Cuando Yoongi se reunió con Namjoon.
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Yoongi besó finalmente la frente de su omega, antes de abandonar su lado por primera vez desde que llegaron para dirigirse al mayor de los hermanos.
──Si no les importa, he de tratar algunos asuntos con su alteza ──murmuró en la más formal de sus voces, haciendo un recorrido con la mirada.
Jimin no necesitó más para comenzar a retirarse, ya estaba acostumbrado a las horas de trabajo y los asuntos confidenciales de su marido. Su padre les dio el visto bueno y se disculpó, desapareciendo unos segundos más tarde.
Después Namjoon guió a Yoongi en la dirección opuesta donde, según recordaba Jimin, estaba su despacho.
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Por alguna razón, dejar a Jimin en la entrada le incomodó más de lo habitual. Estaban acostumbrados a estar tiempo separados por sus reuniones u otros asuntos, pero siguió a Namjoon con una actitud apática. Además, el camino fue incómodamente silencioso.
Una vez en el despacho del príncipe heredero, este mismo cerró tras ellos y se quedó de pie tras el escritorio. Yoongi se quedó en el extremo opuesto, incapaz de sentarse por la incomodidad de esos asientos. Estaba acostumbrado a unos más tradicionales, pegados al suelo de modo que se sentaba con las piernas en cruz.
──¿Han tenido un buen viaje? ──preguntó Namjoon, viendo que el monarca no era de muchas palabras.
Él le observó con su habitual rostro marcado por la indiferencia, algo que su padre le había enseñado en sus años de vida y reinado. La clave estaba en concentrarse en su propia respiración, así el resto quedaba en segundo plano y podía ocultar sus sentimientos u opiniones.
Una de las pocas cosas útiles que aprendió de su progenitor sin tener que someterse a golpes.
──Por mi parte sí, pero su hermano se encontraba algo mareado. Supongo que se le estará olvidando al hablar con su familia. ──Adivinó, reteniendo una sonrisa.
Namjoon no se contuvo en soltar una pequeña y enternecida risa.
──Sí, probablemente estén demasiado ocupados hablando de nosotros.
Yoongi asintió de acuerdo.
──Me alegra ver que hayan podido congeniar al fin ──murmuró Namjoon de nuevo.
Aquello le tomó por sorpresa, pero solamente suspiró y miró a través de la ventana. Esa daba a un lugar del jardín que se le hacía familiar, con un banco de piedra en mitad de un camino.
──Somos más similares de lo que parece, quizá por eso al principio discrepamos tanto, pero... ──Carraspeó aún sin mirarle. No sabía cómo decir que amaba a Jimin sin esas mismas palabras, porque pensaba dejarlas solo para oídos del omega── ... hemos conseguido tener un matrimonio pacífico ──concluyó al fin devolviéndole la mirada.
Namjoon asintió contento de escucharlo, sobretodo por su hermano, y se encaminó a recoger unos mapas de una extensa estantería.
──¿Cómo se encuentra su marido? ──preguntó Yoongi, recordando su estado.
──Oh, él está perfecto, a punto de dar a luz. ──Sonrió, marcando sus hoyuelos──. Pronto recibiremos a la princesa.
Yoongi juntó sus manos tras la espalda, viéndole extender un mapa sobre el escritorio.
──Serán buenos padres. ──Apostó el rey, juzgando por el trato que tenían con el resto de los Park.
──Gracias, majestad. ──Namjoon hizo una pequeña venia──. Ustedes también, algún día.
Yoongi no dijo nada más. Esperaba tener un heredero y de hecho lo necesitaba, pero sabía que el cosquilleo que recorría su pecho al pensar en un cachorro entre los brazos de Jimin no era por política.
Sin embargo, evitó pensarlo demasiado, como siempre, por miedo a sentir el terror que le recorría al recapacitar en todo lo que ello implicaba. ¿Realmente estaba preparado para ser padre?, ¿cómo podía saber que no sería igual al suyo?, ¿podría proteger a su familia de...?
──Deberíamos ir al grano, si no le importa, no querría preocupar a nuestros esposos o levantar sospechas ──sugirió Namjoon, inclinándose sobre el mapa extendido.
Yoongi volvió a la realidad de sopetón, carraspeando y acercándose al escritorio para ver lo que le mostraba.
──Claro, ¿dónde está el refugio del que me habló? ──murmuró.
Ambos se habían enviado cartas a escondidas de Jimin, pues aunque no era un método del todo seguro, preferían no involucrar al omega. Yoongi confiaba en que Jungkook no le dijese a nadie sobre esos mensajes en clave, ni a su amigo ni a Jimin, y por el momento parecía tenerlo controlado.
──Aquí, detrás del pico de Gyeongju ──indicó Namjoon, dirigiendo con su dedo al lugar.
El mapa no estaba marcado ni señalado, algo inteligente por su parte, pero Yoongi no lo necesitaba porque su orientación se salía fuera de lo común.
──Entiendo. Dudo que duren mucho allí, mis tropas hacen un recorrido mensual en forma circular por cada uno de los Cinco Picos Sagrados ──explicó.
El príncipe frunció los labios y se alejó para mirar el terreno desde otra perspectiva.
──Entonces no tiene sentido que los rebeldes se queden, tiene que ser un refugio provisional, como si hubiesen tenido que huir de su hogar original ──musitó mientras se frotaba la barbilla, pensativo.
Yoongi le dio vueltas a la idea, recordando la información sobre los grupos rebeldes que tanto Namjoon como Hoseok habían conseguido para él.
──Hasta ahora todas las localizaciones han sido norteñas, cerca de Busán pero aún sobre mi territorio. Incluso antes de que anunciase el compromiso con Jimin, según he oído ──informó, captando su atención──. Parece como si...
──Como si usasen a Jimin de excusa para levantar una revuelta contra usted ──susurró Namjoon, entendiéndolo.
Yoongi asintió.
──Es una posibilidad ──siguió el más alto──. Pero, ¿por qué esperar hasta después de la boda para movilizarse?
El monarca negó sin comprender. Por muy bien que se le diesen las estrategias, aún se le escapaban algunos detalles.
──Hay algo que se nos escapa, majestad. ──Volvió a comentar Namjoon, mirando el mapa──. Algo importante, pero no sé el qué.
──Creo que tenemos tiempo para averiguarlo. ──Yoongi suspiró──. Los grupos parecen moverse sin un plan, huyen llevados por el miedo y no la estrategia.
Namjoon asintió, exhausto, y se frotó los ojos.
──Si descubro algo más le haré saber.
Yoongi asintió y le vio recoger el mapa con cuidado mientras en su interior seguía pensando en los rebeldes.
Un grupo de las montañas en contra de la unión de reinados, casi capturados y ahora dispersados por el bosque norteño. Cada vez parecían más cerca de su Castillo, pero nunca llegaban a sobrepasar un límite invisible del cual no comprendía en qué consistía.
Lo único que podía pensar era en Jimin, porque él parecía el foco de atención. Aunque la investigación de Hoseok dejó al descubierto que llevaban un año reunidos, antes del compromiso entre reinados, así que Yoongi debía ser su objetivo principal.
Y mientras salía de la habitación con Namjoon para buscar a su omega, sintiendo un anhelo por verlo de nuevo, también sintió temor por el posible motivo de los rebeldes para derrocarlo.
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