04 - Las meriendas atraen conversaciones
Qué tranquilo me ponía la cocina. Me calmaban los nervios, y neutralizaba el estrés que tuve con la escuela esta mañana; no me había sentido así desde la última vez que fumé marihuana. La revisión de tareas pasó muy rápido, y por fin tengo la oportunidad de desayunar. Rainbow también estaba muy hambrienta, así que estoy guisando dos omelettes. Me encanta el queso chihuahua, junto con un delicioso pedazo de jamón de pavo. Mientras se cocía, preparaba jugo verde y una avena; me encanta estar sano y alimentarme con muchos nutrientes en el desayuno. Probablemente comparta este hábito con Rainbow.
Me daba un poco de prisa con todo, antes de que volviera mamá. Dejé colando agua en la cafetera también, con granos molidos de café colombiano. ¿Los omelettes quedaron bien cocidos? Se ven excelentes, con el queso bien derretido. ¿Cómo me llevo todo esto a la habitación, ahora que lo pienso? ¿Cómo le haré?
Chingue su madre. Me llevé primero lo que era para Rainbow. El plato con su tenedor en mi mano izquierda, y en la otra el vaso con jugo verde. Toqué la puerta pateándola ligeramente, y en cuestión de segundos, Rainbow me abre.
-¡Qué bien! ¡Desayuno! - Dijo Rainbow, frotando sus manos.
-¿Quieres avena? ¿Café? - Pregunté.
-¡Avena sí! El café no me gusta, solo con leche - Respondió Rainbow.
-Esta bien, ya vuelvo con lo mío - Dije, regresando a la cocina.
De la cocina a mi habitación nuevamente, traje mi desayuno. Coloqué el plato y el vaso de jugo verde encima de mi escritorio, y me dirigí de vuelta a la cocina. Serví en un vaso la avena con leche y canela, y ya me quedé encerrado en mi habitación. Me senté en la silla de la computadora a comer, y Rainbow se quedó sentada en mi cama. Ella era... especial. En lugar de cortar en pequeños el omelette con el tenedor, se acercaba el plato para darle una mordida directamente. Los buenos modales no van con ella, supongo.
Entonces, ella suelta el tenedor y agarra el omelette con su mano. Tiró pequeños trozos de la tortilla en mi cama en el proceso, y terminó de comérselo entero. Rainbow se chupó los dedos, para más detalle. Su manera peculiar de comer me distrajo tanto, que se me olvidó que yo estaba comiendo también. Por haber apartado la vista, no me di cuenta cuándo ella se tomó el jugo verde. Juro por Dios que se lo bebió de un trago. Después, se limpió los labios con mi playera y eructó. Yo también hago eso, pero... no chingues, ella está en casa ajena. Al final de cuentas, me alegra saber que se siente como en casa. Tiene la confianza de comportarse como ella es realmente. Incluso masticaba con la boca abierta; qué ternura de chica.
-Me alegra que te sientas como en casa - Dije, haciendo referencia a las guarradas que acaba de hacer.
Rainbow cruza las piernas y me voltea a ver, sin antes eructar una vez más:
-¡Jaja! ¡Gracias! De hecho, mis amigas me decían cosas por eructar y no usar el tenedor. ¡Pero tú eres diferente! - Dijo Rainbow, alzando un poco la mano, a la altura a de sus hombros.
Dashie era muy atractiva con mi ropa puesta, no me había fijado de eso. Ella es, con toda seguridad, mi personaje menos preferido del grupito de 6, ¿por qué ahora me parece... llamativa? Digo, llena muy bien esa ropa y se ve muy hermosa. No le aprieta, de seguro ella de plano no come nada en comparación a mi, pero le queda tan perfecto esa ropa tan rockera que ella agarró de mi closet.
Rainbow tomó su vaso de avena con leche, y comió una cucharada. Por esta ocasión, se toma su tiempo comiendo en pequeñas cantidades, y muy despacio. Puede que quiere disfrutar la avena, pero solo era para escucharme platicar mientras hacía algo.
-Veo que eres bajista... ¿Estás en alguna banda? ¿Qué canciones tocas? - Preguntó Rainbow, inclinando un poco su cabeza hacia una lateral sin apartar la mirada en mi.
