puntitas para estar más cerca de su rostro.
Se aleja y me mira como si no me hubiera visto en años y me hubiera extrañado bastante.
-¡Principessa hoy es el día, vayámonos ahora!, nadie te ha seguido, ya me asegure de eso- no lo dudo y le digo que sí.
- ¿Pero la consulta?, Solo es para decirme cual es el sexo de los bebés y ver si está todo bien, creo que eso es todo- Estoy siendo algo tonta lo sé, él me acaba de decir que nos podemos ir y yo insisto en recibir una consulta que la puedo tener tranquilamente en cualquier parte del mundo en el que vaya a estar.
Voy a dejar de poner disculpas tontas y hacer lo que siempre he querido y es ser libre.
Dante te engaño, se va a divorciar de ti, jamás te va a dar estabilidad, quiere quedarse con lo que es tuyo, está es tu oportunidad.
¿Qué más pruebas quieres?
Me toma de la mano y salimos juntos del baño, estamos sonriendonos como unos bobos.
Veo a Isabella sentada, pero ella no me puede ver a mí, cuando estoy por salir del pasillo me detengo en seco.
Dante jodido Morello está sentado junto a ella, con un brazo alrededor de sus hombros, así muy casual, como si estuvieran charlando con mucha confianza y tranquilidad.
Este hombre es el mismísimo diablo, empujó a Gabriel lejos de mí antes de que nos vean juntos, por suerte él entiende y logra dar media vuelta para regresar a esconderse en el baño.
Estoy muy sonrojada del beso que me di con Gabriel y de la emoción de que al fin iba a ser libre.
Me acerco a Isabella ignorando totalmente a Dante, hoy hay algo raro en él pero no sé con exactitud que pueda ser, está más relajado, no con su típica cara de haber chupado un limón.
-¿Hermosa ya me llamaron? , no pensé demorarme mucho en el baño-agarró el bolso y saco la factura de haber cancelado para comprobar la hora.
-Sí, hermana lo hicieron, les dije que estabas en el baño, me dijeron que cuando ya te hayas desocupado toques la puerta te están esperando- la beso en la frente y me giro para caminar hacia los consultorios.
Él decide seguirme para entrar conmigo, maldito va a jugar al padre preocupado, después de haberse desaparecido dos días.
Tocó la puerta suavemente y unos segundos después me abren indicándome que puedo pasar.
Me piden que me acueste, como siempre lo hago en cada chequeo y que levante mi blusa, vuelven a ponerse el gel frío, al principio me da cosquillas, no puedo evitar reír, pero después se vuelve muy incómodo, no me gusta esa sensación húmeda y helada en mi piel.
Luego empieza la doctora a mover el transductor por mi abdomen, si ya averigüe qué es esa cosa y si es que era seguro para los niños.
Dante se olvida de mí y mira a la pantalla, mientras lo hace aprieta la mandíbula tan fuerte que parece como si quisiera decir algo pero se aguanta y decide no hacerlo.
-Bueno futuros padres aquí va, vamos a ver qué es lo que van a tener-sigue moviendo el aparato por todo mi abdomen, y un minutos después nos dicen que son-Ya está, ahora sí, no hay duda, son niño y niña lo que van a tener, ¡Felicidades!, Allecra debes de tener más descanso, los niños están un poco pequeños para los meses que te calculamos, ¿Estás tomando las pastillas?, comes lo suficiente como se te dio la dieta que debes tener, necesito que la sigas- me tomo mi tiempo en entender que esta hablando conmigo, estaba perdida en la emoción de que son niño y niña.
-Claro como usted indico, no hago ejercicios fuertes ni movimientos bruscos, como solo los alimentos que me dieron en la dieta- me sonrojo un poco por qué el sexo con Dante es todo menos suave.
Parece pensar lo mismo porque me mira y levanta una ceja, volteo mi cara mortificada y luego recuerdo a Gabriel, el beso apasionado que me dio no puedo evitar enrojecerme más.
Dante me estudia y yo solo lo ignoro.
No quiero dar a notar ninguna de mis emociones, una de ellas es miedo por Gabriel de que lo encuentren y le hagan algo.
-Bueno Allecra, si quieres que estos pequeñines lleguen a término debes de cuidarte más, si no en 2 meses estarán fuera de tu útero y en incubadora unos dos meses más-eso hace que tema por mis niños, no puedo evitar sentir mucho miedo que pueda pasar algo así.
-Doctora lo juro, solo paso en mi habitación descansando, me cuido como usted me dice, bueno lo único que hice fuera de las cosas que me recomendó que no haga, fue conducir hoy, no tuve remedio ya que no tenía quien me traiga hasta acá- ella me mira negando muy seria, sé que hice mal pero tuve que hacerlo.
