Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3. Broken hearted.

Hi~ Esta noche tenemos capítulo a tiempo, poco a poco estos dos se van acercando, el tema de Ash se clarifica a medida que nos vamos metiendo en su perspectiva y en su propia historia porque hay harta tela que cortar en el pasado, pero al inicio nos quedamos con Eiji, espero que se vaya entendiendo progresivamente.

Mil gracias por leer y espero que les guste~

Eiji cae de bruces contra el piso, se agarra el tobillo, resentido, incluso sin levantarse el pantalón sabe que se le inflamó puesto que la lesión lo dejó lacerado y nunca hizo la rehabilitación correspondiente porque para sus padres habían otras prioridades, trata de perdonarlos por no creer en él no obstante eso convirtió en una tarea imposible tenerse fe a sí mismo.

Ops, fue un accidente.

Eiji alza la mirada, cabreado por el comportamiento tan infantil de Arthur, el chico impresiona tenerle un rencor desbordante al heredero de Dino y como no puede volcarlo en un intocable lo hace usando a sus invitados, esperando que se cansen y se vayan, la cuestión es que Eiji es terco, no acomete huir.

No esta vez.

—¿Cuál es tu problema? —Así que se levanta para confrontar al guardia, el dolor atraviesa su cara y da cuenta del daño que la caída ocasionó, se lamenta por ser tan débil—. No recuerdo haberte hecho nada para que me hostigues de esa manera. —E incluso lo evita para ahorrarse el mal rato.

—No es por ti. —Arthur tararea, vagando enfrente como lo haría un depredador con su presa, es una hiena saboreando el resqueme de un conejo herido—. Es por él, sé inteligente y lárgate con el pintor.

—Ibe-san aceptó el trabajo.

—Pues entonces que se retracte.

—¡No! —Eiji chilla—. ¿Por qué debería retractarse? Es una buena oportunidad.

—Ambos saldrán muy perjudicados si se relacionan con él.

—¿Él o tú? —Eiji infla el pecho y aprieta los puños intentando mostrarse firme, reticente, más, Arthur solo sonríe y golpea el muro de fondo, encerrándolo y provocando que se encoja—. Porque tengo la ligera sospecha de que esto se trata de ti.

—Te lo hizo, ¿verdad? —No es una pregunta—. Él aprovechó que tú no tienes marca para conectarse.

—¿Y eso qué?

—Seguramente se sintió muy bien. —El aliento de Arthur se encuentra impregnado de tabaco y rabia furibunda, es una combinación peligrosa la que está golpeándole la cara—. Una conexión de alma a alma es mucho mayor que cualquier placer físico según dicen, no te sientas mal si te compró así, Ash sabe usar sus talentos para venderse, el problema es que te puedes hacer adicto a la sensación.

—¿Adicto?

—Oh sí. —Tararea entretenido, deslizando su pulgar debajo de la barbilla del nipón, sosteniendo una mirada de amenaza—. Lo he visto incontables veces, los hombres se vuelven adictos a Ash, lo buscan como si fuera un tipo de droga de la que cada vez necesitan más y más, es un espectáculo muy triste.

—Lo haces sonar casi como si fuera...

—¿Un prostituto? —Ríe—. De cuerpo y alma, ja, realmente has venido aquí sin saber absolutamente nada de la familia Golzine.

—¿A qué te refieres? —Eiji queda helado, su lengua se siente pesada y turbia, no ansía hablarle más.

—Eres ingenuo. —Hay algo más detrás de la burla—. Por eso te escogió, de seguro pensó por tu cara de niño tonto que lo ayudarías, más si te sedujo con una conexión, los vírgenes como tú son sencillos de manipular para alguien con la experiencia de Ash, pobrecillo, debiste pensar que eras especial.

—Para.

—¿Quieres un consejo útil? —Arthur lo toma de las hombreras de la chaqueta con tal fuerza que Eiji queda suspendido en el aire—. No compres todo lo que te dice, si está acá es porque lo merece.

—¡¿Cómo alguien podría merecer algo tan horrible?!

—¡Ni siquiera lo sabes! —Su mirada es recelosa, atónita y lastimera—. No te ha contado nada de él.

—Arthur. —Blanca corta la conversación apoyando una mano sobre la espalda del nombrado—. Esto es demasiado, recién ha llegado, deja que se instale.

—Siempre tomas su lado. —Arthur chasquea—. Es por eso que los odio a ambos.

—¿Por eso viniste a intimidar al joven Okumura?

—No. —Sonríe—. Hice eso porque es injusto.

—¿Injusto? —Eiji repite por inercia.

—Sí. —Arthur lo mira una última vez—. Es injusto que él sí y yo no.

