Corría 1980, fui convocado por una bruja, una de las mejores haciendo trabajos de ligaduras conyugales y "temas especiales". Había oído que era una de las mejores y las mas fieles en el rubro.
Pues, me presenté allí, con mis requisitos; oh si, nada es gratis en esta vida, cariño: Yo, Maximillien, necesitaba una entrega a cambio de tomar cartas en este asunto que requería mis servicios. La mujer sabía qué debía darme a cambio de mi influencia, un sacrificio. Alguien debía morir...
Aún así, me ofreció a la primer niña de su primogénito. No se si saben que es mejor cuando se trata del primero, de  primicia de la simiente; es mas sencillo acabar con todo y cada uno de ellos porque tarde o temprano habrá un sacrificio más. Por lo que ya podría ver a sus padres divorciados y al borde del suicidio al perder a su pequeña criatura. ¡Un montón de cobardes que no piensan que su vida es demasiado insignificante para estar formando vidas!
El trato fue pactado, cumplí mi parte y, al momento que ese hombre contrajo nupcias... procreó. Estaba ansioso de cobrar mi parte, un poco mas de poder no viene mal. Esperé los nueve meses y al salir del vientre, la vi. Demonios, si la vi.
Por capricho dejé que sobreviviera y me gané ser expulsado del infierno hasta tanto devolviera esa alma donde debe, sería entretenido jugar con ella y así fue. Me convertí en una especie de amigo imaginario y allí fue que mi alma fue poseída por su sonrisa de niña dulce.
¡Maldición! Si aún recuerdo sus labios anhelantes de que los besara como si alguien como yo supiera de esas delicadezas.
Yo simplemente no podía matarla, e intenté crear cosas en su mente para que ella se matase...y no funcionaba. La veía desesperada rogar a Dios porque alguien la quisiese porque su padre no la quería.
Y me fue imposible, yo quería ese ángel en mi infierno a como de lugar. Haría lo necesario para que ella se convierta en mi acompañante perfecto, pero no suspiren que mis intenciones no son nada románticas. ¿Qué esperan del demonio de la lujuria? Si supieran cuantos divorcios se dan gracias a mi, cuantas orgías en mi nombre...
Yo no podía querer algo sano para ella, porque después de todo era el alma que se me encargo a mí.
Quería a esa mocosa y me importaba bien poco si debía lastimarla a tal punto de que desee morir. No todo en  la vida es color de rosas.
Y ahora estaba aquí mandando a otro tarado al infierno. Era desestresante y me daba aire fresco pensar en otra cosa que no sea meterme en las bragas de Kaitlin.
-Az, éste es el que te dije. Puedes llevarlo. Iré a cumplir mi parte del trato.- El ángel Azrael sólo asintió sin decir palabra y yo salí del lugar.
Los padres de Kait, habían muerto en un ataque mío de impotencia por no matar a la endiablada niña esa; un matrimonio mayor se hizo cargo dándole cada capricho.
Luego de su desarrollo hormonal y físico se me ocurrió enamorarla porque quizás podía huir de mi naturaleza; pero no. Cuando la rechacé al mejor estilo demoníaco hice de todo con su mente de niña bien, por lo que a su tierna edad de 13 años ya bebía y estaba hasta los folículos capilares de nicotina... ¡Un aplauso por favor!
Luego, la deje en paz porque pensé que sola me buscaría y yo estaba jactado de eso...pues, no. El mecanismo psíquico de los humanos hacen que olviden los grandes traumas. ¡Hasta olvidó cuando poseía a su joven tío e intentó abusar de ella!
No me juzguen, saben...yo quería no dañarla tanto. Pero no se querer de otra forma. Aunque por mi está bien, no es como si buscase su aprobación de todos modos.
Así llegó a los brazos de Tyler un treintañero impotente que apenas si aguantaba una ronda. ¡Joder, un puto polvo y quedaba knock out! Y así me entretuve con la escasa vida sexual de Kaitlin y decidí terminar lo que empecé.
Era toda una señora, intentando encajar con ese bastardo que pensaba que ella podía desearlo por sus palabras bonitas. Me río de sólo pensar en su patética vida. Ella sabe que está hecha para algo más.
Ahí es donde Cillian entra en acción, ese vampiro hizo un trato conmigo hace mucho tiempo. Ya saben, nadie le gusta no ser visto por la mujer que se lleva toda su libido.
Él es un experto en el tema que me apetece que Kait aprenda. Porque después de todo...necesito un demonio de mi talla. Quiero que ella disfrute de lo que para mi es moneda corriente y mi querido socio hará el mejor trabajo con los mejores resultados.
- Kaitlin estuvo en el club y se porto tan bien que Arabella me rogó prácticamente para que se la deje.- esa maldita sanguijuela que mete sus narices donde no la llaman.- Tranquilo, ella lo disfrutó. Está en una especie de shock por la pérdida y la culpa, pero se adaptará. Te lo aseguro.
-Creo en ti, Cillian. Sé que puedes hacer de la mujer todo un demonio y estoy ansioso por eso.- me relamí los labios mientras ambos dábamos un sorbo hondo al coñac.
-¿Cillian, podrías venir? Es que tengo un problema aquí- la voz de Kaitlin se escuchaba cerca y al voltear me la encuentro en el umbral recargada vestida con solo un porta ligas azul y unos tacones dorados.- Hola, Maximillien.
-En un segundo estoy allí, dulzura- el vampiro le guiñó un ojo y sonrió de lado.
- Te ves muy bonita y excitante, caramelito.- le dije en un susurro ronco y ella sólo sonrió sin que ese brillo llegara a sus ojos y volvió a su habitación.-¿Qué demonios le hiciste a mi mujer, escoria humana?- estaba a punto de cenarme al infeliz con colmillos.
-Relajate, Max. Ella estará mejor...solo que no puede resistirse a mis encantos- me cenaría al muy desgraciado- De veras,los celos no te van.

Aquí te dejo al masho SeoraLlanos 😉👿