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143. Max

—Se oye bien. A ver cuenta...

Estaba bajando las escaleras de casa rumbo a la academia de música cuando noté que mamá hablaba por teléfono con Suhail.... Suhail y yo, aclaremos, no nos vimos para nada en seis años. Las veces que ella vino a Ontiva a visitar a Miranda y a Bill yo, con el propósito de no incomodarla, salí de viaje con Sam o por mi cuenta. Hice montañismo, visité a mis abuelos, fui a la ciudad por cosas que "necesitábamos" Sam y yo en Solatano&Delvacchio. El objetivo era evitarla.

Suhail tampoco preguntó sobre mí. Cada que hablaba por teléfono con Bill o mamá noté que les cambiaba de tema cuando ellos intentaban mencionarme. No la culpo. En su lugar tampoco querría saber de mí.

—Como lo describes, lo imagino tipo... ¿Cómo se llama el protagonista de esa de novela de Jane Austen? Señor Darcy... Sí, él.

Hice rodar mis ojos y terminé de bajar las escaleras.

Al percatarse de que la pillé hablando maravillas del novio de Suhail, Miranda me dedicó una mirada de "Lo siento, cariño, pero tú te lo buscaste".

Esperé en silencio hasta que terminaran de hablar. Contrario a Suhail, yo sí quería saber de ella.

Aunque físicamente lo imagino tipo Henry Cavill —continuó mamá—. Ese actor es británico, ¿no? Ah, es rubio... Entonces como Jude Law —Volví a rodar mis ojos—. Ah, es más rellenito... Sí, mándame una foto... Ve a almorzar, sí. Hablamos luego. Besos.

—El tal Darcy es un grano en el trasero —le hice ver a mamá cuando colgó.

Ella se cruzó de brazos. —Wow. No sabía que habías leído Orgullo y Prejuicio.

—No... Ling nos obligó a Sam y a mí a ver la película. Una hora de "Ay, que odioso es el señor Darcy", "Ay no, ¿y ahora con quién bailo?" "¿Y yo con quién me caso o caso a Lady Sutanita?", seguido de otra de "Ay, no, mentira Darcy es bello es solo que nadie lo entiende". Al terminar tuve que ver mi entrepierna para corroborar que no me había salido una sensual y hermosa vagina.

—El señor Darcy es perfecto —lo defendió Miranda—. En cambio, deberías leer lo que comenta Suhail en su blog sobre esas películas que tú prefieres.

Me acomodé mejor mi cazadora de cuero antes de caminar hacia la salida. Es mi forma de evitar verme incómodo.

—Ver a Rocky Balboa pelear o a Neo en la Matrix es más entretenido que Darcy bailando como si tuviera un palo atravesado.

Miranda entrecerró sus ojos. —Jamás en tu vida digas eso frente a Suhail.

—Yo sé hasta dónde empujar mi suerte —la tranquilicé—. Lo que quiero decir es que si el nuevo novio de Suhail es como el tal Darcy...

—Lo dices como si Suhail saliera seguido con chicos. Finley es su primer novio después de...

"Después de ti". Miranda dejó la afirmación al aire al percibir mi incomodidad.

Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, me alegra que Suhail sea feliz. Por otro, me entristece. Nadie dijo que sería fácil renunciar a ella.

Sam pasó por mí para ir a la academia. De lunes a viernes abrimos a las nueve, pero el fin de semana, que hay más clientes, abrimos a las siete. La mayoría prefiere recibir clases en fin de semana.

Ling nos apoyó desde que iniciamos, por lo que al instalar formalmente todo la dejamos a cargo de la recepción. Ella es la encargada de recibir clientes nuevos, ubicarlos en horarios que les resulten cómodos y atender el teléfono. Sam lleva la contabilidad, pagos y demás. Yo coordino a los profesores y, por qué no decirle, doy ambiente al lugar.

Al ser capaces de contratar a más profesores Sam y yo nos relajamos un poco y turnamos para dar clases. Ese sábado me tocaba a mí cubrir a un grupo de niños entre las edades de ocho y doce años. La mañana iba normal hasta que dos mujeres, que advertí eran clientas nuevas que pidieron a Ling ver las instalaciones y una clase, entraron al salón en el que estaba practicando con las niñas y niños. Estos, al ver entrar a las mujeres, se distrajeron un poco.