-Sí, estoy en una banda. Es algo entre amigos del colegio, y ensayamos en la casa de uno de los integrantes. No tocamos en mi casa, porque no hay lugar en donde poner todas las cosas, y porque les lastimaría los oídos a mis mascotas. Algunas ocasiones, tenemos la oportunidad incluso de ensayar en la escuela, cuando sabemos de cajón que tendremos una clase libre - Dije, cortando en pequeños trozos mi omelette con el tenedor. Miraba hacia todos lados, recordando lo suficiente para responderle a Rainbow - Nuestro subgénero principal es el Thrash Metal. Riffs sucios, ritmos acelerados y power chords a lo bestia. Algunos compañeros míos me dicen que se ve feo que toque el bajo con una púa, y no con los dedos. Yo personalmente prefiero una púa, porque siento que me veo más agresivo, más genial, y se adapta mejor a las canciones que toco.
-Disculpa, ¿te refieres a la plumilla? En mi escuela, nadie dice "púa". ¡El bajo suena horrible sin una plumilla! Al menos sé que aquí, ustedes le dicen púa. No me veré como una tonta por ahí diciendo plumilla, ahora que tendré que vivir en este nuevo mundo. ¿Cómo se llaman las canciones que tu banda compone? - Preguntó Rainbow, antes de masticar más la avena que tenía en su boca. Acaba de hablar con la boca llena...
-No son la gran cosa, pero... Está "Buried Alive, The Appealing on my Will, La Persona que Jamás Existió, Die for your Bread, Shout at Glass..." - Respondí, con insignificante orgullo. Tenía esa fea sensación de que las canciones propias no tienen talento en comparación a los discos que hay allá afuera - Tienes cara de gustarte el Punk, ¿quieres que toque alguna que suena a ese estilo?
-¡Claro, adelante! - Dijo Rainbow emocionada. Hasta ahora, no había notado que ella no tenía sus zapatos puestos. Tenía mis sandalias empapadas, y se las quitó para subir sus pies a la cama para estar más cómoda. Pude intuir que se ha tomado una ducha, porque sus pies también estaban mojados, con el detalle de que tenía pintura de uñas cayéndose. Debo estar enfermo, porque al mirarle sus pies desnudos, fue lo que me ha rematado para darme una ligera erección. Al ver lo guapa que se ha puesto, y lo lindo que se ven sus pies bien lavados, mi cuerpo finalmente admite que le excita Rainbow Dash. Dios mío, denme un respiro...
-Todo bien, dame unos momentos - Dije, dejando mi plato sin acabar encima del escritorio de la computadora. Entonces, me puse de pie para buscar en uno de los cajones del escritorio, partituras de las canciones que hemos hecho en la banda. No me puse de pie completamente, estaba un poco agachado para que no se me notara un bulto en el pantalón. Jamás sospechará por el hecho de buscar más de cerca en el cajón.
-Las cuerdas del bajo son gruesas y duras. ¡Me lastiman mucho cuando intento hacer un bend! - Dijo Rainbow Dash, mientras yo buscaba en el cajón.
De entre tanto desmadre de hojas que tenía dentro, encontré mi línea del bajo de aquella canción. Tiene muchos garabatos y tachones con pluma de tantos cambios y equivocaciones, pero al menos yo le entiendo. Es chistoso, porque tiene varios "uwu", ":3", "puto el que lo lea", la S chola y penes rayados en varias partes de la hoja. Esto es taaaaan escolar...
-Este es el "The Appealing on my Will" que te conté hace unos minutos. La escribió una amiga - Dije, leyendo y recordando las notas de la canción. Entonces, dejé la hoja encima del escritorio, a un lado del plato, y encendí el amplificador otra vez.
Agarré mi bajo, tomé mi púa y comencé a tocar. La melodía no sonaba tan genial que cuando es con las guitarras, pero al menos era la adecuada. Esta vez, Rainbow no se mostraba impresionada o entretenida. Hacía contacto visual con ella, mientras se comía la avena. Intenté recordar la letra para cantarla y no sonar tan aburrido, pero a la mitad de la canción me vine muy abajo, porque vi a Rainbow bostezar. Me decepcionó tanto, que me estuve equivocando algunas notas por perder la concentración. Al final, terminé nervioso y desanimado.
-Estuviste muy bien, aunque creo que te equivocaste después de la mitad de la canción. Está decente - Respondió Rainbow, dando al menos una aprobación. Enseñó el pulgar en dirección hacia arriba, y sacó un poco su labio inferior mientras movía su cabeza en un gesto afirmativo.
