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Cuando Taehyung se encaprichó. 🔞

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Contexto: del cap 9.1 al 11 de No te amaré.

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──Perdonen, ¿interrumpí algo?

Ambos observaron al beta tras inclinarse. Jimin recordó su nombre como Hyunjin, pero Taehyung sólo le recordaba de haberlo visto alguna vez por los pasillos, con alguna tela en sus manos. Ni siquiera sabía qué hacía ahí.

──Para nada ──respondió Jimin, sonriéndole; el beta era agradable y los había ayudado mucho esos días.

──Perfecto, si no le importa le robaré a su hermano unos minutos ──comentó con una sonrisa. A Taehyung casi se le cae el último trozo de canapé──. ¿Baila conmigo?

Cuando tendió su mano al otro beta, Jimin tuvo que aguantar una risa. Tae solamente asintió y dejó en manos de su hermano el canapé antes de acompañar a Hyunjin a la pista de baile. Mientras atravesaban la multitud se preguntó muchas cosas, pero una de ellas fue la que le animó a hablar al fin.

──¿Cómo se llama? ──preguntó con la boca pequeña, impresionado por su destreza al colocarlo junto a él en el centro de la pista.

El contrario lo apretó contra su cuerpo mientras colocaban sus brazos listos para danzar alrededor.

──Mi nombre es Hyunjin, alteza ──respondió con un destello alegre en sus ojos──. Usted es Taehyung, ¿cierto?

Este asintió en silencio mientras danzaban entre los invitados, ensimismado en las delicadas pero firmes facciones de su misterioso compañero de baile.

──¿Y...? ──Tragó saliva──. ¿Es usted familia lejana, duque, o...?

Hyunjin torció una sonrisa y le hizo girar sobre sí mismo unos segundos, antes de volver a sostener su cintura.

──Soy un humilde artista, ayudo a su hermano y al rey Min con la boda ──explicó en un tono más bajo──. Aunque no me conviene hablarlo demasiado aquí.

Taehyung frunció su ceño en confusión y se acercó un poco más a él, ignorando el hecho de que quedaban apenas unos centímetros para rozar sus rostros.

──¿Ocurre algo? ──susurró curioso hacia el sirviente.

Hyunjin miró un poco alrededor y se detuvo un momento cuando el rey Min entró en la estancia y fue anunciado. Entonces ambos se inclinaron por obligación, igual que todos los presentes, antes de seguir bailando como si nada hubiese pasado.

──Digamos que es el único que no me ha mirado con otros ojos al saber mi profesión, alteza ──susurró.

Taehyung hizo una mueca entre apenada y molesta. Sabía la hipocresía que había entre la realeza, sobretodo al ser un beta y, debido a que Hyunjin no había hecho el común ademán de olisquearlo, pudo entender que también era uno.

──Mis hermanos y cuñado también son distintos ──prometió Tae, con algo de vergüenza, excluyendo a su padre a propósito.

──Pero el único que me importa es usted ──susurró Hyunjin.

El príncipe notó sus mejillas calentarse, cosa que pocas personas habían conseguido a lo largo de su vida.

──¿P-por qué yo? ──murmuró intrigado, sin poder apartar la mirada de él.

Hyunjin emitió una baja risa, como si fuese obvio, pero Taehyung siguió con la intriga en el rostro.

──¿Alguna suposición? ──tentó el mayor, haciéndole girar de nuevo.

Él, que odiaba las adivinanzas, negó con los labios prensados después de rotar.

──Entonces le dejaré más tiempo para pensarlo ──musitó Hyunjin, divertido.

En ese instante la orquesta de la fiesta hizo una minúscula pausa, así que dejaron de bailar, pero ninguno hizo el ademán de separarse.

──No, quiero saberlo ahora. ──Se quejó Taehyung.

Cual niño pequeño hizo un puchero, pero no pareció funcionar porque el otro beta solamente le soltó suavemente y dejó espacio para tomar su mano y besarla, en tanto realizaba una reverencia.

Hyunjin no tenía nada de noble, pero a Taehyung le pareció un príncipe azul en ese momento.

──Hasta que nos volvamos a ver, alteza ──murmuró con una sonrisa.

Taehyung quiso replicar, sobretodo al sentir un cosquilleo nervioso en su estómago, pero justo uno de sus primos lejanos acudía a él para tomar el lugar de Hyunjin. Este último no esperó más a desaparecer poco a poco entre la multitud, justo cuando la música volvía a sonar.

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Taehyung se había quedado inquieto tras la marcha de Hyunjin y la incógnita que había dejado atrás, así que en lo que quedaba de fiesta se había dedicado a bailar un poco más y beber bastante. Para cuando terminó, acompañó a Jimin y Seokjin al jardín y con suerte podría distraerse un poco.

──La Luna es hermosa ──murmuró mirando el cielo nocturno, con algo de cansancio.

Los tres se sentaron en un banco de piedra y Jimin se quitó los zapatos para poder descansar los pies adoloridos en el césped.

──Apenas bailaste hoy ──comentó Seokjin, que parecía el más somnoliento de los tres, hacia este último.

──No tenía muchas ganas ──murmuró el rubio.

Taehyung perdió su mirada en el suelo, notando el leve mareo del alcohol, pero era plenamente consciente de su alrededor y de sí mismo. Sin embargo, no quería serlo. Jimin se iría a Daegu y el matrimonio estaría igual de unido que siempre, así que él se quedaría bastante solo. Entonces se acordó de Hyunjin. ¿Se quedaría en Busán aún después de la boda?
Mejor aún, ¿se quedaría en el palacio?

Con un suspiro comenzó a buscar tréboles de cuatro hojas, agachado en el césped. Lo hacía siempre que algo le preocupaba demasiado, pero no sabía por qué estaba así. Quizá era el alcohol.

Para cuando quiso volver a prestar atención a los omegas, la conversación estaba algo avanzada, pero entró justo a tiempo.

──Es incómodo cuando tienes al rey Min por todas partes. ──Se quejó Seokjin, dándole unas palmaditas en la espalda a Jimin.

Taehyung confirmó lo que pensaba, porque no tenía esa clase de olfato, pero había visto a Min acercarse demasiado a su hermano en la fiesta.

──No huelo tanto a él ──replicó Jimin, olisqueando su hombro.

Jin mantuvo silencio, pero Taehyung les miró con una mueca de sorpresa y alegría.

──¡Lo sabía! ──comenzó a decir, casi cantando, haciendo un extraño baile de victoria con los brazos.

──¿Qué sabías? ──Rió Jin, mirándole.

Jimin sólo le observó en silencio.

──¡Sabía que se gustaban! ──explicó. En su mente se estaban conectando muchos hilos rojos──. ¿Viste cómo se miraban?, y el rey casi lo devora delante de todos ──dijo, con un tono de voz tan animado que Jimin miró a su alrededor por si acaso.

Seokjin sólo comenzó a reír a carcajadas, bueno, sus carcajadas más bien parecían de delfín, pero igualmente se llevó una mala mirada de Jimin.

──¡A dormir! ──exclamó el rubio, levantándose de allí y tomando los zapatos en su diestra── Ya es tarde, buenas noches. ──Se despidió rápidamente.

Taehyung comenzó a reír y Jin le siguió, pero se le veía algo preocupado mirando cómo el otro omega caminaba deprisa al palacio.

──¿Crees que se ha enojado mucho? ──murmuró el mayor.

El beta esperó a terminar de reír, bastante divertido por saber que tenía razón.

──Que va, si estuviese muy enfadado lo sabrías, Nam dice que su aroma se vuelve insoportable ──comentó, recordando esas ocasiones en las que agradecía ser beta.

Jin bostezó y lo dejó pasar, pero al levantarse del banco le dio un toque en el hombro a Taehyung.

──Vamos a dormir ──dijo.

Él hizo una mueca, aunque estaba agotado.

──No quiero dormir. ──Se quejó, alargando la última sílaba.

Sin embargo, tras una mirada de advertencia de Seokjin se levantó rápidamente. Le recordaba a su madre cuando le regañaba de pequeño, así que nervioso prácticamente corrió hacia el palacio, viendo de reojo cómo Jin iba en dirección a su habitación en el extremo opuesto, porque Namjoon y él tenían privilegios como herederos del trono.

Taehyung arrastró los pies cuando perdió de vista al omega y se tomó su tiempo para caminar, evitando las miradas silenciosamente críticas de los guardias nocturnos. Al cabo de unos minutos llegó al ala noble, más privada, y pudo bostezar y estirarse con libertad.
Tras pasarse el efecto eufórico del alcohol sólo le quedaba el sueño, pero ese también se disipó cuando vio una sombra al fondo del pasillo. Automáticamente se paralizó, esperando a distinguir qué era, pero antes de analizar su figura humana sonó una voz.

──Alteza.

──Hyunjin ──replicó en seguida, reconociendo la voz aunque solamente la hubiese escuchado por unos minutos.

Sin pensarlo mucho se acercó a las sombras, pero se quedó junto a su puerta.

──¿Qué haces aquí? ──preguntó confuso.

El otro beta se acercó y su rostro se iluminó bajo la tenue luz de un candelabro al inicio del pasillo. Después tomó su mano para besarla, como una costumbre.

──Pensé que buscaba respuestas, ¿o me equivoco? ──murmuró, elevando su ceja.

Taehyung, volviendo a sentir el cosquilleo de su estómago y unas ganas increíbles de buscar tréboles, usó la zurda para abrir la puerta de su alcoba.

──Adelante ──respondió.

El otro beta sonrió un poco y se adentró allí, pero no se soltó de su mano en ningún momento, así que Taehuyng entró tras él con la curiosidad brillando en sus ojos.

──Hyung. ──Le llamó así a juzgar por su aspecto, y Hyunjin le atendió──. ¿Por qué le importo? ──repitió, haciéndose las mismas preguntas que en el baile.

El contrario alzó una mano para cerrar la puerta y la dejó allí, sobre la madera, mientras que tomaba la cintura de Taehyung con la contraria.

──¿Sigue haciéndose esa pregunta, alteza? ──preguntó, inclinando su rostro mínimamente para hacer rozar sus narices con intención.

Taehyung alzó el mentón instintivamente, igual que se apoyó en sus hombros. Puede que no tuviese ningún lobo que le dictase qué hacer, o feromonas para intercambiar, pero cuando sintió el impulso de besarlo no tuvo dudas y lo hizo. Hyunjin automáticamente lo presionó contra su cuerpo y siguió el ritmo de sus labios con firmeza.

Unos segundos después Taehyung sintió las manos del otro beta colarse por su camisa, pero no lo detuvo. Nunca había compartido una noche con alguien, de hecho ni siquiera se había besado más de dos segundos, pero no quería parar. Sin embargo, Hyunjin percibió el olor a alcohol y se obligó a frenar.

──Alteza ──murmuró sin separarse──. ¿Está ebrio?

Taehyung negó rápidamente, buscando volver a besarlo con ímpetu. Estaba seguro de que recordaría aquello al día siguiente.
Esa vez el contrario no se detuvo, localizó su piel y Taehyung se estremeció cuando las manos hicieron presión en su piel desnuda. Sin una pizca de vergüenza lo empujó con él hacia la cama, no necesitando luz para saber dónde estaba.

Sin saber cómo, a los pocos minutos ambos se habían despojado de toda su ropa, esparciéndola por el suelo de la habitación, y Hyunjin lo aprisionaba bajo él.
Taehyung no intentó explicarle que seguía siendo virgen, no quería que lo viese con otros ojos o lo tratase delicadamente, él quería tener sexo y no le importaba admitirlo. Además, su padre no podía enterarse, no era un omega con peligro de embarazo.

──Un momento ──susurró Hyunjin contra sus labios, mordiéndole el inferior unos instantes.

Llevó su índice y corazón a la boca de Taehyung, que no dudó en lamerlos, y entonces este separó sus piernas, sabiendo que debía prepararse si no tenía lubricante natural.

Los dedos del mayor no dudaron en acariciar su entrada, justo como él había hecho muchas veces. Sí, era virgen para la sociedad, pero en su intimidad no había tenido problema en explorarse y experimentar sus gustos. No tenía periodos de celo, pero sí necesidades físicas.

──¿Le gusta así? ──Hyunjin tanteó con su índice penetrándole con cuidado.

Taehyung aguantó un gemido y balbuceó una afirmación, pero no tenía suficiente. A él le gustaba ir al grano y no de forma delicada precisamente.

──Más, quiero más ──farfulló, haciendo jirones las sábanas en sus puños.

El otro beta no dudó en introducir el segundo dedo, disfrutando de la vista del príncipe jadeando bajo él en medio del silencio. Taehyung mantuvo sus ojos abiertos para observarlo a él una vez se acostumbró a la oscuridad, provocándole con sus muecas de placer. Sabía que su padre esperaba mantener la pureza de sus hijos hasta una boda, pero el único que cumpliría era Jimin, principalmente por miedo a ser descubierto como omega; no tenía anticonceptivos a su disposición.

──Te quiero sentir a tí, ahora ──exigió Taehyung con la voz ronca, apretando sus uñas en la espalda del beta.

Hyunjin jadeó por los rasguños y dejó de mover sus dedos dentro de él para intercambiarlo por su erección, dándole lo que quería con una estocada firme. El príncipe jadeó y tuvo que morderse la lengua para no quejarse, le había dolido, no podía negarlo, pero le había encantado.

──Lo que su alteza quiera ──masculló el sirviente, con cierto morbo en su expresión.

Taehyung torció una sonrisa. Mentiría si dijese que no le gustaba sentirse poderoso en esa situación, así que se movió contra él pese al escozor de su entrada poco dilatada.

──Así, kisaeng ──gimió entre el vaivén que lo incrustaba en la almohada──. Más rápido, hazme gritar.

Hyunjin se apoyó en el colchón, arrugando las sábanas con fuerza para poder penetrarlo justo como quería, arrancándole gemidos y jadeos entre quejosos y placenteros.

──Alteza, su hermano podría escucharnos ──murmuró entre jadeos.

Taehyung, demasiado abrumado por el cúmulo de sensaciones, apenas pudo asentir sin importarle demasiado.

──¿Y qué? ──jadeó.

Ambos compartieron una corta risa, aunque sin dejar de moverse el uno contra el otro, aumentando los sonidos lascivos de sus pieles chocando.

Ciertamente aquello para Taehyung era mucho mejor que sus solitarias noches usando sus propias manos, pero aún no tenía suficiente así que comenzó a acariciarse su miembro. Al ver eso Hyunjin lo detuvo y se apoyó sólo en una mano para ser él quien lo masturbase con cierta velocidad.

──Buen chico ──gimió Taehyung, importandole poco si era menor que él──. Más rápido ──ordenó.

Hyunjin siguió complaciendo a su príncipe sin rechistar y ambos agarraron tan fuerte la sábana que, pasados unos minutos, terminó desgarrándose un poco, haciendo que las plumas de dentro salieran disparadas en todas direcciones. Taehyung ni siquiera se fijó, pero después de correrse con un grave gemido vio parte del relleno en el cabello del otro beta. Hyunjin, a su vez, llegó a su clímax dentro de él, mientras observaba su rostro enmarcado por las blancas plumas que hacían la belleza de Taehyung etérea.

──Que desastre ──murmuró el último, con una risita, mientras le limpiaba el cabello de los restos.

Hyunjin le copió con la respiración agitada, casi sin fuerzas tras salir de su interior. Y aunque después de todo el colchón seguía lleno de plumas, se tumbó junto a él para descansar.

Taehyung cerró los ojos y disfrutó de la paz del momento, luchando por relajarse un poco. No podía creer lo que acababa de pasar, ni siquiera asimilaba que Hyunjin estuviese en su cama, mucho menos llevar su semen dentro. Por supuesto, no se arrepentía, estaba plenamente consciente, pero sabía que se encariñaría y él era un sirviente.

──Alteza, permítame ──susurró Hyunjin al cabo de un rato, inclinándose hacia su estómago para limpiarlo con su lengua.

Taehyung lo observó con un cosquilleo interior, adivinando por la mágica sensación que lo rodeaba que ya se estaba enamorando, como muchas otras veces le pasaba con sólo ver a alguien, pero esa vez algo le dijo que su corazón sufriría. Y era precisamente porque Hyunjin alzó la mirada con ese brillo correspondiente en sus ojos.

──Ven ──ordenó, esa vez más suave.

El sirviente subió a su altura de nuevo, tragando saliva antes de dejarse besar de nuevo. Taehyung dejó que sus labios le pidiesen perdón en su lugar, porque quizá nunca podrían estar juntos.

──Deberías irte ──susurró al separarse, dejándole una caricia en la mejilla.

──Lo sé, alteza ──respondió el otro beta.

Él soltó una suave risa y negó, volviendo a quitarle plumas del pelo.

──Fuera de la cama o de los oídos ajenos soy sólo Taehyung ──murmuró──, o Tae si lo prefieres.

Hyunjin sonrió un poco antes de besarlo, por primera vez con suavidad, sorprendiendo al príncipe porque le gustó demasiado.

──Tengo que irme, Tae ──susurró.

Él asintió, dejándolo ir al fin.

──Vuelve mañana. ──Carraspeó algo nervioso, viéndole levantarse a por su ropa──. Sólo si quieres.

Hyunjin asistió mientras se vestía lo más deprisa posible, entonces se acercó y besó su frente como conclusión.

──Buenas noches. ──Se despidió.

──Descansa ──susurró Taehyung.

El sirviente entonces se encaminó a la puerta y desde allí le dirigió una última mirada antes de salir silenciosamente. El príncipe se quedó meditando unos segundos, pensando en que había perdido la virginidad con la primera persona que le correspondía. Al fin perdía su mala suerte de enamoradizo sin suerte, y quizá, sólo quizá, no se quedaría tan solitario tras la marcha de su hermano.

Por su parte, Hyunjin avanzó con sigilo por los pasillos, buscando las sombras para ocultarse de los guardias. Pero un choque contra uno de los bancos del palacio le jugó una mala pasada, pues el príncipe Jimin también se hallaba despierto, mirando a su alrededor para identificar ese crujido de madera. Al no encontrar el origen, entró en la sala de la chimenea y Hyunjin pudo seguir su camino hacia las habitaciones del servicio.

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Después de una ducha post sexo, Taehyung sacudió las plumas y cambió las sábanas para dormirse finalmente. Sin embargo, cuando se despertó por la mañana y se cambió, no se detuvo a mirarse en el espejo, sólo salió de su habitación con algo de prisa, hambriento. Pero antes siquiera de terminar de cerrar su puerta, una presencia lo asustó.

──¡Jimin! ──exclamó con una sonrisa enérgica, obviamente de buenísimo humor.

El omega, totalmente adormilado, le devolvió el gesto y apartó unas plumas de su rizado cabello. Automáticamente Taehyung se encogió, pero intentó parecer impasible.

──¿Rompiste una almohada? ──preguntó su hermano menor, divertido.

Entonces ambos pusieron rumbo al salón para desayunar, casi telepáticamente.

──Ah, es de las sábanas, fue un accidente. ──Se disculpó con la mirada, más serio con tal de no revelar nada.

Jimin se encogió de hombros, lo que le tranquilizó. De haber escuchado algo lo habría comentado, así que podía quedarse tranquilo.

──Oye, ¿dormiste bien? ──Le preguntó Taehyung, con tal de cambiar de tema, observando con detalle su rostro cansado.

El omega miró al suelo y suspiró. Taehyung sabía que el rey Min se había ido antes de lo previsto, había escuchado una conversación de sus consejeros a escondidas antes de la fiesta, cosa de la que se arrepentía. Pero eso sólo le hizo confirmar que Jimin estaba decaído por la ausencia del rey, así que definitivamente le gustaba.

──No mucho en realidad, pero supongo que es obvio ──murmuró este.

Taehyung emitió un sonido de afirmación y tras eso reinó el silencio entre ambos hasta alcanzar las puertas del salón, donde Namjoon y Seokjin tenían un importante anuncio que hacer. Y aunque el beta se alegró por saber qué tendría una sobrina, lo único que pudo pensar fue en decírselo a Hyunjin.

Continuará...
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