Capítulo #18
Allecra
Estoy muy cansada por todo lo que ha pasado en mi día, fue muy movido y solo al final fue un poco productivo, apenas he podido llegar a casa sin dormirme mientras venía manejando, mi vida es un completo caos, debo estar alerta siempre, sin poder estar tranquila, todas las personas que me rodean quieren algo de mí, esto es muy agotador.
Además uno nunca sabe en qué momento alguien decide atacar, ¡Bienvenidos al feo mundo de la Mafia!, en donde puede ser que te toque una familia de mierda como la mía o peor, dejó un momento de lado la fiesta del lamento, para concentrarme en llegar a la puerta principal de la mansión, ya pasé el portón eléctrico más atrás, unos pocos minutos después estoy ya estacionando cerca de la entrada para poder descansar como tanto necesita mi cuerpo.
Apagó el auto y tomo una respiración profunda, alcanzo mi bolso, pero no sin antes asegurarme de haber escondido bien el cuchillo, hecho eso salgo del auto pongo seguro y camino hacia la puerta, muero por tomar una buena ducha y ponerme una de esas lindas batas que compre para descansar hasta tarde mañana.
Ya termino de subir las escalera voy camino a mi habitación, cuando voy por la de Dante, me quedo pasmada un momento, eso que escucho son ¿gemidos?, no hay duda eso es lo que son, ¡Es una jodida broma!, no me importa si está teniendo una orgía en este momento es solo que me da un poco de curiosidad con quién es eso nada más, me acerco suavemente a su puerta y pego la oreja a la puerta para escuchar mejor.
¡Oh, amore mío si, haz conmigo lo que quieras!, se salvaje, se como siempre te ha gustado ser conmigo, castiga mi coño, bebé.
¿Es la hermana de Leo?, ¡UGH!, y pensar que la boto el otro día de aquí acusandola de acostarse con sus hombres, que mentiroso resultó ser.
¡Señor, este hombre no pierde el tiempo!, y debo decir que su gusto en mujerzuelas es el peor, no me canso de repetir eso una y otra vez.
Estoy tan asombrada y concentrada espiando que no escucho que alguien se detiene junto a mí y se aclara la garganta.
¡Mierda!
Me enderezó y arreglo mi chaqueta, mirando a todos lados menos al hermano de la mujer que le están dando y no consejos precisamente, es en realidad esto es algo incómodo porque sé que él también escucha las cosas que salen de la boca de esa mujer y está aquí de pie como si la que está haciendo algo malo soy y no los dos animales que son muy ruidosos para tener relaciones.
— ¿Qué haces llegando recién a casa y a esta hora Allecra?— me estudia de pies a cabeza, buscando que, no sé.
—¿Escuché bien?, Acaso me estás interrogando, porque si es así déjame decirte que te puedes ir a la mierda de mi parte, ahora si me disculpas quiero ir a dormir un poco, ojala lo consiga porque está casa parece casa de locos—camino en dirección a mi habitación.
Pero él me corta el paso quedando frente a frente demasiado cerca para mí gusto, pongo un poco de distancia entre los dos, no me cae para nada bien este tipo.
—Si yo fuera tú, tendría más cuidado y no trataría de jugar con fuego Allecra, Dante no es uno más de tus novios de la universidad que puedes fácilmente manejar o calmar con batir las pestañas en su dirección, ten eso muy claro—dice con una voz plana y fría.
—Si yo fuera tú, estaría preocupado de que polla se lleva a la boca tu hermana y no diciéndole que hacer a la mujer de mi jefe, es más debes aprende a no meterte donde no te llaman— espeto de regreso.
Lo empujó y sigo mi camino, escucho como resopla antes de seguir su camino también, una vez dentro de mi habitación respiro tranquila, tengo que dormir lo suficiente para estar lo más calmada que pueda para mi cita con Rafaelo.
Me quito la ropa y me salto la ducha, me siento tan cansada que de solo pensar en tener que mojarme y vestirme hace que lamente, así que en su lugar me meto en la cama, no me importa si estoy en ropa interior, yo sé que nadie va a entrar, por lo menos no ese demonio de pelo negro y ojos azules, que está muy ocupado ahora, cierro mis ojos y me rindo al cansancio.
