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85. Peleas.

Principios de enero de 1969

Narra (TN)

Las cosas entre los chicos van de mal en peor. Paul me cuenta que desde que volvieron al estudio no han hecho otra cosa que no sea pelear; mi prometido atribuye las constantes discusiones a Yoko, quien no ha faltado a ninguna sesión. Cuando le pregunté por el bebé que esperaba de mi hermano, McCartney me contestó que ya no estaba embarazada, ¿por qué John no me habría contado nada?

El bajista tampoco me cuenta mucho, sólo me dice lo que a él no le parece, pero nunca cómo se encuentra Pattie o la familia de Ringo, aunque creo que no debo preocuparme por quien no se preocupa por nosotros. No he recibido ninguna llamada de Ringo, George o John en mucho tiempo. Fue extraño que no me felicitaran en mi cumpleaños.

Mi pancita de embarazo, de casi dos meses, apenas es visible, pero el orgulloso papá insiste en tomar fotos cada que puede. McCartney dice que adora verme encinta con su bebé, nunca lo había visto tan entusiasmado. Martha se ha comportado muy linda conmigo, permanece a mi lado siempre que puede, Paul piensa que ella también siente que viene un nuevo bebé y sólo quiere protegerme. Mary todavía no comprende que Paul y yo vamos a tener otro hijo, pero creemos que en unos meses lo hará.

10 de enero

Narra Paul

Besé el vientre de mi prometida y luego lo acaricié. Era asombroso cómo crecía y crecía. Había esperado muchísimo para contemplar ese espectáculo, me lo perdí la primera vez, pero eso no se repetiría.

—Buenos días, bebé—le susurré al vientre—. Aún no te veo y ya te amo, ¿puedes creerlo?

Puse mi oído en el vientre de mi prometida para escuchar y sentí un golpecito leve. Me emocioné muchísimo y desperté a (TN) con muchos besos, tenía que contarle lo que había pasado. Ella soltó un gruñido y me miró con el ceño fruncido.

— ¿¡Qué quieres, McCartney?!—gruñó—. Sabes cuánto detesto que me pongas la barba en la cara cuando duermo.

Sonreí. Me había dejado crecer la barba y el cabello, y me gustaba molestar a mi prometida con ello. Se veía linda enojada.

—El bebé me acaba de patear—le confesé con una sonrisa.

—Eso se siente hasta el quinto mes, Paul—me confesó, haciéndome sentir frustrado—. Tengo hambre, quizá eso fue lo que sentiste.

—Trabaja un desayuno—dije, levantándome de la cama para ir a la cocina.

— ¡No!—exclamó (TN), levantándose de prisa—. ¡Debes estar en el estudio en veinte minutos!

— ¡No quiero ir!—salí de la habitación riendo. Miré atrás: (TN) no venía—. ¿Mi amor?

Regresé a la habitación y escuché que estaba vomitando en el baño. Corrí y tomé su cabello para que no se ensuciara, al mismo tiempo que acariciaba su espalda. Terminó de vomitar y la abracé.

­—Lo siento, linda, ojalá pudiera ayudarte al menos con las náuseas. Sería un placer para mí. Es mi bebé también, y me siento impotente en estas situaciones, dejándote todo el trabajo.

—Cállate y deja que me lave los dientes.

Asentí y salí de la habitación para ir a hacer el desayuno antes de irme. Mi prometida cambiaba de humor de un segundo al otro, pero Aaron y el doctor dijeron que eso pasaría con el embarazo, debía ser tolerante.

——————————

Llegué a los Twickenham Film Studios y saludé al personal de cámaras. Los chicos y yo habíamos decidido que a partir de ahora todo lo que hiciéramos sería documentado. Y, aprovechando que debíamos grabar un nuevo álbum, trajimos camarógrafos para filmar nuestros ensayos. A la gente le iba a encantar vernos tocar juntos, nosotros necesitábamos estar juntos. El grupo tenía que estar unido.

(TN) me había acompañado a las primeras sesiones, pero prefería quedarse en casa para cuidar de Mary. Aunque las veces que vino conmigo, aprovechó para sacarnos fotografías.

—Llegas tarde, como siempre—bufó Lennon cuando llegué—. Me pregunto qué haces por la mañana, Yoko piensa que no tienes paz en tu vida y por eso estás siempre corriendo.

—Cállate, Lennon.

Yoko eso, Yoko esto, Yoko aquello. John dejó de tener mente propia cuando conoció a esa maldita japonesa que le lavó el cerebro. George estaba en el fondo practicando con su guitarra, lo cual estaba bien, porque últimamente no tocaba de lo mejor.

