Capítulo 40: Muerte trágica.
Llegamos caminando hasta mi casa y Olivia parecía no sospechar nada de mi plan.
Tenía que seguir fingiendo un poco más hasta que tuviera oportunidad de llamarle a la policía.
- y dime ¿a qué me trajiste aquí? - preguntó mirándome de una manera seductora.
Me encogí de hombros al mismo tiempo que me acercaba a ella.
Cuando estuve frente a Olivia, pasé mis manos por sus hombros y después recorrí con mis dedos su cintura bajándolos hasta su vientre.
Cerró los ojos cuando mis dedos presionaron ese punto debíl.
Comenzé a tocarla sin ningún control.
Ella se estremeció de pies a cabeza.
Cada suspiro que salía de su boca era más fuerte.
Pareciera que con cada movimiento de mis dedos su cuerpo se debilitará más y más.
Era una dulce tortura.
- hazme saber lo mucho que me amas y deseas Andy - dijo en un hilo de voz pegando sus labios a mi oreja.
Estaba cayendo.
- ¿realmente quieres saberlo? - pregunté con la voz excitada.
- sí - dijo mientras me besaba el cuello lentamente.
La llevé hasta el sofá, y ahí la desnudé completamente.
Mis labios besaban toda su piel, cada parte de su cuerpo la habían rozado mis labios.
Ella lo estaba disfrutando.
No dejaba de retorcerse.
- ¿eso es todo? creí que me amabas más Andy - dijo con una sonrisa falsa de decepción.
- esto apenas es el comienzo Olivia - pronuncié cuidadosamente mientras subía mis manos hasta sus caderas, las apreté haciéndola gemir.
Bajé el cierre de mi pantalón y después me saqué el bóxer de encima.
Ella al ver lo que le esperaba se mordió los labios y cerró los ojos ansiosa.
Entré en su interior de una sola embestida, el grito de placer que su boca emitió se escuchó en toda la vecindad.
- no te detengas - me imploró con los ojos más lujuriosos jamás vistos.
- no lo haré - le aseguré.
La monté como nunca lo había hecho, esta sería la última vez que lo haría.
Olivia no dejaba de sacudir las caderas y de respirar entrecortadamente.
El placer que estaba provocandole era intenso y peligroso.
Después de algunos minutos salí para volver a entrar y seguirla torturando.
- me deseas tanto como yo te deseo a ti, déjame montarte - me pidió.
Me quité para que ella cumpliera su deseo de montarme.
Se subió encima de mi de una manera salvaje, meneando su pelo de un lado a otro mientras poco a poco me montaba.
Apreté sus pechos una y otra vez haciéndola sentir doble placer.
No aguantaría ni un segundo más.
Su sistema explotaría.
- ¿quieres parar un momento Olivia? -
- shhh - dijo ella poniéndome su dedo índice sobre los labios para que me callará.
Comenzó a brincar desesperadamente sin parar.
Sentí como su cuerpo se derretía sobre el mío.
Los dos nos fundimos.
Finalmente se detuvo y se recostó a mi lado.
- tengo que ir un momento al baño - le avisé.
- claro, no tardes - me dijo con un tono de voz provocativo.
Tomé mi teléfono de la mesita y lo llevé conmigo.
Marqué al 911.
- ¿hola? - contestaron al otro lado de la línea.
- hola, tienen que venir ya, mi novia es una psicópata asesina, ella ha matado a todas -
- ¿a todas? ¿de qué habla?, tranquilo, dígame ¿qué sucede? ¿está en peligro? -
- porsupuesto que estoy en peligro, tienen que venir o ella me matará a mi también - les dije apresurado.
- ¿quién es su novia? ¿puede darme su nombre? -
- ella es O... -
En ese momento lo último que sentí fue algo grueso enterrarse en mi cuello.
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