Escucho que están aporreando mi puerta con fuerza, al principio creo que es un sueño, así que me acurruco más en mi cama y no le presto atención a ese ruido molesto.
Los golpes se vuelven insistentes y más fuertes.
Me siento tratando de orientarme un poco porque aún me siento tan cansada, mis párpados me pesan y me cuesta tenerlos abiertos, la luz que entra por el pequeño espacio que he dejado entre las cortinas me hace saber que ya es de día, agarro mi teléfono para ver la hora.
¡Mierda!, no saludé a Isabella son las 10:00am, yo nunca duermo hasta tan tarde, solo lo decía por decir nada más.
Siguen los fuertes golpes en mí puerta, me levanto molesta por tener que levantarme a abrir y ver quien es que molesta.
Abro mi puerta con cara de pocos amigos, y dirijo todo mi odio a la persona que me despertó.
Este chico es Emilio creo, está estupefacto me pregunto porque no deja de mirarme con la boca abierta, luego recuerdo que estoy en ropa interior, mi primera reacción es taparme.
Pero no lo hago en su lugar me apoyo en la puerta esperando que me diga que es lo que quiere, dije que iba a cambiar y así será, sigo esperando y nada—¿Vas a decirme que quieres o vas a quedarte ahí como un idiota mudo? — espero a ver qué es lo que decide hacer.
—¡E… El Sr. Dante dice que vaya en este momento a su despacho!, fue específico en que vaya apenas escuché el mensaje—balbucea y mira hacia otro lado.
—Dígale que tengo mejores cosas que hacer que verlo por la mañana. adiós— cierro la puerta en su cara.
Lo que menos quiero es ver a Dante golpeando su polla dentro de otra mujer como le gusta hacer en las mañanas, aún no desayuno y quizás más tarde sea violada por ese Porco de Rafaelo, si fracaso en mi tarea de acabar con él.
Me meto a la ducho y dejo que el agua caiga en mi rostro, disfruto de la ducha, me lavo bien todo el cuerpo, quitándome el sudor de ayer ya que no lo hice cuando llegué en la madrugada por estar muy cansada.
Lavo mi cabello y cuando ya he quitado todo rastro de shampoo estiro la mano para coger la toalla y la envuelvo en mi cuerpo, agarro la otra que deje cerca y empiezo a secar mi cabello, me paro frente al espejo y veo una Allecra decidida devolverme la mirada ya no la deprimida ni la que sufría en silencio, sonrió satisfecha a mi reflejo y me cepillo los dientes.
Salgo del baño busco una lencería sexi con medias a juego y ligueros, pero mi buen humor se arruina un poco porque a donde voy no es un buen lugar, siento mi estómago revuelto, me detengo un momento apoyándome en la puerta de mi armario.
Respiro profundamente y me digo que todo va a estar bien , nada me va a pasar.
¡Es él o eres tú Allecra, esto no puede seguir!, debes acabar con esto de una buena vez o él no dudará en acabar contigo, hombres como él no deben seguir existiendo en este mundo.
Aunque lo odio por lo que me hizo, en el fondo quizás exista un poco de ese amor que sentía por él, pero se me pasará, él no es un hombre es un ser despreciable, no debo olvidarlo.
Busco un atuendo en el que pueda esconder el cuchillo y práctico en mi cuarto como caminar y lucir sensual.
¡Ugh!.... ¿Cómo aguantaré las náuseas cuando me toque o me bese?, el pensarlo hace que mi cuerpo se llene de rechazo total a la idea.
No encontrando nada que pueda ocultar el cuchillo, optó por otra alternativa, un plan se forma en mí cabeza, ahora debo ponerme algo más llamativo, me decido por una blusa manga larga negra y corta anudando sus extremos en la parte de adelante pero dejando parte de mi abdomen al descubierto y una falda de cuero con una pequeña aventura en el muslo izquierdo, un cinturón del mismo material, me gusta el resultado final del atuendo, finalmente uso un bolso no tan llamativo, me pongo unos botines pequeños pero elegantes que no dañan para nada mi outfit.
