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Capítulo #10

Dante

Es jodidamente perfecta, de pies a cabeza, si tan solo ella no fuera hija de ese bastardo, hasta pensaría en  quedarme con ella, como mi esposa de verdad y por conveniencia, hasta puede que más adelante llegué a sentir algo por ella.

Pero la fea realidad es otra y muy amarga de aceptar.

Acaricio su cuerpo suavemente maravillado de lo perfecto que es parece que aún fuera puro, sin embargo al recordar que estuvo con otros más, eso provoca mi ira así que dejó de tratarla dulcemente y  voy a tomar lo que por ley me pertenece, no seré gentil ni atento, ella no lo merece en lo absoluto.

—Vamos arrodíllate en la cama Allecra, quiero verte bien, quiero un buen vistazo de lo qué es mío—quiero poder verla bien.

Sin objetar ella lo hace, eso solo hace que se confirmen mis sospechas sobre ella, sí es experimentada entonces, una chica virgen se negaría a obedecer, estaría en un mar de llanto porque le obligan a hacer algo así, juro que cuando acabe con ella quedará arruinada para cualquier otro hombre, no le quedarán ganas de jugar a ser inocente nunca más.

Quito sus zapatos de tacón suavemente, subo mi mano por sus piernas tocando y amasando, ella está arrodillada sin emitir sonido alguno casi parece que fuera un horrible maniquí.

¡Mujer astuta, lo hace para que desista y así no obligarla a cumplir la parte de su trato!, es una pena porque eso no le va a funcionar conmigo.

Me quito los pantalones junto con la ropa interior, el pudor no es lo mío, nunca sentí vergüenza de estar desnudo ante una mujer.

Me subo detrás de ella en la cama, no tengo que pensar en nada para que la polla se me ponga dura, ¡Basta con verla así y estoy más que listo!

Separo más sus piernas para hacerme un espacio en medio de ellas, la empiezo a frotar y preparar un poco, no soy ese tipo de animal por mucho que ella se lo merezca, sé que si no lo hago la lastimaré con lo que tengo en mente para su cuerpo.

—¡Allecra no quiero un maldito maniquí!, piensa en que la vida de tu hermana, ella depende de como rindas en la cama todas las noches conmigo, es lo justo por el precio que tuve que pagarle a tú padre por ella, ya que tú fuiste un regalo—le espeto mintiéndole un poco, ya que el cabrón de su padre me pidió dinero por ella también, es un maldito ese Stefano.

—Lo siento, es que no sé aún qué gustos tienes, es por eso que solo espero que me digas que es lo que quieres que haga—responde algo desconcertada, pero nuevamente me recuerdo que todo esto es un teatro para ella.

Empiezo otra vez con las caricias, cubro su cuerpo con el mío, beso sus hombros, su cuello lenta y sensualmente.

Eso parece funcionar muy bien porque se relaja un poco bajo mi toque, tomo su cabello en mi puño y con mi otra mano sigo frotando su manojo de nervios, hasta que siento la humedad en mis dedos.

Soy un maldito egoísta porque siento que ya no puedo esperar más, necesito estar dentro de ella necesito sentir su calor alrededor de polla y mojándome con esa humedad, arranco la tanga que parece de papel, muero de rabia de pensar que la descarada estuvo así, bajo ese vestido apretado frente a todos en la ceremonia.

Pongo una mano en su espalda baja para poder presionar suavemente e indicarle que saque más las caderas así yo podré tener en ángulo perfecto para enterrarme en su cuerpo, me alineó con su entrada y doy una estocada con fuerza, pero me es difícil penetrarla completamente, siento como se congela debajo de mí, pero sigo frotando, quizás aún le falte un poco más para que me dejé entrar.

—¡Relájate!, Allecra solo vas a conseguir que te lastimé, no te resistas, deja de evitar que entre, la humedad en mis dedos dice lo contrario, estás pidiendo esto a gritos.— le susurro mordiendo su hombro con fuerza.

—Es...espera dame un momento por favor, solo un momento— me súplica, pero no la escucho.

A otros se los da fácilmente y a mí me lo quiere negar, así que ignoró su petición.

Sigo embistiendo con fuerza, hasta que siento que al fin estoy muy en el fondo dentro de ella, tengo que apretar los dientes con fuerza, me siento como un maldito adolescente inexperto a punto de vaciar su carga ya.

Agarro fuerte sus caderas mientras me muevo suavemente dentro de ella para después ir subiendo poco a poco hasta que lo hago con fuerza, después de un momento tiró de ella para pegarla a mí cuerpo, agarrando su cuello y girando su rostro para besarla, tengo que besarla otra vez ese beso en la ceremonia me dejó con ganas de probar sus labios otra vez, tenía tantas ganas de besarla profundamente pero ella se alejó de mí, eso me hizo enojar mucho.

