57. La primera.
Narra Paul
Pasamos lo que restaba de la mañana conversando de Mary y de cómo (TN) y yo habíamos solucionado nuestro enorme malentendido. Mi familia estaba haciendo sentir a mi novia muy bien, todos los comentarios que hacían de ella eran positivos. Creí que todo iba a estar bien.
—Eres una chica muy valiente como para haber decidido tener al bebé tú sola—le dijo Angela.
—Bueno, Paul siempre fue el amor de mi vida, y lo sigue siendo—respondió—, puede que estuviéramos atravesando un enorme conflicto, pero mi bebé no tenía la culpa de nada. Un amigo me hizo darme cuenta de eso, que Mary era una pequeña inocente que no debía pagar por los errores de sus padres. No me importaba criar a mi hija sola, ella tenía derecho a vivir y yo no iba a negárselo.
—Es totalmente cierto lo que dices—musitó Angela—, tus palabras son muy bellas.
—Por eso sé que me enamoré de la mujer indicada—dije y le di un beso en la mejilla.
—De verdad me alegra mucho que hayas perdonado a mi hijo—le dijo papá a mi novia—, tú eres la mujer perfecta para él; y le hiciste una hermosa princesa.
—Mary es tan tierna y bonita que me dan muchas ganas de escribirle a la cigüeña también—dijo Mike con una sonrisa.
—Nada de escribirle a la cigüeña, hijo—lo reprendió papá—, primero quiero verte con un buen trabajo y casado. Es lo correcto. —Nos miró a (TN) y a mí—. Por cierto, ¿cuándo será su boda?
—Todavía no lo sabemos—respondí tímidamente, sintiendo cómo mi novia se ponía tensa.
—Espero que no se tarden mucho—dijo papá—. No les conviene a ninguno de los dos solamente vivir juntos. Para un famoso, no está bien tener hijos ilegítimos, porque tarde o temprano la prensa lo descubre; y es todavía peor para la mujer, porque tiene un hijo con un hombre que la puede dejar en cualquier momento.
—Todo estará bien, papá—no entendía cómo se había atrevido a decir algo así, luego de elogiar a mi novia—. Mary está reconocida, tiene mi apellido, no habrá problema si la prensa sabe de su existencia; y yo jamás dejaré a (TN), ni siquiera por todo el dinero, fama o mujeres del mundo. Ella es mi todo, no necesito más.
—Entonces cásate con ella.
—Ella no está lista para casarse conmigo...
— ¿Pero sí lo está para tener hijos contigo?—su tono de voz era sarcástico—. Eso me suena a que quiere retenerte únicamente, ¿o acaso sólo es por el dinero?
—Basta, Jim—intervino Angela.
Suficiente. No iba a permitir que alguien hablara de (TN) de esa manera, ni siquiera mi propio padre.
— ¡Eso no te incumbe!—le espeté—. ¡Y no voy a permitir que hables así de la mujer que amo! Si el asunto de la boda te incomoda tanto...no volveremos hasta entonces. Quizá en unos diez o veinte años, nosotros decidiremos.
— ¡Haz lo que quieras, estrellita! Eso de tener fama no te ha sentado nada bien...
— ¡James!—le reprendió Angela.
—Quisieras haber tenido todo lo que yo tengo...
— ¡Paul!—(TN) me dio un codazo y comprendí que debía callarme.
Se hizo un silencio incómodo. Nadie sabía cómo romper el hielo. De todas las personas del mundo, mi papá era la última que creía que iba a reaccionar de esa manera. Supuse que me comprendería, pero no fue así. Miré a mi novia con disimulo, tenía la cabeza gacha. Estuvimos así por casi diez minutos, pero a todos nos pareció una hora o quizá una semana entera.
—Bueno, supongo que tengo que ir a comprar un par de cosas para hacer la comida—comentó Angela mientras se levantaba del sofá—. ¿Vienes conmigo, Ruth?
Mi hermanita asintió y siguió a su madre apresuradamente. Papá las observó salir y luego nos miró a nosotros. Lucía deprimido, supe que le había afectado mucho discutir conmigo.
—Lamento haber dicho todo eso—su disculpó con (TN) primero—. Me exalté y no pude controlarme. Como dije antes, eres la mujer perfecta para mi hijo, se ve que lo amas de verdad. Eres la primera, y espero única, chica que de verdad ha enloquecido a mi hijo —Me vio a mí—. Ustedes decidirán cuándo será el momento más propicio para casarse, yo debo respetarlos porque es una decisión que sólo ustedes pueden tomar. Perdónenme por lo que acaba de pasar.
—Disculpas aceptadas—dije, en nombre de los dos. Mi padre sonrió un poco—. También quiero que me perdones tú a mí, no medí lo que estaba diciendo. Soy un torpe, papá, perdón.
—Yo empecé todo, hijo—sonrió levemente—. Pude haber sido muy rudo al discutir, pero sabes que este viejo te quiere mucho en el fondo.
—Y yo te quiero mucho a ti.
—Me parece que tengo que acompañar a Angela y a Ruth—dijo—, que sea el hombre de la casa no significa que no pueda ayudarles. Se quedan con Mike en su casa.
(TN) y yo sonreímos y él prometió que no se demorarían mucho. Mi hermano seguía jugando con Mary. Pasé mi brazo por detrás de los hombros de mi novia y la atraje hacia mí para susurrarle al oído que la amaba más de lo que ella se imaginaba, luego le di un beso en la mejilla.
—Paul...—me aparté de (TN) bruscamente.
— ¿Sí, Mike?
—Voy a ir a ver a mi novia, ¿me dejarías llevar a Mary conmigo?
—No—respondí sin rodeos.
—Está bien, Mike—le dijo (TN)—. Puedes hacerlo, a Mary le hará muy bien convivir con su tío.
—Bien...—gruñí, rodé los ojos y sonreí forzadamente—, pero cuídala muy bien. Recuerda que no es un juguete, es mi bebé; y si le pasa algo...
—Ya entendí—musitó—, no soy un niño pequeño, Paul.
—Hablo en serio, Mike—dije—. Es mi primera princesa, sólo tengo una, cuídala mucho.
Mike se fue, llevándose a mi pequeña princesa. Sentí que me partía por dentro, era la primera vez que permitía que alguien se la llevara; sabía que Mike era de confianza y que cuidaría de mi bebé muy bien, pero eso no cambiaba mi sentir. Miré a mi novia, se veía tan linda; la inocente sonrisa que tenía en su rostro me fascinaba. Dejé de pensar con la cabeza y comencé a besarla, teníamos que aprovechar el tiempo a solas. Ella lo comprendió de inmediato.
—Paul...en la sala no.
—Vamos a mi habitación, preciosa.
La tomé en mis brazos y subí a la habitación que papá había acondicionado para cuando quisiera ir a visitarlos. La bajé de mis brazos y comencé a desabrochar los botones de su blusa; ella hizo lo mismo con los de mi camisa poco después. No tardamos en hacer lo nuestro, cada vez me gustaba más hacer el amor con ella, era como una droga para mí. Y me volvía cada vez más adicto.
— ¡(TN)!—exclamé al llegar a la cima.
— ¡Paul!—chilló ella al mismo tiempo.
Ella, que estaba encima de mí, se desplomó sobre mi pecho. Mi amigo todavía estaba en su interior, regresando a su estado normal de poco a poco.
—Eso estuvo increíble, Paulie...—su respiración todavía era agitada.
—Lo mismo opino, preciosa—contesté y ella se retiró de mí.
Nos levantamos y comenzamos a vestirnos.
— ¿Solías llevarte a las chicas a tu habitación cuando vivías en Liverpool?
—No—admití—, nunca lo hice. Respeté mucho la casa de mi papá, acabas de ser la primera a la que traigo a mi habitación. Aunque, sólo lo hice porque te veo como algo más serio, no una simple aventura. Eres la madre de mi hija, quiero estar contigo por siempre.
—Paul, respecto a nuestra relación—comenzó a decir—, te juro que no tuve a Mary para retenerte, tampoco es porque quiero dinero.
—Eso lo sé perfectamente, (TN). No tienes que darme ninguna explicación. Lo que los demás digan no importa, sólo lo que tú me digas es verdad para mí. ¿De acuerdo?
Ella asintió y la besé.
— ¿Sabes? Cada vez se siente mejor cuando hago el amor contigo—admití—. Nuestra primera vez juntos fue como magia, y cada vez se vuelve mejor.
—Paul, yo perdí mi virginidad contigo...
—Lo recuerdo muy bien—musité con una sonrisa tímida, recordando que fui su primer hombre.
— ¿Con quién perdiste tu virginidad?—preguntó, sonrojándose por haberme preguntado eso—. ¿Quién fue tu primera chica?
—Mi primera vez fue con una novia que tuve en Liverpool—le confesé—, no tiene caso recordar su nombre. El punto es que ella era mayor que yo y trabajaba como niñera. Cierto día la acompañé a su trabajo; y después de haber llevado a los niños a dormir, me convirtió en un hombre, con todo lo que conlleva la palabra. —Sonreí tímidamente y miré a (TN) a los ojos—. Fue una experiencia increíble para un muchacho de quince años, pasé todo el día siguiente contándoles a mis amigos cómo fue todo.
Ella soltó una pequeña risita y yo suspiré.
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