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Nayeon hace solo poco (un día específicamente) se había topado, mientras caminaba por el parque, con una chica que parecía medio ida pero aún así se acercó porque se le hacía familiar de algún lado, como si en alguna parte la haya visto.

Se acercó a ella y se sentó a su lado, ya que la chica estaba en una banca del parque, pero la chica no se inmutó.

Solamente se quedó allí mirando hacia un punto vacío mientras apenas se movía su pecho para respirar y sus parpados para parpadear muy poco.

— Voy a pensar que estas muerta si sigues así — la voz confianzuda de Nayeon sacó de sus pensamientos a la chica, haciéndola saltar casi cayéndose de la banca.

— Maldita sea, ¿tienes gusto por sacarles el corazón del susto a la gente, eh, conejo mutante? — lo último lo dijo mirando la sonrisa divertida de la chica que la asustó — ¿Qué? — bruscamente preguntó cuando la chica no la dejaba de ver.

— Te vi muy hambriada y te invitaría una comida pero por grosera ya no — Momo carraspeó un poco y aún así tenía fruncido el ceño.

— ¿Eso es un soborno? Porque si así, lo acepto — Nayeon rió por el comentario y negó.

— No hoy, la jefa en mi casa me regañaría — a eso Momo lo vio como una perdida de tiempo.

— Bueno. No comida para mí, yo no hablar contigo — se volteó dignamente dándole la espalda a la chica.

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— Te lo decía porque sé que no estás sola, estupida — Nayeon ya recordaba que la había visto junto a otra chica hace unos días.

— A mí no me dices 'estupida', estupida — Momo le reclamó, volteando a verla con el ceño fruncido.

— Te digo 'estupida' como tú me dices 'estupida', estupida — Nayeon no podía estar un poco sin pelear.

— Tú me dijiste primero 'estupida', estupida — Momo tenía un punto así que Nayeon sacó la vieja confiable.

— ¿Y?

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— Que grosera — Momo comentó, volteando y dando la espalda de nuevo para ignorar a la aparentemente riquilla que se encontró.

— Igual. Cuando te encuentre por allí, peleo contigo de nuevo — y Nayeon se fue casi enojada, aunque recordaba ser casi igual con todos cuando estaba en las calles.

— Arre — Momo le contestó, yéndose porque miró por su celular que Jihyo ya estaba haciendo la cena.

Solo al día siguiente, fue que se encontró con la chica estando bañada aún así con ropas apenas decentes, pero como más preparada, como si ese día esperara a Nayeon, y Nayeon pudo ver que estaba peleando con otra chica a su lado.

Se divirtió un buen viéndolas pelear por si cuál era mejor; ¿lentejas o frijoles?

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— En mi humilde opinión, las lentejas son mejor — de repente Nayeon habló, exaltando a ambas chicas que casi querían agarrarse a golpes para ver quién gana.

— ¿¡Ves!? — Sana le recalcó a Momo, sin importarle mucho que una desconocida las haya escuchado.

— Esta estupida no tiene gusto. Ella es la riquilla de ayer — en cuanto Momo dijo aquello, Nayeon frunció le ceño porque en ningún momento le dijo aquello pero miró su propia ropa y se enteró que estaba usando el suéter de marca de Jeongyeon.

— Ah. Hola, soy Sana — Sana inmediatamente saludó alegremente como siempre, estudiando por completo a la chica desconocida y teniendo un leve recuerdo que en alguna parte la vio — Creo que te conozco.

— Yo creo que no — Nayeon contestó — Soy Nayeon — se presentó estrechando su mano con Sana y quedando un poco extrañada cuando esta no alejó su mano, sino que la terminó agarrando como si fueran amigas de toda la vida.

— Me acabo de dar cuenta que ni tu nombre sabía — Momo dijo con la mirada perdida, y un poco boba en la opinión de Nayeon.