—Oigan, acá estoy —los llamé, para que me devolvieran su atención y las visitantes se disculparon por interrumpirnos—. No pasa nada. Bienvenidas.

Al terminar de decir eso, continué practicando con mis alumnos la canción de AC/DC, lo que hizo reír a las mujeres.

—¿Qué? —pregunté, curioso, y calmé un poco mi toque de guitarra. 

—Es que asumí que, al ser niños y niñas, practicaban... qué se yo —La que respondió se veía sonrojada—, canciones de la Doctora juguetes o Doki.

Los niños rieron y yo con ellos.

—Perdón —dije, dejando de tocar— pero con Max Solatano como profesor, ellos aprenden rock. Lo mejor del rock. 

—Es bueno saberlo —suspiró, tendiéndome su mano—. Mi nombre es Eunice y ella es Paola.

Dirigí mi atención a Paola que aún miraba con asombro a los niños.

—¿Qué edades tienen? —preguntó.

—Entre ocho y doce y son un grupo avanzado —aclaré, para que no pensaran que en la primera clase ya se aprende a tocar canciones de AC/DC.

—Increíble.

A continuación, al virar su atención a mí y mi guitarra acomodada sobre mi regazo, al verme de pies a cabeza, inevitablemente notó mi prótesis. Más cuando esta, por ser metálica, resplance un poco a la primera impresión. Y aunque Paola intentó ocultarlo, su asombro respecto a mí fue mayor. Traté de ignorarla y continué mi clase, interpretando esta vez canciones de Guns N' Roses.

Pensé que tanto Eunice como Paola se marcharían, pero se quedaron el resto de mi clase. Tengo una costumbre: Al concluir permito a los niños y niñas tocar cualquier canción de su elección mientras esperan a sus padres. Y estaba felicitando a uno de ellos por su avance cuando Paola se acercó. 

—Increíble —repitió, a modo de felicitarme.

—Un día normal en Soltano & Delvacchio —aseguré, orgulloso de lo que Sam y yo hemos logrado.

Ambos vimos a Eunice sentarse al lado de uno de los niños para ver de cerca los dedos de este al tocar una guitarra acústica.

—¿Vendrán a clases ustedes? —pregunté. La jornada para adultos empieza después de medio día. 

—No —respondió ella, un poco ruborizada—. Yo ni siquiera vivo aquí. Eunice matriculó a su hija. Ella aspira a ser la siguiente Britney Spears... o algo así.

Los dos reímos. —Sí. Aquí tengo a aspirantes a Kurt Cobain, Madonna, Mick Jagger, Miley Cyrus y más... Ella vendrá a clases de canto entonces.

—Así es. Y realmente nos gusta el lugar... El ambiente... —Ella se giró para verme de frente—. Y usted... realmente es admirable. Los inspira. Estoy segura de que los inspira —dijo, viendo otra vez a los niños.

—No puede estar segura de eso —reí, viendo mis pies. Hace mucho no recibía un halago de ese tipo.

—Confíe en mí. Yo trabajo con niños y adolescentes.

—¿En serio?

—Sí. Soy psicóloga. Trabajo como consejera en el instituto de Deya.

—Interesante.

—¡No! —rió y me codeó—. Usted es el interesante.

—¿Por no tener la mitad de una pierna? —pregunté sin rodeos y Paola me miró como si no esperara que fuera directo. No me hace especial no tener una pierna, me hace especial saber de música y tocar.

—Supongo que no es del todo consciente de cuánta presencia tiene —dijo, cruzando los brazos sobre su pecho. Advertí que intentaba confrontarme—. Le diré una cosa Max Solatano —continuó—. Ese dijo que es su nombre, ¿no? —Asentí—. Quiera o no usted es un ejemplo. Más si se dedica a trabajar con niños... Vi el tatuaje en su brazo, sabe. Es imposible no verlo cuando está sosteniendo su guitarra.