¡Nunca vas a negarme lo que es mío, entendido Allecra!, nunca me vas a decir que no cuando quiere estar hasta el fondo enterrado en tu cuerpo— muerdo su labio inferior con fuerza.

Eso saca un gemido de lo más profundo de su garganta cargado de placer, así que le gusta rudo, no deja de sorprenderme está mujer, pensé que iba a ser algo aburrida.

Luego de unos minutos presionó su cabeza contra el colchón manteniéndola abajo con una mano para poder golpear más rápido y más fuerte en ella, muevo mi mano a su parte más sensible, me siento muy salvaje al sentir la fuerza con la que aprieta mi polla.

—¡Quiero que te corras ahora  Allecra como la puta que eres!, déjame escuchar como te gusta tenerme dentro de tu cuerpo—me inclino para poder seguir golpeando con fuerza y de manera rápida, muerdo su espalda un poco y eso parece funcionar porque unos segundos después la escucho gritar mi nombre, estoy sintiendo como me exprime la polla muy fuerte y eso me lleva al clímax.

Exprime todo de mí hasta la última gota, caigo rendido sobre ella aplastándola con mi cuerpo por un momento.

Me quedo así unos segundos hasta que salgo de ella, me pongo de pie buscando mi ropa que dejé tirada en el suelo, me pongo el bóxer seguido de mis pantalones sin cerrar, creo que por hoy es suficiente no quiero que se haga ideas erradas, así que hoy la dejaré sola.

—Hasta mañana esposa, hiciste un buen trabajo te felicito, aunque espero que sea mucho mejor mañana— me dirijo hasta la puerta  y ya una vez afuera, tomo un respiro.

Es mejor no darle falsas esperanzas ni ilusiones, sé que en cualquier momento me traicionará e intentará atacarme, solo tengo que esperar a que haga su movimiento.

Camino a mi habitación  a descansar y tomar una buena ducha, hoy ha sido un día de mierda.

Allecra

Porco disgustoso....¡Ugh!

Él cree soy una fulana como las que siempre tiene a su alrededor, listas a seguir todas sus órdenes.

¡Gracias Padre por el marido que me regalaste!, te has encargado muy bien de joderme la vida aún estando lejos de ti.

Estoy muy adolorida en mis partes femeninas, todo mi cuerpo para ser más exacta, el peso de su cuerpo me aplastó dejándome sin aire por unos segundos, si se hubiera demorado un poco más creo que tendría que haberle  pedido que se levanté.

Aunque no fue violento como Rafaelo, no le resta importancia de que me obligó a estar con él.

Lentamente quitó la poca ropa que aún llevo cuando puedo apreciar la mancha de sangre entre mis muslos, ese animal dudo que se dé cuenta que era virgen, es tan ciego.

Me doy una ducha con agua caliente, está vez no hay lágrimas que derramar solo un corazón que endurecer más y más hasta ya no sentir nada, así es este mundo en el que he nacido.

Unas veces eres clavo, otras veces te toca ser  el martillo.

Ya llegará mi día de ser el martillo, lo espero con tantas ansias.

Apagué la ducha y tomo una toalla del estante para poder secarme bien y con mucho cuidado.

La lanzó en el cesto de ropa sucia y me voy a dormir desnuda por si él decide volver. ¿Qué sentido tiene usar ropa?, si me va a obligar a que me la quite.

Cerrando mis ojos me dejó llevar por el cansancio que recorre mi cuerpo por todas las cosas que pasaron hoy.

A la mañana siguiente...

Siento la luz del sol que entra a raudales en la ventana de mi habitación, abro los ojos lentamente tapándome un poco con la almohada, esa luz me molesta.

Algo somnolienta me pongo de pie y cierro las cortinas del todo, por lo visto Dante no volvió ayer, gracias al cielo.

Me visto informalmente, jean rasgado en las rodillas de diseñador, zapatos de deporte bajos blancos, blusa rosa suelta algo alicrada, en mi bolso meto mi celular y mis llaves nuevas de la casa, las de mi auto, un gel de manos y brillo labial, con mi rímel incoloro que hoy quiero usar, me pongo una gorra no quiero prensa, pero por si acaso guardo unas gafas también en mi bolso.

Salgo del dormitorio, para luego quedarme ahí de pie sin saber en qué dirección ir, no puedo evitar preguntarme cuál puerta será la de Isabella, ayer olvidé preguntarle a Dante.

Como si la hubiera llamado con la mente, ella sale de su habitación, vestida con ropa informal igual que yo, le abro los brazos y ella corre a darme un abrazo.

—¿Dormiste bien preciosa?—pregunto suavemente mientras le doy un suave beso a su cabeza.

—Sí, hermana. ¿Y tú estás bien?, me pareció escuchar quejidos de dolor que venían de tu habitación eso me hizo temer por ti— me dice aterrada.

No puedo evitar sonrojarme de la vergüenza, mi inocente hermana estuvo escuchando ruidos de sexo y ella piensa que me estaban torturando o algo peor.