Se supone que voy a salir con Bellarosa no a verme con nadie, lo complemento con unos brazaletes, maquillaje como siempre acostumbro usar, esta vez voy por algo ni tan encendido ni tan cargado , aplicó una sombra gris, con un poco de negro, delineó bien mis ojos para que tengan una mirada algo intensa y marcada, un poco de rubor para quitar lo palido que se ve mi rostro, más de lo normal, mis labios los pinto de color vino y ya, creo que eso será suficiente para que crea que le puse esmero en arreglarme para él.
Tengo aspecto de tener más edad, pero no me importa tengo que hacer que caiga en mi trampa.
Estoy peinándome cuando abren con fuerza mi puerta, él único que le gusta entrar sin tocar y sin ser invitado solo puede ser Dante.
Ojalá esté saciado y no me quiera follar, no tengo tiempo ya son las 12, tengo que intentar comer algo por lo menos, no mucho eso sí, y si él me pone las manos encima no llegaré a la hora que quede con Rafaelo, no necesito esa clase de problemas ahora.
—¿A dónde vas así tan arreglada?, aún no empiezas tus clases en la universidad que yo sepa. ¿Por qué sales tanto?, tengo curiosidad sabes—Él piensa que yo le voy a dar una respuesta, pero no, no lo voy a hacer, puede seguir esperando.
Lo ignoro mientras me pongo un poco de perfume, me doy una última mirada en el espejo y me quedo satisfecha, bien, es hora de irse.
Me giro para darle una sonrisa sarcástica —¿Ahora nos preocupamos por lo que hace el otro?, de ser así. ¿A quién te follabas ayer de madrugada en tú habitación?, esposo quizás a ella debas pedirle explicaciones— me cruzó de brazos y me paro cerca de él.
—¡Te hice una pregunta maldita sea, responde!, o juro que te sacaré la verdad a golpes— aprieta los puños conteniéndose, pero no creo que sea capaz de algo así, no lo tenía por maltratador.
—No es asunto tuyo, yo solo debo abrir las piernas para ti en las noches, el resto del día puedo pasarlo dónde y con quién quiera, claro está sin follármelo porque eso te dejaría en ridículo, ¿verdad? — fingí interés en mis uñas esperando a que se dé por vencido y me deje en paz—Estoy cumpliendo mi parte del trato, así que no hay nada que explicar, fin de las preguntas—Espero que con eso dejé de molestar y me pueda ir ya.
Se acerca y me agarra del cuello con fuerza pegándome a él.
—¡Cuidado Allecra!, no colmes mi paciencia o conocerás mi verdadero lado malo, y no te va a gustar para nada—con eso me empuja lejos de él, no contaba con que iba a hacer algo así, al no estar preparada caigo al suelo con fuerza.
¡Auch!, eso me dolió mucho imbécil.
Se da media vuelta y gracias a Dios se va de mi habitación, pero dejándome tirada en el suelo.
Respiro tratando de calmarme y no gritarle que es un maldito cobarde por agredirme, pero muerdo mi labio con fuerza para no hacer algo que lo haga regresar, me pongo de pie y hago de cuenta que no pasó nada, por ahora.
Pido un taxi, no quiero llevar mi auto, no soy experta pero creo que sería obvio si alguien lo ve en dicho hotel.
Me pongo unas gafas de diseñador lo suficientemente grandes como para poder pasar desapercibida.
Bajo las escaleras, gracias al cielo el taxi ya está en la entrada de la puerta esperando por mí, me llamaron los de seguridad a confirmar si lo había pedido, les dije que sí .
Estoy abriendo la puerta cuando escucho a Dante llamarme, me giro levantando mis gafas para ver al cobarde que hace unos minutos me lanzo al suelo.
—¡Te quiero temprano hoy!, ayer no cumpliste conmigo así que no dormirás poniéndote al día—Bajo mis gafas y salgo, fingiré que no lo escuche, camino y me subo al taxi.
Sé que faltan casi 2 horas pero no me importa eso, llamo a Gabriel y le digo si puede tener un auto listo cerca del hotel, para que me saque lo más rápido que pueda de aquí.
Guarda silencio pero me asegura que sí, que esperar mi llamada para que le haga saber en qué parte de la ciudad voy a estar, quite eso del camino y le dije en donde iba a estar, no sé si tenga tiempo de mensajear o poder esperar hasta el auto llegue, prefiero que ya este ahí esperando, eso me dejaría un poco más tranquila, pero no del todo.