Miré mis brazos. Al sacarme la cazadora y quedarme sólo en camiseta se notaba claramente la leyenda "¿Quién es la estrella de Rock?"

Me eché a reír sintiendo un poco vergüenza. —Es una aspiración que tenía de niño.

—¿Qué cosa?

—Ser estrella de rock.

Paola arrugó su entrecejo y me miró seria. —¿Tenía? Max Solatano, usted es una estrella de rock.

Volví a reír. —No, señorita, yo soy profesor de música.

—Lo ve —dijo, sonriente, como si le estuviera dando la razón—. No es consciente del impacto que ejerce. Mire a esos niños —me pidió y eso hice—. Cuando toca ellos ven la guitarra y sus manos, pero, inevitablemente, también ven la prótesis. Los niños no son tontos, Max. Los adultos tampoco lo somos tanto y reconocemos a un ganador cuando lo vemos. Usted es admirado. Usted es un ejemplo. Usted, lo crea o no, Max, para esos niños... es una estrella de rock. 

—Señorita...

—¿No me cree? —Negué con la cabeza—. ¿A qué tipo de personas les ponen el mote de "Estrella de rock"? A quienes inspiran, a quienes son ejemplo y objeto de admiración. A quienes influyen en muchos lo quieran o no. A las voces que sobresalen por ser únicas. Las estrellas de rock, Max, son seres humanos excepcionales. Hay una estrella de rock en cada uno de nosotros, pero no todos la hacemos brillar. Por eso créame que cuando le digo que cualquiera que le vea continuar su vida a pesar de su aparente discapacidad, le admira.

Aún miraba a los niños cuando sentí la mano de Paola en mi hombro. Me volví hacia ella.

—¿Quién es usted? —pregunté, sintiéndome inquieto. 

Sentí mis venas quemar. En mi mente podía escuchar a mi papá preguntándome "¿Quién es la estrella de Rock?" y le contestaba "¡Yo!".

—Alguien que desea hacerle una invitación, en realidad —admitió Paola, mirándome seria—. Tengo una idea. Creo que podemos hacer algo importante.

—La escucho.

—¿Aceptaría tocar para mis alumnos en el instituto de Deya?

—¿Tocar para adolescentes?

Miré mi prótesis e imaginé las burlas. Ya podía caminar pero aún sentía miedo e inseguridad. Más al tratarse de adolecentes. Las indiscreciones de los niños suelen ser tiernas, las de adultos y adolescentes... no. 

—¿Quiere confirmar que es una estrella? Acepte —me retó Paola—. Allá tengo jóvenes de todo tipo, la mayoría atrapados en el mundo de la tecnología. No viven, Max. Quiero que le conozcan y se den cuenta que no deben temer a aspirar a nada. Que la vida es mejor cuando se tiene metas. Quiero que usted los inspire, Max.

—¿Yo? —volví a reír, nervioso.

—Sí, usted, la estrella de rock.


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¿Se esperaban eso? ♥ Mitad sí, mitad no. Muchos/as mencionaron a Paola y tuvieron razón en que ella puede ser de ayuda para Max. Por consiguiente, creo que ya imaginen quién es el siguiente personaje xD Felicitaciones a Andrea Castellanos por dejar la respuesta en el grupo de Facebook Tatiana M. Alonzo - Libros:

Y sé que no se lo esperaban porque, en realidad, ¿en qué puede ayudar alguien como Benjamín Calaschi a Max? xD Parece tonto, ¿no? ¿En qué puede nos puede ayudar alguien apodado "Moco"? Les compartiré algo que dijo un apostol que admiro y que yo viví en carne propia: Uno nunca sabe de quién puede venir su bendición. ¡No subestimen a nadie! c: ♥

NUEVO RETO: Piensen en el personaje de Benja y cuenten aquí de qué forma creen que ayudará a Max. Quien acierte recibirá mención especial (Aquí vamos de nuevo) Piénselo bien. La mayoría de ustedes conoce a Benja.

Los que no han leído la trilogía Secretos y Papeles, tranquilos ♥ No es necesario haber leído, pero igual la invitación está abierta. Inicia con Carolina entre líneas.

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