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1. Homesick.

Notas del autor: ¡Hola mis bonitos lectores! Ha pasado un tiempo desde que no me atreví a meterme a un evento, de hecho, desde el año pasado que no estoy en uno, pero últimamente me siento muy feliz y extraño mucho publicar activamente algo, así que acá estamos. Ya tengo un soulmate en esta cuenta, sin embargo, son universos que me gustan demasiado, el tema de tener un alma gemela y que esta se presente en el plano físico de una u otra manera da para cientos y cientos de historias, acá trato de comprimir algunos de mis subtipos favoritos, espero que se entienda y que el universo fluya bien entre comillas. Tenemos lo típico, marcas en las muñecas que hacen alusión al alma gemela, pero también tenemos contadores, fechas, frases, conexiones sensoriales (por ejemplo, ver color por primera vez cuando se conoce al alma gemela) y entre otras. Ojalá se diviertan tanto como yo con este au.

Género: Soulmates/ Slown burn/ Canon divergence/ Drama.

Ship: AshEiji/ WongLung/ MaxGriff, ¿para qué me preguntan si ya quedo como nuestra tríada sagrada?

Advertencias: Lamentablemente en este fic existe Dino y por ende, todas las advertencias relacionadas al canon de BF aplican en esta historia, es decir, tendremos síntomas de PTSD, depresión, ansiedad, referencia a abuso sexual infantil, violencia, comportamientos autodestructivos y cualquier otro que recuerden del manga original. Así que tengan ojito con el autocuidado, siempre se los reforzaré.

Veamos qué tal se entiende el primer capítulo y nada, muchas gracias por el tremendo cariño y apoyo que me dan a pesar del tiempo que pase en este perfil, los adoro con todo mi corazoncito.

Lo primero que le enseñaron cuando se convirtió en artista fue que "la belleza es subjetiva y depende del ojo del espectador".

Si bien Eiji le encontró sentido al razonamiento puesto que él hallaba beldad en lo cotidiano, inmerso en la facultad comprendió que eso era mentira, que existía una línea entre lo que se podía considerar bello y lo que debía ser despreciado para los artistas, esto lo entristeció, si comenzó a pintar fue dado que su carrera de pertiguista se arruinó por una lesión y lo único que lo impulsó a recobrar su cordura fue ver a Ibe pintar, eran meros paisajes, eran calles mugrientas, templos abandonados, asientos de trenes sucios y gente sin cara, su manera de ver el mundo lo encandiló y fue ahí cuando Eiji lo pensó:

«Quiero pintar algo así de bello, ansío hacer eso con mis propias manos, quiero ser así de admirado».

—Ei-chan. —Y aunque se aventuró a Nueva York para cumplir con aquel patético sueño en contra de la voluntad de su familia—. ¿Estás escuchándome?

—Sí. —Suspira acomodándose en los asientos de cuero, regresando al ostentoso vehículo con el cual los pasaron a buscar del hotel—. Lo hago.

—¿Qué te estaba diciendo? —El más joven traga duro, clavando su mirada en los vidrios polarizados.

—¿Podrías repetírmelo otra vez? —Aunque Ibe impresiona molesto por su falta de atención se limita a frotarse el entrecejo con dos dedos como si fueran pinzas y a arrojar el alma en un suspiro, ninguno quiere estar acá realmente, pero acá están, ¿por qué?—. No te escuché bien.

—Es imprescindible que te mantengas muy educado, trata de no opinar ni de ser muy expresivo, acá no son como nosotros. —Cortante. Simple. Imponente—. Ellos son diferentes.

—¿Es por qué son americanos? —El adulto niega.

—Es porque son personas con poder. —Bufa—. Tampoco me gusta la idea de tomar este trabajo.

—¿Entonces por qué lo estamos tomando? —Eiji no es confrontacional—. Este no es tu estilo.

—Porque la familia Golzine puede hundir o impulsar tu carrera, lamentablemente yo entré de alguna u otra manera en su radar y acá estamos, si los hubiera rechazado mi reputación ya estaría enterrada.

—¡Pero si aún no dibujas nada!, ¿cómo podrían enterrarla?