Puse de vuelta el bajo en su lugar, al igual que mi púa. Apagué el amplificador y tomé mi plato para terminar de desayunar. Hubo un breve silencio, hasta que me comí todo el omelette.
-Hice todo lo que tenía pendiente en el colegio, ya podemos irnos de casa. Este es el plan: hoy nos dormiremos temprano para salir por la madrugada y tomar un autobús que nos lleve hasta el aeropuerto. Yo me encargo de todo eso - Dije, con mucha confianza.
-¿De donde sacarás el dinero? - Preguntó Rainbow Dash.
-Tengo ahorros desde hace muchos años, y trabajo mientras estudio. Tengo bastante en la cuenta bancaria, y no me importaría usarla en todo esto - Dije, colocando el plato encima del escritorio nuevamente. En eso, me doy cuenta de que tenía mi jugo verde - Ay, qué pendejo soy. Debí tomarme todo el jugo primero, antes de comer.
-P-Pero no entiendo, ¿por qué usarías los ahorros de tu vida, que te ganaste con mucho esfuerzo, en ayudarme a vivir en Washington? Es un lugar muy lejano, y nos despediríamos por siempre una vez que quiera estar allí. Mejor déjame a mi suerte, o encuéntrame otra casa en la que pueda quedarme, ya no me importa estar con Hasbro - Dijo Rainbow, dejando el vaso encima del mueble que está a un lado de la cama.
-No es un gran problema, tenía la casualidad de ir a ese lugar de todas formas. Tengo un asunto pendiente con una persona en ese condado, y no pienso dejar pasar esta oportunidad - Dije, revolviendo el jugo verde con la cuchara que dejé en el vaso.
-¿En serio? ¿En qué ciudad de Washington? Espero que no estés hablando de Washington DC.
-Es en Seattle. Sé de lo que hablo. Alégrate de que Estados Unidos es nuestro país vecino - Dije, de brazos cruzados. Tomaba la situación con más seriedad y concentración.
-Aguarda un segundo... ¿s-somos canadienses? - Preguntó Rainbow, casi dejando soltar una sonrisa honesta, pero con un toque de inseguridad y nervios.
-No... Somos... mexicanos... Estamos en México. Orgullosamente somos parte de latinoamérica, aunque dicen por ahí que en realidad somos centroamérica. Pensé que ya lo sabías, hablas español como yo y me escuchaste decir groserías en mexicano, creo - Enfaticé, pues me parece ridículo que se cuestione tal cosa. Aunque también es posible, podría yo ser inmigrante que reside en Canadá. Ahora que lo pienso, no es ridículo. Mi casa no parece para nada a como la de cualquier otro mexicano promedio.
-¿En serio? Oh... - Dijo Rainbow, con un tono claro de decepción. Entonces, inclina la cabeza hacia arriba para mirar mi habitación. Su gesto en el rostro cambia completamente al apreciar el lugar, luego de saber que está en suelo mexicano - ¡Tu casa se ve tan genial! Esta mañana me di una vuelta por todas las habitaciones, ¡y me siento muy cómoda! ¡Algún día debería pasar unas vacaciones en México!
¿Saben? No hay resentimiento, puedo entenderlo. Ella está acostumbrada a vivir en un entorno "del primer mundo". Rainbow solo necesita estar más acostumbrada a ser más humilde. Quien sabe, podría generar una fortuna. La gente en YouTube gana visitas fáciles solo por hacer videoreacciones apreciando positivamente a la cultura mexicana. Solo necesita algo como "Americana reacciona al grito de independecia de México" y ya se ganará un enorme botín de YouTube.
Mi celular sonó, justo dentro de uno de mis bolsillos del pantalón, y definitivamente no me llamaban del bar de Maurice Szyslak. Lo revisé rápidamente, y me percaté de que era un mensaje en Whatsapp de mi mamá.
-Me lleva la chingada. Rainbow, voy a tener que salir de casa otra vez. Mi mamá me acaba de mandar un mensaje, dice que no va a hacer comida. Quiere que salga a comprar comida china para mi y para ella. Vas a tener que quedarte aquí sola otra vez - Dije, poniéndome de pie de la silla. Abrí la puerta de mi habitación para salir, pero con la puerta entre abierta, Rainbow me pregunta algo.
-Esta bien, ¿me compartirás de tu comida, verdad? - Preguntó Rainbow, bajando sus pies para estar en posición de sentada.