Me senté frente al piano y todos tomaron sus lugares para iniciar la sesión. Había cámaras en varias partes para documentar lo que hacíamos porque teníamos la intención de lanzar una película. Empezamos con The Long And Winding Road, después seguimos con Let It Be, luego Don't Ley Me Down, para proseguir con Get Back. Todos lo estábamos haciendo excelente, excepto George.

—Sé que es una parte complicada—le dije a Harrison.

—No es nada complicado—contestó George—. Si quieres, me limito a tocar los acordes.

—Estoy intentando ayudarte—le expliqué—, pero cada vez que digo algo te enfadas.

Él murmuró algo entre dientes.

—Mira, mira, no estoy tratando de decir que...reaccionas como si estuviera diciendo...—suspiré—. Es lo que hablamos el otro día, no me estoy metiendo contigo. Lo único que intento decir...mira, es por el grupo... ¿por qué no lo intentamos así?

Le mostré un ritmo para que siguiera con su propia guitarra. Harrison lo intentó, soltando un bufido.

—Es gracioso que sólo pase...

— ¿Crees que la canción necesita guitarra?—cuestioné, creyendo que no era muy necesaria.

—No me importa—respondió George con enojo—, yo hago lo que tú quieras que haga, y si prefieres, no hago nada. Hago lo que te parezca bien.

Me quedé callado y seguimos ensayando. Poco después tuvimos un merecido receso. Ya llevábamos toda la mañana trabajando, y aún faltaban algunas cosas por mejorar. Antes de regresar al estudio, George se acercó a mí y a los otros Beatles.

—Nos vemos, estoy harto de todo esto—fue todo lo dijo, antes de dejar el estudio.

Miré a John con preocupación, pero él no estaba afectado como yo. Sabía que yo había provocado que Harrison se fuera, pero si él hubiese tocado bien, no habríamos llegado a esto. Primero Ringo, ahora George, ¿quién seguiría?

—Traeremos a Eric Clapton—dijo John con cinismo—. Él es igual de bueno, y no es semejante dolor de cabeza.

— ¡No!—contesté.

——————————

Después de una exhaustiva sesión, llegué a casa. Martha fue la primera que me recibió con alegría, seguida de mi prometida. Era muy tarde, casi medianoche, creí que estaría dormida.

— ¿Qué tal el día?

—Agotador—contesté—. George dejó la banda, parece que a nadie le interesa la unidad del grupo, sólo a mí.

—Paulie...—comenzó a darme masaje en los hombros—. Déjame ayudarte a olvidar tus problemas, al menos por una noche.

Se acercó a mis labios y me besó, yo no correspondí. Tomé sus manos y la aparté de mí, no me apetecía tener sexo; me sentía muy mal para hacer algo así, y el cansancio me estaba matando.

—Escucha, por una sola maldita noche no quiero tener sexo, ¿puedes entenderlo o necesitas que te lo explique para que lo comprendas?

Ella me escudriñó con la mirada y luego subió las escaleras corriendo para encerrarse en nuestra habitación con un portazo. Eché mi cabeza hacia atrás y me sentí más tenso que nunca. Con eso del embarazo, no podía decirle nada a (TN) sin que se molestara conmigo; pero, si de algo estaba seguro, era que no quería tener problemas con ella.

Subí las escaleras e intenté abrir la puerta de nuestra recamara, pero la perilla no giró. Mi prometida debió haberla cerrado con seguro. Suspiré y llamé a la puerta. Ella no me contestó.

—Cariño, lamento no complacerte—dije—. Es sólo que...todos los asuntos de la banda y el nuevo disco, me tienen muy tenso. Son demasiados problemas y, créeme, lo que menos quiero es tener problemas también contigo. Perdóname.

—Yo no tengo la culpa de tus problemas en la banda...

—Lo sé—respondí—, no debo descargar mi tensión contigo, mi amor. Y prometo que no lo volveré a hacer, quiero ser el mejor esposo de todos. Por cierto, ¿cuándo te gustaría convertirte en mi esposa?

—No intentes cambiar el tema, Paul.

—Es que...vino a mi mente. ¿Qué fecha te agrada?

—Pues...no quiero que mi pancita se note mucho en nuestro gran día.

—Entonces debe ser lo más pronto posible porque mi bebé es cada día más grande—musité—. A mí me parece muy bien, ya sabes, entre más pronto, mejor. Tengo marzo libre.

—Me parece excelente, en marzo será.

— ¿Vas a dejarme dormir contigo o tendré que ir al sofá? Ya te dije que estoy muy arrepentido por lo que hice, y prometí que no lo volveré a hacer.

Escuché que el seguro de la puerta botó y sonreí ampliamente.

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