—Así es cómo funcionan las cosas acá, Ei-chan.

—Eso no me gusta. —Masculla abrazándose a sí mismo, oliendo el grotesco aroma del conductor, es un hombre regordete con dedos de mantequilla, gafas de sol y un aire que le pone los pelos de punta por su forma de mirarlos y aun así...—. Hasta él tiene una marca.

—¿Una marca? —Ibe se percata—. Oh.

—Una marca de alma gemela.

—No dejes que eso te deprima. —Sin embargo, el joven no puede quitarle la mirada de encima.

Es apenas perceptible, es un lunar en su nuca demasiado oscuro y esplendente para ser una mancha dentro del plano físico, es una marca de alma gemela, incluso si aparecen en lugares azarosos y usan formas inimaginables para manifestarse, apenas se ven simplemente se sabe.

¿Qué es un alma gemela?

Según dicen es la persona con la que se tiene una afinidad profunda que trasciende lo espiritual, una mitad para un alma a medias, el otro pedazo de tu corazón, tu complementariedad, la pieza que aún le falta a tu rompecabezas pero apenas la pones la imagen cobra sentido, es quien hace que valga la pena todo el dolor atravesado, tu final feliz, tú Nunca Jamás, es el motor de las personas en sociedad.

El problema es encontrarla, podría ser cualquiera ¿cierto? Por eso existen las marcas u otras maneras de manifestarse, por ejemplo algunos tienen una conexión sensorial con su alma gemela sea a través de la música si esa es su pasión, del tacto sintiendo lo que el otro toque, de los ojos viendo el mundo a color la primera vez que se encuentran o despertando otro sentido al momento de conocerse rostro a rostro por primera vez, como si la tierra empezara a girar tras ese suceso y todo lo anterior perdiera la gracia. Es el punto inicial. Los suspensivos. El final.

Algunas se manifiestan con tiempo, hay personas que nacen con un temporizador en su muñeca con una cuenta que puede ser regresiva para conocer a su alma gemela o para un suceso importante en el que se verán envueltos los dos, otros tienen marcas tatuadas en la piel como la posee el conductor, puede ser una frase que dirá el otro, un dibujo, un lunar, una cicatriz, cualquier cosa compartida que sea prueba del vínculo de los dos, inclusive se han visto casos en donde el pecho brilla al descubrirse o brotan flores.

Otras veces la marca es mucho más emocional y se siente cuando el otro vivencia algo como un sexto sentido o un grado de empatía que va más allá de lo humano, como si en vez de ser dos trozos fueran un solo corazón o alma y por lo mismo cuando uno muere el otro también lo hace, cada par de almas gemelas se manifiesta de una manera totalmente distinta a la otra, es totalmente impredecible.

¿Cómo se manifiesta la de Eiji entonces?

Simple.

No lo hace.

Porque su alma gemela está muerta o eso fue lo que los doctores le dijeron.

—¿Qué tanto miras? —Y claro que el conductor nota su persistente mirada sobre su marca, se repite que aborrece esa clase de universos cuando daría lo que fuera por tener un alma gemela—. No vayas a decirme que eres de esos fenómenos sin ninguna marca.

—Yo no...

—¿Es en serio? —La grotesca sonrisa del conductor se refleja en el espejo retrovisor—. Es en serio.

—Sí. —Vergüenza. Humillación. Despojo. Indigno ser humano—. Soy de esos.

—Ja. —El conductor frena—. Así que eres de esos fenómenos, Papa Dino va a quedar encantado, no suelen visitarlo los sujetos del circo, ¿cómo sigues vivo así?

—Oye. —Ibe endurece la voz—. Limítate a hacer tu trabajo y a llevarnos.

—Y tú limítate a recordar lo que eres. —El conductor abre la puerta—. Un simple pintor de cuarta al que Papa Dino quiso darle una chance, deberías estarte arrastrando para mostrar tu gratitud.

—No intimides a los invitados, Marvin. —Un hombre mucho más fornido, alto y atractivo irrumpe la conversación—. Ya te lo advirtieron una vez, no me hagas acusarte de nuevo.

Tch. —El conductor gruñe—. Esto no es asunto tuyo, Blanca.

—No me gustaría que los invitados se llevaran una mala impresión de nosotros ¿sabes? —Existe una tonada desafiante bajo el tenue acento tosco con el que envuelve cada palabra—. Odiaría informarle sobre tu comportamiento, sobre todo sabiendo que estás a prueba.

—Eres un hijo de puta. —Brama—. Haz las cosas como quieras, no es mi problema si luego te quieren castigar por andar de insolente.

El hombre con el nombre de todos y de ningún color abre la puerta trasera extendiéndoles una mano con una sonrisa galante y una mirada astuta para decirles:

—Por acá, caballeros.

Y sacarlos del automóvil.

Eiji queda boquiabierto apenas pone un pie en la mansión de Golzine, no parece un lugar real, acaba siendo su primer pensamiento gracias a su interior lujoso y a su aire de alcurnia, cada detalle es toda una obra maestra de la elegancia y la opulencia, un deleite para la vista con un salón dorado, cuadros de pintores reconocidos, muebles tan antiguos que si se acercara lo suficiente oiría sus historias, aun con los candelabros cálidos que realzan la belleza de los materiales nobles y el mármol pulido, algo...

Algo no se siente bien.

—¿Qué tanto me ves? —Eiji se sobresalta percatándose de que tiene los ojos clavados en uno de los guardias de Golzine, no fue consciente, asume que su mente buscó cualquier artimaña para dejar su malestar de lado. Tiene un mal presentimiento. Uno terrible—. ¿Entiendes lo que digo o quieres que te active los subtítulos, nihao?

—Eso es racista. —Eiji farfulla para sí mismo, el ambiente es lúgubre y fosco, a pesar de los inmensos candelabros las cortinas se encuentran cerradas dándole un aire de jaula—. Entiendo perfectamente el inglés. —Miente, pero es una mentira blanca—. Y lo que dijiste fue en chino.

—¿Sí? ¿Entonces qué tanto me veías?

—¿Eres Ash? ¿A quién debemos pintar? —La pregunta le arranca una risa colérica al chico, tanto Ibe como él se encuentran sentados en un sillón de piel que le pone los pelos de punta, hay por lo menos diez guardias observando cada uno de sus movimientos y eso lo hace tiritar. Es escalofriante.

—¿Qué te hace pensar esa asquerosidad? Vaya insulto.

—Porque dijeron que él es rubio. —Intenta salvarse—. Y tú lo eres.

—Ni siquiera sabes cómo debe lucir el bastardo.

—¡Arthur! —Marvin lo calla—. ¿Qué harás si te escucha? Intenta mantener la compostura.

Tch. —El joven chasquea la lengua inclinándose hacia donde se hallan los nipones, encerrando con su cuerpo a ambos—. Préstale atención a los retratos de la mansión para tener una idea, tarado.

Antes de que pueda protestar sus ojos se clavan en los nudillos de Arthur, resulta evidente que en el lugar existía una marca de alma gemela por sus vestigios brillantes y casi desgarradores, sin embargo, la horrorosa cicatriz que recubre la piel al punto de mutilarla como si hubiera tratado de exterminar el vínculo terminando con la conexión física es lo que remece sus entrañas, Eiji daría lo que fuera por tener una marca mientras que Arthur la tiene pero...

—Tu marca está mutilada. —Eiji se muerde la lengua, arrepentido de su impertinencia—. Yo no... no quise fijarme, perdón.

—No tienes idea de cuál es tu lugar, ¿cierto? —Más, Arthur solo se ríe con saña y se aleja—. El golpe te va a doler más de lo que crees, mocoso.

—¿Eso es una amenaza?

—Tómala cómo quieras. —Arthur retrocede—. Pero mi marca no siempre estuvo mutilada.

