01 - Día Cero
Qué aburrido es el entorno. Quisiera que pasara algo, pero ese tipo de deseos son las que el diablo está en los detalles, por lo que me sentía condenado. Me hallaba en clase de Matemáticas viendo el tema de Ley de Coseno, pero no le prestaba atención porque ya me lo sabía. Estaba recargando mi cara de mi brazo, pudriéndome del aburrimiento y volviéndome loco por pensar cómo pasan las semanas sin alguna cosa interesante o productivo. Sentía que perdía mucho mi tiempo, a pesar de ser la escuela. Estaba sentado en una esquina del salón de clases, al lado de mis amigos con el cual platico mucho y payaseo. En eso, se me ocurre algo:
-¿Debería abrazar mi mochila e imaginar que es Applejack? - Dije en mi mente.
Abrazarla me hace entrar en otro mundo, y me hace sentir feliz. Cada vez que duermo, abrazo mis almohadas, imaginando es ella durmiendo. Ok, eso suena muy maníaco, de alguien que no está bien de la cabeza. Pero eran cosas muy privadas, cosas que no le contarías ni a tu propia madre. Me llenaba de felicidad en la cama al dormir abrazar mi almohada pensando que es Applejack acostada conmigo.
Al salir de la escuela, me dirigí al Walmart, pues estaba a varias cuadras de aquí, además de que no había otra tienda cerca, ni siquiera los abarrotes de la Doña Patricia. Al llegar al Walmart, contemplaba su irreemplazable imagen y sus fabulosos carritos. Yo buscaba alguna botana de buen tamaño, pero de paso fuí a la zona de juguetes para observar la sección dedicada a My Little Pony. Entonces vi el gran milagro búsqueda tras búsqueda por meses: Una EG mini de Applejack y Rainbow Dash. Esas 2 me faltaban en mi colección, y sí me alcanzaba el dinero para comprar ambas, por lo que no dudé en decidir comprarlas. Con mucha valentía, fuí a la caja a pagarlas completamente solo, sin ser acompañado por una amiga o alguien. Mi amor por mi waifu rompía las barreras de la vergüenza.
Afortunadamente no hubo comentarios o caras raras al verme comprar juguetes para niñas, eso me hizo sentir cómodo y aliviado. Salí del Walmart, guardé la mercancía dentro de mi mochila y tomé el autobús que me llevaba cerca de mi casa. Saliendo del autobús y caminando a casa con mi mente en blanco por la felicidad que me dio al saber que por fin tengo a todas las personajes de Equestria Girls, entré a casa, comí rápido y me dirigí a mi habitación. Abrí los empaques y las puse en mi repisa junto con las demás, me desvestí el uniforme de la escuela para ponerme mi ropa casual y arreglarme, pues hoy vendrían más tarde un amigo y una amiga a mi casa a jugar juegos de mesa, y tal vez videojuegos.
Antes de salir de mi habitación, voltee a ver mi repisa con todas mis EG minis. Estaba encantado por mi esfuerzo, pero de repente algunas palabras quisieron salir de mi boca:
-Perdónenme si su destino no fue el estar con una pequeña niña jugando, ¡es que entiendan el realismo! Probablemente en unos años más ustedes ya estarían todas raspadas, quebradas, babeadas, manchadas o perdidas por ahí en su casa llenándose de polvo - Les respondí a mis EG minis.
Estaba consciente de que hablarle a unos juguetes ya significaba tener problemas mentales, pero en el fondo sentía que estaban vivas y enojadas por ser compradas por otro brony más, vivas como la película de Toy Story. Pero les prometí que yo sería alguien diferente, alguien que simplemente quiere tenerlas ahí, quitarles el polvo y tratarlas como en casa, como si fueran unas chicas de verdad. Suspiré, y les pedí el deseo más profundo y directo de mi pobre corazón:
-Desearía que de verdad existieran, al menos una de ustedes - Dije, de rodillas y en una posición similar a cuando rezo.
Sip, sin dudas ese deseo era estrafalario, pero no lo pedía por lujuria y todo eso. Es porque amaba sus personalidades, tener a Applejack en mi vida significaría protegerla con mi vida... era mi waifu...
Los minutos transcurrieron y mis amigos llegaron para jugar a póker y quizás componer algunas canciones. Ellos tocaron el timbre y fui corriendo a abrirles.
-¡Buenas tardes! - Dijo Julio, a quien le abrí la puerta.
