Era tarde, la casa estaba en silencio total, ni una risa se escuchaba en los pasillos a pesar de que estaban listos para ser escuchados a pesar de que ocurría lo contrario, solamente una habitación estaba sutilmente encendida con una luz azul debido al celular, dos figuras diferentes estaban tomando una taza de chocolate caliente en silencio, pero listos para seguir en la charla que tenían pendiente.

Yuuka: y, nii-san, ¿cómo fue que empezaste a conocerlo después de eso?

*Bueno, para ello pasaron días, pero desde ese momento es donde mi curiosidad era grande…*

Flash back

-el entrenamiento parecía fácil, solo debían de ir de un extremo a otro en la misma línea y algo amarrados mutuamente de los pies y tratar de hacer el mayor tiempo posible, aunque para la primera vez ciertamente hubo más de un caído boca abajo por tropiezo, todo el día era así hasta que acabo, cansados y adoloridos se fueron a las duchas mientras conversaban, algunos otros solo se ahorraban las palabras y así duró hasta que solo quedaron pocos de ellos adentro, no se miraban ni hablaban, solo mantenían los pensamientos en secreto.-

S: disculpa.

-dijo una suave y tierna voz que llegaba a los oídos del receptor, quien dirigió la mirada con suavidad hacia donde conectaba aquella suave melodía.-

S: ¿puedes por favor pasarme aquel jabón?

-aquel ser ladeó un poco la cabeza pero miro a todos lados hasta dar con el paradero de la pregunta, con sutileza tomo el jabón para dárselo.-

G: ¿es este?

S: ajá, gracias.

G: de nada.

-así pasaron los minutos hasta que nuevamente el silencio invadiera el lugar donde ellos dos, con toallas en cinturas cubriéndoles lo necesario hasta el hecho de no mirarse mutuamente aunque estaban literalmente uno alado del otro, no era anda grave ni fuera de lo común, simplemente era algo incómodo que algunos dirigieran sus miradas en un sitio como ese. Aunque cuando los dejaron casi de último uno de ellos, el más blanco de ellos precisamente, quedó de último debido a que su casillero no le cooperaba, así que antes de que el otro se fuera acomodo sus cosas dentro de su bolsa antes de mirarle.-

G: ¿necesitas ayuda?

S: no gracias, ya casi lo logro.

-decía mirando fijamente el casillero mientras que seguía en su “pelea” hasta que cansado de no recibir respuesta le dio un golpe en seco que logró abrirlo, entonces sonriendo victorioso mientras lo abre por completo sacando de su contenido para meterlo en su bolso.-

S: al fin.

-ya listo y con una sonrisa en su rostro iba a buscar las llaves para cerrar encontrándose a cambio al otro que por sorpresa aún estaba ahí, así que se quedó en su puesto separado de aquel pero ya fue visto y llamado a acercarse, a lo cual no tuvo más de otra que escucharle y ponerse a su lado, de pie.-

S: pensé que ya te habías ido.

G: estaba pero recordé que estabas aquí y decidí esperarte.

S: ¿ibas a encerrarme aquí?

G: quizás.

-los dos rieron un poco antes de salir del sitio e irse caminando despacio camino a la salida del instituto.-

G: ¿regresarás a tu casa?

S: en unas horas.

-si bien no hablan mucho, pero era normal después, se despidieron y siguieron en rumbo a sus casas. Los días fueron pasando y cada uno poco a poco se hablaba, no mucho pero lo suficiente, muchos rumoreaban que los opuestos como ellos no podían estar mucho tiempo hablando ya que podrían terminar en un desacuerdo, como hace cierto tiempo donde ellos dos entablaron una conversación antes del partido contra Elien/Alien desde aquel día los dos se han conocido, bueno el moreno conoció más al albino, en tan poco tiempo ganándose el respeto mutuo después.-

-así mismo sucedía con cada día que pasaba ellos dos cuando tocaban se hablaban, eran pequeñas cosas tales como “oye, ¿te gusta esto?”, “es muy bonito este lugar.”, “mira eso.”, hasta que llegaron a alargarse hasta obtener conversaciones, las primeras como las de hoy.-

G: buen entrenamiento el de hoy.

S: si, has mejorado bastante.

G: ¿tú crees?

S: claro, la última vez no tenía tanta fuerza como la de ahora.

G: ah, ya veo… Pero tú tampoco te quedaste atrás.

S: ¿ah?

G: tu eterna ventisca ha crecido bastante.

