Dos días después, un viernes, fue la actividad sobre Discriminación que Suhail, Ling y Bet organizaron. Esta última siendo obligada.

El profesor de Español nos obligó a todos los de secundaria a salir a los corredores para mirar los carteles que Suhail y Ling elaboraron, porque teníamos la sospecha de que Bet no ayudó en nada. Ella tampoco lo negó.

Cada cartel fue hecho a mano. Suhail y Ling habían recortado papeles de colores, pintado, dibujado y escrito en cada uno sobre discriminación por color, por sexualidad, por capacidades especiales, religión y más.
Todo se veía increíble.

—Es una exposición —explicó Suhail, sintiéndose orgullosa de su trabajo. De la misma forma fue felicitada por el profesor y la directora.

Caminé por los pasillos del colegio viendo cada cartel y puse atención a todo, porque de verdad insisto en decir en que todo se veía increíble...
Y me sentí un idiota.
Yo jamás haría algo así. Muchos en el colegio jamás harían algo así. Suhail era especial. Ella, a diferencia de nosotros, de verdad estaba destinada a hacer algo importante. Algo grande. Los demás, junto a ella, éramos simples mortales.

Les aplaudí a ella y a Ling cuando la actividad terminó y después las felicité discretamente.

No me juzguen. No tenía el valor para acercarme a ellas sin importarme que mis amigos me vieran.
Suhail, con todo lo especial que era, seguía siendo rara y molesta para la mayoría... Y yo, "el gran Max Solatano", no iba a arriesgarme a que me vieran de la misma manera.

Lo sé, lo sé... Era un imbécil.

No obstante, mi escasa atención hacia Suhail, por muuuy escasa que fuera, enfandó a Jessica:

—¿Tienen algo? —me preguntó antes de regresar a su clase.

La exposición había terminado y teníamos que regresar a las actividades normales.

Me hice el sordo. —¿Cómo?

—Suhail y tú —insistió sin dar un paso atrás—. ¿Tienen algo?

Me reí y Jessica tomó eso como mi forma de negar que entre Suhail y yo efectivamente pasaba algo... cuando en realidad yo me estaba riendo por los nervios al no saber qué tontería contestarle. Porque sí. Entre Suhail y yo pasaba algo, pero yo no lo admitiría...
No todavía.

—Es una ridícula —continuó Jessica, mirando a Suhail de los pies a la cabeza.

Ella amaba usar la palabra "ridícula" al referirse a Suhail Didier.

Y yo no iba a callarla. No se vería "genial" callarla. Sospecharía que Suhail me gustaba. ¡LOS DEMÁS SOSPECHARÍAN QUE SUHAIL ME GUSTABA! Y yo... no iba a permitir eso.
No tenía el valor para enfrentar eso. Yo quería ser aceptado. Yo quería salir con las chicas más lindas del colegio... Yo... Yo...

Ojalá pudiera regresar el tiempo.

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