—Ignóralo. —Blanca lo acuna de los hombros para que no siga insistiendo—. Te guiaré al estudio, de seguro te perdiste y por eso estabas vagando por donde no debes vagar ¿verdad?

Aunque Blanca lo lleva lejos, Eiji puede jurar que antes de desvanecerse Arthur se aprieta los nudillos y libera una sola lágrima platinada. Plic.

¿Qué es un alma gemela?

Plac. Blanca le habla de las reglas de la mansión y le advierte que no debe meterse con Dino, los ojos azulados del mayor relumbran detrás de la cortina del arrepentimiento y la añoranza, se pregunta el tipo de persona que será el alma gemela de este hombre y cómo se manifestará su marca, da un aire de ser impermeable como una pared y correcto siguiendo su papel, aun así parece haber un mensaje escondido casi como una carta cuyo verdadero contenido solamente se puede leer con fuego debajo.

—Te dejo para que ayudes a tu tutor. —Blanca lo saca del ensueño al darle una palmada en la espalda para empujarlo levemente al estudio, Ash está posando con cara de aburrido, eso lo hace reír, ¿cómo sobrevive a la alcurnia siendo tan expresivo?—. Coopera con el pobre pintor.

—Vete al carajo, viejo. —Grosero, es tan grosero.

—Qué el monsieur no te escuche blasfemar de esa manera.

—¿Qué me importa a mí si me escucha o no? —Chista amurrado, cruzando sus brazos sobre su torso, bamboleándose con tal violencia que la silla de madera se despega del piso—. El cerdo de Marvin le quebró los dedos adrede, quiere sacarlos de acá.

—Dales chance de hacer bien su trabajo. —Blanca es abogado del diablo. Ángel. Guardián. Demonio.

—Míralo, ni siquiera puede mover bien el pincel, Dino puede ser muchas cosas, pero no es ciego, los va a sacar a patadas cuando vea que no pueden hacer nada.

Ejem. —Ibe tose—. Primero déjeme hacer mi trabajo y luego juzgue. —Blanca alza una ceja, dando pie para que continúe.

Ash refunfuña entre dientes, tironeando los bordes barnizados de la silla mientras Shunichi apoya el pincel sobre el lienzo con el bosquejo a mina, gracias a Dios avanzó antes de que lo hirieran, Eiji corre a auxiliarlo, lo ayuda a mantener firme el instrumento en los trazos, a limpiar el óleo que gotea hacia el resto de la tela blanca, a mantener orgánicos los movimientos y afinar los detalles, de repente, Eiji es quién sostiene la brocha y se encuentra abstraído en las facciones de Ash.

¿Qué será un alma gemela para él?

Un "alma gemela" nace de la creencia de que existe otra persona en el mundo destinada a ser pareja, amigo o hasta un cómplice de naturaleza perfecta, es alguien con quien se tiene una conexión inocua tanto en el plano espiritual, emocional y físico. Todos la buscan. Pocos la encuentran. En este sentido Eiji logra comprender cómo un negocio así prosperaría, el ser capaz de entablar un vínculo a voluntad y de compartirlo según el portador lo antoje debería ser un don hermoso, aun así, Ash luce miserable cuando le habla de su talento, incluso sino está familiarizado con la cultura ni con Dino sabe que Ash no está haciendo esto a voluntad, no puede estarlo haciendo, no con esa clase de expresión, le pidió que le ayudara además, ¿cómo puede salvarlo?, ¿quién es para salvarlo?

—Ei-chan. —Ibe le susurra por debajo, escondiéndose detrás del lienzo—. Esto podría funcionar para esta pintura porque el bosquejo está hecho, ¿pero qué haremos con el resto de la colección?

—No sé. —El joven deja el pincel—. No sé qué podríamos hacer, ¿tienes algún amigo que nos auxilie?

—No. —Traga duro—. Me pone nervioso que todos alrededor digan que este niño es mala influencia.

—No les crees ¿cierto? —El adulto desvía la mirada—. Ibe-san.

—No me regañes, el mocoso se ha portado muy mal conmigo.

—No parece estarse portando mal. —Ambos se asoman por encima del caballete—. ¿Ves? Solo está ahí, posando quietecito.

—Puedo escucharlos ¿saben?

—Oh. —Eiji parpadea con la realización—. ¿Puedes taparte las orejas en ese caso?

—Cómo si fuera a escuchar tan tonta...

—Por favor.

—Mierda. —Algo cambia en el rostro del lince casi como si estuviera teniendo efecto el capricho del nipón—. Bien, tienen diez minutos, nada más. —Y para la sorpresa (e incredulidad de ambos artistas) Ash se tapa las orejas de mala gana.