Eiji no tiene tiempo para preguntar cuando la atmósfera perece, se escuchan pasos seguidos del eco de un bastón. Tap, tap, tap. La actitud de absolutamente todos los guardias cambia para que adopten una postura de estatuas, mezclándose con los muebles de la mansión, Ibe acomoda su palma encima de su puño cerrado, está respirando hiperventilado y aunque la cálida sonrisa de su tutor no arranca sus traumas, lo conforta en cierta medida. Porque Ibe es así es que Eiji está acá. Sin marca. En contra de la voluntad de su familia. Sin un alma gemela. Siendo una mitad.

Debería haberse devuelto a casa.

—Bienvenidos.

Pero finalmente lo conocen en persona.

—Dino Golzine.

Lo primero que llama su atención son sus ojos, son verdes no obstante impresionan estar empañados de maldad, recubiertos por una capa de algo oscuro casi como si estuvieran barnizados con brea, Eiji se las arregla para ignorar el mal presentimiento que le ruega que huya. Corre, corre, corre. Se queda en la reunión, Golzine no es exigente, pide que hagan un retrato digno de su primogénito que plasme su belleza etérea antes de que se haga cargo de los negocios familiares, Eiji no comprende esa brecha porque su familia no funciona así. Es extraño. Aunque Dino narra y le dedica palabras amorosas a su hijo, de repente hay caras, hay miradas, hay lamidas de labios que no...

Extraña a su casa, en Japón no pasan estas cosas.

—Necesito que lo pinten lo más pronto posible.

—¿Por qué? —Ibe está genuinamente curioso—. ¿Cuál es la prisa?

—Ash tiene una condición especial. —Explica—. Nació sin un alma gemela, tienen que pintarlo antes de que sea muy tarde y quede marcado otra vez.

—¿Nació sin un alma gemela? —¿Como yo?

—Pero es distinta a la condición usual, verán, la mayoría de las personas que carecen de alma gemela sea porque murió o por alguna otra razón deben resignarse a vivir en una tristeza profunda, se siente constantemente el vacío de estar incompleto, no solo la marca, es ser una simple mitad en un mundo donde necesitas estar completo para sobrevivir.

—Ya veo. —Eiji lo entiende o al menos cree hacerlo, ¿por eso él se sentirá incompleto?—. ¿Qué cosa hace que su hijo sea especial? —Golzine sonríe cómo si hubiera estado esperando dichosa pregunta.

—La mayoría de las personas se quedan así, pero la condición de mi hijo le permite formar un vínculo temporal con quien elija, por supuesto, esto deja marcas en su cuerpo y secuelas psicológicas, es algo así cómo un alma gemela artificial, es como un cargador universal, listo para recibir a cualquiera que desee conectarse.

—¿Qué? —Eiji palidece, no puede creerlo, no ansía creerlo—. Debe ser una broma. —Ríe—. ¿Cierto?

—Nunca he hablado más en serio en mi vida, chico.

—¡Eso es horrible! —A Ibe se le sale el terror—. Se supone que el vínculo es sagrado, ¿qué ocurre si se conecta con una persona mala o si se desgasta demasiado? No es un tema para estar jugando, no puedo imaginarme que alguien se quiera prestar de voluntario para algo tan horrible.

—¿Qué tiene de horrible querer compartir ese regalo con los demás? Claro, no es gratis sentirlo, es un lujo que mi hijo provee.

—Lo hace sonar como si lo vendiera.

—¿Es así?

—Sí. —Lo confronta—. Se escucha casi como prostitución de alma.

—¿Quiere un consejo, Shunichi? —Dino le sonríe, más, es una advertencia—. Manténgase al margen de las cosas que no le incumben o se arrepentirá, está acá para pintarlo durante su "descanso" antes de que lo vuelvan a marcar, no se pase de la raya.

—Pero...

—Si me disculpa, voy a traérselo para que lo conozca.

Eiji se queda inmóvil en el sofá, congelado, ni siquiera logra respirar por lo surreal que se sintió toda la charla con Golzine, sus ojos queman reflejando el asco del shock, tiene que llevarse la palma hasta la boca para tragarse una arcada porque se siente como si Dino le hubiera pegado un puñetazo sobre las costillas, dejándolo sin aire en los pulmones, de pronto, el cuarto parece distorsionado y entonces extraña realmente a su casa porque ahí no existían esa clase de pesadillas ¿fue en serio? No entiende cómo alguien puede prostituir de semejante manera el alma de su hijo, es imposible que ese tal Ash lo haga voluntariamente ¿cierto? Aunque ¿qué diablos sabe Eiji? Nunca podrá experimentar algo así gracias a su naturaleza.