-¡Por supuesto! ¿Quieres algún guiso en específico? ¿Prefieres el arroz o los tallarines? - Pregunté, dejando la puerta entre abierta, esperando a que ella termine de contarme lo que necesita.
-¡Lo que sea menos ese pollo anaranjado! ¿Me podrías pedir por favor tallarines, y algo de beber? - Dijo Rainbow, con una mano suya en su estómago, dando a entender que tiene antojo de comida china.
-Bien, pero será mitad tallarines y mitad arroz. Sigo una dieta estricta y me comeré el arroz. Acerca de la bebida, les compraré un té. ¿Algo más? - Pregunté, aunque en el fondo deseaba que no pidiera más. Tal vez tenga una pequeña fortuna a base de ahorros, pero me da cosa gastarlo en alimentar a una adolescente glotona con cabello en forma de arcoíris.
-¿¡Puedo!?
-Si... Si puedes.
-¡Me encantan los burritos fritos que hacen! ¿Me puedes pedir una, porfis? - Dijo Rainbow, con ojos de perrito.
-Su puta mad... Me parece bien, pediré dos. Se llaman rollitos primavera, por cierto - Dije, con un dolor tremendo en mi cartera. Después, salí de la habitación y cerré un poco la puerta.
Fui a la cocina para buscar mis llaves, las que utilizo para abrir la puerta de mi casa. Buscaba las mías, las que tiene una figurita de Applejack, pero no las encontraba en ningún lado. No lo podía creer, acabo de regresar de la escuela con ellas, y no recordaba en dónde demonios lo dejé. Confirmé que tan idiota no estoy, revisando los bolsillos de mi pantalón, y tampoco estaban ahí. Le di tres vueltas alrededor de la cocina y jamás aparecieron.
Tal vez no me di cuenta, y las dejé en mi habitación. De todas formas tenía algo más que decirle a Rainbow, y entré. Chequé encima de mi escritorio y por fin las encontré. Mi memoria se refrescó, recordé que ahí las había dejado en cuanto llegué y toqué mi bajo. Nunca las dejo en la cocina de todas maneras, tengo miedo de que se enfaden conmigo por tener una pony en su llavero y la boten a la basura. Ya me han tirado a la basura un peluche de Applejack que escondía debajo de mis cobijas, hace más de un año.
-A propósito, ¡apenas son las 11:30 de la mañana! ¿Tu madre te pidió comprar de comer tan temprano? ¿Por qué no mejor te quedas un rato más? - Preguntó Rainbow, acostada nuevamente con ambos pies encima de mi cama.
-Créeme, me hubiese gustado también, pero tenía que salir, pasara lo que pasara. Justo hoy pensaba ir al banco a retirar dinero y comprar dólares. Me alivia que mi madre me haya avisado desde muy pronto, así no haría más viajes. No dejaron ningún carro en la casa, así que tendría que usar un taxi y camiones. Voy a hacer mis compras desde temprano para llegar a tiempo a comer. Pienso llegar antes de las 2:00 - Dije, jugando con mis llaves mientras hablaba de mi plan.
-¿Sabes manejar? - Preguntó Rainbow, sin ningún gesto especial en su rostro.
-Si, desde los 16 años. Pasa seguido en los jóvenes, no soy el único. En mi preparatoria, incluso tengo a un compañero que se viene en moto.
-Ah, okay. Eso explica mucho, porque se me hacía muy extraño que ya sepas manejar. Ya sabes... a tu edad. ¿Eres muy joven? ¿Qué edad tienes? - Preguntó Rainbow, un poco trabada en lo que quería decir.
-Tengo 19 años, y los acabo de cumplir en Octubre. Aún me veo joven, espero.
-¿Y cómo aprendiste a manejar? ¿Por qué tanto apuro en querer conducir?
-Quería... impresionar chicas. En aquel momento estaba desesperado por tener una cita con una linda compañera, y no me quería ver tan... ridículo sin poder usar un carro para transportarla. Por Dios, ya casi llegábamos a ser adultos, y aún papi y mami me llevaban. Era simple necesidad, y no me fue tan mal. En cuanto cumplí los 18, solo fue cuestión de meses para conseguirme ya una tarjeta de débito, la credencial para votar y la licencia de conducir.
-¡Eso es fenomenal! ¿Puedo ver tus fotos? - Preguntó Rainbow, bajando los pies para estar sentada.