—¿Cómo podría causar algún problema? Es adorable. —Eiji rebate—. Pensé que habíamos discutido esto, no podemos dejarlo solo, ya viste como su padre lo trata.

—Entiendo tu preocupación y sabes que una de las cosas que más valoro de ti es tu empatía pero lo que dije fue antes de que me rompieran los dedos, ¿qué pasa si te terminan lastimando a ti?

—No lo harán. —Ibe frunce el ceño, desconfiado—. Te prometo que no me lastimarán, me sé cuidar.

—¡No puedes asegurarlo! —Silencio absoluto—. Le prometí a tu familia que te devolvería a salvo, lo pretendo cumplir así.

—Como si realmente les importara. —Eiji ríe, más, es un sonido sumamente tristón—. Soy un adulto.

—Un adulto bajo mi cuidado. —Ibe se levanta, aunque tiene la mano enyesada resulta evidente todo el dolor que guarda—. Si veo que las cosas se ponen demasiado peligrosas voy a velar por ti.

—Ibe-san.

—No por él.

—Pero él no tiene a nadie.

—Y lo siento mucho por ese niño. —Es cortante—. Pero él no es mi niño, tú sí.

•✦•┈┈┈┈┈┈•✦•

—No te pelees con tu papá por mi culpa, no vale la pena.

—Él no es mi papá. —Gruñe—. Es Ibe-san.

—¿Eh? —Ash esboza una sonrisa descarada—. No te pelees con Ibe-san en ese caso.

Eiji sonríe con debilidad, está sentado en el balcón del estudio de arte, vino acá para ventear la mente de lo que está ocurriendo en la mansión puesto que necesitaba aire fresco, más los frondosos rosales envolviendo el balaustre de metal apestan a podrido y tienen los pétalos marchitos estando en plena primavera, el nipón yace acurrucado en un rincón, no esperaba que ese chico viniera a reconfortarlo.

¿Por qué le importa?, ¿por qué tiene la impresión de que es tan infeliz?, ¿por qué cada vez que están juntos tiene la sensación de que le grita por ayuda? Como una última y desesperada señal de auxilio.

A pesar de las cientos de preguntas que quiere hacerle se quedan en silencio viéndose a los ojos con una intensidad meliflua, la piel poco a poco se eriza, se siente mareado y necesita afirmarse clavando las uñas en las baldosas del balcón para no perderse en su mirada, son dos joyas, piensa, sin importar qué tantos tonos mezcle no logra igualar la beldad de su iris, son esmeraldas con grietas, son estrellas aunque parecen muertas, es un incendio del que solo restan las cenizas, una flor sin pétalos, un ave cuyas alas fueron cortadas, una hermosura de exhibición. Fría. Etérea. Inalcanzable. Y aún así, existe un magnetismo que lo obliga a inclinarse para vislumbrar más allá, Eiji se ahoga en sus ojos, se hunde atraído por pura gravedad. Como si rotara a su alrededor. Como si estuviera destinado, intenta elevar sus brazos para salir a la superficie y no puede. Está atrapado.

¿Acaso este es el efecto del que Arthur le advirtió?

Lo duda.

Porque hay algo. Hay algo en Ash Lynx con lo que conecta.

Algo que resulta real o quizás Eiji quiere pensar que lo es porque está aterrorizado con la idea de no vincularse con nadie jamás, ¿qué será? A estas alturas no cree que importe, le están pidiendo auxilio.

—¿En qué puedo ayudarte? —Y Eiji no ignorará un grito de ayuda—. Necesito que me expliques, no lo entenderé de otra manera.

—¿Ayudarme? —Ash impresiona desconcertado por el comentario, casi como sino creyera en lo que acaba de escuchar—. El tal Ibe-san ya te advirtió de lo que podría pasar.

—Pensé que no estabas escuchando, te tapaste las orejas.

—Los ancianos hablan muy alto.

—Ibe-san no toma las decisiones por mí.

—Ja. —Un sonido. Una sonrisa. Un latido de corazón—. No juegues a la rebeldía para contradecir lo que quiere tu familia.

—No estoy jugando a la rebeldía. —Eiji se mantiene impermeable, aunque está muerto de miedo se niega a ceder, una vez alguien le dijo que las estrellas más brillantes eran las más inestables y Ash es lo más luminoso que ha vislumbrado en su vida. Pero sus marcas. Su cuerpo. Su mirada—. Y tampoco tengo la intención de retractarme, por eso estoy poniendo el tema.