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— Ni yo el tuyo — Nayeon mintió, ya se lo sabía muy bien.

— Soy Momo — saludó por fin, levantándose de la banca para acomodar su ropa.

— Bueno. Vamos, que no entraremos por la puerta principal porque una amiga me lo prohibiría — Nayeon se dio la vuelta yéndose con Sana de la mano porque esta no la soltaba y la seguía viendo intentando descubrir de dónde la había visto.

— Eh. ¿Ya vamos? No mames, somos medio tontas pero no entraremos a una casa desconocida — Momo le reclamó pero contradiciendo lo que dijo, la siguió.

— Yo también dije eso una vez y terminé viviendo allí.

Sana la veía todavía más como si le quisiera atravesar al alma.

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Después de unos pocos minutos hablando, llegaron a una zona donde vivían los de más economía alta o estable.

— Creo que esta zona la conozco — Sana por fin dejó de mirar a Nayeon para prestarle atención al ambiente de su alrededor.

— ¿A sí? — Nayeon preguntó con una sonrisa de lado. Pobre alma en desgracia, Sana no sabía que se le podría salir el corazón cuando vieran en que casa entraran.

— Oh. En esta casa vive la chica desconocida que me gustó — Sana comentó fácilmente cuando pasaron por el gran portón que daba con la casa que Nayeon conocía hasta el más pequeña rincón. La casa de Mina era gigante, una mansión se podía decir pero no tanto como para llamarla oficialmente así — No mames, es un lujo — comentó mirando allá.

Nayeon todavía sospechaba que ambas nunca habían visto por dentro una casa así, pues ni ella la había visto antes.

— ¿Y puedo preguntar cómo terminaron en calle? — de una Nayeon les preguntó mientras daban la vuelta a la casa. Sana otra vez se enfocó en ella mientras pensaba.

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— Nuestra familias eran pobres y adictas, por lo mismo también consumimos algunas veces pero muy poco en realidad, estamos en dejar eso. Quedamos en las calles cuando nos echaron a ambas — Momo le contestó sin mucha preocupación mientras miraba a los alrededores todavía.

— A mí también me echaron pero más porque me encontraron con una chica — a eso Momo la miró inmediatamente.

— ¿Tú también vivías en calle? Pensé que eras una riquilla de por aquí siempre — Nayeon quisiera, pero a veces se avergonzaba que lo consiguió por simplemente adentrarse abruptamente a la vida de alguien.

— Un día me estaban persiguiendo, entonces yo me salté el muro más cercano y entonces caí en cuenta que me metí en una casa millonaria de por aquí. Ahora vivo allí — Momo iba a preguntar pero Nayeon paró en seco apuntando al muro al lado de ellas — ¿Creen poder asaltarlo?

— ¿Invadiremos hogar? Un día hice eso por accidente y la policía casi me alcanza — Sana comentó, pero también estaba viendo el muro con sospecha porque se le hacía tremendamente conocido — Este material debe ser común entre por aquí — murmuró asintiendo.

— No, bueno sí. Si entramos por la puerta principal le quitamos lo divertido — con eso convenció a ambas que pudieron cruzar más por las grandes rocas que había en una esquina. Nayeon saltó al pasto cayendo bien mientras reía porque las otras dos no estaban acostumbradas y les dolían los pies — Deviles — se burló.

Felix la veía desde la ventana de la cocina que daba hacia el patio y negó divertido. Le traía una sensación de que lo despedirán pero otra de que se divertirá, ya que reconoció quienes eran ambas chicas desconocidas.

Nayeon lo miró también y lo fulminó para que no diga nada.

Nayeon con tanta naturalidad pasaba por el jardín mientras Sana había tomado su mano de nuevo, mientras veía todo y todavía se cuestionaba de dónde conocía a Nayeon, lo tenía en la punta de la lengua.

— Siento que realmente te conozco — Sana comentó.

— Pues no lo sientas — Nayeon todavía no quería decirles — ¡Lix! Otras noticias, ¿podrías hacer algo rápido? — fue lo primero que dijo cuando entró por la puerta y se encontró en la cocina.

— Dijiste que pedirias a domicilio mientras yo no el diga a Mina — el chico le aclaró, frunciendo el ceño.

— Ya pero Mina no está como para escucharte y sabes que no contesta el teléfono nunca — Felix bufó y sacó algunas cosas de la alacena y el refrigerador para hacer alguna cosa. Nayeon les hizo una seña a ambas chica para que entraran.

— Supongo que me presento. Me llamo Lee Felix, trabajo aquí, un gusto — Felix despegó su mirada de la estufa para mirar a ambas chicas que parecían más cuestionarse si las cosas que había allí valían más que la casa de Jihyo.

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— Oh. Momo, apellido quién sabe, y vengo de colada — sin ninguna preocupación se presentó, mientras miraba a Felix quien solo rió por lo directa.

— Yo Sana, y lo mismo de Momo — más alegremente sonrio y se presentó, mientras ahora miraba a Nayeon de nuevo, cuestionandose todavía aún más de dónde la conocía. También miró a Felix y algo quería hacer 'click' en su cabeza pero parecía que todavía no — ¿Te conozco? — intentó con el chico.

— Mmh, no lo creo. Yo casi no salgo de aquí — Felix respondió un poco dudoso pero la mirada matadora de Nayeon le decía que estaba yendo bien. Frunció el ceño porque estaba seguro que Mina la regañaría luego, quería burlarse pero calló.

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El chico suspiró mirando a Nayeon para luego sonreír y seguir haciendo la comida. No podía hacer mucho más que huevos revueltos, con salchichas y un poco de salsa al lado para la que quiera.

— Wow. Me gusta esta silla, gira bien chilo — Momo comentó mientras giraba en la silla favorita de Dahyun. Nayeon sonrió porque se parecían. Cuando recién Mina la compró, Dahyun dijo algo parecido.

"¡Wow. Me gusta la silla, Minari! ¡Gira divertido!".

Dahyun probablemente esté por ahí jugando con sus gatitos pero en aquel tiempo siempre se la pasaba en las sillas hasta marearse, ocasionando que Mina se lo prohibiera para que no vomite.

Nayeon miró a Felix y sabía muy bien que pensaba lo mismo ya que estaba mirando donde mismo con una sonrisa. Sana se concentraba más en el olor a comida y en que Felix se le hacía tremendamente conocido.

— Nada más si la rompes no creo que la puedas pagar ni con tu vida — Sana le comentó riendo, solamente parando la risa cuando Felix sonrió y de alguna parte miró esa suave sonrisa.

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Felix sirvió y dejó los platos en una bandeja para que Nayeon los lleve a la sala, ya que sabía que allí Nayeon considera que se debe comer; en el sofá con una mesa con comida y la televisión gigante en frente mientras reproducía 'Katy Perry' en aleatorio.

— Espero lo disfruten — deseó Felix sonriendo para quedarse allí en la cocina.

— Si quieres venir, corre. No siempre tienes que pasar en la cocina — Nayeon le comentó mientras llevaba la bandeja hacia afuera. Y es que Felix nunca se daba la libertad de explorar ni un poco la casa, solamente hacía eso cuando limpiaba. El chico asintió y dijo que en un rato, el también quería ver la cara de Mina cuando se encontrara con la pesadilla en su propia casa.

— ¿Esto es casa del maldito Johnny Depp o qué? — Momo preguntó al ver la sala lujosa que tenía hasta más de lo necesario.

— Nunca pensé que podrías nombrar a una celebridad — Nayeon se burló mientras dejaba la comida en la mesa. Lo bueno es que para ella también cocinó Felix — Y coman o grito — amenazó aunque no lo necesitaba porque Sana ya estaba mirando la comida.

— Tengo celular, sí veo redes sociales y algunas películas cuando pongo recargas o uso el internet de Jihyo — Momo comentó. Se sentía rara sentándose en aquel sofá pero con Sana a su lado ya comiendo podía estar más tranquila. Incluso Nayeon se sentó a su lado para empezar a comer sin saber quién era aquella mujer mencionada pero tampoco preguntando.

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— Nunca se me hicieron tan buenos los huevos — Sana comentó en el momento que entró Felix a la sala para también esperará a Mina.

— Supongo que gracias. No sé si es por tu hambre o porque los hice bien — bromeó un poco para después esperar cerca de la puerta y sonó el timbre de repente. Sabía que no era Mina pero Jeongyeon le acaba de enviar mensaje que si podía abrirle ya que traía algunas cosas en manos.

Nayeon miró de inmediato a la puerta esperando lo que se que iba a pasar.

— ¿Me podrías ayudar un poco, Lix? — Jeongyeon le preguntó haciendo que el chico tomara algunas de las bolsas que traía y las cargara hasta dejarlas en el suelo cerca de la puerta — Dahyun me pidió varias cosas para sus gatos que tuve que tardar más — el solo nombre hizo a Sana alzar la cabeza como rayo de su comida.

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— Viene la mejor parte — Nayeon murmuró cuando Jeongyeon miró hacia ella y luego a las desconocidas, frunciendo el ceño y luego sonriendo porque parecía saber quiénes eran.

— Mina te va a matar — Jeongyeon le dijo apuntandola con un dedo.

— No si corro rápido — Nayeon le contestó con una emoción contenida porque casi llegaba el momento.

— No — Momo murmuró cuando recordó aquel nombre. Miró hacia Nayeon repitiendo pequeños 'No' que demostraban que ya había caído en cuenta — No me digas, Nayeon, que... — la respuesta le llegó con esa sonrisa de conejo gigante.

— O por supuesto que sí — Nayeon murmuró emocionandose más cuando unos pasos y una voz conocida empezaba a entrar por la puerta.

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— Jeong, llama a Nayeon y dile que pida comida domicilio. Le toca pedir a ella... — la voz de Mina fue deshaciéndose cuando miró su sala con dos personas más, a una reconociéndola de inmediato y a otra tomando un tiempo.

— Hola Mina. ¿Te gustan mis visitas? — Nayeon le preguntó, se estaba conteniendo en saltar y chillar — Las encontré y creí que te agradaría — comentó mirando como Mina miraba más específicamente a Momo.

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— ¡Minari, ¡Jeongyeonnie! — y Nayeon quería gritar de la emoción. Dahyun llegó en ese momento bajando las escaleras para abrazar a Mina con cariño como siempre mientras Sana la miraba como si fuera irreal — ¿Me trajiste lo que te pedí? — preguntó recibiendo una bolsa por parte de Jeongyeon.

— Ahora ve a buscar a tus gatitos para que se los muestres a las visitas, Dahyun — Jeongyeon dijo y entonces Dahyun miró hacia atrás emocionandose por más personas en la casa.

— ¡Visitas! ¡Voy por ellos! — salió corriendo en busca de sus hijos gatunos.

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Mina seguía viendo totalmente quieta hacia Momo quien solamente se dedicó a sonreír inocentemente mientras veía a Mina fruncir el ceño.

— Te quedaste boba — Jeongyeon interrumpió el tren de pensamientos de Mina quien sacudió la cabeza y preguntas llegaron a ella, preguntas respondidas por la gran sonrisa de Nayeon.

Mina desvió la mirada hacia Momo de nuevo solo para fijarse en algo que no había prestado atención por la ropa siempre tapada que usaba Momo cuando se vieron pocas veces. Momo siempre usaba suéter y pantalones, las pocas veces que se topó con ella, ¿por qué ahora tenía una blusa pegada de tirantes y unos pantalones cortos a las rodillas?

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