-Claro, deja saco mi cartera. No son mis mejores fotos, y espero salir mejor cuando me haga más mayor - Dije, sacando de mi cartera las tarjetas - Esta es la credencial. No tenía ni la más remota idea de que me iban a fotografiar el mismo día en que fui a hacer los papeleos. No me había bañado todavía y el cabello me había crecido. Salgo horrible en esa foto.
Le enseñé la credencial a Rainbow, pero ella lo toma para echarle el ojo un poco más de cerca. Sentía vergüenza por esa pésima fotografía, pero me lo aguantaba. Tenía el cabello grasoso, la piel reseca y las greñas crecidas no me combinaban. Me hizo falta lavarme el cabello, crema para la piel y un buen corte de cabello. Rainbow sonrió ligeramente, y me devolvió la credencial.
La guardé, y ahora saqué mi licencia. Justamente ese estuvo decente, solo está el detalle de que hice una sonrisa muy extraña. Soy de esas personas que quedan peor en una foto cuando sonríen. En esta no sé qué me ocurrió, es una sonrisa que dejé de hacer. Fue un momento único, y eso arruinó mi mejor foto. Otras personas dirán poco o nada, solo les parecerá una foto decente que no tiene nada de malo. Es solo que a mi nomas me provoca mucha pena observarla.
Rainbow miró por mucho menos tiempo la foto, dándome a entender que en verdad no estuvo mal la licencia. Me la devolvió sin decir algunas palabras, porque no había mucho que decir. Una foto común que podría haber hecho mejor. La guardé de vuelta en mi cartera, con algo de prisa.
-Pediré un taxi para ir al banco. Ya sabes qué tienes que hacer mientras no estoy, ¿verdad? - Pregunté, mientras guardaba la cartera en uno de los bolsillos traseros del pantalón.
-Si, mantenerme escondida en tu habitación si llega alguien. Comprobé que puedo estar debajo de tu cama, o dentro de tu ropero.
-Muy bien, ya lo tienes. Puedes ver alguna serie o película en Netflix si gustas, para que pases el tiempo. ¿Te gusta Steven Universe? - Pregunté, mientras abría una aplicación para pedir un taxi en mi ubicación actual.
-¿Q-Qué? - Preguntó Rainbow, un poco impactada.
-Puedes ver Steven Universe, o Star VS las fuerzas del mal. ¿Conoces ambas series? Están en Netflix y me entretienen mucho, hasta ciertas temporadas.
-My Little Pony... ¿no lo ves también? Jajaja - Preguntó Rainbow, con una risa un poco temblorosa y fingida. ¿Le habrá incomodado que le nombrara esas series?
-Si, por algo tengo figuritas y peluches de ponys. Pero no todo el tiempo se trata de My Little Pony, también me gustan otras cosas. Te dejaré puesto un episodio de Steven Universe en la tele, tal vez te llame la atención - Dije, tomando mi mando de Playstation 4. Prendí la consola y seleccioné Netflix. Entonces lancé el control encima de mi cama para que Rainbow lo tomara, pues me percaté que mi celular me notificó que hay un taxi disponible en camino aquí - Me quiero imaginar que ya haz tenido una consola de videojuegos, no tiene mucha ciencia. El botón "X" es para aceptar, y el botón con la figurita de un círculo es para cancelar.
-Yo me encargo. ¡Ya bórrate! - Dijo Rainbow, agarrando el control. Se puso a navegar por los catálogos de Netflix, e ignoró las caricaturas que tenía "en mi lista". Además, qué manera tan grosera de despedirse de mi...
-Uy, qué grosera. ¿Así te pones después de tanta hospitalidad? - Dije, a punto de salir por la puerta. Después, ella dirigió la mirada hacia mi con sorpresa, como si olvidara de agradecer lo que he estado ofreciendo en estos dos días. Devolvió la mirada hacia la televisión, continuando con la búsqueda de algo entretenido para ver. No dijo nada más, pero la sonrojez que dejó pintar en su rostro por unos cuantos segundos fue suficiente para hacerme entender que lo sentía mucho.
Ella es Rainbow Dash, no le gusta ser cursi. Su cara notaba sinceridad, y probablemente le daba vergüenza pedir disculpas en ese estado de ánimo. No fue algo personal mandarme al diablo así, tampoco algo que me debería de tomar en serio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro