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O16 (Sana-chan)

:)

Sana se refugio intentando relajarse, con un cigarrillo en sus labios mientras cada poco lo quitaba para expulsar el humo. Desde hace ya un poco de tiempo no había vuelto al tabaco pero la relajaba como antes, así que lo terminó para sacar otro de la caja.

Una chica a su lado prendió un encendedor y la ayudó a encender el cigarro.

Miyeon no era muy cercana como para llamarla amiga, una conocida sí era. La había conocido también en las calles pero Miyeon era más de estar con su grupo de amigas y no dejaba que más se metieran a este.

Así que sólo de vez en cuando se encuentran para fumar o hablar, nada nuevo.

— ¿Eso podría considerarse como pedofilia? — ya hace un rato le había contado a Miyeon lo sucedido. Momo no le dio buen consejo, tal vez Miyeon pueda esta vez. Sólo no le había dicho los nombres de ninguna, ya que no sabía si Mina quisiera que el pasado de su amiga, casi hija, sea algo de que hablar por todo alrededor, prefería dejarlo en anónimo.

— No lo creo. Bueno, te gustó físicamente primero, su cuerpo es de una chica de tu edad o un poco menor que tú — Miyeon le dijo despreocupadamente, tirando la colilla a un contenedor que estaba a su lado.

— Pero también me gustó su forma de comportarse, lo que es una niña y no debe gustarme una niña. Es enfermo — Sana estaba más que asustada, o sea, su padre sí salía con alguien de diez años menos pero ella no quería ser como él.

Tenía un miedo de las características que estaba adoptando de él.

Primero fue robar, que por más que Sana se había negado a quitar dinero ajeno, hace meses había robado discretamente de una cartera perdida unos cuantos billetes para comprar algo de comida, para Momo y para ella misma.

Se decepcionó de ella misma pero no se arrepentía de verdad. Su padre también robó sin arrepentimientos, cuando su madre le exigía cosas para la bebé Sana que crecía cada vez más y necesitaba cosas.

Segundo fue la de seguir a Dahyun hasta a su casa cuando eran desconocidas. Su padre acosó a su madre hasta que abusó de ella y la embarazó, teniendo que casarse ambos por exigencias de los padres por tener al bebé cuando estén en matrimonio. No era lo mismo, pero a Sana le dió una vibra y le aterrorizó

Tercero, ¿gustar de una menor, siendo mayor?

— ¿Cuántos años mentales dijiste que tenía? — Miyeon la sacó de pensamientos cuando le preguntó aquello.

— Once o doce, eso dijo su amiga — Mina no le dijo un número preciso, solo le dijo entre esos dos.

— Pues espera — la respuesta de Miyeon a sus problemas, simplemente Sana no la esperó. Sana se quedó en silencio esperando que continuara pero al parecer Miyeon no lo haría.

— ¿A qué te refieres? — se dió en la necesidad de preguntar.

— ¿Te gusta en serio? — el cambio de pregunta hizo pensar a Sana.

¿Le gustaba Dahyun? Era una chica bonita, piensa muy bonito, era inteligente, alegre, ama los animales, la halaga de vez en cuando. Sí, le gustaba.

— Mucho.

— Entonces espera — Sana seguía sin entender eso de 'esperar'. ¿Miyeon le estaba jodiendo con alguna broma ahora?

— ¿Esperar qué? — desesperada preguntó, expulsando el humo para dejar el cigarrillo a mitad de acabar. Ya le había aburrido eso por ahora.

— A que crezca.

— ¿Eh? — no le era de mucha ayuda las respuesta de Miyeon, realmente se confundía más. Necesitaba una explicación profunda, una que Miyeon le dió, rodando los ojos y expulsando el humo del cigarro en su cara para molestarla un poco.

Sana sólo sacudió la cabeza para que el humo no le irrite los ojos y puso atención a lo que le iba a decir Miyeon.

— Eso. Si te gusta en serio, deberás esperar a que su mente crezca, que los años pasen y tal vez incluso no debas esperar los seis años que le faltan para la mayoría de edad. Si va a terapia, y todo eso, su edad mental puede avanzar más que la de una común, ¿no crees? — Sana se quedó mirando el suelo un momento para pensar.

Le fue muy difícil procesar pero terminó de hacerlo al pasar de unos minutos.

— ¿Seis años? — repitió pensándolo. De seis años para abajo podría esperar, ¿por Dahyun?

— No tienes la obligación, es tu voluntad — Miyeon le aclaró mientras ambas veían la oscuridad que las rodeaba. Era de noche, tal vez muy madrugada. Sana se preguntó por un instante si Jihyo y Tzuyu ya se habrán acostado a dormir o todavía están en su pequeña luna de miel no matrimonial.

— Pero me gusta.

— Si no tienes la voluntad para esperarla, entonces no es un gusto que valga la pena — mierda, tenía que recurrir a Miyeon más seguido, tal vez también a escucharla ya que sabía de los problemas familiares que tenía la chica.

— Te quiero mucho, ¿lo sabes? — le dijo sonriendo por fin en toda la noche.

— Lo sé. O sea, ¿quién no podría quererme? — Miyeon puso una arrogancia exagerada solo para hacerla reír un poco más.

— Gracias. Nos vemos después, porque no voy a esperar mucho — Sana se levantó con la intención de irse y arreglar todo.

— De nada, me gusta escuchar desgracias ajenas y opinar sin ser vista como metiche. Nos vemos... Espera, ¡devuelveme la caja de cigarrillos, perra aprovechada! — Sana solo río para aventar la caja de cigarrillos a la cara de Miyeon, y salir corriendo con una idea en mente.

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Sana notó el patio totalmente oscuro pero no se iba a ir sin ver a Dahyun, tenía que verla porque de un momento a otro la dejó sin explicación alguna, aunque muy seguramente Mina inventó algo, pero quería verla ahora.

El pensamiento de que es madrugada no pasaba por su mente, solo quería ver a Dahyun.

Entró por la puerta trasera, que daba a la cocina. Afortunadamente no estaba nadie allí y solamente se adentró para seguir las escaleras y pasillos hasta la habitación de Dahyun.

Solo necesitaba entrar pero estaba con seguro y dió pequeños toques delicados que apenas sonaban.

Todo quedó un momento en silencio hasta que volvió a tocar y un ruido de la cama se escuchó del otro lado.

— ¡No quiero hablar ahora, Minari! — la voz un poco quebradiza de Dahyun se escuchó y Sana se preguntó si estaba llorando o era su imaginación.

— ¡Hyunnie! ¡Soy Sana, no Mina! — su voz sonó entre grito y susurro pero afortunadamente Dahyun lo escuchó y la puerta se abrió rápidamente. Sana inevitablemente sonrió pero dentro estaba una Dahyun con los ojos húmedos, así que la sonrisa se le cayó un poco — ¿Por qué estabas llorando, Hyunnie?

— ¡Sana! — Dahyun la ignoró y la abrazó. Sana, para no hacer ruido, se adentró con Dahyun aferrada a ella, hacia la habitación — Es tarde, ¿por qué estás aquí? — se separó un poco para mirar el rostro de Sana colorearse de rosado.

— ¿Puedo dormir contigo? — la pregunta sorprendió a Dahyun pero también amplió su sonrisa — Me gustó pasar tiempo contigo y quería también jugar cuando amanezca — Sana se preguntaba qué tan grande podía ser la sonrisa de Dahyun, iluminaba la habitación solo con una sonrisa.

— Creí que te habías ido por... amh — de repente el rostro de Dahyun borró la sonrisa y se remplazó por una mueca nerviosa.

— ¿Por... ? — Sana la incitó a continuar.

— Porque... amm. Bueno, por mí, y-... — de pronto Sana la interrumpió entendiendo a lo que se refería.

— Oh. ¿Lo de tu accidente? — preguntó confirmando cuando Dahyun bajó la cabeza.

— Ajá — asintió la menor.

— Eso no quita para nada que seas mi amiga, ¿bien? Las amigas están para apoyarse, ¿somos amigas, Hyunnie? — el rostro de la menor volvió a iluminarse para dar un pequeño saltito dejándose llevar por Sana quien la arrastraba a la cama para acostarse a dormir. Era muy de madrugada como para estar despiertas.

— ¡Somos amigas, Sana! — asintió emocionada mientras Sana la acostaba y ampliaba las cobijas para caber ambas — No tengo apodo para ti — se dio cuenta del 'gran crimen' -como le suele decir ella- —¿Cuál puede ser tu apodo? — pensó un poco mientras Sana acomodaba bien las almohadas — ¿Sanita? — dió una opción.

— Mi amienemiga Chaeyoung me dice Satang cuando está de buenas, lo cual casi nunca pasa, pero no es mi apodo favorito — confesó. Aunque le gustaba las veces que se llevaban bien, si Chaeyoung le cambiaba de apodo sería mejor, ya que así antes su padre la llamaba con falso cariño y le trae recuerdos que no deben atormentarla. Si Dahyun decide ponerle ese, se desanimaría, pero no se lo negaría.

— ¡Como en Japón! ¡Sana-chan! — Dahyun de repente chasqueo los dedos al encontrar el apodo lindo perfecto, mientras Sana se acostaba a su lado y las tapaba bien a ambas.

— Sí, son algo que dicen en Japón. ¿Te gusta? — preguntó estando concentrada en que Dahyun estuviera cómoda con ambas, pero la menor parecía más interesada en Sana.

— Será tu apodo, ¿a ti te gusta? — devolvió la pregunta para luego sentir como Sana la abrazaba y entonces se recargó en su pecho como muchas veces lo hizo con Nayeon o Mina, incluso con Jeongyeon.

Sana se removió un poco, cerró los ojos para intentar dormir a gusto, y contestó la pregunta de Dahyun.

— Me encanta.

— Sana-chan — el susurro cauteloso de Dahyun la interrumpió de sus pensamientos sobre dormir.

— ¿Mh? — murmuró y abrió un ojo para prestar atención.

— Creo que puede ser ofensivo, pero ¿podrías ducharte y te presto mi ropa? Hueles feo — ahí Sana recordó que venía de fumar, el olor debió quedarse en todo su cuerpo al tener el humo merodeando por todo allí cuando estaba junto a Miyeon. Se levantó a regañadientes.

Tal vez tendría que dejar de fumar ahora que estaría cerca de Dahyun.

— Incluso tu aliento ni siquiera huele a alguna comida. Ahí tengo un cepillo de dientes nuevo. Yo te espero bien despierta para dormirnos juntas, Sana-chan — se le notaba el gusto por el recién apodo.

Cuando Sana se duchó, asegurándose de quitar todo rastro de olor, se cambió con la ropa más grande de Dahyun para que pudiera estar de su talla. Se lavó los dientes y se encontró con una Dahyun bien, pero bien, dormida.

Sonrió sin molestarse en que Dahyun no cumplió con lo que dijo, debía tener mucho sueño como para que no lo cumpla.

Solo se acostó para esta vez dormir mejor, ahora sin un penetrante olor a cigarro en ella.

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Les dije que no duraría mucho el drama :].

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