Me aclaro la garganta—Mm...digamos que era un tipo de dolor bueno, pero no le prestes atención a eso ahora, ¡Está bien!—le restó importancia, mientras la tomo de la mano para salir de está casa a hacer nuestras cosas.

Bajamos para ver si encuentro a Leo necesito poder preguntar en dónde encuentro a  su jefe, tengo cosas que tratar antes de reunirme con Gabriel y Bellarosa, debo ser precavida lo más probable es que él me mande a seguir, sí es lo más seguro.

Estamos ya bajando el último escalón, cuando alcanzo a divisar a Leo al fondo del corredor, lo llamo.

—¿Leo me permites un minuto de tu tiempo?— le hago un gesto con la cabeza a Isabella que me espere en la sala que ya voy.

Avanzo hacia Leo y le muestro la sonrisa más deslumbrante que tengo para cuando quiero que hagan algo por mí.

—Buon giorno, Leo. ¿Puedes indicarme dónde está tu jefe? Necesito tratar unos temas importantes con él?, no puedo esperar ya que voy a salir—digo en un tono jovial.

Me mira algo incómodo —¿Estás segura que quieres interrumpirlo en este momento?, está algo ocupado con un cliente importante, en unos minutos se desocupa porque mejor no vas a la sala y esperas hasta que te llamé puede ser que no sea mucho de esperar, nunca se sabe cuánto tiempo le puede tomar—No soy tonta este "cliente " de seguro tiene tetas y coño.

—¿Sabes qué?, mejor no, quiero irme lo más rápido posible así que voy a entrar ahora—espeto esquivándolo y abriendo de golpe la puerta que estaba a su izquierda.

Pues parece que conozco bien a mí querido  esposo y sus supuestos negocios, que es tener la polla clavada hasta el fondo en cualquier coño que se le cruce en su camino.

—¡Esposo mío buenos días!, continúa con tus negocios más tarde necesito tu atención ahora y no, no puedo esperar— pido con diversión y asco.

Arroja  a un lado a la chica que tenía a horcajadas, poniéndose de pie mientras sube  sus pantalones rápidamente y  guarda  su polla con condón dentro de su ropa interior.

¿Qué  mierda haces aquí Allecra?, ¿Qué quieres? —me espeta cabreado, pero eso no me va a hacer retroceder.

¡Saca a la Puttana de aquí tengo cosas privadas que discutir!, no quiero que alguien corra a divulgar mis asuntos al periódico más cercano—me cruzo de brazos y espero paciente.

—¡Vete!, anda al club, más tarde voy a verte para terminar lo que empezamos aquí—la saca del despacho como le pedí.

Ella me lanza dagas con sus ojos mientras se acomoda el vestido y obedece las orden que le dio él.

Interesante así que eso es lo que le gusta obediencia absoluta y follar callejeras.

—Espero que sea muy importante como para interrumpir, ¡Habla ya bruja!— dice serio, espera. ¿Me acaba de llaamar bruja?, ese idiota con que derecho viene y me llama así.

—¿Me acabas de llamar bruja?, porque yo no te digo a ti cerdo, porque eso es lo que eres un asqueroso cerdo y sí es muy importante, quiero volver a la universidad, quiero tener mi mensualidad para gastos, quiero tener hora  libre  de salida y entrada a la casa. ¡Sin tener que decirte que hago y dónde estoy todo el tiempo! —le digo en un tono que no da  oportunidad a discutir.

—¿Y solo por eso me interrumpiste?, haz lo que te plazca pero sé muy cuidadosa, no vaya a ser que tu muerte se adelante, porque quieras jugar con fuego, ahora ándate, más tarde a tu regreso tendré tu tarjeta de crédito, por ahora ten esto— abre un cajón de su escritorio y me lanza un fajo de billetes, si pudiera ponerle un valor en dólares sería como unos $15,000 en dólares, pero son libras esterlinas.

¡Sí, esto puede servir!, no me esperes despierto esposo, te quiero, ten un excelente día—le lanzó un beso y cierro la puerta antes de que pueda replicar algo.

Para mi mala suerte me encuentro cara a cara con Leo, este solo niega cuando me ve salir

Adiós guapo tu tampoco me esperes despierto— le sopló un beso y camino a la sala para recoger a mi hermana.

Que bien se siente ser así, ¡Me gusta!, no tener que fingir ser alguien sin voz y ser obediente, creo que lo seguiré haciendo, ojalá eso me funcionara para evitar el sexo, pero debo cumplir.

—Hermosa vamos, tenemos que ir donde Bella—agarro su mano una vez que llega a mí y salimos de la casa.

Me subo a mi auto, gracias al cielo padre me lo dio e hizo que me lo traigan acá.

Ahora ya no vivo en un infierno, vivo en un burdel.

Que suerte la mía.

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