Tal vez se siente bien hacerlo.

O tal vez quiere justificarlo porque la indiferencia con la que Golzine lo refirió fue casi inhumano y lo asustó.

—Perdón por traerte a esto. —Ibe recobra la compostura, más sus ojos siguen nublados, quizás sean más abiertos de mente los americanos en relación al vínculo pero en Japón es algo sagrado—. Quería que te distrajeras de todo el tema con tu familia, ellos se pusieron muy duros contigo por tu falta de marca y pensé que pintar te ayudaría, pero al final acabamos metidos en algo peor.

—Ibe-san.

—Perdón, Ei-chan. —Le sonríe con tristeza—. Parece que también te fallé. —No obstante, el aludido niega.

—Está bien. —Lo calma—. No podías saber qué pasaría de esta manera. —Y él realmente no lo culpa.

—¿Quieres irte?

—Dijiste que no podíamos irnos por tu reputación.

—Ei-chan. —Ibe es serio—. No tengo un buen presentimiento acerca de esto.

—¿Por la diferencia de costumbres?

—No. —Susurra por si acaso—. Algo en Golzine no me cuadra ¿te fijaste en cómo se refirió a su hijo? No fueron sentimientos paternales los que me transmitió, además ese chico tiene 18 años, ¿no crees que la brecha etaria es demasiado grande? Es sospechoso, deberíamos salir mientras podemos.

—Pero... —Eiji no quiere ser un cobarde—. No quiero darte problemas.

—No es por ti. —Ibe se suaviza—. Yo te estoy ofreciendo irnos.

Sin embargo, las puertas se abren una última vez.

Hermoso, es su primer pensamiento.

Él es hermoso como las rosas arrojando sus últimos pétalos antes de secarse, como las hojas repletas de matices dorados y cobrizos a punto de perecer en la brisa, como un copo de nieve antes de derretirse y chocar contra la acera, es el humo que se escabulle en una sonrisa traviesa al otro lado del bar, la capa ambarina sobre un trago, la crisálida que queda atrás cuando la mariposa sale del capullo, siempre iridiscente y lúgubre, es hermoso como una obra de arte sublime, etérea e inalcanzable, es hermoso como todas las cosas rotas lo son. Ash. Hermoso como las cenizas.

Y aunque su beldad resulta paralizante los ojos de Eiji se clavan directamente en su muñeca pequeña y perlada con un brillo lechoso que le da un aspecto de mármol.

Gracioso ¿no? Encontrarse era imposible siendo líneas paralelas que si bien, coexistían en el mismo espacio no estaban destinadas a colisionar en sus trayectorias, mientras más granos de tiempo caían en el reloj que llamamos vida más apartados estaban, pero entonces ocurrió, fue deslumbrante, fue cegador, fue inesperado, fue una intersección en la que sus caminos se entretejieron por el capricho del azar.

Cinco palabras. Diez sílabas. Veintiséis letras. Una frase.

«Mi alma siempre estará contigo».

Una marca.

Poco a poco se irá entendiendo el tema de Ash, pero para hacerla simple a "voluntad" propia puede conectarse con quien quiera como si fuera un cargador universal en palabras de Dino, mientras más avancemos en este au más grande se vuelve el concepto de alma gemela y esa es una de las cosas que me gustan de este escrito, primero nos enfocamos más en Eiji y luego pasamos a Ash, pero en este fic trato de mantener la tercera persona variada y no Ash-centrista como el 99% de mis otras historias.

Mil gracias a quienes leyeron hasta acá, espero que les haya gustado y nos vamos con fe para terminarlo en abril, miren que en abril con el fics de idols comenzó mi tragedía anunciada de no terminar ningún evento a tiempo y este año me siento con harta más energía y terquedad para sacarlo adelante. Nos vemos mañanita~

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