Él me asegura que así será, me dice que no me preocupe por nada.
Voy a ir más temprano para poder estudiar mi entorno y rutas posibles de escape, eso es lo que he escuchado que hacen a veces padre y Luciano cuando le tienden trampas a sus socios.
Llego al hotel doy el nombre falso que me dio Rafaelo en un mensaje de texto ayer cuando estaba practicando con Gabriel, trato de mantener la cabeza baja todo lo que puedo para que no puedan ver bien mi rostro siento tanta vergüenza y enojo, me dan la llave y me dirijo a la habitación.
Ya en ella, pido champagne el más caro para que el maldito tenga que pagarlo, aunque no le dolerá hacerlo pero no importa, también necesito tener en mi cuerpo un poco de coraje líquido, pero no debo emborracharme.
Bebo 2 copas mientras doy vueltas por la habitación inquieta, reviso si hay cámaras o no, parece que no las hay.
Pero con este cerdo todo se puede esperar, quizás planea grabarnos y así poder seguir chantajeandome.
Tengo llamadas perdidas de Dante y mensajes amenazándome pero me importa un bledo, ahora no me importa nada que tenga que ver con él.
Quiero subirme por las paredes de lo nerviosa y asustada que estoy en este momento.
Voy a tomarme una tercera copa, cuando escucho que abren la puerta, siento que mi corazón se detiene y mis pulmones dejan de funcionar correctamente, porque es imposible llevar aire a ellos.
Rafaelo ha llegado, no puedo negar que es hermoso y bien elegante, pero debajo de eso es un depredador.
¿Cómo fui tan ciega y no lo vi antes?
Trato de relajarme y optar por una pose algo seductora, necesito que se sienta confiado a mi alrededor, necesito hacer que baje la guardia cuanto antes, no quiero estar mucho tiempo con él aquí.
Cierra con llave y la guarda en su pantalón, lo cual es absurdo yo también tengo una.
Pero sé que lo hizo para que se me dificulte correr, por si se me ocurre escapar de él en algún momento mientras estamos aquí y debo dejar que me folle a su antojo.
Muerdo mi labio inferior y comienzo a desatar mi blusa así puede ver mi sujetador de encaje transparente,.
¡Sí, idiota cae en la trampa que te llevará a tu muerte!
Se quita el saco y la corbata, empieza a desabrochar su camisa, yo me acerco a él y lo ayudo con eso, busca besarme pero giro mi rostro lejos de él de una manera juguetona para que no sienta que lo estoy rechazando.
¡Jesús, no lo soportaría!, quiero evitarlo lo más que pueda.
Muerde y chupa mi cuello, una pequeña parte de mi quiere que deje una marca para que el maldito de Dante piense que no solo él tiene acción, pero la parte razonable dice que no, que eso no me va a beneficiar en nada.
¡Concéntrate Allecra! o tú terminarás atravesada por su cuchillo y no te va a gustar eso para nada.
— Quiero probar algo diferente, tenemos toda la tarde y noche para hacerlo, no quiero ir a casa hoy quiero quedarme aquí contigo haciendo el amor—digo con lo que creo es una voz seductora.
— Ya no irás más a casa de ese idiota, serás mía desde ahora, veremos cómo rescatar a Isabella y matar a tu padre, todo lo que siempre quise lo tendré—muerde mi hombro.
Aguanto una mueca de asco, quizás si me lo hubiera propuesto antes sin violarme, lo hubiera aceptado gustosa, quizás.
— Vamos acuéstate, quiero hacer algo que aumentará el placer— lo empujó hacia la cama pero antes me agachó a recoger la corbata.
Se saca los zapatos y se quita el pantalón, se acuesta boca arriba, me hace un gesto de que me suba sobre él.
Tomo aire profundamente y quito la falda suavemente, veo como sus ojos me recorren con lujuria, me saco los zapatos y me subo sobre él.
Finjo acariciarlo y estar ansiosa de que me toque, palmea mis pechos y toca mis piernas.
— Necesito que confíes en mí, puedes hacerlo amor —le susurro muy cerca de su boca.
Para que no dude de mí lo beso, cierro mis ojos y finjo que es alguien más y no él, un lindo chico que conocí en la calle quizás o un actor, cualquiera sirve.