—¿Por qué me ayudarías? Asumo que te han hecho la vida imposible dentro de la mansión. —Musita esas palabras con tal congoja que parece que lo acunan igual que una frazada—. Además, Marvin se desquitó injustamente con tu tutor, le quebró los dedos, le arruinó la vida, los subestimé.

—¿Por qué te retractas ahora?

—Porque eres una buena persona. —Sonríe—. No te mereces pagar por los platos que yo rompí.

—Ash. —Tres letras. Un estornudo. Una mirada chispeante. El aludido alza la barbilla temiendo hacer contacto visual, queda condenado cuando aprecia esos ojos venenosamente sinceros, son inocentes como los de un niño—. Voy a ayudarte.

—Pero...

—Y no te lo estoy preguntando.

—¿Por qué?

—Porque eres una buena persona. —Eiji no duda—. Lo sé.

Y a Ash le rompe el corazón que le diga eso.

¿Buena persona? El pensamiento le resulta inconcebible porque si fuera una buena persona todo el dolor al que Dino lo sometió perdería el sentido, esto es un castigo, su "talento" para conectar es un precio que está pagando por sus caídas pasadas, por ende, le hace trizas el corazón escucharlo decir semejantes mentiras con una inocencia tan obvia, Ash debe sostener su corazón para que los cachos afilados no se estrellen contra el suelo al punto de hacerse polvo, pero duele retenerlos y duele tanto que sus bordes afilados ya están destrozando sus palmas, no es más que una montonera de pedazos de cosas que otros rompieron y él trata de sostener por inercia, porque si los suelta no quedará nada e incluso si la vida es una mierda cree que es mucho peor enfrentarse a esa nada.

—No soy una buena persona. —Musita aun sabiendo que no se ayuda.

—¿Eso no me corresponde decidirlo a mí? —Odia que le dé esta clase de respuesta tan impredecible.

—¿Acaso no tienes instinto de supervivencia?

—No lo tengo, muchas gracias.

—¡No es un cumplido! —Gimotea—. ¿En qué diablos me metí? —Y se lamenta porque eso es mucho más fácil a permitirse sentir una pizca de esperanza, ¿realmente alguien está dispuesto a socorrerlo? No tiene sentido a menos que le cobre de regreso, así funciona el mundo, Dino se aseguró de que lo aprendiera a carne viva—. ¿Por qué quieres ayudarme?

—Porque quiero.

—Hablo en serio.

—¿No deberías estar contento de que finalmente accediera? —Se lo pregunta en una risa ligera, casi como si le estuviera agarrando el pelo—. Vaya que eres contradictorio.

—Dime. —Le exige—. ¿Por qué?

—Porque es lo correcto a hacer. —Y la respuesta—. Por eso quiero ayudarte, es lo que cualquier ser humano haría.

¿Por qué la respuesta le rompe aún más el corazón?

Es injusto.

Este niño es tan injusto.

—Bien. —Pero quizás, Ash es aún más injusto por dejarse llevar y saber a qué lo expone, Dino no es un juego, ambos pueden salir verdaderamente heridos—. Pero tienes que prometerme que si sientes que las cosas se ponen peligrosas tomarás a tu tutor y te irás sin protestar, ¿puedes prometérmelo?

—Sí. —Eiji extiende su mano con una sonrisa ilusa, es una bocanada de aire fresco dentro del palacio que Dino construyó y para el propio Ash ¿hace cuanto no hablaba con alguien de su edad? Los perros como Arthur que lamen las suelas por las sobras de poder no cuentan—. Te lo prometo.

Entonces Ash toma su mano y el toque es pura electricidad inyectándose en sus venas, el roce es tan cálido y gentil que lo hace cuestionarse si efectivamente a quienes tocó antes eran seres humanos y se ríe por el pensamiento, claro que lo eran, Eiji es el extraño acá, el forastero, el ingenuo y el que ni siquiera se imagina en dónde se está metiendo, si tiene suerte no se quedará mucho más tiempo, lo debe sacar del panorama cuanto antes.

Son de mundos diferentes.

—Necesito que busques a alguien. —A alguien que fue importante y a quien no ha visto en años, un hombre que tal vez le guarde el cariño suficiente para recordarlo.

—Puedo hacer eso. —La certeza ilumina sus ojos como si fueran estrellas, es deslumbrante—. ¿Cuál es el nombre de esta persona?

—Shorter. —Suspira—. Shorter Wong.

¿Siguen siendo amigos a pesar de lo que pasó?

Y el tema de Shorter efectivamente va para largo pero ese es problema de nuestras versiones de mañana y pasado. Los aus de soulmates realmente me parecen lo más versatil del mundo, así que espero estarle haciendo justicia, pero como siempre, es un honor tenerlos por estos lares.

Nos vemos mañanita~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro