60. El cumpleaños de Paul.
*Publicado originalmente el 18 de junio de 2016*
Junio 18
Narra (TN)
Me levanté de la cama muy temprano, dejando a McCartney solo. Necesitaba aprovechar que seguía dormido para hacer todos los preparativos del regalo que le haría. Mi novio cumplía veinticuatro años y yo quería darle la mejor celebración de cumpleaños que alguien le pudo haber dado en su vida.
Pero lo primero era lo primero, fui a revisar a Mary a su recámara. Tal y como esperaba, seguía profundamente dormida; ahora tiene seis meses y duerme casi diez horas seguidas por la noche. Anoche Paul la tuvo despierta jugando con su guitarra hasta las once, lo cual me daba hasta las nueve de la mañana, quizá un poco más, para realizar mis planes.
Fui despacio al vestidor y busqué la lencería que había comprado para hoy; después me puse un traje de policía que sabía iba a derretir a Paul de deseo. Me peiné de una forma que fuera sencillo dejar libre mi cabello. Y los tacones no podían faltar tampoco. Sonreí maliciosamente ante el espejo luego de haberme vestido; ya quería ver la cara de McCartney.
Fui a nuestra habitación, haciendo el menor ruido posible, y comprobé con alivio que el amor de mi vida seguía durmiendo. Me aclaré la garganta un poco para darme algo de valor, jamás había hecho lo que estaba a punto de hacer. Fui hasta el tocadiscos que había en la habitación y coloqué un vinilo especial para la ocasión. Al colocar la aguja, la música que me serviría de guía comenzó a sonar. Paul soltó un quejido y comenzó a desperezarse antes de mirarme.
—Mi amor...—dijo con la voz un poco ronca.
—He venido a arrestarlo, señor McCartney—respondí en forma seductora, con una especie de ronroneo.
Caminé hasta una silla que había colocado en medio de la habitación mientras acariciaba mi cuerpo ante la atenta mirada de Paul. Luego de algunos movimientos, le di la espalda a mi novio y me deshice de la prenda superior del traje; di media vuelta y lancé la prenda hacia donde él se encontraba. Él la miró por un momento, pero luego regresó su vista a mí. La prenda inferior no tardó mucho en terminar en el suelo también. Subí una pierna a la silla y acaricié mi cuerpo, McCartney ni siquiera parpadeaba. Me quité los tacones y me di media vuelta para desabrochar mi sostén y darle una perfecta vista de mi espalda. Encaré a Paul de nuevo y me retiré el sostén de la forma más lenta y seductora que pude. Observé cómo mi novio se quitaba la sábana de encima, dejándome ver lo erecto que ya se encontraba su miembro bajo su bóxer, el bajista tenía la boca entreabierta y se notaba que su respiración se estaba agitando. Al igual que había hecho con todo lo demás, retiré mis calzoncillos. Por último, liberé mi cabello.
— ¡Por Dios!—exclamó Paul, levantándose y caminando hacia mí. Sus ojos despedían lujuria—. Soy muy afortunado por tenerte...eres una obra de arte, (TN).
—Feliz cumpleaños, mi amor—le dije, dándole un beso rápido—. ¿Te gustó el traje?
—Me encantó—contestó—, me hiciste levantar algo más que las manos, preciosa.
—Sobre eso...hoy estoy dispuesta a cumplir todas tus fantasías.
— ¿Todas?—preguntó, mirándome picaronamente.
—Sí, ¿hay algo que quieras que hagamos?
Pareció meditar las cosas un momento, antes de verme a los ojos con malicia. Llevó su mano a mi cara y pasó su dedo índice por mis labios, antes de insértalo lentamente en mi boca.
—Se siente muy bien aquí, es cálido y muy húmedo—musitó, moviendo un poco su dedo—. La fantasía que quiero que me ayudes a realizar es...quiero que... ¿podrías?
No entendía a qué se estaba refiriendo. Fruncí el ceño y él sacó su dedo de mi boca. Colocó sus manos en mis hombros y me obligó a arrodillarme de frente a él. Ahí comprendí qué era lo que estaba planeando.
—Paul...no sé hacerlo—él se quitó el bóxer, liberando su firme erección.
—Sé que podrás, preciosa—dijo y tomó su miembro para recorrer mis labios con la punta—. Abre tu boca.
Obedecí y él no tardó en meter su miembro en mí. Cerré un poco e hice presión, quizá así debía hacerlo.
— ¡Ay!—exclamó al mismo tiempo que dio un respingo.
Me aparté de él y lo miré con preocupación. El bajista llevó sus manos hasta su miembro y comenzó a sobarse. Creo que lo lastimé, no debí haberlo hecho. Probar nuevas cosas en esto no era lo mío.
— ¿Te-te lastimé?—pregunté con temor.
—No—contestó—, estoy bien. Sólo...debes tener cuidado con los dientes, porque si no me morderás y la punta es muy sensible.
—Mejor sólo utilizo las manos, eso sí lo sé hacer.
—Vamos, mi cielo—me incitó—. Sé que puedes hacerlo. Haz otro intento, si no te gusta, desistimos y volvemos a lo convencional.
Suspiré y tomé su miembro para conducirlo a mi boca, de verdad quería complacerlo. Lo introduje en mi boca y apreté con los labios un poco, cuidando que mis dientes no lo tocaran, era un tanto complicado porque el pene de Paul se volvía muy grueso al estar erecto.
—Así, nena—dijo y dio unas cuantas "embestidas" a mi boca—. Ahora usa tu lengua, será divertido.
Dejó su miembro dentro de mí y comencé a mover mi lengua alrededor. Tenía un sabor salado y era muy suave; los líquidos pre-seminales que emitía también eran muy salados. Llevé una mano al cuerpo de su pene y empecé a moverla, haciendo soltar a Paul varios quejidos de placer. Lo estaba haciendo bien. El bajista alcanzó mi otra mano y la colocó sobre sus testículos. Les di unos muy leves golpecitos y luego los acaricié, sabía lo delicados que eran y no quería dañarlos. Nunca había tocado tanto la intimidad de Paul. Retiré el miembro de McCartney de mi boca y alcé la vista, mi novio me miraba atentamente.
— ¿Por qué me miras?—cuestioné antes de volver a hacer lo mío.
—Me excita mucho verte chupando mi pene—contestó sin pudor, tomando mi cabello en una de sus manos para que pudiera ver mejor mi cara—. Lo haces bastante bien, bonita... ¡ah! ¡Mi amor!...voy a llegar; si no quieres que lo haga en tu boca, retírate, preciosa.
Pero yo tenía curiosidad, así que no me retiré.
— ¡(TN)!—exclamó con sumo placer, dando un tirón a mi cabello; y yo sentí cómo me llenaba con sus un tanto amargos fluidos—. ¡Ah!
Sentí náuseas, no creí que fuera tanto. Solté una arcada. Como pude, me retiré un poco y tragué una parte del fluido, lo demás había escapado de mi boca. McCartney acercó su miembro a mí y movió su mano desde la base a la punta. Salieron un par de gotitas más, mismas que limpió con mis labios.
Narra Paul
Apenas me recuperé del maravilloso orgasmo que (TN) me había brindado, la tomé en mis brazos y la deposité en nuestra cama para darle dulces besos. Todavía tenía rastros de mi semen en su rostro, así que me levanté para buscar algo con qué limpiarla, lo hice con un poco de papel que había en la mesita auxiliar.
—Eso fue más que asombroso, nena—dije—. Nunca había hecho eso con nadie, gracias por cumplir mis fantasías, preciosa.
—Feliz cumpleaños, Paulie—dijo.
—Gracias, mi vida, gracias por todo.
Mary comenzó a llorar, agradecía que lo hubiera hecho después de nuestra sesión de pasión. Le di un beso rápido a (TN), me levanté para ponerme el bóxer y fui a ver qué necesitaba mi niña. Estaba en su cuna, agitando sus manitas en el aire. Cuando me vio, estiró sus bracitos hacia mí, pidiendo que la levantara. La tomé en mis brazos y le di un beso en la frente.
—No llores, pequeña, aquí está papá.
—Pa-pá.
Abrí los ojos y sonreí. Lo había hecho: ¡dijo papá! Fui corriendo a mi habitación y me acerqué a (TN), quería que ella también fuera testigo de lo que Mary había dicho. Mi novia, quien se había puesto la camisa que usé el día anterior, nos miró con curiosidad, sin saber el porqué de mi repentino arrebato de euforia.
—Lo hizo, mi amor—comenté con entusiasmo—. ¡Dijo "papá"!, ¿verdad Mary?
— ¿Habló?—preguntó ella y yo asentí.
—Mary, di "papá"—le pedí.
Mi princesa sólo sonrió tímidamente y se giró hacia mi pecho para que no la siguiéramos viendo. (TN) sólo se rió levemente y besó mi mejilla.
—Creo que sólo fue tu imaginación, mi amor.
—Te juro que no, dijo "papá"—miré a mi bebé—. Princesa, di "papá". Muéstrale a mamá que no estoy mintiendo.
Silencio. Parecía que Mary, quien me miraba inocentemente, estaba dispuesta a dejarme como un mentiroso ante el amor de mi vida y su madre. (TN) se acercó un poco a ella.
—Ma-má.
— ¡Dijo "mamá", Paul!—exclamó mi novia, besándome en los labios con mucho amor—. ¡Mi niña dijo "mamá"!
—Sí, pero primero dijo "papá".
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