Nos reunimos en la cocina, ya que ahí tenía una enorme mesa donde comemos, y es espaciosamente perfecto para estar los 3 jugando o al menos para convivir. Nos sentamos, y ellos subieron a la mesa una Pepsi de 3 litros y unas botanas de enorme tamaño.
-¿Compraste algo tú también? - Preguntó Julio.
-No, disculpa. Es que vi 2 EG Minis que me hacían falta para mi colección en la repisa, y me quedé sin dinero - Respondí.
-Ah nono, pos si. Te comprendemos - Respondió Julio.
-Pero tengo varias cheves en el refrigerador, y un four loko que no pienso tomar hasta dentro de meses. Esa mierda me dio dolor de cabeza y un cosquilleo fuerte en mi páncreas - Dije.
(Cheve: Nombre coloquial mexicano-norteño para la cerveza) (Four Loko: No lo consumas...)
-Verga, se me olvida que tienes 18 años y ya puedes comprar eso - Respondió Julio.
-¿Qué es un four loko? - Preguntó Dayana.
-Bueno... es una bebida enlatada pasada de verga. Tiene mezclas de vodka, cerveza y vino. Una sola lata te revuelve el alma, y no recomiendo tomarte más de una. Sin saberlo me tomé 3. Ignoré lo fuerte que era su sabor y terminé pedísimo. Mis padres me regañaron aquel día - Respondí.
-Ooohh... ¡lo quiero! ¿Dónde está? - Preguntó Dayana.
-Está en la puerta del refri. Ese que queda sabe a bolitocha - Respondí.
Dayana buscó la lata. Se agachó empinando el culo y sacó la lata. Sin siquiera leer el nombre de la lata o los niveles de alcohol, lo abrió y le dio un sorbo. Arrugó la cara, y no aguanté la risa.
-Verga, ¡está fuerte! Pero ya me acostumbraré - Dijo Dayana, dándole más sorbos a la bebida.
Me paré de la mesa para buscar las cartas y jugar. Me las traje a la mesa y procedí a acomodar todo. Dayana se trajo las cheves que mencioné del refrigerador y las puso también encima de la mesa. Los 3 agarramos cerveza, listos para pasar el tiempo entre nosotros hasta noche. El ciclo escolar muy pronto terminará en una semana, y celebramos por días cortados.
-¿Qué canciones han compuesto, o hacen apenas? Yo tengo escrito uno llamado "Buried Dead" - Preguntó Julio.
-Yo tengo "Shout at Glass" - Respondí.
-Yo "Facing the Shogun" - Dijo Dayana, después de empinarse la cerveza.
-¿Cuántos más como nosotros habrá en la escuela? Que, de hecho, ¿no es un idiota? - Pregunté.
-Según Rodrigo, somos no más de 15 los que no son como putos zombies fresones - Respondió Julio.
-¿Y cómo va todo con la Gloria? - Preguntó Dayana.
-Mal, me toma demasiado el pelo indirectamente. Llegué a la conclusión de que a ella prefiere a "hombres", y no "niños". Una amiga suya y su ex me dieron el testimonio. Yo creo que más bien busca a alguien quien la mantenga ya mismo para que se pueda jubilar. Corté con ella y rompí cualquier contacto, bloqueándola - Respondí.
-Oh, qué mal. Te dije que había algún presentimiento malo en semejanza entre Dayana y yo - Aportó Julio.
-Esto es una cagada. Jamás podré reponerme por lo de Francisco... - Dije.
-Consigue una waifu y sé fiel con ella. ¡Ya no la cambies por nadie! ¡Yo tengo a mi Link de Ocarina of Time y a Big Macintosh! - Dijo Dayana.
-Y yo a mi tierna Applejack... - Aporté.
-Extraño a Chantal... - Dijo Julio, deprimido recordando.
-Lamento que haya muerto... - Dijo Dayana, consolando a Julio.
Nos pusimos a jugar poker y algunos videojuegos toda la tarde. Ellos se iban a quedar a dormir aquí y juntos nos iríamos a la escuela por la mañana. Entre nosotros 3 somos muy amigos, más que cualquier otra persona del colegio. ¿Será que tenemos mucho en común? Como nuestras disfuncionalidades...
Al día siguiente en la escuela, pasábamos el tiempo en el salón hablando de waifus. Muchos decían que sus waifus eran de Steven Universe, cosa que estaba decente y general en estos tiempos actuales. Otros decían que Demencia de Villainous, algunos de Loud House, BTS, etc. En eso, un amigo sacó un folder de su mochila, y dentro del folder unas hojas. Sacó un bunche de hojas y dijo:
-¡Ya se we! ¡Tengo algo chingón guardado aquí! - Tenía en la mano copias que decían "Acta de matrimonio" -¡A casarnos con nuestras waifus! - Dijo excitado.
Todos se casaban con sus waifus. Los normies se casaban con sus novias con fecha de caducidad, y yo tuve un acta también, pero...
-¡Aquí está we, ya te la hice! - Me dijo mi amigo, el que escribía bonito para rellenar el acta.
-Pinche pendejo we, mi waifu es Applejack... ¡¡y tú le pusiste "Rainbow Dash"!! ¡¡Y Paúl lleva acento!! ¡¡BRUTOO!! ¡¡BRUTOO!! - Respondí enojado mientras leía mi acta.
-Oh... lo siento - Dijo mientras sudaba de la culpa por poner mal los datos, y todavía escrito con pluma.
-¿¡De dónde putas sacaste que amo a Rainbow Dash!? ¡Ésto me pasa por dejarte a ti solo hacer mi acta! - Grité enojado.
-Perdón perdón, me confundí. Es que otro compa mío le gusta la Rainbow Dash - Respondió compasivamente.
-¿No traes otra acta? Applejack me va a pegar una cachetada tipo Doña Florinda - Pregunté agüitado.
-Sorry men, no tengo. Mañana imprimo más - Respondió.
Qué bien empezamos este día. Me acabo de casar con Rainbow Dash accidentalmente. Todo por un baboso que se pone los calzones al revés. El día era pesado y parecía que conspiraba en contra mía: Mis audífonos se dañaron y ahora se escucha de un solo lado, fui a ver a la que me gusta y me dio la espalda, me dejaron mucha tarea y de las que me dan flojera, no tengo actividad en mi app de citas en línea y me casé con Rainbow Dash, aunque solo sea de broma. ¿A ustedes no les pasa que sospechan de que las amigas de la chica que te gusta la convencen para que se aleje de ti y te de la espalda? Les juro por Dios que me dan ganas de ser gay de ahora en adelante. Al menos los hombres saben lo que quieren y no son pasivo-agresivos. Todas las chicas que he conocido me han dado la espalda, y una de ellas logró romperme el alma y el corazón...
Al llegar a casa con una montaña de tareas, me dirigí a mi habitación para masacrarlas a todas, pero sentía algo cerca... como que alguien estaba en mi cuarto.
No eran mis padres, pues ambos estaban en la cocina comiendo, y mis hermanos estaban trabajando. Además, no es una sensación normal, es como si fuera un desconocido dentro. Abrí la puerta porque no hice caso a mi instinto. Lo que vi era majestuoso, y a la vez daba miedo...
Delante de mis ojos estaba Rainbow Dash de Equestria Girls, ¡tamaño real!
-¡¡Qué... CHULADAAA!! - Grité emocionado, con la piel de gallina.
-¿¡Quién eres tú!? ¿¡Vives aquí!? ¿¡Cómo me transformé en esto!? ¡T-Tú me compraste! ¿¡Tú me compraste, verdad!? - Preguntó Rainbow, confundida.
-¡E-Es tu voz! ¡La reconozco! ¡N-No eres un loco o loca! ¿¡Pero... cómo!? ¿¡E-En verdad eres tú!? ¿¡Eres Rainbow Dash!? - Pregunté.
-¡Respóndeme! ¿¡Tú eres mi dueño!? - Preguntó Rainbow agresivamente.
-S-Si. Cuando eras una juguete, ¿podías sentir, pensar, hablar y moverte? ¿Eras mi EG Mini, verdad? - Pregunté.
-¿Qué pasa? ¿Nunca habías visto Toy Story? - Respondió Rainbow.
-Eso explica mucho... - Me quedé de brazos cruzados.
-Escucha Brony: yo no quería terminar en esta casa. Yo debería estar en casa de una pequeña amiga quien desea jugar conmigo a My Little Pony. ¿¡Por qué ustedes arruinan todo!? - Preguntó Rainbow, resentida.
-Sé que duele, pero esto es porque ustedes me preocupan. ¡Ahorita mismo ya estuvieras babeada, estampada en el piso, quebrada, orinada por el gato o perdida en alguna parte de la casa sin esperanza de ser encontrada otra vez! ¡Prometo cuidarlas! - Respondí, con compasión.
-No me convencen tus palabras, ¡bro-ny!