Antes de que profundice el beso me alejo y agarro la corbata —¿Quiero atarte puedo?, desde que lo hiciste me excita mucho, ahora quiero hacerlo contigo así te puedo montar y hacer lo que sea— beso su pecho y cuello, para persuadirlo de que acepte mi petición.
—Solo un momento, porque quiero follarte bien esta vez, no he podido dejar de imaginarme clavado muy dentro de ti—sube de buena gana los brazos, para que se los ate.
Claro que sí, cretino, claro que sí.
Ato lo más fuerte que puedo sus brazos, bastará solo un momento para hacer lo que quiero, lo que se merece.
Me bajo de él y busco mi bolso, llegó el momento.
—¡Cierra los ojos, Amore mío tengo una sorpresa para ti!, por favor—digo con una voz dulce.
—Bueno, muévete que quiero estar dentro de ti ya— dice muy impaciente, debo apretar los dientes para aguantar las ganas de gritarle que se vaya a la mierda.
—Claro que sí, será solo un momento bebé, lo vas a disfrutar mucho te lo aseguro— saco el cuchillo y lo agarro fuerte aunque me tiemblen las manos.
Me acerco rápido a él y lo clavó en su cuello como me enseñó Gabriel, hago una gran abertura y la sangre sale a borbotones, parece que fuera algo irreal.
— ¡Qu... Qué mi...mierda hiciste bruja!, deja...deja que ponga...mis...mis manos en ti...ti— se atraganta con su propia sangre y deja de hablar mientras tose.
No puedo evitar el terror y adrenalina que recorre mi cuerpo debo hacerlo rápido antes de que pida ayuda, me subo sobre él y lo apuñalo varias veces dejando salir mi ira, mi odio, mi decepción por todo lo que me hizo y lo que esperaba de él, como me arruino, me quito mi inocencia.
Hace ya bastante tiempo dejó de moverse, pero eso no me frena para dejar de seguir clavando el cuchillo en su cuerpo.
Hasta que me digo que es suficiente y me bajo de él muy asustada y corro al baño para vomitar todo lo que hay en mi estómago, aunque no tengo nada más que el champagne.
Cálmate Allecra, se lo merecía, él te violó.
Llama a Gabriel, rápido tonta muévete, debes ponerte en movimiento o te atraparán.
Me digo a mi misma una y otra vez que eso era lo que debía hacer, lavo la sangre de mis manos, cara y cuello, para luego vestirme lo más rápido que pueda.
Agarro todo lo mío y lo meto en el bolso, limpio el cuchillo en las sabanas de la cama y lo escondo.
Me veo en el espejo y aparentemente está todo bien, reviso mis medias y que no se vea la sangre que me salpico sin poder evitarlo, y parece que no, no se notan al ser oscuras.
Todo parece estar bien llamo a Gabriel—Ho…Hola Ga...Gabriel, lo hice. ¡Dios mío lo hice!, no lo puedo creer aún. ¿Está el auto ahí como te lo pedí?— balbuceo.
—¿Allecra que fue lo que hiciste?, ¡Princesa dime!,y sí ahí está es una Suv negra, él estará esperándote ya sabe quién eres, tranquila le diré que te traiga donde yo estoy— promete tratando de hacerme sentir mejor pero no funciona en lo absoluto.
—¡No, no quiero ir si está Bella!, por favor ahora mismo no puedo lidiar con ella—ruego con mis lágrimas derramándose fuera de control y sollozando sin control.
—No, tranquila ella no está conmigo— gracias a Dios, no creo poder manejar a Bella en actitud protectora.
—Voy a salir ahora, si todo sale bien nos vemos, si no gracias por todo te quiero mucho a ti y a Bella—cierro la llamada.
Pongo una cara normal, limpio mi rostro quitando mis lágrimas y salgo de la habitación de hotel, sin importarme dejar el cuerpo de Rafelo ahí tirado, ni siquiera le puse una manta para taparlo como señal de respeto, no se merece ninguna consideración.
Solo espero poder salir de esto y abrazar a mi hermana, sí necesito hacer eso.
Uno menos quedan 4 más, pero a todos les llegará su hora de eso me voy a encargar yo.
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