S: ¿lo dices enserio?

G: si, incluso tu “ángel de nieve” se apoderó de la cancha. No me digas que no lo viste

S: eehh… No.

G: bueno, pregúntales a ellos.

-el albino ladeo la cabeza, pero al mismo tiempo que fue a voltear y darse con una sorpresa, toda la cancha estaba envuelta en hielo con esculturas “vivientes” dentro de ella bailando al aire aparentemente sin respirar, y no era todo, alrededor de la cancha habían… ¿cenizas? Extraño que no fueran llevadas por el viento.-

S: ¡Oh dios mío!

G: están vivos, no te preocupes.

S: ¡¿d-de verdad lo están?!

G: sino entonces endou no estaría moviéndose para intentar salir.

-dicho esto, el mencionado con dificultad logró asomar la cabeza para respirar y ver el paisaje que se formó a su alrededor asombrado y asustado, miro a todos lados llamando a gritos a sus compañeros pero no obtenía respuesta obviamente, así que las chicas que se salvaron fueron a traer cosas calientes para derretir el hielo, mientras que los dos chicos estaban sentados viendo el espectáculos.-

S: lo siento…

G: no debes disculparte, después de todo has mejorado bastante.

S: bueno, pese a eso si… Creo… Aunque…

-ambos se miraron mutuamente. El menor sonrió.-

S: no hubiera pasado esto si no fuera por ti.

G: ¿a qué te refieres?

S: cuando aquel día, quitando aquel golpe que me diste jaja, me ayudaste a reflexionar sobre mi personalidad y darme cuenta de lo que soy, no hubiera llegado a este nivel si no fuera por ti. Quien fuiste el único en hablarme del tema jeje.

-en ello el albino le extiende la mano no en modo de saludo, sino en modo de agradecimiento mientras que con una cálida sonrisa miraba sus ojos antes de seguirle hablando.-

S: gracias, por todo.

-el mayor no podía creerlo, era la primera vez que alguien le agradecía en un acto como tal al grado de recordarlo a detalle, no supo que decir, pero se sentía aliviado o alegre de saberlo, así que respondiéndole el estrecho de manos con algo de fuerza igual le sonrió mirando sus ojos.-

G: de nada, Fubuki.

S: etto… jejeje llamame Shirou.

G: ¿eh?

S: ese es mi verdadero nombre.

G: aah, lo siento jeje.

S: calma, igual ya es costumbre.

G: no sabes cuánto te entiendo.

S: si… oye, quería preguntarte algo.

G: si, dime.

S: etto… ¿Tienes esta tarde libre?

G: si ¿por?

S: pensaba en si querías acompañarme al centro a buscar unos mangas y algunos videojuegos que me encargaron, el lugar es algo habitado y… No sé si quieras venir o no.

-se tomó unos minutos de silencio, pero muy terroríficos para el menor en pensar una posible respuesta, peor la sonrisa del moreno dijo otra cosa.-

G: claro, me gustaría ir contigo.

S: ¡¿de verdad?! ¡Oh gracias gouenji-san!

-desde ese día algunas perspectivas de ambos cambiaron mutuamente, empezaban a salir como amigos y terminaban separándose, simplemente nada parecía cambiar su amistad durante aquellos días que se hicieron amigos, ni siquiera aquel día donde se han visto por primera vez, iniciando como “rivales” y ahora mismo hay que verlos, y después hacer una comparación.-

Fin flash back

Yuuka: ooh que adorable.

*Al decir verdad si.*

Yuuka: aaa, supongo que tendre que reordenar todo.

*¿Qué cosa?*

Yuuka: mi novela, estaba por escribir sobre como ustedes se hicieron amigos pero parece que cambiare todo en un 360 grados.

Dijo la niña haciendo un puchero, haciendo que el moreno riera.

*Oye, no todos nos conocemos ni empezamos a sentir algo a la primera vista.*

Yuuka: yo creía que a ustedes solo les paso -3-)

*Pues ya viste que no. Ahora a dormir, mañana hay que madrugar.*

Yuuka: claro, buenas noches nii-san!

*buenas noches yuuka.*

Una vez que la menor se fue, el moreno se dejó caer en la cama mirando el techo perdidamente hundido en sus pensamientos, que alegría tenia el de poder visitar a diario al albino y pasar el tiempo con él, una sonrisa se formó en sus labios y cerrando los ojos susurró.

*Buenas noches, Shirou.*