-Allecra esto es serio, en unos meses debemos ver si puedes dar a luz normal o con cesárea, nada riesgoso significa nada riesgoso, ni siquiera en el sexo, debes tomarte muy en serio esto -¡Oh por Dios!, ella lo dijo de verdad.
- No sé preocupe doctora desde hoy, Allecra cumplirá todo al pie de la letra, me aseguraré de ello por el bien de los niños- dice tan serio como si él fuera a preocuparse de verdad
Me limpio el gel con una toalla de papel que me dieron, me pongo de pie y me acerco para poder agarrar las imágenes de mis bebés.
Pero Dante se adelanta y se las guarda en el bolsillo de su traje.
¡Algo está mal con él, eso solo me dice que hay problemas!, que no está aquí porque de verdad vino a verme o esté preocupado por nosotros.
Salimos del consultorio, me acerco a Isabella y le doy mi bolso a ella, no sin antes decirle que ya vuelvo, que me espere un momento, doy unos cuantos pasos cuando Dante me bloquea el camino.
- ¿A dónde vas bruja rastrera? -sisea entre dientes muy cerca de mi rostro.
Ahora es cuando recién puedo percibir el alcohol en su aliento, me alejo de él y sigo caminando.
Se acerca a mí y me agarra del brazo con mucha fuerza, cómo me está tapando con su cuerpo da la impresión de que me está ayudando a caminar, más no que me está lastimando.
-¡Dante suéltame me lastimas! ¿Qué te pasa?, la gente está empezando a mirar, solo quiero ir al maldito baño, déjame ir me duele- trato de soltarme, pero nada no puedo, él solo cierra con más fuerza su agarre en mí.
-Vamos esposa te acompaño, quiero ver con quién estabas escondida ahí, no me engañas que solo estabas usando el baño-prácticamente me está arrastrando ahora.
Dante con alcohol en su sistema es mucho más peligroso que un Dante sobrio, debo mantener la calma y no provocarlo.
-No seas ridículo solo fui al estúpido baño, ¿Con quién iba a estar? de ja de ser absurdo-pero en el fondo estoy tan asustada por Gabriel, temo por él.
Llegamos al baño y prácticamente me arrastró dentro de el, cerrando la puerta con seguro, revisa todo el baño hasta que está satisfecho y ve que estamos solos.
-¿Piensas que soy tonto? ¿Qué pensaste qué por qué te follaba todos los días y tocaba a mis bebés al dormir me ibas a tener a tus pies?, ni tú ni nadie jamás podrá hacer eso que te quede claro- está borracho y algo colocado también parece, nunca lo había visto así.
-Yo jamás esperé nada de ti, es más no sé si quiera seguir contigo, ahora que mis padres no están, puedo ser libre no veo porque deba seguir casada contigo, ya no te necesito - digo lo que pienso desde hace días así sea que le guste o no.
- ¿Eres realmente estúpida verdad? , tu querido padre tenía un montón de enemigos, por qué él no solo me perjudicó a mí, perjudicó a muchos y no querrías saber a qué tipo de personas- asegura pasándose una mano furiosamente por su cabello negro.
Son tan distintos Gabriel y Dante, como el día y la noche.
-No me importa, ya no hay motivo para que estemos juntos, no le veo sentido además tienes a Vanna y al bebé de ambos, nunca te negaré que veas a mis bebés, llevarán tu apellido, los podrás tener cuando quieras, ni siquiera quiero dinero de tu parte, Sia chiaro -se acerca a mí hecho una furia.
Me toma del cuello como le gusta hacer siempre y ejerciendo presión, pero no ahogándome, jadeo de sorpresa.
-Jamás te dejaré ir de buena gana, tú eres mía yo le pagué a tu padre por ti, así que eres mía hasta cuándo yo lo diga, quítate de esa cabeza que tú tienes algo que decir aquí- giro mi rostro el alcohol en su aliento me revuelve el estómago.
No demora en hacer efecto en mi estómago, que tengo que correr a devolver todo lo que comí en la mañana, Dante se para detrás de mí recogiendo mi cabello para que no caiga todo en mi cara, ya que la coleta que me hice al salir de casa, no la tengo más desde que me acosté en la camilla para que me hagan el eco.
Estoy agotada por los espasmos que sacudieron mi cuerpo, me arrima a su pecho, pero no puedo evitar alejarme de él, el alcohol, su aliento a alcohol no lo soporto me revuelve todo.
Enojado me suelta y me apoyo en la puerta del baño.
-Vamos a casa, quiero sacarme está ropa y meterme en mi cama, me siento enferma- hace una pausa.
-No creas que no me di cuenta que te encontraste con alguien, lo puedo oler en ti esposa, pero más tarde trataremos ese tema, ven vamos-Me agarra otra vez del brazo, solo que esta vez dejo que lleve estoy muy mareada.
Con disimulo miro a todos lados y no veo a Gabriel por ningún lado solo espero que esté bien, espero de todo corazón que él esté bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro