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Capítulo 37: Es tu turno de morir.

MELISSA NAVARRO

Ha pasado 1 semana desde que el profesor Adam y yo comenzamos a hablar después de clases.
Me gusta tanto y siento que esto está mal.
Deseo con tantas ganas que me haga suya, es que es tan apuesto y encantador.

Hoy a primera hora tengo clase con él.

Olivia no sabe nada pero quiero contarle, ella ha sido tan amable conmigo, se volvió mi amiga desde el primer día.
Decidí que hoy le contaría todo pues ella era mi única amiga en la Universidad.

- hola Oli, ¿cómo estás? - la saludé cuando entré al baño y la vi pintandose los labios en el espejo.

- hola, bien, ¿tú cómo estás linda? -

- bien - respondí nerviosa - oye Oli quería contarte algo - le anuncie.

- ah, sí, dime - dijo ella concentrada delineandose los ojos.

- en privado - le dije.

- oh sí, que estúpida soy, vamos afuera - me dijo y me empujó para que saliéramos.

Me llevó hasta el estacionamiento y entramos a su auto para hablar tranquilamente ahí.

- dime ¿qué sucede? - me preguntó intrigada.

- me gusta alguien -

- ¿quién? -

- me gusta el profesor - solté sin más preámbulos.

- ¿cuál profesor? - preguntó ella con una cara de no entender nada.

- Jacob - contesté apenada.

- vaya, eso no me lo esperaba de una ovejita como tú -

- siento que está mal Olivia, no sé... -

- ¿ya le has dicho lo que sientes a él? -

- no, claro que no -

- ¿porqué no se lo dices?, seguro tu también le gustas -

- ¿qué? ¿no te parece mal que me guste alguien que me lleva más de 20 años? -

- no, incluso me parece sexyy - dijo haciendo un ademán con su mano.

- entonces ¿se lo digo? -

- sí, anímate, ¿ya hablas con él? -

- sí, llevamos una semana hablando después de clases -

- ah, perfecto, díselo, seguro siente lo mismo -

- es que le tengo tantas ganas, son tan grandes que me muerdo el labio cuando le veo al punto que me sale sangre de tan fuerte que hundo los dientes en ellos - confesé.

- es más hasta podrían follar en el salón para que quites esas ganas inmensas que le tienes -

- ¡siii! - le dije emocionada al imaginarme él entrando y saliendo de mí.

- ¿porqué no se lo propones?-

- ¿qué?, ¿follar en el salón?, eso es muy arriesgado -

- lo arriesgado es sexy ¿no? -

- es verdad... lo haré -

- ¿lo harás? -

- sí, lo haré -

- ¿y cómo lo harás? -

- hoy después de clase le diré todo y lo seduciré -

- me encanta la idea - dijo ella sonriendo.

- ¿y si dice que no? -

- no se va negar, tranquila -

- tendré que saltarme la siguiente clase para besarlo todo lo que quiera -

- ¡si nena!, ¡eso es! - dijo ella animandome.

- te contaré todo mañana ¿bien? -

- claro, ya quiero saberlo - dijo Olivia sonriendo de una manera un tanto siniestra.

- vete ya linda, se te hará tarde - me dijo cuando vio la hora en su celular.

- cierto, te veré mañana -

- suerte - me deseó ella y me abrazó dulcemente.

- gracias, bye - me despedí y salí de su auto.

                         ◇◇◇◇◇

1 hora después...

- Jacob tengo que decirte algo -

- dime ¿qué sucede?, ¿pasa algo malo? -

- no, es sobre ti -

- ¿pasa algo malo conmigo? -

- no, para nada -

- entonces te escucho - me dijo mientras recorría con sus ojos mis piernas, que estaban al descubierto por la mini falda de cuero que llevaba puesta.

- me gustas, y mucho, quiero besarte ahora mismo si me lo permites - le dije y di tres pasos hacia enfrente para quedar a una distancia más corta.

- tu también me gustas Meli - dijo llamándome por el diminuto de mi nombre.
Se veía tan sexy cuando lo pronunciaba.

Él me tomó por sorpresa y atrapó mis labios entre los suyos.
Comenzamos a besarnos desesperadamente.
Él me comenzó a tocar por todas partes.

Minutos después subió mi falda hasta mi cintura y comenzó a follarme.
Todo fue tan rápido que no podía creerlo.
Los gemidos que emitía hacían que el me embistiera más fuerte.

Después de cuarenta minutos así, dejamos lo que estábamos haciendo y salimos de ahí.

- ¿qué clase tienes? - me preguntó.

- iré a casa, necesito dormir - le informé.

- ¿quieres que te llevé? -

- no, tú tienes que dar clases -

- te llevó a mi casa, puedes dormir ahí, llegaré en 2 horas -

- ¿no tienes clases ahora? -

- no, hasta dentro de una hora -

- entonces vamos - le dije aceptando su propuesta.

Me llevó a su casa y me dejó ahí.
Dormí en su habitación y desperté una hora después, faltaba otra hora para que llegará Jacob.

Llamé a Olivia para contarle todo.
No podía esperar hasta mañana.

- ¡hola!, ¿qué ha pasado?, ¿le dijiste? - me preguntó Olivia ansiosa de saber.

- lo hicimos - le dije orgullosa.

- oh? ¿de verdad? - dijo ella con algo extraño en su voz.

- siii - exclamé contenta.

- ¿dondé estás ahora? -

- en casa de Adam -

- ¿estás con él? -

- mmm... no -

- bueno, te veré mañana linda - se despidió y colgó al instante.

Me entró la curiosidad de recorrer la casa así que baje las escaleras y algo me llevó hasta el sótano.

Olía horrible, como a muerto.
Me acerqué más a la puerta y el olor se volvía más fuerte.
Quise abrirla pero no pude, estaba cerrada con llave.

Fui a la cocina y busqué las llaves ahí, pero no encontré nada.
Después fui a la sala de estar y vi un montón de llaves colgadas, supuse que debían de estar ahí, tomé todas y intenté abrir la puerta pero ninguna coincidía.
No estaban.

Llamé a Jacob y le pregunté por esas llaves.

- hola Jacob, estaba algo aburrida y quería entrar a tu sótano pero no encontré las llaves -

- ¿buscaste en la sala de estar? -

- sí, no están -

- ¿qué? pero las dejé ahí -

- ¿entonces las has perdido? -

- no, alguien debió de haberlas robado -

- no seas paranoico, las seguiré buscando -

- bien, haz eso y me avisas si las encuentras -

- claro, adiós -

- adiós Meli - dijo y colgó la llamada.

Me pareció raro lo que me dijo pero no me rendí y seguí buscando.

Después de media hora buscando por cada rincón de la casa no logré encontrar nada.

Derrepente escuché ruidos provenientes de la puerta de entrada.
Salí de la habitación de Adam y vi a Olivia subiendo las escaleras.
Pero ¿qué diablos hacia ella aquí?
¿Cómo entró?

- ¿qué haces aquí? - le pregunté atónita.

- ¿te han dicho lo ingenua que eres? -

- ¿qué? - fue lo único que dije.
¿Porqué decía eso?

Ella se acercó a mí con la misma sonrisa siniestra de hace un rato.
Noté que llevaba un libro en la mano, solo llevaba eso, era extraño.

- mira, aquí está lo que tanto estabas buscando - me dijo y sacó unas llaves de su bolsillo trasero del pantalón.

- ¿tú porqué...? ¿tú las robaste? - le pregunté torpemente.

- ¿tú que crees? - dijo y las lanzó al piso.

Corrí a donde estaban las llaves y cuando me agaché para agarrarlas ella me jaló del pelo tan fuerte que logró levantar mi cabeza.

- ¿qué haces? suéltame - le dije asustada.

- ¿de verdad quieres entrar al sótano? - me preguntó y me obligó a pararme.

Me soltó el cabello.

- sí - contesté mirando las llaves que había tomado.

- vamos, apuesto que te encantará ver lo que hay ahí dentro - dijo con algo de ironía.

Caminamos hasta las escaleras que llevaban al sótano y abrí la puerta.

- ¡aaaaaa! - grité aterrada.

No podía creer lo que estaba viendo.
Eran los cuerpos de las 3 desaparecidas.

Había sangre seca en el piso.
Demasiada.

¿Quién había hecho esto?
¿Jacob?

Espera... pero sí Olivia tiene las llaves y Jacob me dijo que las había dejado en su lugar y ella las robó, ¿fue ella?

- ¿tú... las mataste? - le pregunté mirándola llena de temor.

- lo hice por su bien, créeme - contestó Olivia muy orgullosa.

- pero nadie se merece eso, ¿ellas te hicieron algo? -

- mira Melissa, no lo entenderás nunca pero te lo contaré -

- ¿me matarás a mí también? - le hice una pregunta estúpida.

- desgraciadamente sí - dijo ella con una tristeza falsa.

Traté de correr para salir de ahí pero ella me jaló del tobillo haciéndome caer  de boca al piso.

Vi como la sangre brotaba y salía de mi cabeza.
Me asusté horrible.
Ella me miró maleficamente y me golpeó con el libro en la cabeza.

Mis ojos se cerraron poco a poco hasta que perdí el conocimiento...
Y la vida.










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