*Nota: Escuchar canción de fondo*

Subimos hasta su habitación sin despegar nuestros labios del otro.
Adam cerró la puerta detrás de sí y me tiró a la cama de un leve empujón.
Eso me prendió por completo.

Me saqué el saco y lo tiré al piso.
Tenía demasiado calor.

Adam se encimó arriba de mí y asaltó mis labios con destreza de nuevo.
Sus extasiantes besos estaban teniendo un peligroso efecto en mi cuerpo.
Quería más de él.

Sus manos subían y bajaban en mi cintura con lentitud, el cosquilleo que me estaba provocando ese contacto recorría desde mi vientre hasta a mi espalda haciendo que me arqueará.

Comenzó a besar mi cuello succionando cada milímetro de mi piel caliente.
Sus besos en mi cuello eran húmedos y jodidamente deliciosos.

Las ganas de que me tocará y bajará sus manos hacia mi parte baja eran insistentes, intranquilas e impacientes.
Mi cuerpo me lo pedía, me lo exigía con cada jadeo que salía de mi boca.

El deseo ferviente que estaba creciendo dentro de mi interior era tanto que lo sentía hasta los huesos.

- to-tocamé - le pedí en un gemido desesperado.

- ¿quieres qué te toque? - me interrogó con una mirada llena de fuego.
Su cara mostraba una sonrisa lujuriosa.

- s-s-sí - pronuncié con dificultad al sentir sus anchas manos bajar a mis caderas y apretarlas.

- haré lo que me pidas - respondió guiñandome el ojo.

Levantó mi blusa con sus dientes y me la quitó dejando a la vista mi sostén negro de encaje.
Excitante.

Dejó de besar mi cuello y pasó a ocupar sus labios en besar mi abdomen, bajó sus manos a mi pantalón, mis ansias estaban al borde del precipicio, quería que me lo quitará ya.

Bajó por completo mi pantalón y lo tiró al piso.
Quedé únicamente vestida con mi ropa interior.

- te ves muy sexy - dijo con una voz excitada.

- ¿ah si? - le dije dirigiendo mi mirada hacia su pantalón, podía verse la dureza que se había originado al verme así.

- sí, me pone demasiado verte en ropa interior - dijo y acarició desde mi cuello hasta parar en el centro de mis piernas.
Solté un gemido al sentir uno de sus dedos tocar ese punto sensible.

- tócame Adam - le pedí desesperada.

Y cumplió mi petición.

Comenzó presionando ese botón de placer, después trazó con la yema de sus dedos círculos, bajó y subió sus dedos con lentitud y luego rápido.
Era una tortura que me satisfacía y me inundaba de placer.
Un fluido líquido y caliente proveniente de mi interior salió derrepente.

Él despojó mi braga que estaba completamente empapada.

- Adam... házmelo ya, no aguanto más - le dije con unas ganas insaciables de que entrará dentro de mí.

Me dio la vuelta y desabrochó mi sostén.

Me volteé hacia arriba de nuevo y quedé al desnudo frente al profesor, mi profesor.

Sus ojos me observaron con deseo y ardiente pasión.
Esa mirada suya hacia palpitar mi interior.

- ¿lento o rápido? - me preguntó al oído mientras sus manos recorrían todas las partes de mi cuerpo que estaban al descubierto.

No podía contestar, solo podía disfrutar de lo que sus maravillosas manos me hacían.

Como respuesta le quité el traje de color gris que había usado para nuestra cita.
Vi con más claridad la dureza de su miembro al estar vestido solamente con el bóxer rojo llamativo que tenía aún puesto.

Respiré y inhalé hondo para pedirle mi última petición.

- desata conmigo todas tus ganas, hazlo rápido y lento, llévame al cielo Adam - le rogué.

Me calló con un beso y cumplió al pie de la letra lo que le pedí.

Toda la noche me llenó de placer, de besos excitantes y caricias constantes.
Logré tocar el cielo con mis dedos.