-Mira... si de verdad te sientes incómoda, haré lo posible para que no te arrepientas - Traté de calmar a Rainbow.
-¡Traéme una limonada! - Rainbow me dio una órden.
Sin decir más, salí de mi habitación, bajé del segundo piso para ir a la cocina y comencé a preparar la limonada desde cero. En un pichel, preparé más de 2 litros y llené un vaso con hielo para traerselo a Rainbow Dash. Ni yo mismo me explico cómo me puse como soldadito, cumpliendo la órden y con rapidez. Entré a mi habitación sin hacer mucho ruido para que mis padres no sospecharan de mi comportamiento raro y le dí la limonada a Rainbow.
-Wow, ¡qué rapido! - Dijo Rainbow, sentada en mi silla de la computadora. Creo que ya me vio cara de mayordomo.
Se apartó de ahí y se sentó encima de la cama de piernas cruzadas para beber la limonada. Yo me senté en la silla de la computadora, atento a ver si Rainbow me platica algo. Ella no decía nada ni hacía contacto visual conmigo, solo observaba mi tele, mis cortinas, las sábanas de mi cama, mi repisa, mis consolas de videojuegos, mi bajo eléctrico, todo observaba, menos a mi.
-Entonces... ¿haz pensado en qué hacer de ahora en adelante? Dudo que quieras vivir aquí conmigo de por vida, aunque no te podría negar esa oportunidad. ¡Podemos ser hermanos! - Pregunté.
-Sonará muy loco, pero quiero ir al condado donde está la empresa Hasbro. Si me he vuelto así, quiero sacar el máximo partido a mi vida - Respondió Rainbow, demasiado inteligente proviniendo de ella.
-Pos... estamos en México. La empresa Hasbro, si mal no recuerdo, está en Washington, Estados Unidos. Ese país es vecino de nosotros, para tu fortuna - Dije.
-¿¡P-Puedo ir!? - Preguntó Rainbow.
-¡Claro! Pero... vas a necesitar mucha ayuda. Desde recursos monetarios y compañía - Le advertí.
-No comprendo - Dijo Rainbow.
-Vas a necesitar mucho dinero para llegar allá, y compañía de alguien. Va a ser muy difícil, ¿aún quieres hacerlo? - Le pregunté.
Rainbow suspiró y se deprimió, porque sabe que será imposible para ella. Ella no quiere vivir aquí, supongo. Yo también suspiré por verla decaída, y me ofrecí....
-¿Quieres que te acompañe hasta allá? - Pregunté con compasión.
¿¡Qué!? ¿No me vas a rogar para que me quede? - Preguntó Rainbow, confundida.
-Si te hace sentir bien huir de mi casa, entonces hazlo. No estarás feliz de haberte ido sola - Dije.
-¿Ha-Hablas en serio de irte de aventura conmigo? ¿¡Qué hay de tu escuela!? ¿Tu familia qué dirá? - Preguntó Rainbow.
-Ya he vivido mucho, y conozco cómo andar por las calles. Una vez regresé desnudo y sin dinero a casa; caminé como 13 kilómetros, en un paradero que desconocía - Dije.
-¿¡QUÉ!? ¿¡CÓMO!? - Preguntó Rainbow.
-No preguntes, es mi vida alocada que mis alrededores me hacen vivir. No te preocupes por mi, tendré TODO cubierto. ¿Aceptas mi ayuda? - Pregunté.
-Pero... ¿por qué me quieres ayudar a ir hasta allá? No entiendo - Preguntó Rainbow de vuelta.
-Es Washington... ¿verdad? Yo también tengo que ir allá a saldar cuentas. Tomar lo que es mío por derecho - Dije, recordando a Rodrigo.
-¿Qué ha ocurrido? ¿Qué "cuentas" vas a arreglar? - Preguntó Rainbow.
-No te voy a contar. Allá se encuentra un amigo mío, solo eso - Respondí.
-¿Y nos va a ayudar también? - Preguntó Rainbow.
-Sí, seguro - Respondí.
-¡Entonces está hecho! ¡Iremos a Washington! - Rainbow se puso de pie, decidida y valiente.
-Primero esperemos 2 días más. Tengo que revisar algunas tareas en la escuela. ¿Podrás quedarte 2 días más? - Pregunté.
-¿Quedarme 2 días? Sí, supongo - Respondió.
-Yo me encargo de hacerte sentir como en casa. ¡Confía en mi! - Dije.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro